Capítulo Único
Akutagawa estaba terminando de arreglar su habitación, su pequeña amiga viajaría solo para verle. Volvamos unos años atrás. Dos para ser precisos. Estaba en segundo año se secundaria cuando la chica de cabellos platinados choco con su senpai, Dazai. Después de una pequeña amenaza de su parte, Dazai notó que la chica llevaba varios libros abriendo su interés por ella.
Atsushi solía ser una chica simpática e inocente, aunque su inocencia terminaba en la habitación de Akutagawa, allí ella se dedicaba a leer mangas yaoi y hablar como si nada del sexo. Nada que ver con la chica que todos conocían en la escuela. Cuando Akutagawa notó aquello una gran amistad nació. Había trascurrido dos años así, ahora Akutagawa vivía en la ciudad de Yokohama donde iba la universidad
Ahora la azabache limpiaba su habitación, Atsushi llegaría por la noche para pasar el fin de semana; mientras en la escuela tomaría sus cursos hasta que por fin podía ir por la pequeña albina
― Ryu-chan, ¿iras con nosotras?
― Lo siento Dazai-san, iré a recoger a Atsushi a la estación
― Atsushi ¿vino? ¿puedo ir?
― Mejor vaya con Chuuya-san
La azabache había llegado a la estación de trenes cuando un mensaje de la joven albino le llego "mira atrás" era todo lo que decía, se sorprendió de ver a la chica en un auto y sonriente – Atsushi ¿Qué haces en un auto?
― ¡Use la tarjeta!
― Estas malditamente loca Atsushi
― Pero tenía tantas ganas de conocer Yokohama y comprar recuerditos – hizo un puchero
― Hey, no te juntes tanto con Dazai-san
― Entra al auto – menciono sonriente
Atsushi era una chica miedosa pero una vez que tomaba la idea no la soltaba, desde que supo que Akutagawa iba a ir a la ciudad dijo que tomaría un auto de renta y que pasearían por toda la ciudad, y lo cumplió. – vamos a mi casa
― Veras... mi padre cree que estoy recorriendo para ver universidades...
― ¿en serio Atsushi? – se quejó molesta
El padre de Atsushi era alguien amoroso pero estricto, había mantenido a la joven siempre en una línea de decoro y elegancia cuando ella solo quería fantasear y jugar. Akutagawa miraba a la chica de reojo, conducía alegre, aun no podía creer que la chica que conoció de 16 años ahora tenía 18 y andaba completamente alegre conduciendo estúpidamente viendo las luces de la gran ciudad de Yokohama, no dudo en sonreír.
Primero la llevo al centro, Atsushi había comprado recuerdos, amado las tiendas, disfruto de los postres y sonrió a cada instante, Akutagawa era feliz solo con verla. Ocultaba ese sentimiento, aquel que nació la primera vez que lloro al estar viendo manga, se hizo más fuerte la primera vez que lloro por estar muerta de miedo y aun así hizo lo que se proponía. Estaba encantada por la valentía de aquella chica, tan fuerte como una tigresa, y tan diminuta y tierna como una dulce gatita. Compartían cada momento, pero sus sentimientos no era algo que podía compartir.
Llegaron al hotel donde las chicas bajaron del auto con pizza y víveres para la noche, Akutagawa y Atsushi debían quedarse aunque sea esa noche en el hotel, por aquello de su padre. Bajaron la maleta y se dispusieron a ver series en la pantalla de la pared de la habitación. Atsushi disfrutaba de unos dulces mientras Akutagawa solo veía la serie. Cuando todo finalizo la platinada se levantó – tomaré un baño Ryu
― Bien
La chica tomo su pijama y se fue al baño, Akutagawa siguió viendo series mientras el sonido de la regadera estaba a un lado, en algún momento bostezo, reviso su teléfono y al noto que no tenía pila suspiro. Busco entre su bolso pero no había nada, lo había dejado – Atsushi – le grito desde la habitación
― ¿si?
― Préstame tu cargador
― Está en mi maleta – respondió – tómalo
El sonido de la regadera se paró, la chica salió del baño con pijama puesto y una toalla en la cabeza – Ryu-chan es tu tur...no – menciono sonrojada al ver a la chica de cabello azabache. Sostenía su nuevo amigo, un dildo doble que aún estaba en el empaque
― Atsushi... - le llamo
― ¡AAAAH! – grito nerviosa - ¡no toques esas cosas!
― ¿compraste esto?
― N-NO LO COMPRE
― Lo compraste, además uno doble ¿Por qué doble?
