Capitulo 11 "Bastion de Tormentas"


Nota de la autora antes de iniciar el capítulo: La versión que sucederá a continuación es una mezcla entre la de el libro "Fuego y sangre" y la serie. Si notan cierto cambio respecto a la batalla es porque se toma una versión del libro. Desde ya gracias por su tiempo y por leer fic.

...

El principe verde llego a aquel lugar cansado. No fue un trayecto largo. Solo que estaba cansando, bastante agotado por todo el dia de la coronacion, las peleas con su amada, el buscar hace dos días a Aegon y eso el señor de Bastion de tormentas lo sabia dandole la bienvenida que correspondia. El príncipe Aemond desconocía el recibimiento que le darían, pero Bastión de Tormentas lo acogió con festines, cacerías y justas.Lord Borros se mostró más que dispuesto a entretener a su peticionario. Lo recibió con un banquete, le habian enviado un cuervo en el que informaban de su llegara esperandolo con un jabali recien casado y claro, presentándole a sus hijas que estaban desesperadas por ser despozadas.

Despues de la cena todos fueron al gran salon para discutir los terminos de su acuerdo, se suponía que estas actividades fueron para que el Targaryen escogiese a la hija del hombre con la que tuviese mayor afinidad para el principe Daeron aunque el hombre hubiese preferido mil veces que Aemond haya sido el que despozara a alguna de sus vastagas.

-Tengo cuatro hijas- dijo al príncipe- Escoged a la que queráis. Cass es la mayor, pero Floris es la más bella y si lo que buscáis es una esposa inteligente, tomad a Maris, si su hermano es un estudioso de Antigua estaria encantado- También le dijo que Rhaenyra llevaba demasiado tiempo dando por sentado el apoyo de la casa Baratheon -Sí, la princesa Rhaenys es pariente mía y de los míos; una tía abuela a la que nunca conocí se casó con su padre, pero ya murieron los dos, y Rhaenyra…no es Rhaenys, ¿verdad?  No tengo nada en contra las mujeres ya que adoro a mis niñas, y una hija es un tesoro. Usted debe saberlo mas que nadie, tiene cuatro princesas al igual que yo. Las niñas son las preferidas de los padres siempre pero un hijo… Ay, si los dioses me concedieran un hijo de mi propia sangre, Bastión de Tormentas sería para él, no para sus hermanas. ¿Por qué habría de ser diferente el Trono de Hierro?- Pregunto el hombre pero le dijeron de la posibilidad de un matrimonio con el principe Daeron Targaryen- Oh, usted escogera la esposa para su hermano. Una pena que este casado. De ser otros tiempos no estaria mal visto que tomase a otra. Considero que los hombres no somos hechos para una, eso limita tanto las alianzas... - Con un matrimonio real en el horizonte… La causa de Rhaenyra estaba abocada al fracaso; ya se daría cuenta cuando se enterase de que había perdido Bastión de Tormentas; se lo diría él mismo "Arrodíllate ante tu hermano, será lo mejor". Sus hijas se peleaban de vez en cuando, como todas las niñas, pero siempre se aseguraba de que hicieran las paces después.

El hombre ofrecia a sus hijas sin mas como si se tratasen de un trozo de carne. No era nada nuevo, su abuelo Otto habia hecho lo mismo que su madre y aunque el Targaryen sabia el rol que cumplían las mujeres en Poniente lo cierto es que no entendia como podia actuar como si nada. Es decir, si, un príncipe era a lo que cualquier lady quisiese aspirar mas la forma en la que abordaba la situación le producía algo ya que el hombre hizo que besara a cada una de sus vastagas para "probar el néctar de sus labios" y que de alli se decantará por una. Si Aemma viese esto se le revolveria el estómago, el tuerto no estaba comodo pero "hacia lo que tenia que hacerse". Con esto sin dudas descarto a Maris Baratheon debatiendose entre Cassandra o Floris como la mujer que formaria una familia con el principe Daeron.

Esa noche el principe Lucerys llego a Bastion de Tormentas para cumplir con el deber que su madre le habia encargado. Se suponía que debia ser una tarea sencilla por la corta distancia entre Dragonstone y el lugar. Solo que no contonn  coque el castaño se encontraría con el príncipe que tenia una deuda pendiente, misma que le haria cavar su propia tumba. Era curioso como el destino funcionaba ya que de haber llegado unos minutos despues el tuerto habria partido, o si el clima hubiese sido distinto, si hubiese enviado un cuervo. Pero no, el destino ya estaba sellado, los dioses habian lanzado una moneda dando como resultado la cara de la muerte.

