Sueños de primavera

Hotaru: - Por cierto hay algo que quería decirte, este año ya se ha decidido que seré yo la que lance el Harpastum. - Tras esto dicho se marchó a su salón de clases mientras que Amber se quedaba pensativo. De no ser por Razor acompañado por Bennet que lo sacaron de su estado mental, habría pasado mínimo la hora entera. 

Estos dos se llevaban muy bien a pesar de estar en clases separadas, y aunque existiera la típica rivalidad entre una y otra por lo general no encontrabas a dos personas que se llevaran tan bien. Solo algunos amigos que se juntaban en ocasiones como los eventos deportivos, no solían tener tanto roce.

Bennet: - Parece que te quedaste en las nubes por un rato. Menos mal que aún estábamos ayudando a recoger el material si no , no llegarías a clase a tiempo y tengo entendido que tenéis a Zhonli la siguiente hora. Animo. - Puff, cansado de una cosa y ahora historia, era un auténtico terror para cualquiera de ellos. Pero lo bueno era que ya quedaban menos horas para ir a casa.

La hora pasaba lentamente, todos los alumnos bastante cansados se quejaban para si mismos ya que el profesor no los tomaría en serio y lo que dijeran podría ser usado en su contra. Era mejor no provocar a la bestia inconsciente. Lo llamaban así puesto que sus intenciones no eran malas pero el resultado era un desastre. Toda idea terminaba en catástrofe traducida a cantidad de trabajos, y tema de los mismos.

Mientras tanto en la enfermería.

Un serio Xiao se presentaba debido al "dolor de cabeza". 

Sacarosa: - ¿Qué te trae por aquí? - Su timidez no desaparecía pasaran los años que pasaran. 

Xiao: - Disculpe enfermera, pero me dolía mucho la cabeza y le pedí al profesor descansar un poco, creo que se debe al estrés de los exámenes. Así que si no le importa me quedaré a relajarme un rato a ver si se pasa.

Sacarosa: - De acuerdo, yo saldré un momento y dejaré la puerta cerrada con llave, no creo que tarde, solo tengo que hablar con la directora de unos asuntos. Cuando vuelva si ves que no empiezas a mejorar te daré algo para el dolor. - Dijo mientras atravesaba la puerta dejándola cerrada para darle algo de tranquilidad a los dos que allí quedaron.

Se acercó a la cama donde yacía dormido Sora, quien aún no despertaba, no tenía realmente nada, la enfermera lo reconoció y era solo una muy leve contusión que no le ocasionaría problema alguno, pero por si acaso lo dejó descansando durante la siguiente hora.

Xiao lo observaba. El rubio mostraba una expresión suave, sumada a la luz natural que entraba desde la ventana por la cual aparecieron volando unos cuantos pétalos de flor, de los cuales uno en su mejilla cayó. La brisa seguía corriendo, y la escena no podría ser más hermosa, tanto que el joven no podía resistir el impulso de tocar al bello dormido. Sin pensarlo dos veces lo retiró con una suave caricia, y posó su mano sobre la mejilla del otro, quien no parecía que fuera a despertar aún, sino todo lo contrario. Estaba sumido en un sueño en el cual caía de una plataforma que se había echo trizas, y era atrapado por un joven de rostro muy familiar. 

De la nada el dormido joven comenzó a sonreír, lo cual pareció contagiar al moreno quien esbozó una cálida y gentil sonrisa antes de terminar posando un suave beso en sus labios. Solo duró unos segundos pero lo suficiente para que apareciera por allí Sacarosa, que ya había terminado su reunión. Por suerte para el anterior ya se había retirado del lado del pequeño rubio y se dirigía a la salida.

Xiao: - Ya me encuentro mejor, gracias por su ayuda. - Ni siquiera la dejó articular palabra, tan solo pudo asentir y acomodarse en su escritorio a seguir rellenando papeleo como la mayoría del tiempo. Entre tanto Sora despertó y mientras se acomodaba en la posición de sentado, comenzó a recordar lo que en el sueño ocurrió. Se sorprendió un poco al principio, y terminó sonrojándose inmediatamente después, puesto que en su sueño el mismo Xiao con unas vestimentas raras y unos tatuajes que no le había visto antes, lo atrapaba para que no cayera al vacío, lo cargó a suelo firme y terminó besándolo gentilmente.

No podía creerlo, incluso en sueños era increíble. Sonrió y se dio cuenta de algo, aunque era una tontería o eso pensaba. 

Sacarosa: - ¿Cómo te encuentras?, pareces bien pero te veo algo colorado, ¿te sientes mal? - Dijo mientras le ponía la mano en la frente para comprobar que no tuviera fiebre.

Sora: - No, no se preocupe, estoy bien. Creo que me iré ahora. - Se levantó y a punto de salir de la enfermería, los pensamientos aún rondaban por su mente. Ese toque... ese beso... parecieron tan reales.... - Enfermera, una pregunta si no es inconveniente. 

Sacarosa: - No, claro, ¿ qué necesitas?

Sora: - Dígame, ¿alguien a parte de usted ha estado mientras yo dormía?, - la enfermera se sorprendió un poco - a no me malinterprete, es solo que me pareció escuchar a alguien pero probablemente fue en sueños.

Sacarosa: - No, probablemente fuera el otro muchacho que vino con jaquecas, pero al parecer no era nada grave y se marchó hace unos minutos. 

Sora: - De veras, y... ¿ quién era? - su curiosidad podía con él, ¿y si no fuera solo un sueño?, ¿ y si el beso fuera real?

Sacarosa: - Lo siento pero no se su nombre, no suele venir por la enfermería. 

Un poco decepcionado, por no haber podido satisfacer su curiosidad volvía nuestro amigo, quien no hacía más que suspirar pensando en aquel sueño. Lo único que lo sacaba de ese estado era las personas que a su alrededor estaban y terminaban sacudiéndolo para que les prestara atención. Ese día terminó en su cama tumbado toda la tarde un tanto preocupado por que alguien más que no fuera Xiao hubiera sido su acompañante misterioso. Al final cayó dormido y volvió a soñar con aquella escena, pero esta vez no estaban solo ellos, sino que se encontraban algunos más, incluso la anciana de la tienda de té estaba allí, junto con unos animales un poco extraños y una Keching con un peinado un tanto peculiar aunque tan altanera y feroz como siempre se mostraba. Una pelea bastante intensa pero con el mismo resultado. Un beso al que el no se oponía sino todo lo contrario.

Pi, pi, pi, de nuevo la alarma un día más suena.

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