Capitulo 6: La boda
La princesa estaba sorprendida de como todos los preparativos para la boda estaban listos. Si, un evento de tal magnitud no podia prepararse de la noche a la mañana, haciendo que se cuestione para si misma el motivo por el que no se le habia informado. En si cuando se trataba de su amado príncipe verde se negaba a quitar la venda de los ojos, quizas eso hacia que como excusa optara por deducir que no fue algo estratégico ni con dobles intenciones y todo era una sorpresa que el tuerto preparo con su familia para tomarla como esposa como si fuesen los cuentos de hadas sin que la albina deba preocuparse por los preparativos, el estres y el lidiar con sus padres que por su cuenta nunca aprobaría la unión, sobre todo el principe canalla.
La dragona dejo el negro de sus escamas para pasar a un verde tan brillante como el faro de Antigua, una ofensa enorme para la princesa Rhaenyra y su causa sabiendo el peso que tenian los colores en la futura guerra civil que parecia inminente. Aemma le quitaba el peso político encontrando gusto por el verde como símbolo de amor hacia el futuro matasangre. No le importaba que sus progenitores y hermanos se ofendieran, es decir, le habian ignorado cuatro años sin ella recibir casi ninguna carta de su sangre, ¿por que deberia representarles y serles leal?, ¡ni hablar! En toda su vida no se habia sentido tan plena como el convivir dia a dia con aquel dragon que llenaba su corazón, el paraiso de los dioses en la tierra tal cual lo expreso en palabras. Por eso mismo al entrar con aquel vestido caminando hacia su amor lo hizo con la cabeza en alta orgullosa de ser finalmente suya, que todos sepan quien era su dueño. Si, la princesa podia sentir pena ya que su padre no la entrego al altar pero ese sentimiento se veia opacado por lo plena que se sentia en esos momentos. Sus ojos brillaban, su sonrisa era radiante, su rostro estaba sonrojado sin perder la timidez y dulzura que le caracterizaba incluso con pequeñas lagrimas casi impercetibles por lo emocionada que se encontraba en esos momentos.
Aemond estaba con un porte elegante usando las mas finas telas viéndose mas atractivo que nunca. Todos estaban acostumbrados a verlo con una vestimenta que se adecuaba a su entrenamiento y dejaba un poco los lujos atras. Este dia no, era su momento y queria estar digno para la ocasión. Mas eso no era lo que mas llamaba la atencion sino su mirada, aquella que clavaba en su dragóna, una de un príncipe enamorado, una forma de ver como nunca antes habia mirado a alguien. Todos estaban acostumbrados a su frialdad, aquel adolescente con heridas de la niñez que hoy en dia cargaba un serio semblante, callado, sin demostrar muchas emociones. Pero esto se trataba de Aemma, su Aemma y ella sacaba ese lado de el que nadie veia, solo para ella abria su corazón de una forma nunca antes vista y en estos custro años si habia alguien que le ayudo a sanar fue aquella princesa que lo volvía completamente loco y sediento de su amor.
- Yo soy tuyo y tu eres mia hasta el fin de mis dias, hoy y siempre- El principe verde pronunciaba sus votos matrimoniales con aquella voz viril y ronca que era de lo mas envolvente. Nadie existía para el en estos momentos, solo su amada como si el resto de la sala fuese inexistente y aunque todos estuviesen mirandole en la miraba a ella. Aemond acariciaba con sultileza sus delicadas manos, se aseguraba de grabar uno de los mejores dias de su vida en su memoria en todas las formas; El tacto de aquella tersa piel de porcelana, el perfume característico de la platinada siendo el olor de su amor, aquella fragancia que le transportaba a ella y claro, el grabar cada centrimetro de su hermoso rostro que para el era la verdadera delicia del reino, una belleza que quedaria en las crónicas de Poniente, ante sus ojos la mujer mas bella de a tierra, con un rostro esculpido por los dioses de la Antigua Valyria y el cuerpo perfecto para el de baja estatura lo que le permitia refugiarla en sus brazos al ser el bastante alto. Aemond estaba hechizado, completamente enamorado. Si toda esta vida fue de sufrimiento quedo recompensada solo por tener el amor de su vida.