Cuando el bastardo Strong llego al lugar estaba ligeramente nervioso ya que no era una persona que se le de muy bien las interacciones con los demas, era mas introvertido, timido y apegado a su familia. Pero podia manejarlo, no era nada del otro mundo. Al menos hasta que noto como Arrax estaba nervioso, como si sintiese una presencia. Asi fue como observo a la ultima dragona de la epoca de la conquista, immensa, majestuosa, aterrandolo con su mera presencia. Los rayos, la lluvia y el ruido de los relámpagos hacian el ambiente aun mas tetrico. El hijo de Rhaenyra sentia como su espina dorsal se helaba al igual que su sangre, sudando frio y una fuerte presion en su caja torácica. Deseaba no estar alli, sabia a quien debia enfrentarse y este le aterraba aun mas que Vhagar. Solo que decidio ser valinte, bien se decia que el miedo era el único momento en el que se podia serlo. El amaba a su madre, era el ser mas importante en su vida y estaba dispuesto a cumplir aquella promesa, aun si su vida estaba en riesgo por lo que se dirigio a aquella fortaleza tratando de de proyectar seguridad y mentalizandose para el momento.

En su corto trayecto el chiquillo se convencia asi mismo de que por mas que el rencor este en sus familias no signicaba que su vida peligraria en una guerra que no habia iniciado aun ya que eso seria una desicion estupida. Trataba de mantener la calma, de mantener la postura erguida, una expresion serena en su rostro para poder hacer bien su trabajo e irse lo mas rapido posible de alli. Si no pensaba en negativo eso no sucederia, ¿verdad?. Fue asi como al llegar a la sala se topo a un hombre gordo con aparencia descuidada sentado en su trono de piedra mientras que su tio se encontraba hablando con Floris Baratheon o quizás Cassandra, no las conocía, solo sabia que no podria ser Maris ya que se decia que era la unica que no portaba la belleza como sus hermanas. Fue asi como tenia todas las miradas sobre sus hombres: El señor, Aemond, las cuatro tormentas, guardias y servidumbre del lugar. Toda su seguridad se fue al caño al sentir la mirada asesina del vastago de Alicent Hightower, si las miradas mataran su cadaver yaceria en el frio suelo. Su cuerpo temblaba, su voz la tenia atorada en la garganta tomando fuerzas para poder presentarse. Era curioso, solo eran segundos y aun asi le parecían una eternidad como si el tiempo fuese relativo fluyendo diferente para cada persona.

- Lord Borros, os traigo un mensaje de mi madre, la reina.

- Pero hoy ya he recibido a un legado del rey. ¿Quien gobierna? ¿El rey o la reina? Parece que la casa del Dragón no sabe quién manda. ¿Cual es el mensaje de tu madre? ¿Y el puñetero maestre? - El Maestre Lee el mensaje y después se lo susurra al venado- ¿Me recuerda a mí el juramento de mi padre? El rey Aegon me ha traído una propuesta. Mis espadas y Banderizos por un pacto matrimonial. Si apoyo a Vuestra madre, ¿con cual de mis hijas os desposareis, muchacho?

- Mi señor, no puedo casarme. Ya estoy prometido- Comento el joven principe. Hace unos dias habia sido prometido a su prima Rhaena Velaryon, el nunca romperia una promesa. Claro que la inexperecia que sentia al vivir en una burbuja de protección creada por su madre hizo que se le trabara la lengua. Es decir... ni siquiera podia negociar adecuadamente, no le pasaba por su cabeza buscar otra alternativa y eso era algo que el tuerto lo aprovecharía muy bien.

- Así que vienes con las manos vacías. Vuelve a casa, mozo. Y dile a tu madre que el señor de Bastión de Tormentas no es un perro que pueda azuzar contra sus enemigos a placer- Borros sentia que le estaban tomando por idiota. El hombre optaba por el bien mayor de su casa y los negros no le ofrecían ninguna ventaja. Si el chiquillo hubiese tenido sangre Baratheon lo habria consirerado (aunque al fin y al cabo la respuesta seria la misma despues de reflexionar) pero era consiente de su bastardia sumado al hecho de que no tenia ninguna relacion con la princesa Rhaenys ademas de su sangre.

- Trasladaré la respuesta a la reina, mi señor.- Lucerys dio media vuelta, dispuesto a irse bastante aterrado ya que tenia miedo de su tio, le provocaba terror. Aemond ya no era el mismo niño vulnerable al que le saco el ojo. De niños podian estar en condiciones simulares pero ahora era le llevaba demasiada ventaja.

