"Un Buena Chica"

En tristeza
"Bella Durmiente"

Mi destino es inútil
"Bella Durmiente"

En este mundo roto

En tristeza
"Bella Durmiente"

En la deteriorada obscuridad, mi corazón esta congelado

Me pregunto:

¿Cuanto tiempo ha pasado?

Me pregunto

¿Por cuanto dolor he pasado?

Lo que puedo ver desde aquí es lo más profundo de una olvidada noche.

Trace una y otra vez las cicatrices.

Las siento claramente

"Si hay un Dios ahí"

"Que termine este infierno"

Que borre aquella sombra que se aferra a mi vista.

Diaura: Sleepy Beauty

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La chica Yamanaka llevaba su cabello rubio totalmente suelto y lo cepillaba suavemente para luego atarlo a su usual coleta no sin antes dejar su típico flequillo cubriendo uno de sus ojos.

Se miró al espejo sonriendo de manera encantadora para luego cambiar esa cálida expresión a otra completamente distinta, una seria, con una mirada similar a la de un soldado listo para una sangrienta guerra cuando su agente apareció tras la puerta.

Sai: Ino-sama veo que está lista...

Comentó el azabache seriamente.

Ino: Ya vienen, ¿no es así?

Preguntó ajustando las municiones de sus armas, pero se detuvo cuando Sai le entregó una caja de un particular color Borgoña haciendo una reverencia.

Ella algo sorprendida sonrió con nostalgia.

Ino: Vaya....

Suspiró

Ino: Pero que recuerdos más amargos...

Sai sonrió como solo lo hacía para su querida Ino-sama.

Sai: Para mi no son amargos, más bien son aquellos que me definen, es mi pasado.

Comentó ya de pie abriendo la caja dejando ver ambas armas.

Ino: Sai....

Sonrió ahora acariciando las mejillas del pálido azabache que se limitaba a disfrutar del suave tacto de la rubia.
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SIETE AÑOS ANTES...
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Ambos mayores discutían entre sí mientras una pequeña niña rubia de ojos verde azulado abrazaba su oso de peluche con fuerza ha su pecho sabiendo que no era la primera ni la última vez que sus padres discutían por claros desacuerdos laborales.

Ambos muy opuestos como para siquiera estar a metros de distancia entablando una simple conversación sin que terminara en un discusión monumental.

Aún se preguntaba a sí misma como sus padres la tuvieron si casi se podría decir que se odiaban.

El uno al otro gritándose cosas terribles que terminaban con la madre rompiendo en llanto y su padre terriblemente frustrado golpeando violentamente las paredes de su habitación.

- Todo va a estar bien Ino...

Se decía a si misma mirando a la nada, aquéllo que era lo único que tenía por el momento, luego de minutos oyó unos golpes suaves tras la puerta.

Ya sabía lo que venía después de toda la tormenta, su padre la visitaba en su habitación estando ya más calmado hablando de una manera particularmente dulce.

- Ya pasó, mi pequeña...

La rubia alzó su vacía mirada.

- ¿Donde está mamá?

Preguntó fríamente

- Tranquila Ino, sé una buena chica y espera a que salga de la habitación.

La niña se puso de pie soltando el pequeño peluche.

Ino: ¿La hiciste llorar otra vez Inoichi?

Preguntó molesta.

Inoichi: Soy tu padre, no tienes porque hablarme de esa manera...

Reclamó soltando un suspiro.

Ino: El respeto se gana...

Sonrió de manera traviesa aún para sus cortos 10 años.

Inoichi: Ya basta Ino

Habló firmemente

Inoichi: ¿Quieres ir por un helado mientras tu madre se recupera?

Preguntó una vez ya más relajado el ambiente entre ambos.

Ino: Por mi está bien...

Aceptó sonriendo feliz.

(N.A: Inoichi no golpeó a la madre de Ino si se preguntan, sólo se deprimio por las cosas que se dijeron)

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Ambos, padre e hija caminaban tomados de la mano en dirección a la heladería siendo observados por la gente quien se conmovió ante esa escena tan particularmente tierna.

Ino: Esta gentuza es tan simple...

Habló de manera altanera.

Inoichi: No sé lo que tu madre te enseñe pero que yo sepa jamás se le habla a las personas de esa manera.
Lo que tienes o dejas de tener no te define como persona, métete eso en la cabeza niña malcriada.

La regañó su padre a quien solo agachó la mirada.

Ino: Lo siento...

Inoichi: No importa, ya lo sabes y no quiero que vuelvas a tratar mal a nadie más en base a lo que tenga.
De esa manera terminarás por ser una persona vacía y amargada como tu madre.

Terminó su hablar cuando pudo ver como un hombre alto y de un pulcro traje negro se acercaba a el de frente mientras que otro por detrás y otros cubrían su derecha e izquierda.

Ino: ¿Papá?

Preguntó ingenuamente notando la obvia y peligrosa situación.

Inoichi: Bebé cuando te diga vas a correr con todas tus fuerzas de vuelta a la casa.

La rubia tragó en seco.

Ino: ¿Y tu que vas a hacer?

Preguntó preocupada

Inoichi: Tranquila...estaré bien.

Sonrió

Inoichi: ¿Lista?

Los hombres ya se encontraban frente a el dispuestos a hacerle daño cuando el Yamanaka avisó.

Inoichi: ¡AHORA!

La rubia esquivó hábilmente a los atacantes, después de todo las tardes entre padre e hija no siempre eran para jugar a las muñecas.

- ¡VEN AQUÍ MOCOSA!