― E-en el campo n-no hay de esos... y... y-yo... vi la ti-tienda cu-cuando fu-fuiste por pizza, e-estaba ba-barato
― Atsushi pero si tú le tienes miedo incluso a tocarte a ti misma
― Y-yo
― Sufres de Genofobia ¿Por qué haces estos gastos? ¿Qué pasará si tu padre se entera?
― Y-yo quiero – se puso completamente roja - ¡QUIERO INTENTARLO RYU!
― ¿eh?
― Quiero... e-enamorarme de un chico, te-tener par-pareja y ca-casarme – trago saliva - ¡y tener bebes! N-no podré si no entra algo primero – la azabache sintió como su pecho dolía, ¿una familia? ¿Qué pasaba con ello?
― Atsushi...
Su primera reacción fue triste, la chica de la que estaba enamorada buscaba superar su trauma solo por un hombre, uno que probablemente no sería el ideal, jamás nadie sería ideal para su amiga, apretó sus puños, comenzaba a molestarse ¿tener familia? Eso era cosa de su padre, ella no quería una familia, quería viajar y divertirse, después pensar en esos compromisos, entonces... ¿Qué era verdad? Lo había tomado de mala forma y no había vuelta atrás, eso era seguro pues una vez que Akutagawa Ryu se enojaba, no había demonio que pudiera contra ella. – Si tanto quieres superar tu maldita Genofobia, lo haré por ti – dijo serena mientras se acercaba
― Ryu, no te enojes – pidió poniendo sus manos enfrente de ella - yo lo puedo arreglar...
La chica de cabello negro tomo a la platinada del hombro, la tenía contra la pared, sonrojada y desconcertada, era un perfecto kabedon – ni siquiera reaccionas naturalmente a los estímulos normales ¿alguna vez te han besado? – pregunto con un tono molesto. Atsushi tapo sus labios y miro a otro lado – ¿puedo hacerlo?
― ¿eh? ¿po-po-por qué?
― No sería lindo si tu primer beso es con tu mejor amiga y no con el amor de tu vida al estilo de los shoujo que lees – se quejo
Inflo sus mejillas, se sentía ofendida – s-si me vas a a-a-a-ayudar, ha-hazlo a tu estilo y de-de-deja de ¡pen-pensar en mi sho-sho-shoujo!
― De acuerdo
Tomo su mejilla con dulzura, la platinada estaba completamente roja, la azabache se acercó, Atsushi no podía evitar temblar, porque... "estaba bien ¿no? Ha-hacer estás cosas con tu mejor amiga... es-está bien", Akutagawa la vio distraída, quizá eso sería lo mejor. Sus ojos se expandieron al ver los de su amiga cerrados y sentir sus labios tocando los suyos, jamás le había gustado tanto una sensación tan pura. Atsushi cerró sus ojos y la abrazo con fuerza, sorprendiendo en grande a su atacante, para ella los labios de la menor era... simplemente el paraíso.
Jugo un poco con los dedos en sus mejillas haciendo a la chica sonreír amplio, no planeaba dañarla o darle ordenes, bien le dio su permiso para hacerlo a su estilo. Logrando abrir su boca dejo su lengua entrar haciendo a la menor mirarle en gran sorpresa – shpea (espera) – pidió. No estaba en sincronía con ello y sentía como sus comisuras se derramaba la saliva entra que hacían juntas. Volvió a cerrar sus ojos con fuerza, no por miedo. Simplemente era demasiado bueno. La mayor le sostuvo de su cintura, apretaba fuerte la parte baja de su espalda para retenerla, tenía miedo de que entrará en sus sentidos y huyera. La verdad estaba disfrutándolo mucho.
Soltó su lengua un momento, solo para inspeccionarla, no separo su cuerpo, no fue necesario, Atsushi una vez que su lengua fue liberada miro a la azabache molesta, ¿Por qué había parado? Aun así su mente no respondía como su cuerpo y esté se recargo entre los pechos de la mayor - ¿Cómo te sientes?
― Como... algo alcoholizada, es... relajante
― Que tierna eres Atsushi
― ¿acaso dije algo?
― No, en absoluto
Toco la oreja de la menor, haciéndola soltar un pequeño gemido – ¡hya! – Gimió mientras se contraía subiendo sus hombros – Ryu...
― Recuerdo lo que te gusta – menciono seria pero no daba miedo, Atsushi la miro sorprendida, estaba siendo seria pero no cruel, mucho menos enojada.
Volvió a tomar su oreja con la que jugo un rato, la menor reaccionaba a su toco con pequeñas contracciones, decidió acercarse, no era como si se estuviera aprovechando de su amiga, la conocía, ella misma lo intentaría, podría lastimarse y su trauma crecer, lo que hacía era por dedicación y preocupación, por su buena amistad.
