Capitulo 3 "Una deuda es una deuda"

Al dia siguente la princesa Aemma habia tocado la puerta. Ella estaba con los ojos llorosos, no habia dormido en toda la noche pensando en su amado príncipe verde y el como se gano la decepción de sus hermanos. Nadie en su familia le hablaba por lo que hizo la noche anterior, no le perdonaban que haya dejado ir al chiquillo tras ese dragon y para el colmo defender al ahora tuerto cuando llego el momento, le llamaban traidora a la sangre. Aemma no era una persona que sepa llevar bien esos tratos, solia encerrarse en su mundo cubierta por las sabanas mientras se rompia en llanto, se sentía tan sola... necesitaba consuelo por tantas emociones encontradas, ayer habían pasado tantas cosas...

- ¿Puedo estar con ustedes? Les pregunto a sus tres tios. La muchacha estaba deprimida y un sentimiento de culpa la ahogaba. Sentia que le habia fallado a la familia, tanto negros como verdes. Parecia que los vinculos nunca iban a cerrarse. - Yo, de verdad lo lamentó... -Dijo con lagrimas que brotaban de sus ojos. Jamas había estado asi, no lloraba tanto desde que era una bebé- Mis hermanos no tienen mal corazón. Ellos... s..solo... ¡oh Aemond.!- La albina no queria que la grieta siga en la familia. Amaba a todos, incluso a la reina Alicent, por el simple hecho de estar en la familia, ¿como podias odiar a alguien que era de tu sangre? ¡Debian estar unidos!, ¡eran una familia!, ¿que importaba el color de su "bando"? - Tu madre tuvo razon anoche, alguien debe pagar el precio pero no quiero que mis hermanos sufran. - La chiquilla saco una daga de acero Valyrio y se lo entrego al niño sin ojo, ella estaba agachando la mirada, temblorosa, tratando de mentalizarse para prepararse para el dolor que iba a sentir, solo esperaba no desmayarse- Escoge el que gustes. Estaremos a mano. L..lamento no haberlo evitado. Debi quedarme a hacerte guardia.- Los ojos de la bastarda de Daemon Targaryen se cerraron mientras clavaba sus uñas en su cuerpo preparandose por lo que venia. La pequeña princesa de cabellos como la nieve, brillantes como la plata estaba dispuesta a sacrificarse, sus hermanos no serian tocados y el tuerto merecía justicia, no podia dormir tranquila si el seguia asi- Hazlo rapido por favor...n..no me voy a enojar, yo te amare siempre, eres mi sangre... de verdad lo siento tanto, debi ser yo en tu lugar.

El tuerto le miro por unos segundos. Si, estaba impactado, no se veia venir es, el pasar ese dolor solo para querer unir a negros y verdes, una grieta marcada que ya no tenia reparación. Aemond tiro la daga hacia un costado acariciando dulcemente su rostro con tristeza notando como la pequeña tenía unas ojeras demasiado marcadas evidenciando que no habia descansado absolutamente nada. Asi como ella tenia un instinto para protegerle el lo tenia con ella, le gustaba aquella bondad, la pureza que emanaba le recordaba a su hemana Helaena, solo que mas calida puesto que a la mayor no le gustaba que la toquen.

- El de la deuda es tu hermano, no tu- Respondio sin titubear sosteniendo aun su cara. Los hermanos del principe estaban intrigados, la prometida de Aegon sentía que podia respirar por ahora- ¿Crees que yo seria capaz de hacerte daño?- Pregunto sorprendido mirando a la bastarda- A ti nunca... jamas- Acto seguido la atajo hacia el para abrazarle provocando en ella un fuerte sonrojo.

El futuro matasangre tenia fuertes sentimientos hacia la princesa queriendo despozarla cuando cumpla la edad apropiada, hacerla su mujer. No obstante sabia que no se podia vivir solo de amor. Aemma Velaryon no solo era la unica capaz de despertar en el tales sentimientos sino que seria su pieza clave en aquel juego de ajedrez. Si los negros le habian robado su infancia y mutilado su rostro, el arrebataria la unica hija de sus lideres pagando el precio Rhaenyra y Daemon con una misma persona. Si, de solo pensarlo estaba emocionado, inclusive el patizambo que en los siguentes años ayudaria junto a Otto Hightower en este plan.

- Anoche dijiste que yo te gustaba pero no me diste tiempo para responderte- Si, hablaria de lo sucedido. Es por eso que los hermanos compronetidos se fueron de la habitación por petición de Helaena aunque Aegon se fue a rastras- Siento lo mismo por ti querida sobrina- Confeso al fin el Targaryen haciendo que ella se sonroje estando igual que el dragon del escudo de la casa real.

- Tio Aemo...