La jaló del cabello

Inoichi: ¡NO TE ATREVAS A SIQUIERA TOCARLA!

Bramó rompiendole la nariz de un solo golpe al enorme atacante que soltó a la pequeña.

Inoichi: Váyanse ahora mismo...

Amenazó tomando una pistola en su mano izquierda mientras que con la derecha abrazaba fuertemente a su pequeña hija que solo se limitaba a soltar lágrimas silenciosas.

Tras la amenaza todos salieron corriendo cual cobardes más por suerte nadie había visto aquella situación debido a que ambos padre e hija había sido acorralados en un callejón vacío.

Inoichi: ¿Ino...?

Se agachó a su altura examinando su rostro.

Ino: Papá....

Sollozó la pequeña abrazando fuertemente a su padre quien correspondió sintiendo una profunda culpa en su pecho.

Después de todo los eventos ocurridos los últimos años después de su matrimonio con Hana y el nacimiento de su hija se veían envueltos por culpa de su "Trabajo".

Malas decisiones en su juventud lo llevaron a relacionarse con malas personas, pero en cierto modo debido a esto tuvo la oportunidad de conocer a la mujer quién se convertiría en la madre de su amada hija, dándole con esto lo que deseaba y necesitaba.

"Una familia"

Más esa felicidad no duraría mucho puesto que todo comenzó a derrumbarse tiempo después que los ataques a la integridad física de su familia se volvieran más constantes al igual que las peleas con su mujer, quien le pidió el divorcio pero este se negó rotundamente a abandonarla puesto que la amaba demasiado, no solo a ella si no que también a su pequeña princesa.

Ino: Papá quiero irme a casa con mamá

Pidió la menor ya más tranquila.

Inoichi: Si mi amor...vámonos

Soltó despertando de su pequeño trance.

Todo iba a terminar hoy puesto que le habían ofrecido una oferta muy tentadora, realizar un pequeño trabajo que le dejaría el camino libre para abandonar ese oscuro mundo que le estaba costando su mayor tesoro.

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El padre de la menor la apuntaba con un arma mientras que la rubia corría a una velocidad casi sobre humana esquivando las balas portando una navaja como única opción defensiva.

Inoichi: ¡¿Es todo lo que tienes?!

La pequeña respiraba agitadamente oculta en una roca del campo de secreto entrenamiento al que su padre la llevaba cada lunes por la noche en la que disfrutaban de tiempo padre e hija en la que el mayor instruia a su primogénita para las batallas a las que se enfrentaría.

Ino: Tengo...que vencerlo

Susurró la pequeña cansada mirando su reflejo en hoja de la afilada navaja.

Se levantó de su lugar decidida a pelear, se dejó ver a lo que el mayor sonrió triunfante, comenzando a abrir fuego a lo que la rubia lanzó la navaja que cortó una zona de la mano en la que su padre sostenía el arma, al asentir el dolor de la cortada la soltó, inmediatamente Ino corrió hacia el lista para dar inicio a una batalla cuerpo a cuerpo.

A sus cortos diez años no era como las niñas de su edad puesto a que siempre estuvo expuesta al peligro debía de encontrar una manera de defenderse por sí misma cuya decisión la llevó a pedirle a su padre que la entrenara para dicho propósito.

Con una mezcla de orgullo y triste culpa por arruinar la infancia de la pequeña que a su edad debería estar jugando con muñecas en vez de estar preocupada por cuando es que apuntaran un arma a su cráneo, accedió porque le dolía el hecho de que su hija se encontrara en peligro pero le dolía más el no poder hacer nada para cambiar la situación.

La pequeña le aplicó una llave torciendo su brazo hacía atrás mientras que sostenía su cabeza al mismo tiempo, pero el mayor se safó de inmediato propinandole un golpe de lleno a su abdomen enviándola a impactar contra el suelo a una considerable distancia.

Inoichi era fuerte y quería que no por ser su hija se la dejaria fácil, porque en el mundo real no se la dejan fácil a nadie.

Inoichi: ¡Ese ataque es mediocre!

La iba a golpear nuevamente pero esta lo bloqueó con sus manos con la poca fuerza que tenía.

Inoichi: ¡Ese bloqueo es PATÉTICO!

Gritó esto último tomándola por el cuello a lo que la chica se retorcía para poder al menor lograr golpearlo para que la soltara y así poder respirar.

Inoichi: No durarías un segundo fuera...

Le susurró mirándola fríamente

Inoichi: A estas alturas ya te abrirán roto el cuello y habrías muerto...

Ino: No...me...voy...a...rendir

Trató de articular sorprendiendo a su padre quién se quedó en un momentáneo trance que la rubia aprovechó inmediatamente.

Balanceó su cuerpo hasta que con la fuerza que el impulso le proporcionó le propinó a su padre una patada certera en la boca a lo que este la liberó tambaleandose producto del golpe.

La chica tomó aire y comenzó el contraataque con golpes de puño en el abdomen del mayor que al sentirse acorralado imitó la acción.

Inoichi: Tus golpes me dan cosqui-

Detuvo inmediatamente su comentario debido a que la rubia le propinó otra patada en su boca, patada tras patada el mayor las bloqueaba como podía pero cuando este iba a responder el golpe, Ino lo esquivó y con el codo golpeó con todas sus fuerzas el abdomen de us padre al que producto de esto se quedó sin respiración por un segundo a lo que su hija se posicionó a mayor altura y le dio otra patada en su cabeza dejándolo casi estampado en el suelo.

Ino: ¿Cual de mis golpes te dio más cosquillas?

