Por Raditz:

Por el camino yo iba tan distraído pensando en esa personita especial que me trae de cabeza... su sonrisa tan tierna, sus ojos saltones, su pelo... de repente choque con alguien...

Cuando le iba a recriminar por no mirar, me quede en sok, era él... ¿quien?

Pues nada más y nada menos que el chico que me quita el sueño, el que me vuelve loco... el príncipe Tarble.

Hace muchos años que me di cuenta de que me gustan los hombres, nunca he tenido pareja estable porque nunca me había interesado ninguno en especial.

Pero cuando salve la vida del príncipe Vegeta en aquella misión secreta hace ya 2 años, al llevarle a su casa a escondidas para que nadie lo viese así de herido, él me abrió la puerta lateral del castillo me quede tan embobado mirándole...

Desde entonces no me lo puedo quitar de la cabeza, desde ese día no he estado con nadie porque no dejo de verle a él en la cara de otros, hay...

Bueno de vuelta a la realidad, me le quede mirando lo más serio que pude para que no viese mi nerviosismo.

Él apenas me miro y salió volando del lugar como si nada, solté el aire que no sabía que tenía retenido, cada vez que le veo parezco un tonto quinceañero, hay...

Unos días después yo me encontraba en uno de los salones del castillo escuchando los numerosos quejidos del príncipe.

Aunque realmente no le prestaba atención porque yo seguía pensando en lo que paso ese día, de repente se abrió la puerta de golpe y entró él, se me quedo mirando fijamente algo serio, era muy raro porque él es siempre tan jovial...

Por Tarble:

Estoy escuchando los numerosos quejidos de mi hermano, ¿así que está en el salón?, me dirijo a buscarle para ir al templo con él, cuando abro la puerta de golpe para darle un susto y vaya soy yo el que se da un gran susto.

Esta con ese hombre, con el que choque hace unos días, vaya... así que es la mano derecha de mi hermano, por eso es por lo que creía que me sonaba de algo.

Como pude me le quedé mirando lo más serio que pude para evitar sonrojarme.

Porque pues porque desde que chocamos no pude dejar de pensar en él, su larga melena, sus ojos marrones, sus labios tan apetecibles...

Hay... pero... que digo... no sabía ni que decir, es tan raro verle de nuevo, seguramente él piensa lo peor de mí.

Vegeta - bueno soldado, nos vemos por la tarde para entrenar - le dice mi hermano.

Raditz - si señor.

Joder que voz más varonil tiene, ponte serio hombre que no se note que te atrae.

Vegeta - a vosotros os toca saberlo mañana ¿no?

Raditz - si señor.

Vuelve a decir, pero esta vez mirándome fijamente, ¿qué pasa? no habrá notado nada ¿no? hay que nervios.

Vegeta - bueno, pues ya me contaras.

El hombre sale de la sala sin apenas mirarme se le ve algo serio, en ese preciso momento noto mis mejillas arder.

Espero que él no lo haya visto, joder que rabia, mi hermano se me queda mirando algo incrédulo.

Vegeta - vaya, vaya enano - dice acercándose - no me digas que te gusta ese insecto - ¿tanto se me ha notado?

Tarble - ¡eh! - suspiro para calmarme - n-no, estas equivocado.

Vegeta - jajaja, como digas enano - despeina mi pelo - vamos al templo.