Volvió a besarla, esta vez el juego de lengua pasó a segundo plano cuando la mayor comenzó a pasar por su mejilla y llegar a su oreja, provocando que la menor volviera a gemir pero esta vez más rápido y con más energía – aah... mg... Ry-Ryu... - Tantos sueños con su querida amiga, tanto imaginar su respiración agitada, no bastaba con la que hacía en educación física por el cansancio, no, esto era porque la estaba acariciando, porque estaba dándole su amor, su completa confesión en clave braille.
― Atsushi...
No, ya no era por ayudarla.
Akutuagawa agradecía la pijama de la chica, tirantes y short corto, jamás fallaba en ella. Mordió su hombro, no fuerte pero si arriesgado, conocía bien a su amiga, amaba los shoujo con vampiros, amaba las mordidas. Ese fue el total detonante. Atsushi no solo gimió con fuerza, si no que apretó sus piernas y doblo el cuerpo, estaba completamente excitada. – Atsushi... ¿te gusto?
― Ry-Ryu... yo... l-lo siento – trago saliva – se si-siente como si me hubiera...
― No, no es tu periodo
― ¿no lo es? – suspiro aliviada – aun así... se siente bien esto
― ¿continuamos?
― S-si
La mayor extendió su mano, la platinada las tomo, fue un corto movimiento pero el mover solo una de sus piernas se puso todavía más colorada, era viscoso, suave y resbaloso, trago saliva y miro hacia abajo – Atsushi
― ¡¿SS-S-S-SI?! – respondió nerviosa
― ¿Puedo... tocarte?
Atsushi apretó sus ojos de nuevo – ¡S-S-S-SI! – realmente estaba nerviosa. Akutagawa dejo una ligera y pequeña risa, fue muy bien aguantada. Tomo a la chica por sus piernas y la cargo, - es-es-era a-a-así no – se quejó al sentirse expuesta, lo sentía en su entrepierna y podía sentir como escurría por sus piernas
― Confía en mí, tigre compacto...
― To-torpe...
Dejo a Atsushi sobre la cama, el hotel había sido rentado con una amplia cama, y definitivamente suave. Ryunosuke se puso encima de ella y Atsushi sonrió. ¿Qué pasaba con su torpe amiga? Iluminando el ambiente con su sonrisa. Era una chica única - ¿no estas asustada?
― Lo estoy... pe-pero es Ryu quien lo hace...
Cierto, lo hacía por que confiaba en ella, porque era su mejor amiga y allí estaba ella aprovechándose de la enfermedad psicológica de su amiga solamente para saciar sus deseos carnales de tenerla, de ser la primera, de dejar el sueño atrás y poder besarla, hacerla suya pero... Nada tenía valor si no sabía sus sentimientos y solo la usaba, ¿no es así?
En esa oscura habitación, Ryunosuke se deprimió, se sentó sobre la chica y la miro fijamente, quizá no era un príncipe, mucho menos la mejor, quizá sería odiada pero no podía dar marcha atrás. Ese era el momento o nunca. – Escucha Atsushi, yo... Yo realmente – trago saliva y la miro a los ojos – he estado enamorada de ti desde el año pasado – miro a otro lado – seria... muy cobarde de mi parte hacerte esto si no supieras mis verdaderas intenciones, quiero ayudarte pero... tu cuerpo es lo que deseo, tu mirada fija en mí, tus labios solo para mí, y tu corazón tan mío como el mío es tuyo – Miro a su pequeña amiga, encontrando que la chica lloraba a mares, estaba conmovida
― Ryu... - la llamo entre llanto
― At-Atsu...shi pe-perdón – menciono levantándose
Atsushi tomo su muñeca haciéndole quedar - ¿Atsushi?
― ¿Y-yo te gusto? ¿de gustar, gustar?
― Si, de gustar... gustar
― ¡¿co-cómo?! – pregunto sentándose
― ¿eh?
― Da-Dazai-san dijo que me odiaste por chocar con él
― ¿eh? Atsushi eso tiene mucho tiempo
― Pe-pero yo... e-e-ese día iba a confesarme
― ¿y eso que te lo impidió?
― Por qué me gritaste
― ¿te ibas a confesar a Dazai-san
― ¡a ti torpe!
Akutagawa se quedó en blanco, ¿Qué estaba ocurriendo en ese momento? - ¿estás diciendo que te gusto?
― De-desde primer año pe-pero no fue sino por Da-Dazai-san que me pude acercar a ti pero tú solo e-eras ruda...
― Atsushi...
― ¿s-si?
― ¿estás diciendo que era crush de mi crush?