Preguntó burlona mientras su padre con un semblante duro se levantaba con dificultad.

Se situó frente a su hija de manera imponente más la pequeña mantenía la vista vacía en el suelo.

Inoichi: Mirame...

Pidió a lo que la rubia esperaba todo menos la enorme sonrisa de orgullo y felicidad que estaba estampada en el rostro de su padre quien la abrazó fuertemente.

Inoichi: Nada de lo que dije es cierto y lo sabes princesa...

La alzó entre sus brazos mirándola fijamente.

Inoichi: Estoy orgulloso de ti, acabas de trapear el suelo con tu padre y eso no lo hace cualquiera.
Eres muy fuerte hija mía pero no olvides que hay gente más fuerte que tu.
Pero mi linda niña, no quiero que te conviertas en un monstruo como tu padre, sé una buena chica y nunca te rindas ante nada ni nadie, no importa que tan fuerte sean tus enemigos porque no importa que tan fuerte sean siempre hasta los oponentes más fuertes tienen una debilidad.

Ino: ¿Y cual es la tuya papá?

Preguntó inocentemente

Inoichi: Tu y tu madre, son mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad.

Sonrió calidamente

Ino: Te quiero mucho papá...

Sonrió a más no poder abrazandolo con fuerza.

Inoichi: Bien, vámonos, es tarde y creo que me rompiste una o dos costillas con ese golpe.

Rieron ambos para luego caminar hacia al automóvil del mayor.

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Horas más tarde...

Inoichi al llegar a casa recibió una llamada por lo que tuvo que salir de inmediato mientras que la pequeña se dirigió a la habitación de su madre la cual estaba cerrada con llave.

Ino: ¿Mamá? ¿Estás bien?
Soy yo Ino...

Habló apoyando sus oídos en la puerta donde no pudo oír nada.

- Hola pequeña...

La chica abrió los ojos como platos al voltear y encontrar a un hombre completamente ensangrentado quien iba a poner sus manos sobre ella pero la rubia en un movimiento instintivo le aplicó una llave torciendo su brazo para luego de un sólo golpe romperlo.

La chica retrocedió lentamente para luego ir a su habitación a por el arma de emergencia oculto entre sus muñecas pero al llegar se quedó inmóvil.

- Es curioso que los niños hagan uso de este tipo de juguetes a tan corta edad....

Habló un hombre de aspectos extraños similar a los de un tiburón.

- Pero tu no eres alguien ordinario ¿Verdad Ino Yamanaka?

Sonrió dejando ver a su madre completamente golpeada y ensangrentada amarrada a una silla.

Ino: ¡¡¡¡¡MAMA!!!!!

Gritó horrorizada

Esta algo aturdida alzó la vista en busca de la persona que emitió esa voz.

Hana: Ino....

Susurró sonríendo mientras que su agresor la estaba apuntando con el arma que sacó de entre los juguetes de la pequeña que en un grito ahogado susurró:

Ino: No....

Hana: Lo siento...

- Agradece a tu marido por esto...

Sonrió perversamente

Ino: ¡¡¡¡NO!!!!

Gritó llendo hacía ella pero una vez que estuvo relativamente cerca la bala que impactó contra el cráneo de su madre provocó que la sangre se esparcieran por doquier con esto manchó las paredes y a la misma Ino que se quedó paralizada viendo los ojos desorbitados y ya sin vida de su madre.

Mientras que el asesino rió a carcajadas.

- ¡Vaya, no esperaba a que fuera real!

Dijo oyendo como un auto se estacionaba frenando drásticamente.

- Es Inoichi, vámonos, espero que disfrute de la sorpresa....

Sonrió para luego dirigirse a la chica.

- Cuídate nena...

Y saltó por la ventana al igual que sus camaradas.

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Todo para ella se detuvo en ese momento, el tiempo parecía a verse congelado en aquel momento en que la gotas de la sangre de su madre cayeron en su piel.

Efectivamente era el padre de la menor quien descendió del coche corriendo a toda velocidad encontrándose a su pequeña arrodillada frente al cuerpo amordazado sin vida de la mujer que amaba.

Su corazón se rompió, literalmente.

Pidió, rogó, lloró al cielo para que todo lo que estaba viendo fuera una cruel broma, pero no.

Inoichi: ¡¡¡HANA!!!

Gritó de repente mientras lágrimas caían por sus mejillas pero se detuvo en seco para luego ir a constatar el estado de su hija quien no siquiera pudo verlo a los ojos.

Inoichi: ¡¿INO?! ¡DESPIERTA POR FAVOR! ¡DIME QUE NO TE HICIERON DAÑO! ¡DÍMELO POR FAVOR! ¡HÁBLAME HIJA! ¡RESPONDEME!

Bramó esto último abrazandola con fuerza en un intento por sentirse menos miserable.

Ino: ¿Como quieres que te diga que estoy bien?

Logró articular ya sin poder contener el llanto mientras que las mismas imágenes se repetían una y otra vez en su mente.

Inoichi: Ino....

Ahogó un sollozo sosteniendo un pequeño frasco de plata mientras que la chica se percató de ello.

Flash Back

- Agradece a tu marido por esto...

Fin del Flash Back

Luego de recordar ese pequeño fragmento pudo oir como las sirenas se oían lejanamente para luego perder por completo el conocimiento.

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Esas imágenes, esas manchas de sangre que veía por doquier mientras corría desesperadamente por aquel lugar al que llamó hogar, por aquel maldito lugar en el que presenció la muerte de su madre.

