Los demonios de la arena y de las sombras: Shikamaru y Matsuri


//De vuelta al presente//

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Todos los presentes se quedaron viendo a la pareja, uno que otro sonrió para sí, después de todo.

¿Que podría hacer un solo agente con una humana a la que supuestamente debía proteger?

Pero lo que no sabían era que la estaban subestimando, la rubia sacó de sus bolsillos dos barras de acero que al unirlas se desplazaron haciéndose aún más grandes, la giró en su propio eje y lo abrió, un hermoso y gigantesco abanico se dejó ver.

Shikamaru: ¿Está segura, Temari-sama?

Ésta sonrió ampliamente.

Temari: No seas llorón...

Se burló desplazándolo, este poseía un curioso mecanismo que amplificaba el aire y lo soltaba de golpe aumentando su capacidad de propagación y fuerza, éste se disparaba de manera violenta como una ventisca sumemente drástica y destructiva.

Todos sus atacantes se vieron obligados a tomar distancia, los restos de escombros volaron por doquier, la chica sonreía mientras que el Nara negaba una y otra vez como si hubiese perdido la paciencia.

Shikamaru: Luego me dice que no está loca...

Refunfuñó a lo que la chica cerró el abanico y lo apuntó hacía el.

Temari: Me quieres, admítelo.

Y en ese mismo momento alguien la atacó con una enorme espada que tenía la hoja cubierta por vendas blancas que no dejaban ver ésta misma, pero para ella no fue problema el bloquearlo con su enorme abanico.

- Buenas noches, señorita.

Sonrió enseñando sus afiliados e inusuales dientes.

Temari: Lo siento, no hay tiempo para saludos formales.

Y continuó atacando, bloqueando a su contrincante que sonreía complacido mientras que Shikamaru se centraba en su hermana, sabía que su trabajo era proteger a Temari, lo sabía muy bien, el jamás permitiría que alguien le hiciera daño, pero, también debía confiar en ella, porque Temari era una mujer fuerte e independiente que peleaba sus propias batallas, y si él no confiaba en ella, si él no confiaba en su fuerza e intención de ayudarlo y protegerlo sería él quien más daño le estuviese haciendo, por eso es que confiaría ciegamente en ella, siempre.

Shikamaru: ¡Matsuri, despierta! ¡Abre los ojos!

La llamaba mientras saltaba entre los escombros evadiendo las shurikens de papel y las arcilla explosiva que Deidara lanzaba, traía a Matsuri en brazos por lo que le sería imposible poder moverse con mayor agilidad, sabía que habían dos más, uno de cabello platinado y ojos fucsia que portaba una guadaña y otro de tez morena que habían llegado antes que Temari.

Era un cinco contra dos, sabía que el resto de los agentes estaban lejos, pero se acercaban, otra presencia se sentía entre los escombros, era casi imperceptible, pero estaba ahí, parecía ser una agente, se mordió el labio inferior al recordar que había oído que Tenten estaba peleando con alguien, sola, sabía que la chica peli castaña era fuerte y audaz, pero también conocía el potencial de su enemigo.

Quería correr y ayudar a su amiga, pero ahora el tenía sus propios problemas, lamentablemente debía ser egoísta por el momento, pero eso no quería decir que no dejará de sentir impotencia y rabia de solo imaginar que ella se encontrase con riesgo de muerte, debía terminar lo más pronto posible.

Shikamaru: Matsuri, despierta...

Pidió por última vez y como sí sus plegarias hubieran sido escuchadas la joven comenzó a abrir los ojos pesadamente, tratando de discernir lo que pasaba a su alrededor, y una vez que lo hizo sus ojos se abrieron desmesuradamente.

Matsuri: ¿Shikamaru, estás bien?

Fue lo único que dijo tratando de levantarse.

Shikamaru: Tranquila....

Trató de reconfortarla, pero nada de eso fue suficiente, y menos cuando la rubia de ojos verde musgo cayó a solo metros de ella con unos visibles y sangrantes rasguños y cortadas.