- Yo soy tuya hasta el fin de mis dias... desde hoy y siempre- Sus votos matrimoniales fueron pronunciados con la voz mas dulce que podia hacer jurandole amor eterno como el dia en el que se convirtió en su "ojo" rompiendo asi el cordon umbilicar con su madre. Si, ahi dejo soltar bien sus lagrimas de felicidad mas cuando la boda no solo fue ante la fe de los siete sino valyria como los dioses de los dragones mandaban usando aquella daga para cortar su carne, unir su sangre y beber el vino. Asi, principe y princesa, marido y mujer estaban casados por los nuevos y los viejos. Ademas de ser mas romántico hacian honor a Aegon el conquistador y a la casa Hightower protectora de la fe de los siete al mismo tiempo. Curioso, muy curioso el como parecia un paralelismo entre la union de hace cuatro años de Daemon Targaryen y Rhaenyra Targaryen. Solo que esta vez era anunciada ante todos manteniendo la calidez de lo intimo por supuesto. Aemond podia no estar obsesionado con el trono como su tio y suegro mas si que sus planes le habian salido a la perfeccion desde el inicio, todo lo que el quiso y no pudo hacer siendo poetico, una poesia que culminaba con aquel beso magico entre marido y mujer mientras la primogenita de Rhaenyra lloraba perdidamente enamorada de este- Te amo tanto, mi principe verde- Susurro solo para ellos en sus labios antes de salir tomados del brazo ahora unidos por el sagrado matrimonio.
- Yo te amo mas, mi hermosa dragóna- Respondió para tomar su rostro y darle un corto beso. El la mostraba con orgullo, vistoso, presumiendo lo que era suyo, solo de el y nadie mas. Nunca nadie podria tenerla, nadie tendria el placer de recibir sus besos, su afecto, de sentir su cuerpo. El dragón verde era posesivo con lo que era suyo y de esta forma dejaba en claro las reglas tanto para la familia de su hermana como cualquier otra casa. Su rostro era el de un ganador dedicandole esto a los nobles que quisieron cortejarla y la familia de esta "Es mia, me pertenece y ustedes no pueden hacer nada al respeto" era lo que comunicaba sin palabras, un mensaje que todos entendian, la sangre no era suficiente cuando se trataba de lo suyo, con Aemma no tenia limites.
En la cena llegaron las casas nobles luego de la boda siendo los negros sentados en la mesa real pero lejos de la novia. Estando ya portando los colores verdes su familia de escamas negras lo veia como una falta de respeto y clara ofensa hacia ellos mismos al ser su hija la "reina" de esta ceremonia como dando una indirecta clara de que ya no les pertenecia sino que ahora estaba a merced de aquel dragón con el que la familia tenia una deuda pendiente y molesto por años antes de ser jinete de Vhagar.
Aemond estaba sentando junto a su esposa siendo el centro de atención, los reyes del evento. Sin embargo el no estaba interesado en conservar con ninguno solo con su familia de verdes escamas en la cual ahora su amada formaba parte. Luego de degustar su comida mientras las criadas retiraban los restos de la cena para dar paso al postre este se acerco a su esposa susurrandole lo siguente:
- Nuestra noche sera larga... espero que estes preparada- Su voz era juguetona, ardiente en deseo. Si, ya queria poserla y someterla a su merced al tenerla entre la sabanas. No seria solo hacer el amor, la llevaria al Eden, la haria adicta a el, mas dependiente que nunca y asi jamas podria dejarle. Estaba ansioso por esto desde que ella florecio como mujer y seria quien le enseñe el verdadero placer- Por cierto, parece que tu madre desea hablar contigo- Comento a modo de burla indicandole con su cabeza como esta estaba observandolos con un coraje que trataba de reprimir- Aun no acepta que eres mi esposa, ¿no crees que deberiamos dejarselo en claro?- Si habia algo para hacerla sufrir el lo hacia con gusto. Amaba ver esas expresiones de rabia y tristeza cuando el estaba con su dragona asi que el acaricaba los cabellos de esta sin importarle si era meloso porque solo el podia hacerlo y ellos no podian detenerlo- Si las miradas mataran ya estaria hecho cenizas y tu llorando mi muerte.