Gritaba su nombre abriendo las puertas de los cuartos que se presentaban pero al abrirlas deseaba no haberlo hecho porque ahí estaba.

"Agradece a tu marido por esto..."

Y la sangre emanando desde todos los lugares, manchando las paredes, manchando el piso, manchando sus manos.

Manchando y destrozando su corazón y cordura.

Lo gritaba, como si así en el cielo podría su madre contestar a su llamado.

Pero como siempre no le quedaba más que llorar y la respuesta de la nada.

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Abrió los ojos de pronto presenciando aquel cuarto blanco donde pudo distinguir el rostro pálido de su padre mientras que una de las enfermeras sonrió gustosa.

- ¡Despertó! ¡Señor su hija ha despertado!

El mayor abrió sus ojos encontrándose con los de su hija los que parecían carecer de vida y luz.

Inoichi: Ino...

Se detuvo en cuanto la rubia sonrió, sonrió después de toda la pesadilla.

Ino: Me noqueaste durante el entrenamiento y sólo fue una pesadilla.
¿Verdad?

Preguntó esto último mientras las lágrimas caían por sus mejillas como gotas de lluvia.

Ino: Dime que sólo fue una pesadilla....

Sollozó otra vez.

Inoichi: Princesa....

Susurró en un intento por calmarla.

Ino: ¡¡¡DÍMELO!!!

Bramó rompiendo en llanto mientras que su respirar se hizo más rápido a lo que comenzó a faltarle el aire.

Inoichi: ¡INO!

- ¡DOCTOR, ESTÁ ENTRANDO EN UNA CRISIS DE PÁNICO!

Alarmó la enfermera para luego pedirle a Inoichi que abandonara el cuarto.

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No podía soportarlo, lloraba desconsoladamente por su esposa, por su hija, por lo que el había provocado.

Porque muy en el fondo sabía que era su culpa, culpa de todas las malas decisiones que tomó a lo largo de su vida.

Su hija, su mayor tesoro, su todo, ahora se convertía en nada, lenta y dolorosamente nada.

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Inoichi: Perdóname princesa...

Soltó casi sin voz viendo como la rubia ya sedada sólo miraba el techo de la habitación con la mirada empapada en lágrimas que ya parecían ser eternas.

Inoichi: Perdóname, te juro que haré pagar a los miserables, voy a matarlos a todos, te juro que vengaré la muerte de tu madre con esto.

Le enseñó aquel frasco de plata que captó la inmediata atención de la rubia.

Inoichi: Esto me iba a sacar de todo ese infierno, pero veo que todo eso ya no podrá ser, pero tranquila, yo me iré, si me quedo contigo de seguro voy a perderte como a tu madre.

Besó su frente para luego abandonar la habitación dejando a ma rubia con el corazón roto con solo una duda más en su cabeza.

Mi madre se ha ido...

¿Te irás tu también?

¿Me vas a abandonar?

¿Vas a rendirte, papá?"

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Ya varios días han pasado desde que Inoichi dejó a Ino en el hospital, buscando de puerta en puerta de callejón en callejón, buscando a los miserables que había asesinado a su esposa, sabía que no era correcto, pero el dolor la tristeza y la frustración lo habían hecho recurrir a sus más bajos instintos, lo habían cegado y convertido en lo que era en el pasado.

"Un vil asesino caza recompensas"

Sus informantes le hablaron sobre un lugar en el que hacían la transacción de mercancías exportadas de otros países, en pocas palabras, el centro de intercambios del mercado negro.

Soltó un pasado suspiro dándole una última jalada a su cigarrillo viendo aquel contenedor de plata recordando aquél fatídico día en que le dieron ese pequeño "trabajo"'

El cual constaba de escabullirse en un conocido templo que albergaba una poderosa y desconocida arma.

Al llegar se llevó la sorpresa de que sólo era un objeto casi sin valor pero en su lecho de muerte uno de los guardianes le dijo que no era algo ordinario.

Ese frasco contenía el alma del hijo de un hombre que hizo un pacto con un demonio a cambio que le perdonara la vida a su esposa que había muerto en el parto.

A cambio el demonio le pidió el cuerpo inerte del pequeño para así poseerlo y escapar del infierno.

Sellaron el pacto con sangre, pero el demonio engañó al humano diciendo que el no podía traer muertos a la vida y reemplazando la sangre con tinta su pacto fue nulo, el demonio tomó el cuerpo y huyó del lugar.

Así nació el demonio de la tinta, niño con sorprendentes habilidades para invocar bestias a través de ella, pero un monje lo selló dentro de ese contenedor costándole la vida.

En su último aliento dijo:

"Yo he visto el corazón de esta alma porque no es un demonio, sólo es el alma de un acomplejado muchacho con un dolor que no se podrá curar al menos que alguien con la misma herida las sane"

Analizó con cuidado esas palabras, no había más nadie que el, el había perdido a su seres amados y había nacido del dolor y la tristeza.

Pero...

- ¿Acaso crees que soy tan imbécil?

Habló el hombre de aspecto tiburón sonriendo perversamente apuntando a la cabeza del Yamanaka con un revólver.

Inoichi: Kisame....

Escupió sintiendo como cada fibra de su cuerpo se tenso, cada pensamiento se centraba en sólo una orden y deseo.

"Venganza"

Kisame: Parece que buscas el mismo destino que tu esposa....