Shika/Matsu: ¡Temari-sama!

La peli castaña levantó la guardia mientras veía como los atacantes lo rodeaban, su hermano corrió a auxiliar a su custodiada ayudándole a levantarse.

Su respiración era irregular pero no por eso su expresión era menos fiera, le dedicó una mirada con especial intensión asesina a las personas que los acechaban, a metros de ella se encontraba su hermano, dispuesto a pelear, su cuerpo se veía igual o más tenso que el de ella, a su lado estaba la rubia de ojos verde musgo que no cesaba en su compañía, tan determinada, tan dispuesta a entregarse ante la batalla para salvarse mutuamente.

Como añoraba a su pelirrojo custodiado y que una escena similar a aquella pudieran interpretar, siempre lo supo, el era y sería su todo, hoy y siempre.

¿Pero que era ella para él?

Su actitud fría e inexpresiva ya no causaba en ella efectos negativos, pero de igual manera sentía que lo estaba perdiendo, ante el incipiente dolor era mejor ceder, si moriría, lo haría con la intención de asesinar a quienes podrían hacerle daño a su persona especial.

Matsuri: Shikamaru...

El aludido miró y contempló el dolor en su mirada, lo supo en ese instante, ella estaba y se sentía sola, miró a su rubia custodiada y ésta le devolvió la mirada comprendiendo el mensaje.

Shikamaru: Vamos....

Y así fue, la Sabaku no arremetió con la violenta ventisca mientras que Kisame bloqueó su abanico una vez más sonriendo siniestramente, dando comienzo una vez más a una mortal batalla.

Podía ver a Matsuri desplegar la arena sobre si misma atacando y defendiendo, a su agente que peleaba contra la manipuladora de la papiloflexia la cual lograba acorralarlo en más de una ocasión igualando su velocidad.

Kisame: ¡NO TE DISTRAIGAS!

Bramó golpeándola de lleno en la quijada haciéndola retroceder con unos ataques de agua que la chica pudo desviar gracias a su ráfaga de violentas ventiscas que mantenían al margen a su contrincante que no daba tregua alguna.

Más pudo notar algo extraño, una pequeña mirada de soslayo que el peli azul de afilados dientes le dedicó al rubio de flequillo, fue entonces que una mano que parecía ser manejada por unos extraños y viscosos hilos grises la tomaron de la garganta asfixiandola al instante.

Shikamaru: ¡TEMARI!

Gritó a ver cómo la rubia era brutalmente azotada contra el suelo dejando un visible cráter en el que le arrancó un sonoro grito de dolor mientras una gotas de sangre salían expulsadas de su boca.

La chica hizo una mueca tensando la mandíbula y abrió los ojos encontrándose con una desquiciada mirada fucsia, un alto hombre de cabellos platinados empuñaba una enorme guadaña de tres afiliadas hojas de un color carmesí.

- ¡HASTA LUEGO SEÑORITA!

Una mueca de horror se dibujó en su semblante, cerró los ojos con fuerza esperando el doloroso ataque, el cual nunca llegó, al abrirlos se encontró con la mirada de su agente el cual sonreía amargamente, pudo escuchar como las tres cuchillas se hundían en la piel del Nara que se limitó a soltar un quejido de dolor.

Temari: Shikamaru...

Sollozó tragándose las lágrimas.

Matsuri: ¡SHIKAMARU!

Gritó sintiendo el dolor en su abdomen, levantó la vista y ahí estaban, Kakuzu, Konan y Kisame, los cuales clavaron unas lanzas que atravesaron su cuerpo de lado a lado, su mirada ónix se apagó, pero en ese momento un torrente de arena los obligó a alejarse, la sangre brotó a borbotones de su boca la cual cubrió con su mano derecha, se tambaleó hasta caer de rodillas mientras sus contrincantes la miraban enbosando una sonrisa.

- Ya cayeron los demonios de la arena y de las sombras...

Dijeron todos a la vez viendo como la rubia de ojos verde musgo lloraba desconsoladamente abrazando a su agonizante agente.