Respecto a la princesa. Cuando el principe verde dijo que seria una larga noche las mejillas de la albina de tiñeron de un color rosado imaginándose que era lo que se veia. Aemma estaba... bueno, creciendo. No era nada extraño para su edad que experimentase el deseo sexual por mas de que la fe de los siete quisiera hacer parecer lo contrario. Bueno, no estaria para nada disgustaba de cumplir sus deberes de esposa, queria hacerlo, comer la manzana producida del jardin pero admitia que tambien tenia miedo ya que era algo que desconocía, ¿podia sentir al mismo tiempo unas emociones tan contrarias?
- Nuestra noche... - Solo finalmente revelando no solo por el tono de su rostro que aquellas palabras habian penetrado en ella sino la forma de impostar su voz, el hablar- Una vez que consagremos matrimonio estaremos unidos de todas las formas posibles- Asi beso su mejilla acarciando sus cabellos. Aemma no tenia verguenza de demostrar cariño ante el público, era su escencia, calida, amable y demoatrativa gustando de los mimos, atencion y ñoñerias amorosas- Si mi madre quiere hablar lo hara ante mi verdadera familia, mi amado esposo. Vi como te matan con las miradas... no dejare que te falten el respeto, no en nuesto dia.
Asi la dragona orgullosa tomo el brazo de su amor para caminar a la mesa de estos notando como el ambiente se hacia pesado para los negros que trataban de disimilar su disgusto siendo imposible para Daemon y lucerys que no eran buenos ocultando sus emociones.
- Buenas noches familia, gracias por venir a esta noche tan especial para mi- Comento apoyándose mimosa en el brazo del tuerto regandandose en este mientras estaba enlazada en este esperando la respuesta de su madre- Felicidades por tu embarazo madre, otro niño vendra al hogar. Pronto te dare a tu primer nieto, como los dioses mandas le dare a Aemond principes fuertes y de sangre pura- Orgullosa de su amor, resentida con los negros. Raramente ella era pasivo agresiva por su tendencia a evitar conflictos pero al estar años envenenada, las cartas que no llegaban y que la pelea haya sido su última interacción tenia severas consecuencias.
- Buenas noches hija mia- Respondio la que alguna vez fue la delicia del reino ttatando de mantener el control. Habia lidiado con situaciones pesadas pero esta era de las mas fuertes para ella, su amada hija en brazos del hermano que mas odiaba, aquel que intento matar a sus hijos y que estaba vengandose de todas las formas posibles- Felicitaciones por tu boda, lo digo también por ti, hermano- Dijo la princesa bebiendo de su copa- Solo tienen catorce primaveras, no deberian apurarse en traer descencia- ¿Como reaccionaria cuando sea abuela? Seria un escenario tan difícil, su sangre se uniera a la de sus hermanos para traer una nueva vida, la personificación del amor entre un verde y una negra, niños que serian criados por rencor por su padre, la mejor carta de los Hightower al hacerlo "intocable".
- Este dia se recordará como el dia en que te voliste traidora a la sangre, queria "sobrina"- Daemon no se callaba ni en la boda de su hija, no era su escencia asi como miro a su sobrino- Despues de tantos años tu plan dio frutos, no eres un dragon sino una sanguijuela igual que todo el linaje de tu madre.