Se burló a lo que todos sus compañeros rieron, pero esto sólo enfureció más al desdichado Yamanaka que en un rápido movimiento le quitó el arma a Kisame para intentar acabar con el pero no contaba con que estuviese oculto un francotirador que le disparó en su brazo, cosa que lo hizo soltar el arma, luego apuntó a sus piernas, haciendo que cayera gritando de dolor mientras que el peli azul reía a carcajadas levantándose del suelo.

Kisame: Eres igual de patético que tu esposa...

Le escupió viéndolo desde arriba.

Inoichi: ¡CÁLLATE!¡CÁLLATE!¡CÁLLATE! ¡NO TE ATREVAS A HABLAR DE MI ESPOSA MALDITO HIJO DE-

Se detuvo abruptamente cuando recibió una patada en el abdomen que lo hizo escupir sangre y retorcer de dolor.

Kisame: Llevenlo y atenlo a una silla...
Esta asquerosa rata extraña a su esposa...

Rió a lo que sus secuaces obedecieron sin chistar.

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Pareciera que nunca nadie había limpiado ese lugar debido a que las ratas se paseaban por el lugar, Inoichi abría los ojos con pesadez sintiendo solo el dolor de sus heridas.

Poco a poco comenzó a asimilar todo y a contemplar todo a su alrededor, lo que no era mucho porque sólo una vieja bombilla impregnaba la habitación de una tenue luz.

Kisame: ¡Sabes, todo esto se me hace muy familiar! ¡¿No creen muchachos?!

Soltó a lo que todos rieron.

Kisame: ¿Pero de donde?

Se preguntó a lo que el Yamanaka se limitaba a temblar de rabia debido a que su boca estaba cubierta de cinta adhesiva.

Kisame: ¡Cierto! ¡A LA MUERTE DE TU ESPOSA!

Bramó esto último clavando un cuchillo en la pierna del pobre hombre que sólo ahogó un grito de dolor que ya ni parecía ser humano.

A todos parecía divertirles esa escena puesto que las carcajadas se hacían oir por todo el lugar.

Kisame: Despidete....

Rió apuntando a su cabeza

"Ino, perdóname"

Pensó cerrando los ojos con fuerza esperando a una muerte inminente.

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Pero no fue así, un sólo disparó y todo fue oscuridad para los presentes.

Kisame: ¡¿Que está pasando?!
¡Enciendan las luces malditos inútiles!

Todos comenzaron a buscar el interruptor en la oscuridad pero nada, por llenos hasta que sólo pudo irse el sonido de acero contra acero cortando cuello tras cuello dejándole viscoso sonido de la sangre escurriendo a través de la carne acompañada de gritos de agonizante dolor.

Kisame: ¡¿QUE MIERDA ESTA PASANDO?!

Bramó el peli azul disparando a diestra y siniestra entrando en pánico al estar bajo visibilidad cero.

- Ya estoy aquí, papá

Los ojos de aquel padre se llenaron de lágrimas al encontrarse con los de su amada hija que llevaba su cabello atado a un moño mientras que su vestimenta era completamente negra ocultando su rostro.

Kisame: ¡ES LA NIÑA! ¡ESTÁ AQUÍ LA MOCOSA HIJA DE INOICHI!

Advirtió pero todo se quedó en absoluto silencio cuando las luces se encendieron como por arte de magia.

La pequeña no había alcanzado a liberar a su padre pero aún aguardaba, oculta entre las sombras, mientras que Kisame contemplaba los cadáveres degollados y las paredes cubiertas de sangre con solo una pregunta en su mente.

¿Acaso una niña de sólo diez años había hecho eso?

Aún no lo podía creer, pero intentó hacerse la idea, después de todo era la hija de uno de los criminales más conocido del bajo mundo.

Kisame: ¡VAYA QUE ME TOMASTE POR SORPRESA PEQUEÑA! ¡¿ACASO QUIERES VENGAR A TU MADRE?!

Y casi como por instinto esquivó las balas que disparó la niña una vez que salió de su escondite.

Kisame: No soy el verdadero culpable y lo sabes...

Dijo oculto tras una estructura de mármol.

Kisame: ¿Sabes que si tu padre no hubiera robado ESTO yo no habría ido a visitar a tu madre?

Ino: ¿Que....?

Exclamó desconcertada

Kisame: Lo que oiste, tu madre estaría viva de no ser por tu lindo papá....

Ino: ¡YO LO HICE POR USTEDES!¡POR NUESTRA FAMILIA!¡ERA EL ÚLTIMO TRABAJO! ¡LO JURO! ¡PRINCESA, YO LAS AMABA DEMASIADO! ¡NO PENSÉ QUE PASARÍA ALGO COMO ESTO!

La rubia calló de rodillas procesando los hechos, esas imágenes volvían a su mente y se repetían sin cesar, el dolor no abandonaba su corazón y su cabeza.

Kisame: ¡JAJAJAJAJAJA!¡CONOCE LA OSCURIDAD Y PIERDETE EN ESE DOLOR!

Gritó disparando a una de las piernas de la pequeña que gritó y lloró de dolor mientras que su padre sólo podía ver con impotencia como ella se arrastraba hacía el.

Ino: ¿Porque....?

Sollozo

Inoichi:¡KISAME BASTA!¡POR FAVOR TE LO RUEGO!¡NO LE HAGAS DAÑO A MI HIJA!¡MATAME A MI!¡HAZ LO QUE QUIERAS CONMIGO PERO A ELLA DÉJALA!

Gritaba luchando por librarse pero cada intento parecía inútil.

Ino: ¿Porque...?

Susurró apretando los puños fuertemente.

Kisame: Adiós pequeña...

