Capítulo 3
Mientras que Hyoga trataba de procesar su nueva inquietud, en el hospital Shun atendía a sus pacientes con su ya característica sonrisa, enamorando a más de una persona a su paso.
Amaba su trabajo, después de haber pasado varias penas y dificultades, por fin podía permitirse disfrutar de su vida.
Ese día el Hospital estaba algo desierto, una buena noticia para él, pues significaba que nadie sufría físicamente. Mas si habían uno que otra persona, siendo atendidas por varias enfermeras.
Estaba tranquilo, las épocas de guerra habían acabado cuando su bebé nació. Un alivio para él, pues no quería que su hija sufriera todo eso.
Iba caminando con paso tranquilo, ya había terminado varios de sus registros y se permitía relajarse un poco. Sin embargo, un pequeño ruido estaba desconcentrando su relajación. Era un sonido raro, buscó el origen de aquello hasta que una vez más se hizo escuchar.
—— Pss, Shun.
Giró la cabeza algo confundido, una persona lo estaba llamando, pero, al parecer, era alguien que no conocía del todo.
—— ¿disculpe...? —— mas su sorpresa fue grande al acercarse al hombre, éste levantó su boina de forma leve, saliendo a relucir unos juguetones ojos marrones al igual que una coqueta sonrisa. —— ¿Seiya? ¿Qué haces aquí?
Seiya le hizo una señal para que guardara silencio, viendo discretamente a los lados. —— no hables fuerte.
El peliverde le hizo caso, repitiendo también el acto que había hecho Seiya. —— ¿pasó algo malo? —— preguntó algo alterado, pensando que talvez e Ikki había sufrido un nuevo ataque.
—— no te preocupes, no es nada grave.
Fue entonces que Shun se permitió respirar más tranquilo, ahora si, observando a Seiya con detalle. —— ¿por qué estas vestido así?
—— estoy disfrazado, trato de pasar desapercibido. —— guiñó el ojo de forma juguetona, presumiendo su vestimenta que, de desapercibido, era todo lo contrario. —— vine a darte las buenas nuevas.
—— ¿buenas nuevas?
—— ¡si! —— respondió. —— hablé con ikki para que ambos pasemos una noche de chicos, de cuñado a cuñado. Hoy presentarán una obra de teatro en la academia, ¿y qué mejor que ir con mi querido amigo?
Pero lejos de estar emocionado, Shun sólo torció la boca al escuchar "Teatro" —— sabes que ya no le voy al teatro, amigo.
—— ya lo sé. Pero es una buena excusa para que salgas a divertirte un poco, tan siquiera una sola noche. —— la expresión en el doctor no cambió en nada, lo que hizo decaer un poco al castaño. Mas no se iba a rendir. —— desde que Nati nació no has salido siquiera un poco.
—— eso es porque ahora soy padre, Seiya. —— respondió Shun en automático. —— Tengo dos hijos a los cuales cuidar y brindarles amor.
—— pero, de vez en cuando, tú también debes darte tu amor propio.
Shun estaba a punto de dejarlo solo, sin embargo, las siguientes palabras lo detuvieron. —— en realidad, Ikki fue el de la idea de salir. —— Seiya se mostró un poco más sereno. —— él ya está más tranquilo respecto a su enfermedad, pero dice que se sentirá mucho mejor si tú dejas de preocuparte demasiado.
—— ¿teatro? —— preguntó abatido el peliverde. —— ¿estás seguro de que fue él quien lo sugirió?
—— puesss... Si. —— Seiya volvió a asentir con nervios, sabía del tema muy delicado que Shun sufrió en el pasado. —— él tenía el presentimiento de que tal vez quieras retomarlo.
—— sabes de los malos ratos que sufrí, Seiya.
—— claro que lo sé. Pero eso fue pasado, y no creo que esos idiotas sigan repitiendo el curso... Aunque todo es posible.
Al menos su repuesta valió una ligera risa de parte del Doctor. Siendo parte también, de un vago recuerdo de su adolescencia.
Cuando eran más jóvenes estudiaban en un internado de gran prestigio en Grecia, habiendo también varios cursos y clubes aparte de sus actuales carreras que cursaban. Y Shun tenía un gran amor con las Artes Dramáticas, pero su favorito, en sí, era el baile. Así que él no había dudado en llevar una doble carrera en el internado: Baile y Doctorado en Medicina.
Shun disfrutaba del baile y era el mejor de su clase, pues su pasión y amor se le notaba. Sin embargo, sus sueño se fue turbado por sucesos que ocurrieron meses después. Horribles acontecimientos que le obligaron a abandonar el baile y retomar más para su doctorado.
Ikki y sus amigos sabían de lo mucho que el peliverde amaba el baile, que incluso se sintieron abatidos cuando este decidió dejarlo; no era su culpa de tomar una decisión apresurada.
Al ser ikki su hermano mayor, trataba la manera de que su hermano retomara de nuevo aquello que tanto añoraba, porque a pesar de ya ser padre de dos niños, a leguas se veía que extrañaba sus años de baile.
Pero eran recuerdos y cosas que quería olvidar.