― Supongo... que si
Ryu se soltó a las risas, no pudo soportarlo, Atsushi se vio contagiada y comenzó a reír a su lado, su estómago dolía de tanto reír. Ryu se permitió ir encima de Atsushi para abrazarla, Atsushi estaba acostumbrada a la rudeza de Ryu, ella la tomo de su mentón, estaban cerca volviéndola a sonrojar - ¿Qué fue todo eso de la familia?
― Mi padre dijo que debía casarme un día
― No lo hagas, no lo quieres ¿no? – Atsushi negó con la cabeza – quédate conmigo
― ¿e-eh?
― Múdate conmigo cuando llegues a Yokohama
― Ry-Ryu ¿e-eso que si-significa?
― ¿Qué más pequeña torpe? Te amo
Atsushi no pudo responder en ese momento, Akutagawa volvió a besarla tomándola por sorpresa, sonrió, era una psicópata que más la hacía feliz. Continuaron el beso mientras Ryu aprovecho para bajar sus manos a los pechos de la menor, no eran enormes, tampoco pequeños, cabían perfecto en su mano, eran hechos para ella, eran perfectos. – ¡gya! – Grito Atsushi avergonzada al sentir la mano de la mayor dentro de su ropa – Ry-Ryu
― ¿confías en mí?
― S-si pe-pero
― No te lastimaré
La platinada trago saliva, se levantó ligeramente y se quitó la camisa, Ryu se sonrojo, agradecía que su amiga no usará brasier en las noches, Atsushi miro a otro lado avergonzada, Ryu no podía dejar de ver sus pechos blancos con sus pequeños y tiernos pezones rosados – de-deja de ve-verlos ta-tan fijamente
― No sé puede, son hermosos
― To-torpe
― ¿puedo?
Atsushi se puso más roca y miro a otro lado, la azabache la miro mejor y sonrió ligeramente, se quitó su camisa, aun no tomaba un baño así que también quito su brasier haciendo a la platinada mirar, Ryu la abrazo con fuerza haciéndola gemir ligeramente por el choque de sus cuerpos – Ry-Ryu...
― Tenemos lo mismo, no sientas vergüenza, te he visto en traje de baño cientos de veces
― ¿si me mirabas?
― Danm, jamás quito la vista de ti
― Oh Ryu... - Atsushi sonrió
La azabache tomo su mejilla con su mano derecha, volviendo a besarse, con su mano izquierda acariciaba su cintura subiendo lento y regresando a su cintura solo para que se acostumbrará a su toque. Aprovecho el movimiento de la chica, la menor estiraba su espalda, sacando ligeramente sus pechos al frente, Akutagawa estaba por darle algo, ¿Cómo podía ser tan tierna e inocente? Aprovechando aquel movimiento, Ryu subió más su mano usando la yema de su pulgar, para acariciar su pezón levantado - ¡aaah! – sí, el grito que la menor soltó fue hermoso. Automáticamente Atsushi tapo su boca con su puño, estaba avergonzada
― ¿Cuánto tiempo estarás avergonzada?
― ¿lo... ne-necesario?
― Ya te pasaste
― Ryu...
― Ire un poco más rápido, usemos una clave
― ¿cla-clave? – pego sus frentes, sus narices chocaron, se miraron a los ojos directamente
― Si estas realmente pero realmente asustada que sientes que no te puedes, si sientes que vas a llorar por frustración, si duele, cualquier cosa así... dirás... "supercalifragilisticoespialidoso"
― Ryu...
― Sé que sabes decirlo
― Co-continua
Ryu volvió a acariciar a Atsushi, esta vez usando ambos dedos en sus pezones, Atsushi había dejado sus brazos detrás de ella para sostenerse, estaba sonrojada, nerviosa, avergonzada pero había prometido soportarlo, quería soportarlo, sentía que si lo dejaba, la azabache no volvería a hacerlo y... le gustaba. - ¿Cómo va tu miedo? – pregunto la azabache, no pasaría por alto el trauma de Atsushi.
― So-solo si-sigue, sigo bien – pidió y explico con voz entrecortada. No estaba deprimida, solo agitada.
― Bien, iré más allá
La platinada apenas bajo la mirada cuando la mayor ya tenía su boca en su pezón, Atsushi no soporto su peso, no porque fuese pesada, no. Es que... sus brazos se cansaron. Ambas cayeron de nuevo a la cama, la mayor aprovecho para continuar estimulándola, usando su lengua como un rehilete y succionando como un recién nacido. Los gemidos de Atsushi retumbaban en la habitación. Ryu se excitaba solo con escucharla pero no negaría que sus pechos sobre el estómago de la menor era una sensación inigualable, no podía evitar moverse para sentir el roce de su piel en sus pezones. Bajo lento su mano izquierda, la que estaba desocupada, se anido en su vientre solo para dar círculos y juguetear con la pretina del short de dormir que llevaba, jalándolo ligeramente y haciéndolo chocar con su piel nuevamente. No quería entrar sin asegurar el terreno, Atsushi podía tener un ataque de pánico, miro a la albina seguir disfrutando y como indiana jones se aventuró a lo desconocido dejando su mano entrar en el short pero no en la ropa interior, Atsushi abrió sus ojos de inmediato y contrajo sus piernas. Saco su boca del pezón y la miro - ¿no etas lista? – pregunto mirándola.