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//Mientras tanto, a metros de allí//

La joven, herida e inmóvil peli castaña oía los estruendos del caos desde la lejanía, aunque se encontraba ahí mismo, estaba al borde de la inconsciencia, veía los derrumbes de forma borrosa, trató de moverse una vez que vió como un escombro de gran tamaño iba a aplastarla, pero fue entonces que sintió como era levantada cuidadosamente del suelo para luego ser cargada como un costal de papas, no podía hacer mucho para defenderse, sus articulaciones no le respondían, quien sea que fuese el que la llevaba, vestía unos pantalones oscuros y una chamarra negra.

Su viaje terminó en unos minutos, había alcanzado a sentir a un agente a la distancia, se trataba de Shikamaru y Matsuri, ambas presencias, casi imperceptibles.

- ¿Pero que bestia te hizo ésto...?

Escuchó una voz que se aproximaba.

- Tranquila, muñeca, vas ha estar bien.

La chica alzó su casi inerte mirada y aunque no lo demostró se sorprendió.

Tenten: Kan...Ku...ro.

Balbuceó a lo que el mayor intentó sonreír y reconfortarla.

Kankuro: No hables, no estás en condiciones de hacerlo.

Dijo fijándose que tenía la blusa rasgada dejándo ver su busto vendado, este ni se inmutó y buscó algo en un bolso de cuero negro.

Kankuro: Te han enviado esto, y algo más.

De aquel bolso sacó una par de geringas, frascos con líquidos de distintos colores y una blusa color crema con adornos orientales de tonalidades borgoña.

Kankuro: Primero, tienes que tomar esta medicina.

La chica movió la cabeza débilmente en gesto de aceptación, éste procedió a hacer lo que dijo, levantó la cabeza de Tenten para que no se le dificultara al momento de tragar, limpió sus heridas con sumo cuidado, al igual que quitó la tierra y suciedad de su rostro, busto y abdomen.

La peli castaña lo miraba algo molesta, después de todo la estaba toqueteando, pero no sentía ninguna mala intención en el chico, por lo que se limitó a calmarse y sentir como su cuerpo retornaba a estar como nuevo, las heridas comenzaron a cerrarse casi por arte de magia, los efectos del veneno de Sasori se esfumaron de la misma manera, su cuerpo recuperaba rápidamente la movilidad, parpadeó un par de veces, para luego de un solo saltó ponerse de pie con una sonrisa, movía sus articulaciones entumecidas mientras era observada por el peli castaño.

Kankuro: Las medicinas de Shizune siempre fueron y serán infalibles.

Comentó a lo que la chica lo ignoró.

Tenten: Bien, iré a ayudar-

Fue entonces que el chico intervino.

Kankuro: Tenten, tenemos que hablar.

La peli castaña lo interrumpió una vez más.

Tenten: Estoy segura de que eso puede esperar-

Kankuro: No, es muy urgente como para esperar, tengo que decirte algo muy importante, necesito que escuches con mucha atención, quiero que intentes comprenderlo, analizarlo, y que puedas tomarlo con calma, quiero que por favor lo tomes con calma y que me ayudes, si lo haces, así evitaremos muchas molestias.

La peli castaña se detuvo a pensarlo un segundo.

Tenten: Bien, pero habla rápido, no tenemos tiempo que perder.

El chico asintió esperando a que Tenten se pusiera la blusa y procedió a iniciar decir todo lo que ella nesecitaba y debía  saber, esperando que lo tomara con la mayor calma posible, de ésta manera, podrían dar vuelta el tablero.

Aún quedaba una última jugada, la última retorcida pero hábil jugada que les permitiría vencer a Akatsuki, sólo faltaba asegurar a la peli castaña, pieza principal y fundamental de aquel complicado tablero de ajedrez del cual sus reyes movían a sus peones desde las sombras.


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              ¡Ya volví, no me maten!


Aquí un nuevo capítulo.

Espero que les guste.

Los quiere y aprecia

Linaly Rose

❣️

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