En ese momento un impulso invadio el cuerpo de Aemond Targaryen, uno que hacia incrementar su ira, que aumentaba su sed de sangre, de venganza. Desde que aquel sobrino que tanto odiaba entró no hizo nada mas que recordar una y otra vez cada injusticia de la que el vivio tal como sucedió en la ultima cena: Las burlas, su ojo perdido, la vez que insulto a su amada, el como hizo que su madre tuviese un colapsó nervioso, como se atrevió a hablarle a sus hijas, la mirada burlona por el cerdo en el banquete. No, ¡era suficiente! En todos estos años solo agacho la cabeza dejando esa deuda pasar, años en los que fantaseo con tenerlo solo para hacer "justicia por mano propia", el presenciar como el acero de su cuchillo cortaba su carne, el carmín escurriendo por sus mejillas, la música que seria su agonía por el dolor de perder una parte de si. No habia otro momento, ¡lo haría! Si los dioses eran justos harian justifica esta noche.

- ¡Espere!- Dijo con una sadica sonrisa burlesca gozando de su condición de poder sobre su sobrino vulnerable, podia sentir el hedor de su miedo, notar su respiracion nerviosa al caminar- Mi lord Strong. ¿En verdad crees que puedes volar por el reino tratando de robar el trono de mi hermano sin un costo?- La Baratheon se alejaba de su lado presintiendo que algo estallaria mientras que el Velaryon estaba tembloroso.

- No me enfrentará a ti. Vengo como mensajero, no como Guerrero- El príncipe Lucerys matenia su postura. No iba a caer en aquellas provocaciones. No era solo el miedo ya que de solo ver a su tio sentia panico sino que le habia hecho una promesa a su madre y estaba dispuesta a cumplirla.

- Una pelea seria un diminuto reto. No.... - Expreso el Targaryen- Quiero que pierdas un ojo- Amenazo quitándose su parche revelando el zafiro azul incrustado en la cuenta, esa que solo le mostraba a su esposa y pequeñas vastagas- Como pago por el mio. Uno servirá- Menciono sacando la daga de acero arojandosela a Lucerys cayendo frente a este en el suelo- Uno servirá, no te dejare ciego. Pienso hacer un regalo con el para mi madre- Alicent lo merecia, su madre lucho en aquella ocasión para obtenerlo. Aemond no deseaba esto solo por el, era un acto de amor a su amada madre también.

- No- Repitio deidido- Vine como un mensajero, no como un guerrero.

- Pues eres un cobarde ademas de un traidor- Respondió con impotencia dispuesto a avalanzarse sobre el.

- Aquí no - Dijo Lord Borros. El señor de bastion de tormentas sabia lo que podria pasarle si la sangre se derramaba en su casa. No queria lidiar con la ira del principe canalla, menos si la guerra aun no habia comenzado.

- ¡Dame tu ojo!- Rugio ya para atacar- -Grito corriendo hacia el menor tomando la daga del suelo- ¡O yo lo tomare!, ¡bastardo!

- ¡No en mi salon!, ¡el niño vino como un enviado!, ¡no permitiré que se derrame sangre bajo mi techo, ¡lleven el príncipe Lucerys de vuelta con su dragón!, ¡ahora!- Ordeno el señor de la casa ya harto de aquella pelea, no arriesgaría su cuello por pleitos de otro ademas de sentir pena por el "cachorrito"

- Aemond, por favor, ¿de verdad deseas que escoja un ojo o asesinarme? Tienes hijas que comparten sangre conmigo, ¡soy su tio!, ¿le harias eso a Aemma? Ella te odiaria... ella ama a su familia, ¡detente!-  Le decia mientras era escoltado por los guardias.

Aquello último solo le echó leña al fuego, ¿colo se atrevía a comparar su sucia sangre de bastardo con sus preciadas niñas? Era un insulto hacia su persona y el no permitia esa clase de cosas.

- ¡¿Como puedes compararte con mi esposa e hijas?!, ¡¿como tenéis el atrevimiento de creer que tu sucia sangre Strong vale lo de un dragón de verdad?!- Grito iracundo con su cuñado escuchando lo ultimo antes de ir para alli.

- ¿Os quito un ojo o sus pelotas mi príncipe?- Pregunto Maris Baratheon que cargaba resentimiento por no ser la escogida- Me alegro que ya este casado, tanto mis hermanas como yo merecemos un marido con sus partes intactas.