Aun así, el que sea su hermano, el que le esté insitando a retomar el baile, era algo increíble de escuchar. Ikki odiaba todo lo que tenia que ver con Teatro, o algo parecido, por aquel sujeto que había lastimado a su hermanito menor; había agarrado un gran rencor por este.
—— no estas mintiendome, ¿verdad?
Seiya negó con velocidad al ver la expresión divertida de su amigo, una muy buena señal. Puede que tal vez las cosas sean diferentes esta vez. Eran los pensamientos de Andromeda.
—— Esta bien. —— Seiya y por poco saltaba de la felicidad al recibir la afirmativa, mas se resistió porque sabía que eso le costaba de que lo sacarían del lugar. —— ¿a qué horas quieres que nos veamos?
—— a las 8:00, frente a la Academia.
—— oye, pero... ¿Dónde dejaré a Edén y Nati...?
—— ¡Ah! ¡Ta! ¡Ta! ¡Ta! ¡Ta! —— Seiya rápidamente le interrumpió negando con sus dos manos. —— se quedarán en la Mansión, Ikki y Saori se ofrecieron para cuidar a los niños.
Un escalofrío recorrió la espalda del Doctor al escuchar sus palabras. Aquello significaba que estarían los hijos de Seiya e Ikki, y lo que significaba un pase libre para Edén. Al menos, no eran de la misma sangre, al igual que Edén, Koga era adoptado, mucho antes que su hijo, y a pesar de no llevar la misma sangre, Seiya y Koga se parecían muchísimo; era como si ambos estaban destinados a ser padre e hijo. Así que la relación de Edén y Koga no podía ser un problema, ¿verdad?
Aunque todo dependiera de como sería la reacción de Ikki al enterarse.
—— entonces te veré allí, amigo.
—— ¡eso! —— no pudo evitar gritar al cielo, lo bueno que no había sido descubierto. Seiya ya tenía una buena redacción en el Hospital, habiendo rompido el récord de ser expulsado más de diez veces... ¿O eran más?
Su amena platica había llegado a su fin, con la promesa de ambos se verían a las afueras de la Academia. Antes de regresar a su trabajo, Shun volvió a voltear al escuchar su nombre de nuevo.
—— por cierto... ¿Podrías ir hoy por los chicos?
—— pero si hoy te toca a ti el recogerlos, ¿no? —— Su pregunta desconcertó al peliverde, no entendiendo por qué le daba la tarea que le correspondía al castaño, el cual, se hayaba rascando la nuca con nervios.
—— pues es que ahora tendré una cita con Ikki... Esa fue su condición para que ambos saliéramos solos.
El pobre de Seiya soltó un respingo al ver la reacción que había tenido su querido amigo Shun. Sus ojos se habían ensombresido, y un aura inquietante rodeaba su cuerpo. Sólo apretó los ojos con fuerza, esperando cualquier ataque que proveniera del Pacífico Doctor Shun, el cual, apretó con fuerza su tabla y papales.
—— ¡y por qué demonios me lo dices ahora!
—— ¡lo siento! ¡Se me fue la onda al proponerte salir!
Para su fortuna, Shun no siguió gritando y sólo se mantuvo tranquilo. —— Esta bien. Iré sólo porque mi hermano quiere salir contigo.
—— ¡Que cruel! ¡Es como si no pudieras hacerlo por mí!
Un suspiro agotador y divertido salió de los labios del de ojos esmeralda. Sintiéndose dichoso por tener a un amigo así.
Fue cuestión de poco tiempo en que fuera camino a la escuela de Palaestra, ageno a lo que estaba aconteciendo en ese corto momento.
.
.
.
Edén, Koga y Natassa habían logrado entrar a la sala en sumo silencio, corriendo con la suerte de que no los hayan descubierto fuera del salón sin un maestro.
Aun así, la mente de Edén no lograba descansar, por culpa de aquel señor con el que se había topado. Claro que no iba a contarselo a su madre, antes muerto que decirle que se lo había encontrado, y que estaba a punto de tocar a su hermanita. Sabía que el instinto maternal de Shun podría llegar a ser peligroso, pues este ya había batallado con un chico que quería lastimar a su bebé Orion.
—— idiota.
Soltó por fin el mayor, exhalando e Inhalando. Varias maldiciones y groserías más eran dirigidas al integrante de los Warrior, y aunque este era ageno por aquello, no pudo evitar buscar a aquellos tres chicos cuando la Obra Teatral había dado por terminado.
Estaba intrigado por saber de aquellos tres chicos, y cuando a Hyoga le interesaba algo, no iba a descansar hasta obtenerlo... Incluso si eso implicaba echar su vida en riesgo.
———.
Hello! Cuánto tiempo, ¿verdad? Incluso mucho más!
Perdón la falta de capítulos o señales acerca de este pequeño libro, pues ustedes sabrán que la inspiración es algo que no se me da, pero así como vino, así se va de rápido.
Espero y que aún haya alguien, aunque sea uno, que aun apoye este pequeño, y en parte agradezco a mi hermosa Ganthosofez por inspirarme a continuar con este libro, que espero, aún lleguen a acordarse de él.
Ganthosofez te dedico este capítulo y espero tenerte aquí en las siguientes, disculpa igualmente la tardanza en responderte. ¡Pero aquí esta!
Espero y aun puedan disfrutarlo. ¡Bye! ¡Bye!
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