- Me gusta cumplir mi deber de esposo querida hermana, mi Aemma tendra muy pronto un verdadero dragón en sus brazos, uno de sangre pura- Comento el tuerto burlandose de Rhaenyra- Oh tio, lo dices como si no hubieses sido exiliado varias veces. Hablas como si yo fuese un monstruo, de esos que matan a sus esposas.
Antes de que todo se vaya al caño por la clara tension entre Daemon y su nemesis, la reina Alicent Hightower llamo a la pareja para que abrieran el baile tal cual lo indicaba el evento asi que los saco de aquella incomoda situación.
La pareja fue al centro con el tuerto sosteniendo la mano de su esposa con orgullo, presumiendola ante todos, iniciando el baile. Aemma de niña era muy torpe para bailar, tuvo que tener años de educación pero al fin lo habia logrado bailando con la gracia de una gacela el dia mas feliz de toda su vida dejando que su esposo sea su guia (ya que si bien ella tenia mas conocimiento en la "materia" la regla de la danza era que el hombre lleve a la mujer) sin importarle si llegaba a pisarle o no. En esos momentos solo eran ellos dos en su noche magica, su pequeño mundo, todo lo demás era invisible. La dragona estaba mas hermosa que nunca no solo por su peinado y vestimenta que denotaban toda su elegancia sino que estaba risueña, alegre con sus mejillas sonrojadas por la emocion que sentia en esos momentos como si su corazon fuese a salirle del pecho.
*El tuerto le dejo para que cambie de pareja ya que una vez que los novios habían iniciado la apertura del baile otros podian sumarse. Esa noche aprovecho para danzar con todos tanto verdes como negros y nobles de otras casas. Asi Aemond miraba apartado a su esposa con amor y orgullo, como esta era la reina de la noche, la estrella mas brillante de todas.
Para Rhaenyra Targaryen era de los peores dias de su existencia. Aemond Targaryen, su hermano causante de la casi muerte de sus preciados hijos habia hecho de las suyas para eliminar su alianza y asi casarse con la hija de ella y Daemon Targaryen tomandola como esposa humilandola frente a todos con los verdes soltando risas peor ya que el vestido era uno elegido por el tuerto siendo del color de su causa todo con gusto de provocar mas.
Ninguno de los negros estaba feliz salvo por el pequeño Joffrey que no entendia nada de lo que sucedia teniendo la ingenuidad de un niño. Lucerys, Jacaerys y su esposo eran los que peor se encontraban con un humor de un dragon enfurecido mientras Aemma estuvo besandose y danzando con su esposo en una parte habiendo hecho la boda Valyria y de la fe de los siete dos en una haciendo una tras otra el mismo dia. Rhaenyra estaba molesta conteniendo su molesta pero ya no podia asi que cuando vio
Luego la heredera al trono noto como Helaena toda risueña y animada le decia a su sobrina para bailar yendo a divertirse juntas con inocencia. Ahi fue cuando la Targaryen aprovechó para acercarse a su hermano con una copa de vino.
- Jugaste bien tus piezas- Comento la mujer beniendo de su vino sin mirarle a los ojos- Mi hija pronto tendra tu hijo en su vientre. Es la peor humillación que pudieron hacerle a la mia aunque la hipocresía es grande. Quiero decir, hace años no dejaron casar a nuestra hermana con mi hijo y ahora hicieron esto a mis espaldas- No tenia pelos en la lengua, su hermano ya tenia catorce años, ya era mayor para época ademas no iba a cambiar nada de que ahora sea el esposo de su unica hija- ¿Cual es la diferencia entre ella y mi Jace?, ¿desde hace cuánto planeas esto? Se honesto ya que no puedo hacer nada por mas que yo quisiera.