- Dejame terminar- Respondio el chiquillo para luego arrodillarse ante ella lo que provocó. Asi la albina acarcio con delicadeza y pena el rostro de su amado teniendo asi una mejor vista de aquella cicatriz- Solo somos tu y yo contra el mundo, anoche me juraste lealtad, eso es el amor mas puro- Respondio el tuerto- Si estas dispuesta a seguir tu juramento quiero tomarte como esposa cuando sea la edad. Le dire a mi madre ya que se que mi padre aceptara y seres al fin... solos tu y yo- Un plan brillante, aislar a la dragona de sangre pura de los sucios Strong junto a sus padres impudicos. Si ya dependia de el, ¿como seria si solo convivía con verdes? Seria su mejor arma sintiendo hasta un complejo de caballero blanco rescatandola de aquellas personas que la corromperian, solo con el estaria a salvo (según su perspectiva, claro)


- Yo no rompo mis promesas- Exclamo la pequeña princesa- Sangre de mi sangre, hoy y siempre. Juro ante los dioses, tanto de la fe de de las siete como los Valyrios que te sere leal hasta el fin de mis dias y cuando llegue el momento te encontrare en la tierra de los dioses o en la siguiente vida.

Como si el destino hubiese estado escrito la princesa seria puesta a prueba. Si en aquella pelea donde el tuerto habia perdido su ojo ella no habia estado para apoyarlo estaria en la siguiente aunque eso la alejara aun mas de su familia, algo que sucedería ahora mismo.

- Aemond... - Queria remarcar el amor que tenia, una sola frase que era mas poderosa que cualquier arma pues ese sentimiento tan poderoso era lo que la tenia en sus redes, unas de las que no queria salir. Solo habia un problema, estaban siendo observados por una de las gemelas hijas de la difunta Laena. Bien necesitaban ir a un lugar mas privado- ¿Podemos hablar abajo? Con Vhagar no creo que nos molesten, te ayudaré a alimentarla.

Se fueron de alli con ella tomándole la mano jalandolo hasta sus dragones esperando que nadie los notara. Asi la princesa Aemma cuando llegaron noto como Vhagar se acercaba a su jinete calmada sintiedo una enorme conexión.

- Como te decia tio, yo...- No pudo terminar lo que decia porque un castaño vino gracias a la hija menor de Daemon Targaryen molesto de que su hermana mayor este pegada al tuerto- ¡¿q...que haces aquí?!, ¿vas a disculparte al fin con nuestro tio?, ¡el lo merece!

Lucerys corrio en busca de su hermana decidido a darle una lección a Aemond Targaryen por haberle puesto una mano encima a al hermano que amaba y sus queridas "primas". Por se los encontró al príncipe verde y a Aemma Targaryen. Lo peor es que Vhagar estorbaba el paso para llegar a Arax estando mas expuesto sin dragón. En aquellas epocas el bastardo Strong no era tan temeroso, algo curioso puesto que de niño no dudo en pelear a puño limpio con alguien mayor y hasta arrancarle un ojo sabiendo lo que podian hacerle al ser hijo del rey pero al crecer se volveria mas desconfiado poniendose nervioso hasta para sostener una espada, ¿que pudo pasar en la vida de el hijo de la princesa Rhaenyra para perder esa confianza?. Pronto ocurriria empezando con una discusión que separaría a la bastarda de Daemon Targaryen de su familia cayendole a los verdes como anillo al dedo.

- Tu, ¿como te atreves a intentar matarnos?- Su voz demostraba todo el enojo que cargaba contra aquel niño. Por eso deseaba enfrentarse solo al tuerto acercandose amenazante, algo que molesto a la dragona poniendola en alerta y que hizo que Aemma lo empujara para que no le haga daño a quien le gustaba.

- Por favor Luke, ¡basta ya!, ¿no te bastó con sacarle el ojo?

- ¿Como te atreviste anoche? Eras mi hermana y solo te preocupaste por el. Le diste a la arpia de su madre el gusto de decir que somos bastardos.

- ¡Volvería a defenderlo sin dudarlo!, ¡si fuera Rhaena la que perdio el ojo harias lo mismo que yo!, ¡es lo que haces por alguien que amas!, ¡porque yo estoy enamorada de el!

- ¡Es un mentiroso¡, ¡intento matarnos con esa piedra!- Lo que decia el era verdad. Si el no sacaba aquella daga atacando a su tio este le abria estampado la piedra en la cabeza del primogénito de la ex delicia del reino ademas de matarle a el.

- ¡Aemond seria incapaz de matar a uno de ustedes!- Le grito molesta sin saber cuanto se equivocaba ya que la irona de la vida hacia que el niño con el que discuta sea su víctima terminando lo que no pudo hacer la noche anterior cuando quiso extinguir a los bastardos Strong- ¡No te acerques!