― Es-estoy nerviosa... ¿Qué ha-harás?
― Por el momento, acariciarte y si quieres más continuaré
― ¿qu-que pasará si no me gusta?
― Bueno... el amor no es solo relaciones sexuales – menciono orgullosa aunque preocupada en sus adentros
Atsushi respiro profundo y volvió a aligerar sus piernas – po-podrías...
― ¿si? ¿Qué deseas mi pequeña tigresa?
― ¿ponerte entre mis piernas?
― ¿Por qué?
― Si-siento que si no tengo algo entre ellas, las cerrare
― ¿confías en mí?
― Aún no he dicho la frase, así que... ha-hazlo
Akutagawa sonrió, Atsushi estaba esforzándose. – abre tus piernas primero. – Atsushi lo miro sonrojada, estaba flexionada, pegadas, más unidas que una cola de sirena, abrió sus piernas lentamente, Ryu la miro hacerlo y cuando logro abrirlas acaricio su mejilla – lo haces bien
― Ca-cállate, no soy un perro
― Te veo más como un gatito
Ryu se puso entre sus piernas, más bien se acostó, dejando su pecho en su vientre y su cabeza al borde de sus pechos, podía poner su barbilla entre sus pechos y la platinada solo le veía - ¿Qué haces?
― Disfruto
― ¿n-no lo hacíamos?
― Tener sexo, hacer el amor, declararme, estar contigo, todo lo que podría pasar en mi mente y solo en mi mente, está pasando. Dame un descanso
― Que tierna eres Ryu
― Tierna no, soy una sádica
― Lo sé – menciono entre risas.
Atsushi acariciaba el cabello de Ryu mientras esta aprovechaba su posición para besar el abdomen de la menor, mordía y dejaba marcas en el como un perro remarcaba su territorio. Atsushi de vez en vez golpeaba a Ryu con sus rodillas al intentar cerrarlas, era por inercia no por disgusto. – Atsushi, te quitaré el short – menciono y la menor solo asintió
La mayor primero se levantó, las piernas de Atsushi se juntaron, estaba temblando aunque no estaba asustada, Ryu beso sus rodillas y sonrió - ¿quieres que lo quite todo?
― Se-seria me-mejor o no sé qué pasará si solo quitas uno
― Bien, comenzaré
― Es-espera – le detuvo en seco
― ¿Qué?
― T-tu pri-primero
Cierto, Ryu aun llevaba su roja. Sonrió. Se paró en la cama, si, en la cama, Atsushi tuvo miedo de que la azabache se cayera. Con una sonrisa más allá de tierna era sádica, Akutagawa comenzó a quitarse su cinturón mientras jugueteaba con su propio cabello, era un baile para la platinada, uno que solo la dejaba quieta y expectante. Bajo el cierre de su pantalón y esto hizo que su corazón latiera rápidamente. Bajo de la cama, no podía quitárselo en la cama, claro. Atsushi sonrió, su ropa interior era negra como lo imaginaba pero ver telarañas de estampado le encantaba – eres toda una gótica Ryu
― Calla caramelo de azúcar – lo pensó, pero igual los dejo, quizá más adelante se los quitaría - ¿puedo ver los tuyos? – menciono acercando su dedo al vientre de la chica
― Son rositas – expreso alegre y Akutagawa suspiro
Estaba más que de acuerdo que el juego sexy previo sería así siempre pero no le molestaba. Se posiciono frente a la platinada, estaba en medio de la cama, así que solo tomo su short y con ello la ropa interior, tiro de ellas sacando un grito vergonzoso de la menor. Ryu aún no la miraba, se sorprendió al sacar la ropa interior pues incluso el short estaba mojado, miro mejor y sonrió – si son rositas – miro a la menor. Atsushi estaba en una pose de feto ocultándose completamente - ¿quieres que los vuelva a poner?
― N-no, si-sigo bi-bien, sigo bien – respiro agitada – po-por favor, po-ponte en medio
Ryu subió a la cama quedándose arrodillada frente a la menor - ¿quieres un abrazo?
― S-si por favor
La azabache la abrazo, cerro sus ojos, Atsushi la miro y poco a poco se fue calmando, respiro profundo y sonrió, poco a poco fue soltando su cuerpo y abrazando también a la mayor – bien hecho Atsushi...