Apuntó a su cabeza a lo que el padre rogó de mil maneras para que retirara el arma, pero no consiguió nada.

Ino: ¿Porque voy a pelear?
¿Porque no voy a rendirme?

Susurró para si misma a lo que el peli azul le quitaba el seguro al arma.

Kisame: Espero a que te reunas con tu madre....

Flash Back

Inoichi: Estoy orgulloso de ti, acabas de trapear el suelo con tu padre y eso no lo hace cualquiera.
Eres muy fuerte hija mía pero no olvides que hay gente más fuerte que tu.
Pero mi linda princesa, no quiero que te conviertas en un monstruo como tu padre, sé una buena chica y nunca te rindas ante nada ni nadie, no importa que tan fuerte sean tus enemigos porque no importa que tan fuerte sean siempre hasta los oponentes más fuertes tienen una debilidad.

Ino: ¿Y cual es la tuya papá?

Preguntó inocentemente

Inoichi: Tu y tu madre, son mi mayor fortaleza y mi mayor debilidad.

Sonrió calidamente

Ino: Te quiero mucho papá...

Sonrió a más no poder abrazandolo con fuerza.

Fin del Flash Back

¡BANG!

El pobre padre cerró los ojos con horror pero una vez que los abrió no había nada, la rubia no estaba.

Kisame: ¡¿Pero que dem-

Ino: No voy a rendirme...no sin pelear por lo que me importa....

Dijo a lo que su voz parecía venir desde todos lados.

Kisame: Muere...

Apuntó y disparó al aún impactado padre pero al fijar la vista la rubia estaba frente a el.

Ino: Alejate....

Susurró propinandole una patada en el estómago enviándolo a impactar con la pared.

Ino: No vas a acabar con la única familia que me queda, su culpa o no, es mi padre y no te voy a permitir que lo toques....

Kisame: Suerte con eso...

Susurró tomando el contenedor de plata y estrellándolo con el suelo donde una mancha de tinta cubrió el piso mientras que el peli azul tomó una navaja y trazó una cortada en su mano.

Kisame: Compartimos heridas del mismo dolor, ven a mi, demonios de la tinta...

Habló a lo que de esa tinta comenzó a emerger una viscosa figura humanoide.

La rubia horrorizada corrió inmediatamente a liberar a su padre que un vez libre dijo a su hija:

Inoichi: Ino tenemos que salir de aquí...

Susurró intentando ponerse de pie pero al igual que Ino sus piernas estaban casi inservibles.

Inoichi e Ino se escabuelleron a lo que el peli azul rió, no pasó mucho para que ante el apareciera un chico de piel palida, casi cadaverica de ojos negros y cabello de igual color.

Con una expresión neutral dijo:

- Aquí estoy....

Kisame: Hola demonio de la tinta...

Sonrió perversamente.

- ¿Cuales son sus órdenes?

Kisame: Ve tras Inoichi e Ino Yamanaka, los quiero muertos...

Ordenó entregando una caja que contenían dos espadas, más bien, dos Sai.

- Así será...

Habló desapareciendo en un instante.

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Ambos se apoyaban el uno con el otro debido a sus graves heridas.

Inoichi: ¿Porque viniste?
De no ser por mi, tu madre-

Ino: Eso no importa, eres mi padre eso es lo único que me importa...

Habló mirándolo con determinación pero eso no duró mucho debido a que el azabache de piel pálida estaba frente a ellos ni tiempo les dio de reaccionar cuando atacó al mayor, en un intento por clavarle una de sus armas la pequeña se interpuso intentando detener la estocada, pero solo logró que esta se le clavaran en sus manos.

Ino reprimió el grito de dolor mientras que su padre sólo se quedó viéndole estupefacto, la chica se había interpuesto recibiendo la estocada.

Ino: Maldito....

Logró articular sintiendo cada músculo de su cuerpo más pesado a cada segundo que clamaba por más fuerza.

- Te quieren muerta, niña

Habló el chico sin mostrar expresión alguna mientras las gotas de sangre escurría por su arma.

Ino: ¡¿Y eso que?!

Habló molesta juntando lo poco que le quedaba de fuerza para retroceder lentamente mientras que el azabache se limitaba a mirarla.

Ino: ¡NO VOY A MORIR!¡NO PIENSO CAER SIN HABERLO DADO TODO!

Avanzó ganándole en fuerza aún con su frágil cuerpo de niña pequeña a lo que el azabache solo se dejaba ganar debido aque la estaba subestimando.

Ino: ¡NO VOY A RENDIRME!

Bramó quitándose al chico de encima para luego darle una patada que el azabache bloqueó sin problemas, en eso apoyó su mano en el hombro del chico para golpearlo de lleno en la cara dejándole algo mareado y con una mancha de sangre debido a que la mano con la que lo golpeó era aquella que había usado para recibir la puñalada.

Luego de eso se calló al suelo llorando viendo horrorizada como sus manos que ya ni moverse podían, temblaban sin parar a igual que sangrar.

Inoichi: Ino....

Sollozó arrastrándose hacía ella a que sus piernas ya no le servían.

- ¿Que es esto?

Preguntó el azabache mirando la mancha de sangre pertenecientes a la rubia que aún lloraba producto del dolor que le provocaban sus heridas, aunque el dolor físico era casi tan fuente como la tortura que vivía en su cabeza.

- Es extraño, el color de tu sangre es casi tan oscuro como la tinta...