- La pregunta misma ofende- Respondió el tuerto- Comparar a una princesa de sangre de dragón pura con unos bastardos Strong, ¿no lo ves hermana? Hasta sus rasgos hacen la diferencia, no compares un dragon con unos "fuertes" chiquillos- Se mofo de la mayor pareciendole ridículo aquel argumento. Es decir, su Aemma no se comparaba con nadie, era hija de la sangre pura de Valyria aun mas que la de el mientras que aquellos bastardos no habian sido capaces de herederan ni un solo rasgo Valyrio siendo la burla del reino- Por favor, ¿en serio vas a sentarte ahí intentando juzgarme mi querida hermana? Que yo recuerde te casaste sospechosamente con tu querido tío después de que tu esposo muriera...- Atacaba por ese frente sabiendo que no tenía forma de replicar eso para nada era una mujer pura como el color blanco y tenía bastante fantasmas en el armario por lo que no sería nadie para juzgar la actitud del tuerto o siquiera las acciones que hacía- No me mires de esta manera. Tu querida hija estará mejor de mi lado rodeada de verdaderos dragones. ¿Acaso planeabas que alguno de tus hijos se casara con ella?- Le preguntó tomando la copa de vino que traía ella de forma descarada para beberlo el mismo como un acto de burla, sin respeto alguno por ella cuando estaban hablando en privado sin ser objeto de las miradas todos los de la fiesta al estar ellos centradose en el baile.
Laenor no habia muerto mas ella habia planeado algo para que pareciera asi sus enemigos le teman y pueda casararse con su tio teniendo al fin un esposo que pueda protegerla como se debe y no preferir perderse entre caballeros como el acostumbraba hacer.
- Situaciones diferentes. Mis manos nunca han estado manchadas de sangre, ¿puedes decir lo mismo por ti querido hermano?- Pregunto desafiante la princesa sin entender como un mocoso que tenia la edad de su hijo mayor podia ser tan borde e insolente, como siempre desde niño- Odias a mis hijos por mentiras de tu madre de que son bastardos, ¿como podrias amar a mi hija? No te creo nada y si, Cregan Stark no era mi primera opción. Siempre la vi como una esposa para Lucerys o Jacaerys, ella estaría mejor con ellos que contigo-El mayor descaro de todos fue cuando tomo esa copa de vino tomandola como si ella fuese una criada comun. Ahora ella si estaba enojada con impotencia, tenia mucha rabia, estaba furiosa deseando quemarle- ¿A donde quieres llegar?
Rhaenyra estaba por responderle mas cuando de la nada vino su hija toda enojada que habia dejado a Lucerys llorando yendo a refuguarse en los brazos de su esposo estando acurrucada en el tuerto. Parece que habian tenido una discusión fuerte ya que todas las miradas estaba puestas sobre ellos, ¿que habia dicho el niño para alterar asi a la novia? Podia imaginarlo, Lucerys era muy sensible, no controlaba sus emociones a diferencia de Jacaerys asi que no le parecia raro.
- Otra vez arruinando todo- Comento la dragona para recargarse con el estando mimosa demandando afecto por aquella acalorada discusión con el menor mientras portaba aquel vestido verde escogido por su esposo- Esposo mio, quiero quedarme contigo el resto de la noche.
- Creo que llego la hora de llevarte al paraiso de los dioses, mi amada esposa- Aemond sabia que era el momento habiendo cortado el pastel, cenado y hecho todo lo necesario. Ya habian pronunciado su amor ante los dioses y ahora solo debian consumalo para que esta unión sea valida. Asi que tomo a la platinada de forma posesiva burlandose de su hermana mayor que miraba con impotencia sin poder hacer nada. Era la hora del encamamiento ya que como dictaba Poniente los novios debian irse antes asi que el la cargo entre sus brazos cual princesa saliendo de la sala para tener su noche soñada, una que ambos empezaron desde hace mucho tiempo cuando empezaron a sentir el deseo, uno que el tuerto reprimió solo por no querer desornarla y tomarla bajo la fe como su madre, Alicent Hightower le habia enseñado y ahora por fin se unirian en uno haciendo el amor, enseñandole a la dragona lo que era el verdadero placer.
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