― Te amo Ryu
― ¿puedo verla?
― ¿po-po-por qué quieres verla?
― Me pregunto si es tan rosita como tus pezones
― PE-PERVERTIDA Y ¡AAAH!
Atsushi no había terminado la frase cuando Ryu tomo las piernas de la platinada para abrirlas, no estaba cómoda encima de la chica. No la había visto, solo notó el poco poblado vello púbico en su entrepierna, era del mismo color que su cabello. Devolvió la vista a la chica, su rostro mostraba el erotismo total, estaba sonrojada, avergonzada y con ojos llorosos - ¿estás bien?
― S-si – respondió rápido
― Ok, ahora que estas abierta iré lentamente
― ¿qu-que ha-harás?
― Tocaré tu clítoris por ahora
― Pe-pero Ryu
― Tranquila – le sonrió – será lo mismo que hice en tu pezón. – le miro – confías en mi ¿no?
Atsushi asintió varias veces con la cabeza. Junto sus manos en su pecho, sentía que si no tomaba su pecho, su corazón saldría volando. Ryu también estaba nerviosa, iba a tocar a Atsushi, y ¿si no le gustaba? Si descubría que ella no era lo suyo, que no la amaba ¿Qué pasaba con su trauma? ¿Podría llegar más allá algún día? Solo se aventuró. Bien dicen que el que no salta no le pasa nada.
Acerco su mano a su entrepierna acariciando ligeramente, fue tentando a la menor poco, acercándose lento hasta que con la yema de su dedo índice la loco como si de un timbre se tratará, fue delicado y solo un toquecito. Atsushi la miro sonriente, para Ryu eso fue total aprobación. Dejo su muñeca de lado contrario recostándola en el pubis de Atsushi y con su dedo índice comenzó a acariciar. Los gemidos de Atsushi aumentaron así como también comenzó un movimiento de cadera al ritmo de su dedo. Cerró sus ojos, aun así la mayor sonrió de verla, lo estaba disfrutando, ambas lo disfrutaban
― Atsushi... tus caderas
― Aaah... aaah pe-perdóname sé si-siente bien...
― Estas tan mojada...
― N-no digas eso, por-por favor...
Era cierto, llevaban un buen rato con aquel ritmo, aunque hubo detenciones de sus acciones, seguían en ello, Atsushi estaba pegajosa y resbalosa, debía ser cuidadosa de no tocar sus labios antes de lo planeado pero su dedo se resbala tanto que incluso ella estaba nerviosa. Le menor no era tonta, noto el nerviosismo en su amiga, Ryu no dejaba de mirarla para prestar atención pero la menor quería los ojos en ella. Tomo las mejillas de la mayor, sorprendiéndola en grande, la jalo hacia ella para besarla, Ryu dejo su entrepierna un momento, el tirón había sido fuerte y necesitaba sostenerse para besarla, se separaron un poco, Atsushi miro las manos de la mayor – quiero... intentarlo
― ¿segura?
― S-si... - gimió un poco por las sensaciones, aun sin el dedo de Ryu podía sentir como todo en ella se movía – si solo tu caricia se siente bien... imagino que lo demás debe ser mejor...
― Pues con lo resbalosa que estas puede que no te duela
― ¿do-dolerá?
― Es tu primera vez teniendo algo dentro, es normal. Tus paredes vaginales se abrirán y
― De-deja la teoría Ryu, ¿Cómo sabes tanto?
― Desde que te dijeron lo de la Genofobia, investigue, quería ayudarte
― Ryu... Eres tan dulce
― No soy dulce, soy sádica
― Si cariño. – abrazo su cuello alegre – co-continuemos
― ¿segura?
― Po-por favor, ha-hazme tuya
Ryu sonrió, Atsushi no soltó su cuello, volvieron a besarse, Ryu se levantó, no de la cama, solo ligeramente para quitar su ropa interior mientras la menor la abrazaba con fuerza y se besaban con pasión, sin ropa interior, se sentó en el centro de la cama, atrayendo consigo a Atsushi, sus piernas quedaban alrededor de sus caderas, Atsushi se aferró más a la mayor, mientras la azabache tomo la cadera de la menor para juntarla lo más que podía. Sus cuerpos estaban tan pegados, sus vaginas rozaron y con ello Atsushi soltó a Ryu para gritar, no del susto. La sensación fue tan fuerte para la menor que grito, Ryu sonrió por ello – e-es tan hu-húmedo – menciono sonrojada
― Así me pones pequeña
― Ryu...
― Solo rosaremos ¿está bien?
― S-si...