Pensó un segundo para luego lamer su arma, saboreo el metalico tinte a lo que su cuerpo pareció casi por primera vez sentirse vivo, un fuerte dolor en su pecho lo hizo retroceder, una serie de recuerdos lo invadieron como olas furiosas, atormentando su ser, o lo que sea que creyera ser en ese momento en el que pudo sertir lo que nunca antes en su existencia, el dolor, el dolor de una herida, el dolor de una herida tan profunda, tan horrenda, pero a la vez tan humana.

Soltó un desgarrador grito de agonía pura en la que se reflejó todo lo que la rubia se había reprimido.

Su padre aún se arrastraba hacia su hija, la chica aun lloraba viendo el color de su propia sangre manchando sus ropas y el chico aun no podia entender como alguien habia soportado tanto sin perder la cordura.

- No lo comprendo...
No puedo imaginar que alguien que vea lo que tu has visto este aquí arriesgando su vida por alguien que fue el causante de tu principal desgracia.
¿Porque...?

Ino: ¿De que sirve?, de que sirve quedarse sin hacer nada y solo esperar a que alguien más muera cuando tu misma puedes levantarte y pelear por quien es lo único que te queda en este maldito infierno, ¿porque abandonaría a mi padre si el no lo hizo?.
Mi madre lo odiaba, pero yo no soy mi madre y también la amo a ella pero no me voy a quedar escondida llorando por lo que perdí cuando tengo que levantar la mirada y pelear por lo que aún me queda.
No me rendiré nunca porque yo soy mi propia fortaleza, soy quien derrotará a quienes se atrevan a dañar lo que me importa.

Sollozó poniéndosede pie nuevamente dejando al azabache desconcertado y con la boca levemente abierta.

Ino: No moriré, no aquí, no así....

Se limpió la cara y levantó la guardia lista para pelear nuevamente.

Ino: Vamos....¡¿Que esperas?!

Lo desafio avanzando, cojeando de una pierna, aún su dolor no le quitaba el coraje ni el acelerado palpitar de su corazón, pero cuando dio dos pasos se llevó las manos a la boca de donde emergió mucha sangre.

Inoichi: ¡INO!

Gritó viendo como esta se desmayaba pero antes que su frágil cuerpo tocara el suelo el azabache la tomó en sus brazos.

- No compartimos heridas del mismo dolor, aquí estoy Ino Yamanaka-sama....

Susurró a lo que el padre de la joven se limitó a soltar un:

Inoichi: ¿Que?¿de que estás hablando?

Kisame: ¿Con que esto así termina?¿tu me vas a traicionar?

Habló el peli azul saliendo de entre las sombras.

- Lamento que sea de este modo....

Respondió haciendo una reverencia para que luego fuera envuelto por un remolino de tinta llevandose con esto a la rubia en sus brazos y al mismo padre de esta.

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Sus ojos se abrieron lentamente acostumbrándose a la luz en aquel cuarto, buscó algo familiar que le permitiera reconocer el lugar en el que se encontraba, pero de solo ver un inexpresivo y pálido rostro lad memorias vinieron a su mente y casi por instinto levantó de la camilla y levantó la guardia en posición defensiva.

Pero no pasó mucho para que sus lesiones le cobrara cuenta debilitando su cuerpo el cual no parecía responderle a la envió a impactar contra el frio suelo mientras que el chico seguía observándola en el mismo lugar sin moverse siquiera.

- ¿Porque haces eso?

Se atrevió a preguntar a lo que la rubia solo se limitó a trnsar la mandíbula especulando sobre el actuar del azabache.

- No voy a hacerle nada si es eso lo que le preocupa...

Habló levantándose de su lugar para luego ofrecer su mano para ayudarle a levantarse.

Pero ambas manos de la rubia se encontraban vendadas y entablilladas devido a sus fracturas y heridas.

Ino: Aléjate de mi....

Espetó molesta intentando levantarse pero cada intento parecía inútil devido a que sus músculos no le respondían como deberían.

- ¿La señoritaya desper-

Habló la enfermera que al verla ahí tirada e inconsciente en su rostro se dibujó una expresión de horror.

- ¡Dios santo!¡Pequeña!

Exclamó corriendo en su ayuda regalando al chico una mirada de enfado.

- ¡¿Porque no le ayudó a levantarse?!

Espetó

- Ella se negó a recibir ayuda

Respondió con simplesa.

- ¡Independientemente de eso usted debió de ayudarla!¡para eso está aquí!

El azabache abrió los ojos como platos.

- ¿Para eso estoy aquí...?

Artículó aún sorprendido

- Su deber es cuidarla mientras no estoy, ahora sirve de algo y espera a que venga con el doctor.

Habló la enfermera, el azabache volteó y esta ya no estaba, de un modo u otro esa frase se grabó en su mente, si el tendría una razón de vida sería proteger a esa chica aunque su vida se fuera en ello.

Una vez que el doctor vino le hizo su chequeo matutino para luego dejarlo a solas con la chica ya dormida.

Se paseó por el lugar observándola desde distintos ángulos por casi dos horas, simplemente no podía despegar la vista de ella.

- Tal ves un dibujo de ella sea mejor, ¿no crees?

El chico alarmado vio en la ventana donde estaba un hombre con una máscara mientras que detras de ella solo se podía apreciar una mata de desordenados cabellos color plata.

- ¿Quien eres?

Preguntó interponiendose entre el hombre enmascarado y la camilla en la que reposaba la rubia.

- Mi nombre no importa solo vine a comprobar que la chica estuviera aqui....

Habló despreocupado

- ¿Que tienes con ella?

Saco su pincely pergaminos para invocar a dos bestiasde tinta gruñian furiosas.