La albina se puso en medio de los dos. Para que ninguno se ataque aunque estaba frente a frente con su mellizo pues protegia a Aemond.

- Oh, ¿de verdad Aemma? Eres la peor persona que he conocido en mi vida. Nadie te quiere, todos te odian. Mamá te detesta por lo que hiciste, rompiste su corazon por defender a este tuerto de mierda. Los abuelos tambien, por algo Corlys te salto y le dio tu lugar de señor de las mareas poniendome a mi antes que a ti. Eres tan poca cosa y ten por sentado de que no eres mi hermana, ni la de Jacaerys ni Joffrey, en realidad te odiamos asi como Baela y Rhaena también lo hacen. Eres tan patetica y miserable que ni tu padre te quiere porque Daemon nunca pregunto por ti ni se hizo cargo. En cambio lord Strong si nos crio a nosotros, fue un padre presente porque nos amo a diferencia del tuyo. Solo eres patetica, mendigas amor, ¿crees que Aemond te quiere? Si te mueres a nadie le importa. Por eso terminaras sola, nunca nadie te amara.

- C..callate Lucerys, ¡tu padre esta muerto!

Aemma se avalanzo sobre el solo que no tenia experiencia en peleas al no estar entrenada como se lo hacia con los herederos varones provocando que en su torpeza fuese tirada al suelo. Lucerys nunca le habia pegado a una mujer pero esta vez paso sus limites sin mencionar que fue en defensa propia cargado la rabia por lo que la mayor le habia dicho. Asi la princesa tenia una mano marcada en su mejilla sangrando levemente de la nariz. No se comparaba a la pelea de anoche, no estaba golpeada a nivel de ninguno de los participantes pero lo que penetraria en su corazon serian las siguentes palabras.

- Y yo hubiera preferido que seas tu la que este bajo tierra y no Sir Harwin Strong. Debiste ser tu, ojala hubieras sido tu asi, a nadie le habria dolido, ¡traidora!

Su hermana no le respondio. Solo se quedo callada mirando al suelo. Se sentia tan poca cosa, hasta deseaba estar muerta. Ella solo se limito a hacerse un bollito y esconderse mientras ocultaba su rostro en sus rodillas y abrazaba sus piernas estando en un trance como si fuese un objeto inanimado alli. El vinculo parecía no tener retorno, ¿que sucederia cuando se diera cuenta los años que perdió cuando inicié la danza? Aquel pozo solo se haria mas profundo.

Lucerys en cambio solo paso por lado de su hermana mirandola con con dolor con sus ojos llorosos y rostro ojo aparte de la nariz fracturada por culpa de quien estaba al frente mirando a Aemond con impotencia.

- ¡Es tu culpa!

Aemond estaba enceguecido de ira, ¿como se atrevió? Cada vez su riña con Lucerys Velaryon se hacia mas personal. No importaba que fuese un niño, el tuerto ya ansiaba con asesinarle algún dia. Odiaba que aquel mocoso este protegido tras el privilegio, el mismo que hacia que Viserys no protegiera al resto de sus hijos.

- Callate, bastardo infeliz- Tomo el brazo de su sobrina atrayendola hacia el. Asi la puso detras suyo mientras Vhagar mostraba todos sus colmillos estando a escasos centimeros del pequeño de castaña cabellera- Ella es mia, me ha elegido a mi y si le vuelves a poner una mano encima seras carne para mi dragón, sera un "accidente"- Disfrutaba de ver esa expresión de susto en su rostro. No tenia precio, era tan gratificante- Sabes, podría cobrar mi deuda ahora, ¿que dices, Aemma?- Pregunto entre risas para acto seguido volver a clavar su ojo en el hijo de Harwin Strong- Vhagar, draka.... - No termino la frqse solo para estallar en risas por como su sobrino se mojo sus pantalones cayendose en la arena sobre lo que el dejo debido a sus miedos- Ahora ve y llorale a tu madre, tu hermana ya es mia hagas lo que hagas. Yo la reclamo, es mia asi como reclame a Vhagar y nunca nadie la quitara de mis manos.

Luego de ese episodio el principe verde limpio las lagrimas de ella y acomodo sus cabellos. Asi fue a ver a su madre quien no podia creer lo que sucedio en la playa sintiendo mas repulsion sobre los nietos de su esposo y un cariño mayor hacia la hija del canalla. Aemond le imploro a su madre que convenciera al rey de dejarla ir con ellos a Kingslanding, que asi como el la reclamo en ese lugar el debia cumplir su promesa. Ante esa debilidad la Hightower solo pudo aceptar diciendole a la Targaryen que preparara sus cosas ya que ellos zarparian en poco. A partir de aquí Aemma Velaryon pasaria sus siguientes dias en un nido de verdes tal como estos planificaron.

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