Ryu tomo los glúteos de la menor, acercándola, rozando sus intimidades una contra la otra, sostener a la menor era lo menor para hacerla moverse, Atsushi la verdad no tenía mente para nada más, el roce con la mayor estaba matándola, sus gritos eran otro nivel de erotismo. - ¡aaah! Mmmg
― Atsushi, ¿co-como estas? – volvió a preguntar, no se olvidaba de su gran amor
― Si-si-sigue, sigue – pidió rasguñando a la mayor
― Aaah... A-Atsushi...
El roce de sus cuerpos continúo, estaban bañadas en sudor, habían unido sus pechos y rozaban sus pezones, Atsushi ya no podía cerrar su boca, la saliva salía por sus comisuras y cada beso con la mayor solo la volvía más desesperada, lo sabía, quería más – Ryu, Ryu... má-más, se siente tan bien
Ryu podría estallar, eso era maravilloso, aunque la primero en estallar fue Atsushi, pues después de un largo pero no ruidoso gemido Atsushi la vio agotada - ¿terminaste?
― N-no lo sé... se-sentí que iba a ha-hacerme
― Si, lo lograste Atsushi – sonrió la mayor – tuviste un orgasmo
― Aaah... sé si-siente genial – menciono sonriente y miro a la azabache - ¿t-tu?
― Aun no, pero estoy bien, puedo encargarme de eso en el baño
― Pe-pero
― Estoy bien – dijo sonriente – estoy contigo y eso me hace bien
― Hay dios... e-eres tan romántica Ryu
Volvió a abrazarla con fuerza, Ryu estaba feliz - ¿quieres descansar?
― Quiero que tu termines también
― Puedo ir al baño para hacerlo, ¿me prestas el dildo?
― N-no – dijo molesta, estaba decidida
― ¿A-Atsushi?
― Ha-hazlo aquí, quiero verlo
― Pe-pero
― Po-por favor
Ryu estiro su cuerpo tomando el paquete del dildo, - tomaré un poco de distancia
― S-si
Atsushi y Ryu se separaron, la menor se había sentado tapando su entrepierna de nuevo, mientras la mayor abría el paquete. Atsushi trago saliva, Ryu se veía tan concentrada y seria. Saco el dildo doble, era uno sencillo, uno largo con doble cabeza. Atsushi se puso completamente roja al ver a la azabache sentarse con piernas abiertas – Ry-Ryu
― Está bien, puedes verla
No lo negaría, quería verla. Ryu comenzó a frotar el dildo, necesitaba lubricarlo, Atsushi fijo su mirada completamente en ella, su cintura tan delgada, sus piernas que eran como las de un frágil bambú, su rostro afinado y sus pechos ligeros y pechos. Se comenzó a avergonzar cuando escucho a la mayor gemir mientras escuchaba su nombre, acomodo la cabeza en su entrada y comenzó a introducirla mientras arqueaba su espalda – es-esto es intenso – menciono avergonzada.
― Aaah... Atsushi
― ¿te du-duele?
― N-no, es bueno
― ¿y si te recuestas? – la menor en si estaba enfocada y preocupada, quería ver a la mayor bien
Ryu sonrio, amaba que la menor fuese tan tierna, se recostó en la cama mientras tomaba el dildo, entraba y salía, entraba y salía, aquel vaivén tenia a la menor hipnotizada – Ry-Ryu...
― ¿si?
― ¿pu-pu-puedo moverlo?
― S-si...
Atsushi tomo la otra cabeza del miembro, - lento – le ordeno la mayor – Atsushi, concéntrate – la menor trago saliva y le dejo entrar lento. Ryu gimió con fuerza y Atsushi lo soltó
― Pe-perdón ¿te la-lastime?
― No torpe, se sintió bien – le sonrió – continua
― S-si
La menor volvió a tomarlo, imitaba los movimientos de la mayor, entrando y saliendo – así, se siente bien Atsushi – le felicito entre gemidos
― Ryu... te vez... e-erótica
― Ven aquí y bésame
Atsushi se puso encima para besarla, no soltaba el dildo que tanto movía, sus lenguas bailaba y la albina en algún momento se dejó llevar, el dildo era completamente flexible, así que dejo el otro extremo encima del vientre de la mayor, temblando, acerco su entrepierna para rosarla, Ryu estaba sorprendida pero no podía evitarlo, se sentía muy bien. Atsushi comenzó a moverse sin lograr detenerse, la mayor la sostuvo mientras se movían – aaah Ryu pe-p-perdón
― No, no. Sigue – pidió o más bien suplico entre gemidos
Ambas chicas se besaron, fue cuando la mayor logro terminar que se miraron, Atsushi seguía en el juego, eso era increíble. - ¿po-podemos ha-hacerlo de nuevo? – pidió la menor
― Claro – sonrió la mayor
Atsushi bajo de la mayor, y esta vez cambiaron posiciones, Atsushi una vez más estaba abajo – Ry-Ryu... po-podrías... ¿me-meterlo?
