Capitulo cinco
Defteros y Degel caminaban lado a lado, disfrutando del aire fresco y de la compañía mutua. La conversación fluyó con facilidad, y pronto se encontraron hablando de sus días, compartiendo anécdotas y risas.
Defteros le contó a Degel sobre su trabajo, sobre los proyectos que estaba llevando a cabo y sobre las personas con las que trabajaba. Degel escuchó atentamente, haciendo preguntas y comentarios que demostraban su interés.
Degel, por su parte, le contó a Defteros sobre su día en la escuela, sobre las clases que había tenido y sobre las diferencias que tiene en la escuela por ser un becado. Defteros escuchó con detenimiento las historias de Degel y se sintió agradecido de que se sintiera lo suficientemente cómodo como para compartir sus pensamientos y sentimientos con él.
La conversación fue fácil y natural, y Defteros se sintió como si hubiera conocido a Degel durante años. La conexión entre ellos era palpable, y Defteros aún no podía creer que Degel hubiera aceptado su invitación.
Finalmente, llegaron a la casa de Defteros, y él se sintió emocionado de mostrarle a Degel su hogar. Abrió la puerta y se hizo a un lado para que Degel entrara.
- Bienvenido a mi casa - Dijo Defteros, sonriendo. -Espero que te sientas cómodo aquí.
Degel se detuvo en seco al entrar en la sala, sus ojos se abrieron de par en par y una sonrisa de asombro se dibujó en su rostro. La habitación estaba llena de estanterías que se extendían desde el suelo hasta el techo, y cada una de ellas estaba repleta de libros de todos los tamaños y colores.
- ¡Wow! - exclamó Degel, con voz llena de admiración - ¡Esta es una biblioteca increíble!
Defteros sonrió, orgulloso de su colección. - Gracias- Me encanta leer y coleccionar libros. He pasado mucho tiempo reuniendo esta colección.
Degel se acercó a una de las estanterías y comenzó a examinar los títulos - Tienes una gran variedad de géneros. Desde clásicos hasta ciencia ficción y fantasía.
Defteros asintió. Sí, me gusta leer un poco de todo. Me encanta descubrir nuevos autores y géneros.
Degel se rió - Pareces un verdadero lector.
Defteros sonrió - Supongo que lo soy... Pero no me importa. Me encanta perderme en un buen libro.
Degel asintió, sonriendo - Entiendo perfectamente... Nada como un buen libro para escapar de la realidad por un rato.
Degel se sintió instantáneamente conectado con Defteros al ver su colección de libros. Era como si hubiera encontrado un alma gemela, alguien que compartía su pasión por la lectura y los libros.
Mientras examinaba las estanterías, Degel se sintió como en casa. Le encantaba ver los títulos que Defteros había reunido, y se sorprendió al ver algunos de sus libros favoritos en la colección.
- Me encanta ver que tienes "El Señor de los Anillos' de Tolkien" - dijo Degel, sacando el libro de la estantería - Es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos.
Defteros sonrió - ¡Ah, sí! Es un clásico. Me encanta la forma en que Tolkien crea un mundo completo con su escritura.
Degel asintió, emocionado de encontrar a alguien que compartía su pasión por la lectura. - Exactamente. Me encanta perderme en un buen libro y explorar nuevos mundos y personajes.
Defteros sonrió, sintiendo una conexión con Degel que iba más allá de la simple amistad - Me alegra haber encontrado a alguien que comparte mi pasión por la lectura.
Degel sonrió de vuelta, sintiendo una sensación de camaradería con Defteros - Yo también. Es genial encontrar a alguien que entiende mi amor por los libros.
- Cuando gustes puedes venir aquí también a leer.
Degel se sintió conmovido por la sugerencia de Defteros. Le gustaba la idea de tener un lugar donde pudiera ir a leer y compartir sus pensamientos y opiniones con alguien que compartía su pasión por la lectura.
- Me encantaría - dijo Degel, sonriendo - Me gustaría mucho venir a leer contigo y compartir mis pensamientos sobre los libros.
Defteros sonrió, contento de que Degel hubiera aceptado su sugerencia - Genial... Mi casa es tu casa. Puedes venir siempre que quieras.
Degel se sintió agradecido por la hospitalidad de Defteros. Le gustaba la idea de tener un amigo con quien pudiera compartir sus intereses y pasatiempos.
- Gracias... Me siento muy afortunado de haber encontrado a alguien como tú que comparte mi pasión por la lectura, hoy en día muchas personas estan absortas en la tecnología.
Defteros sonrió, sintiendo una conexión con Degel que iba más allá de la simple amistad- Si lo sé. Me alegra haber encontrado a alguien con quien puedo compartir mis intereses y pasatiempos.
La conversación continuó, y Degel se sintió cada vez más cómodo en la presencia de Defteros. Le gustaba la idea de tener un amigo con quien pudiera compartir sus pensamientos y opiniones, y se sentía agradecido por la hospitalidad y la amabilidad de Defteros.
Degel dejó su mochila en la sala y siguió a Defteros hacia la cocina, sintiendo una mezcla de emoción y curiosidad. Estaba ansioso por probar la pasta que Defteros había estado hablando tanto, y se sentía agradecido por la hospitalidad de su anfitrión.
Al entrar en la cocina, Degel se sorprendió por la cantidad de ingredientes y utensilios que había en la encimera. Defteros parecía ser un cocinero experimentado, y Degel se sintió intrigado por la idea de verlo en acción.
- ¡Vamos a empezar! - Exclamó Defteros, sonriendo - La pasta es una receta familiar, y estoy seguro de que te va a encantar.
Degel se sentó en una de las sillas de la cocina, observando a Defteros mientras comenzaba a preparar la pasta. El aroma de los ingredientes frescos y la salsita que Defteros estaba preparando llenó la cocina, y Degel se sintió con el estómago gruñendo de antemano.
-¿Quieres un vaso de vino o algo para beber mientras esperamos?- Preguntó Defteros, sin dejar de cocinar.
Degel sonrió - Un vaso de agua estaría bien, gracias.
Defteros asintió y le sirvió un vaso de agua, que Degel aceptó con gratitud. Luego, se sentó a esperar, ansioso por probar la pasta que Defteros había preparado especialmente para él.
Degel cerró los ojos y dejó que el sabor de la pasta llenara su paladar. El primer bocado fue como una explosión de sabores, con la textura suave de la pasta y la riqueza de la salsa. Degel se sintió transportado a un lugar de pura delicia, donde el único pensamiento era el placer de comer algo tan delicioso.
Defteros lo observó con una sonrisa, disfrutando de la reacción de Degel - ¿Te gusta? - Preguntó, aunque ya sabía la respuesta.
Degel abrió los ojos y asintió con entusiasmo. -Es increíble- La salsa es perfecta, no demasiado fuerte ni demasiado suave. Y la pasta... es como si hubiera sido hecha para mí.
Defteros se rió, contento de que Degel estuviera disfrutando de la comida. Me alegra que te guste. La receta es una tradición familiar, y siempre me hace feliz compartirlo con alguien que lo aprecia.
Degel tomó otro bocado, saboreando la pasta con deleite - Es un placer compartir esto contigo- Dijo, mirando a Defteros con una sonrisa - Gracias por invitarme a cenar.
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