El día transcurrió y los artistas iban terminando las preparaciones sobre el escenario. Dua Lipa salió a escena junto al resto de su equipo. Llevaba ropa cómoda pues hasta el momento de actuar, guardaría el secreto del vestuario. Como iban cambiando y rotando los famosos, también lo hacia la distribución del equipo sobre la pista.

—Eso va allí—ordenó uno de los compañeros a Tn.

—Vale—el chico cargó algunas cosas hasta dejarlas en el sitio adecuado.

Tn se colocó luego en el panel de cables para revisar que todo estuviera bien y no hubiese ninguna clase de error o cortocircuito. Revisó uno a uno con cuidado, a fin de cuentas era electricidad.

—Vale, esto ya está...ahora el nivel del volumen—fue a otro lado y revisó—. ¡todo listo!—alzó el pulgar.

—Tn, los focos deberán moverse más a la derecha—dijo su jefe tras hablar con Dua.

—Entendido—con una palanca, movieron estos de manera lenta hasta que la mujer dio su visto bueno.

Después de trabajar, se marcharon para que la artista se centrase. Momento de descanso para beber, escuchar la música de fondo y hablar sobre que canciones eran las que más le gustaba a cada uno de ellos.

Y así pasó el día entre descanso y trabajo con cada artista. Aunque las modificaciones no eran demasiadas, acababan cansando igualmente.

En la noche, ya la oscuridad estaba sobre el lugar y los artistas aprovechaban para estar en sus pequeñas caravanas con el nombre en la puerta o cenando y disfrutando de hablar con otros artistas de su talla.

—Menos mal que he podido llegar a tiempo—dijo Tn aliviado tras salir del lavabo.

Caminó por el pasillo rumbo a la zona donde los trabajadores tenían sus literas. Todo con el fin de ahorrar tiempo y no tener que ir a casa y regresar al día siguiente. O también disponer de ellos en cualquier momento.

Mientras caminaba, por el pasillo cercano apareció Dua con un par de sus bailarinas y se miraron a los ojos durante unos pocos segundos. El chico asintió a modo de saludo y ella le esbozó una ligera pero bonita sonrisa. Al pasar por su lado, su corazón volvió a latir con total normalidad y su color de piel regresó.

—Por poco y me da un ataque al corazón—pensó antes de llevarse la mano al pecho.

Esa noche no pudo quitarse esa imagen de la cabeza, pero por fin logró dormirse tras una hora en la cama.

En la mañana, Tn tuvo que ayudar a montar el tema de vallas y separación con el escenario para evitar que los fans subieran o intentasen acercarse a los artistas. Una vez asegurado, se quedó allí, mirando el enorme escenario. Era sobrecogedor y se preguntaba como los artistas eran capaces de subirse ahí, cantar y emocionar al público sin sentir nervios.

—Supongo que la experiencia—pensó el chico antes de regresar al interior.

Y esa misma tarde, fue el momento donde empezarían a actuar. La gente llegó enseguida y montaba horas de cola para entrar. El chico se sorprendió al ver tantas personas ya que donde trabajaba, apenas eran 300 personas las que cabían en el interior.

—Bueno, en marcha—el primer artista, un joven que había salido hace poco, hacia su debut allí y la gente, sobretodo algunas chicas jóvenes, se volvieron locas.

Luego de asegurarse, dejó que el equipo de sonido del artista hiciera lo suyo.

Tn en los pasillos, esperaba a ser llamado y miraba el teléfono aprovechando el descanso. Miraba algunos memes haciendo que se echase a reír. Tenían permitido mirar su teléfono durante esas horas ya que estaba todo listo.

—Mira, se parece al jefe—le mostró una foto de uno en internet que era gracioso.

Su compañero se echó a reír, tenía cierto parecido.

—¿Qué es tan gracioso?

—Este sujeto se parece al jefe y...y...—al verlo allí, sintió como iba a morir.

—Tn, deberías dejar de hacerte el gracioso y trabajar más—le dio un golpe en la cabeza con un periódico enrollado. Aunque al ver la foto, su cara era de que si se parecían.

El jefe y su compañero se marcharon cuando escuchó el chico una risa. Al voltear para ver quien se estaba riendo, era Dua y un par de chicas quienes habían presenciado toda la escena. Esto provocó un sonrojo en él quien tuvo que mirar a otro lado.

—Señorita Dua, enseguida saldrá a escena—avisó uno de su equipo.

—Muy bien chicas, ¿listas para actuar y brillar?—preguntó con una sonrisa y tono de líder.

—¡Si!—exclamaron al unísono.

Se desprendieron de los abrigos dejando una ropa negra y llamativa.

Antes de salir, aguardaron su momento hasta ser llamadas. Se colocaron cerca de Tn y algunas de las chicas le sonreían. El chico deseaba morir.

—Gracias por tu trabajo—felicitó Dua haciendo que abriese los ojos.

—No ha...sido...nada—las palabras se atragantaban.

—No estés tan nervioso—le puso la mano en el hombro—. soy a fin de cuentas una persona.

Tn asintió muy rojo y sudando.

—Dua, vuestro turno—llamó el hombre.

—Okey, en marcha.

Se marcharon por la puerta para subir al escenario donde enseguida se escuchó a la gente gritar a pleno pulmón y coreando el nombre de Dua Lipa.

Tn poco a poco se fue deslizando por la pared con la espalda hasta tocar el suelo. No podía creerlo, pero así era su mundo, ver a famosos delante suyo y tener que como en aquella ocasión, tratar con ellos, aunque solamente fueran unos pocos segundos.

Cuando se recuperó de ese momento, se asomó por la puerta y vio a la artista bailar y cantar. Era de esas artistas que tenía la misma voz en escenario que en los discos. Se quedó con un colega viendo la puesta en escena. Era increíble como todo el entrenamiento generaba que bailaran al mismo ritmo y tiempo, nada se pasaba por alto y los fans lloraban mientras cantaban.

—Yo intento eso y me parto en dos—comentó su amigo.

—Yo tengo menos elasticidad que un lápiz de madera—respondió Tn.

Terminada la primera canción de todas, la gente aplaudió de tal forma que resonó por todo el lugar y se volvió ensordecedor. El chico leyó algunas pancartas y veía las diferentes formas de decirle te quiero o que la adoraban.

Todo esto sin saber que algo iba a ocurrir y cambiar las cosas en Tn.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.