― Es muy pronto Atsushi
― Po-por favor
― ¿Cuántas veces me pedirás por favor?
― Hasta que deje de funcionar
― Que torpe
Acomodo la segunda cabeza entre las piernas de Atsushi, la acariciaba ligeramente, casi rosaba, Atsushi volvía a gemir – aaah... Ryu...
― Quédate quieta, no quiero que entre aun – pidió al ver a la chica mover sus caderas
― Pe-pero lo quiero
― Iremos lento
― Mételo po-por favor
Era su final, no podía resistirlo más. Coloco la punta entre los labios de Atsushi, justo frente a su entrada, Atsushi respiro y la mayor tomo su mejilla – tranquila, yo lo tengo dentro también
― Te-tenemos lo mismo... ¿ve-verdad?
― Si pequeña... jamás te lastimaría
― Aunque si me has golpeado
― No arruines el momento
― Pe-perdón
― Iré lento
― S-si
Ryu tomaba el dildo con fuerza y decisión pero su mano templaba ante la decisión, no quería lastimarla. Entro la primera parte y Atsushi mordió sus labios, dejo entrar la cabeza y la menor apretó las sabanas mientras arqueaba la espalda – R-Ry – le llamo con una voz suave, apenas podía hablar y sus lágrimas comenzaban a desbordar
― ¿Qué pasa? ¿lo saco? ¿dirás la palabra?
― N-no, no... ha-hazlo
Ryu cerró los ojos, beso la frente de la menor, tomo su mano fuerte – serás una cobarde... pero cuando te decides... Eres increíble, Atsushi. – Atsushi sonrió, Ryu la beso y dejo entrar el dildo a más
Se quedó quieta, podía sentir como la chica sentía el dolor, apretaba su mano, las sabanas, sus lágrimas caían y su grito era ahogado por su beso. Separo su beso y la miro – ¿todo bien?
― Mis hu-huesos se movieron – dijo asustada
― Te lo dije, tus paredes se abrirán
― Sé si-siente bien Ryu
― Bueno, es un buen dildo
― No – tomo sus mejillas – es porque eres tú, Ryu...
― Atsushi...
― Mu-muévete
― Como gustes
La mayor se comenzó a mover, Atsushi volvía a vociferar con pasión, Ryu no se quedaba atrás, se sentía bien estando con la menor. Era su primera vez con algo dentro, así que la menor logro terminar casi de inmediato, Ryu ya no necesitaba más.
Atsushi estaba agotada después de tanto. Saco el dildo de ambas y lo dejo para lavarlo. Atsushi sonrió mientras la mayor regresaba a su lado, se besaron mientras entraba a la cama - ¿está bien que durmamos así?
― Es nuestra primera noche, durmamos así
― Ryu
― ¿Si?
― Aun no me lo pides oficialmente
― Acabamos de hacer el amor y ¿quieres que lo pida?
― Sí, no soy una cualquiera – se quejo
Akutagawa rodeo sus ojos, esa era su pequeña romántica. Ryu tomo su mentón y la miro fijo – Atsushi... ¿serías mi novia? – pregunto y la platinada sonrojada sonrió
― ¡si Ryu! – la abrazo con fuerza.
Así había sido su primera noche juntas.
...
Un año después
― Esto me encanta – dijo Atsushi sonriente
Ryu apareció detrás cargando una maleta grande – está es la ultima
― Que quejumbrosa, solo traje dos maletas
― Si una con sartenes
― Eres delgada, quiero cocinarte de todo Ryu
― Ahora que viviremos juntas no será un problema
Se acercó abrazando a la menor por la cintura, Atsushi sonrió – quiero cenarte cada noche, desayunarte cada mañana y tenerte de postre en la comida
― ¿y en el almuerzo?
― Beberé de tus pechos
― ¡Ryu! – se quejó golpeándole ligeramente el hombro
Ryu tomo el cabello de la menor para pegarla a ella con fuerza, Atsushi amaba que la mayor la tratase con rudeza y la besará, la mayor lo sabía, era el interruptor de Atsushi. Separaron sus lenguas y la miro – aaah... Ry-Ryu hazme tuya – pidió
― Cada día de mi vida – respondió la mayor orgullosa
Sus apasionados encuentros eran igual que el dulce con café amargo. Una combinación rara pero perfecta.
...
Sigo sin creer que escribí un lemon tan largo... No sé si les gustará o aburrirá, quisierá sus opiniones honestas
¡Gracias por leer!
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