- Tranquilo niño solo voy a estar aquí un minuto....

Alzó sus manos en señal de rendición.

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~Cuarto de Inoichi~

Inoichi: ¿A que se debe su honorable presencia Lady Tsunade y señorita Shizune?

Habló el Yamanaka haciendo énfasis en sus nombres.

Tsunade: ¡MALDITA RATA!

La rubia iba a golpearlo pero la azabache la detuvo.

Inoichi: Tengo la impresión de que eso me iba a doler...

Sonrió amargamente

Shizune: Lamento la muerte de Hana, mis condolencias.

Hizo una leve reverencia a lo que Tsunade se limitó a apartar la mirada.

Tsunade: Le advertí que de casarse contigo solo tendría desgracia, pero no me escuchó, estaba convencida de que tu eras el amor de su vida, pero por tu culpa ella-

Inoichi: ¡¿Y TU CREES QUE YO NO CREÍA LO MISMO?!

Bramó dejando a ambas mujeres sorprendidas.

Inoichi: Ella me dio una familia, a mi hija, mi mayor tesoro.
Solo traté de hacer lo correcto pero solo hice más estupideces, no necesito más reproches.

Apartó la mirada empapada en lágrimas.

Shizune: Nos llevaremos a Ino a nuestra agencia....
La voy a cuidar y proteger te lo juro por mi y por la memoria de Hana.

Habló firmemente dejandolo sorprendido.

Inoichi: De acuerdo

Respondió sin dudar.

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~Habitación de Ino~

El azabache no despegaba la vista del peliplata, atento a cada movimiento, muy por el contrario el peli plata estaba jugando con una moneda.

Cuando de pronto la puerta se abrió estrepitosamente dejando ver a una rubia y a la azabache.

Shizune: Accedió...

Dijo dirigiéndose al peli plata que se levantó de su luagr para acercarse a la camilla.

Pero el pálido chico los atacó usando a las bestias que los tres esquivaron mientras que la rubia había despertado.

- No se atrevan a tocarla....

Habló con firmeza a lo que la rubia abrió los ojos desmesuradamente.

Shizune: Hazte a un lado, niño....

Lo retó.

- No lo haré....

- ¿Porque razón?

Habló el enmascarado formando una esfera de la que desprendían violentos rayos.

Shizune: No Kakashi, espera.

Le ordenó a lonque el chico peli plata asintió  y deshizo su técnica.

Kakashi: Responde y espero qie tengas una muy buena razón para no dejarla.

- Porque, mi deber es y será protegerla con mi vida porque será mi propósito a seguir existiendo.

Dijo volteando a ver a la chica que se había levantado de su lugar.

Ino: Tu....

Habló

Ino: ¿Porque, porque me protegerias si nos atacaste?

Preguntó ignorando a los presentes.

- Solo sé que tengo que hacerlo y que vas a significar mucho para mi porque yo no vivo ni siento, pero quiero hacerlo, quiero quedarme a tu lado y cuidarte para que nada malo te pase.
Creo que es porque eres la verdadera razón de mi existir.

La chica aun estupefacta apartó la vista.

Shizune: Entonces ambos vendran con nosotros...

Sonrió amablemente.

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MESES DESPUÉS....

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La chica miraba sus manos y luego su pierna, las cicatrices habían desaparecido, su nuevo cuarto, su nuevo hogar.

Se había despedido de su padre hace tan solo unas horas, el necesitaba tiempo para superar lo ocurrido, en cuanto a ella misma aún tenía pesadillas en las noches pero la compañía de cierto chico ya se hacía lo suficientemente frecuente como pars no sentirse sola del todo.

Y como por arte de magia el chico apreció tras la puerta con un carrito portando el desayuno para la chica.

- Buenos días Ino-sama....

La chica acomodo su bata y se limitó a responder con un leve movimiento de cabeza para luego sentarse a comer.

Ino: Gracias....Sai

El chico se sorprendió de pronto.

- ¿Sai?

Preguntó con incredulidad.

Ino: No tienes nombre, yo te voy a dar uno, ya que al parecer estaremos juntos por un buen tiempo, lo menos que puedo hacer es darte un nombre.

Sonrió algo apenada.

Sai: Muchas gracias

Imitó su acción de manera natural y sincera,

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En tristeza

"Bella Durmiente"

Mi destino es inútil

"Bella Durmiente"

En este mundo roto

En tristeza

"Bella Durmiente"

La oración pudre la impotencia y un sueño de extinción

Hey Dios, dime:

¿El nacer es un castigo?

Como si borraran cada pequeña esperanza

Atravesándolas fuertemente.

En las viejas fotos,
Incluso pienso que mi sonrisa no ha cambiado

Nuestra separada

"realidad"

En la noche de la caída, la nieve cae.

En tristeza

"Bella Durmiente"

Mi destino es inútil

"Bella Durmiente"

A el "yo" de aquel día.

En tristeza

"Bella Durmiente"

"Corre lejos, muy lejos sin mirar atrás"

En tristeza

"Bella Durmiente"

Mi destino es inútil

"Bella Durmiente"

En este mundo roto

En tristeza

"Bella Durmiente"

En la deteriorada obscuridad, mi corazón esta congelado

(Pero será alcanzado por tu calido amor)

En la profunda y obscura noche.

Diaura: Sleeping Beauty
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Espero que les guste este capítulo.

El pasado de Ino fue una completa desgracia, pero ahí está de pie, sin rendirse.

Espero les haya gustado.

Los quiere y aprecia

Linaly Rose

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