Aquello fue la gota que derramo el vaso junto a lo que dijo de sus princesas asi que estaba decidido, ¡tendria la sangre en sus manos!. Aemond corrio por la parte trasera, algo que el joven Velaryon se percato ya que Vhagar habia desaparecido al sentir a su jinete yendo hacia el. El tuerto era de los mejores jinetes de su tiempo, su conexión con su dragóna era fuerte a pesar de que esta haya pasado por muchos jinetes asi que esta estaba en sintonía con sus emociones. Se subió sin problemas al lomo de esta partiendo su vuelo rapido, la tormenta no era rival para aquella criatura gigantesca de tiempos de la conquista.

Lucerys por su parte hacia lo que podia, de haber sido un dia normal habria huido sin problemas al ser Arrax tan pequeño ya que eso le daba agilida. Mas la tormenta hacia que le sea imposible ya que al volar a contra de este le atrapaba bastante, con sus alas mojadas, sin ver bien y el miedo en que sentia su jinete. Asi fue como sintio un rugido estruendoso, la tormenta relevada en las sombras de las nubes a la majestuosa Vhagar que era minimo seis veces mayor al dragón con el que se enfrentaria. Si, la pelea no duraria mucho, no podria llamarse una como tal si se era honesto.

Aemond gozaba esto, disfrutaba de la lluvia empapando su rostro, su sadica sonrisa lo demostraba, ya podia oler la sangre, ya sentía el aroma de la muerte, su deseo se haria realidad. Asi gritaba en Valyrio buscando a ese gusano escurridizo. Su dragón trataba de deborarlo esquivandolo Arrax por poco. Asi fue como en un momento paso por tunel de piedras al que el tuerto no podia pasar. Lo mas inteligente para el bastardo Strong habria sido quedarse alli pero el panico le nubló la mente haciendo que salga de alli, su único refugio. Fue peor cuando su dragón por nervios termino atacando a la dragóna de Visenya haciendo que esta este igual de enfurecida a que su jinete, una ira de la que no podrian librarse. Vhagar peleo en múltiples batallas, era una criatura de guerra y esto no se lo dejaria pasar regresando a sus epocas en las que deboraba dornienses.

Lucerys volo a lo mas alto, pasando las nubes, saliendo de aquella tormenta. Fue asi como parecia que por fin podria librarse, en sus ojos verdes se notaba la esperanza, un suspiro de alivio. Cuan equivocado estaba, ¡no pudo ni siguiera reaccionar cuando la bestia se avalanzo sobre el!. Por microsegundos sintio el peor dolor de su vida, deborado, partido a la mitad al igual que su dragón...







Aemond lo habia logrado, estaba cegado por la ira, no pensaba en la consecuencia que esto traeria, ni en el dolor que le causaria a su amada Aemma. Su mente solo queria venganza, la ansiaba, estaba disfrutando este momento, lo gozaba mas que en sus sueños. Asi se bajo a la orilla, el mar habia arrastrado al castaño hacia una orilla aunque solo quedaba la mitad de su cadaver al igual que los restos de Arrax. Fue asi como su cuchillo penetro la carne del hijo de Rhaenyra Targaryen dejando a sus ciencias vacias, los ojos del adolescente ahora estaban guardados y serian el obsequio para la reina verde. El principe solo empujo los cadaveres de ambos haciendo que el cadaver de Lucerys nunca fuera encontrado, solo los restos del dragón blanco mientras los pescadores que estuvieron alli susurraban a lo lejos horrorizados de los actos. Alli nacerian las diferentes versiones de la historia, incluso una loca en la que se decia que bastardo estaba vivo (no se sabe quien invento ese estupido rumor). Lo mas importante es que desde ese dia Aemond dejaria de ser apodado como "El tuerto" obteniendo un nuevo apodo, "El matasangre".

....

Nota de la autora: ¡Ufff estuvo fuerte la cosa!. Vengo a dejar en claro que no apoyo la toxicidad en la vida real pero que esta es ficción. Sabemos cuan toxica es la relacion de Aemond y Aemma sumado a su epoca y solo empeorara en los siguentes capítulos. También quiero dejar en claro de que a partir del capítulo 12 habra dos rutas, la A y la B, es decir que habra dos lineas temporales para los diferentes finales asi que podran leer los sucesos en ambas lineas temporales, comparar los acontecimientos entre si al igual que los finales que se tendra. Desde ya muchas gracias por leer ♡

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top