Por Tarble:

Cuando finalmente conseguí calmarme me dirigí al castillo ya era de noche.

Así que entro por la ventana de mi habitación porque no me quiero encontrar con esos dos idiotas que son mi familia.

Pero ahí está el idiota de mi hermano apoyado en la pared con los brazos cruzados, parece algo preocupado.

Vegeta - ¿donde estabas? - dice muy serio.

Tarble - que te importa - digo algo enfadado.

Vegeta - oye, no te enfades - sentándose de golpe en mi cama - no era nuestra intención hacerte sentir mal - dice despeinándome - solo queríamos burlarnos un poco.

Tarble - no es gracioso... - digo con el entre cejo fruncido - no estaríamos así si te hubiese tocado a ti.

Vegeta - ¡eh! no te pongas tan serio - dice con un tono de voz tan... suave... - ese don es un honor, no una vergüenza... - se recuesta a mi lado - pues si hubiese sido al revés, estarías en mi cuarto, calmandome.

La verdad es que debo reconocer que tiene razón no tenía porque enfadarme.

Es que cuando quiere el idiota de mi hermano puede ser tan... dulce... aunque sea solo conmigo, sinceramente espero que pueda encontrar a alguien más con quien serlo... espero que esa persona le llegue algún día...

Me rodea con sus brazos para dormir juntos como cuando eramos pequeños, sonrió y me quedo dormido, siempre consigue calmarme igual que yo a él, idiota...

Por Raditz:

Ya es por la tarde y me acerco al castillo para entrenar con el príncipe.

Parece que está bastante despistado ya que le he conseguido dar algunos golpes que en otras ocasiones me había bloqueado fácilmente.

¿Que le habrá pasado? me da miedo preguntar, pero...

Raditz - ¿señor quiere dejarlo por hoy? - digo lo menos nervioso que puedo.

Vegeta - porque dices eso insecto - hay esta ese entre cejo fruncido, vuelve a ser él.

Raditz - no, es que he conseguido darle un par de  golpes... - me miro enfadado.

Vegeta - era para darte ventaja, idiota.

Es cuando se dirige a mí muy cabreado para darme una buena tunda, la cual tengo merecida por metido, entonces aparece su padre de golpe.

R. Vegeta - ¿sigue sin sentir su ki?

Parece tan alterado como el príncipe ya que parece que no me ha visto ¿de quien hablaran?

Vegeta - no, padre - dice frustrado - ese idiota se ha ocultado.

R. Vegeta - le da un golpe en la cabeza al príncipe - no llame así a su hermano - ¿hermano? el pequeño príncipe ha desaparecido ¿que le habrá pasado? - no debimos burlarnos de él...

Vegeta - padre... - dice mirándome - este no es lugar...

Él rey se me queda mirando, parece como si me acabase de ver, pero... aun así sigue hablando delante mío ¿porque?

R. Vegeta - que más da - me mira - él es de confianza - se sienta en el trono - vera - me dice serio - esta mañana supimos que Tarble puede quedar embarazado.

Vegeta - PADRE... - le mira enfadado - si se entera que se lo has contado...

Se calla de golpe ¿que pasa? si me voy a enterar de todas formas... luego se casara con otro... ese día me moriré...

R. Vegeta - dándole un golpe en la cara al príncipe - primero, me respeta y no me grita; segundo como ya he dicho él - dice señalándome - es de confianza - me mira - espero que no le diga a mi otro hijo - me dice serio, ya... como si pudiera hablar con él.

Raditz - no señor - digo lo más serio posible - seguramente el príncipe Tarble necesite pensar sobre lo que le ha pasado - consigo decir sin tartamudear por hablar de él - seguramente volverá a la noche.

Ambos me miran algo sorprendidos, como si yo le conociese mejor que ellos, joder me dan miedo esas miradas, prefiero las de siempre, las serias.

R. Vegeta - rascándose el mentón - puede que tenga razón soldado - me mira serio otra vez.

Vegeta - puedes retirarte, soldado - me mira serio también - nos vemos mañana.

Raditz - si, señor - digo lo más serio que puedo.

Salgo del lugar y me voy a mi casa algo preocupado por el joven príncipe.

Finalmente me siento en mi sofá angustiado ¿que le habrá pasado? espero que este bien.

Así que él puede quedar embarazado, vaya...

Mañana me toca a mi ir al templo con mi familia, al ser hijos de la mano derecha del rey, pues vamos después que ellos, hay... a ver que pasa...