Capítulo 8
Ir de compras es uno de mis pasatiempos favoritos y lo que más disfruto hacer en mi tiempo libre, i disfrutaba, porque a pesar de que Josh y yo estuvimos entrando a ver diferentes tiendas de muebles después de ir a Home Depot, ninguno terminábamos de acuerdo en algo.
Donde yo decía verde, el decía azul, si yo decía rosa, el decía rojo.
Dejo caer un suspiro pesado por quinta vez, a estas alturas ya estoy frustrada.
—Es una pésima idea —le dejo saber en cuanto sus ojos se encuentran con los míos, Josh tiene los brazos cruzados y enarca una ceja.
—Solo es una opinión —me dice molesto.
—Y es una pésima opinión —me permito decirle después de que haya sugerido comprar un sillón rojo, ¿quién en su sano juicio piensa que combinaría bien en casa? —. Él rojo no es un mal color, sin embargo, es posible que el gris sea la mejor opción, es más popular y versátil, además, es más fácil de combinar.
Le explico y él arruga el ceño, no está muy convencido de lo que digo aún y es irritante porque Josh está impuesto a dar órdenes y yo rara vez estoy impuesta a recibirlas.
—Pero a Trenton le gustan los colores vivos —insiste y solo puedo rodar los ojos como respuesta. Es raro aquel hombre que realmente comprende sobre la última tendencia de moda si este vive casi aislado de todo, cómo me parece Josh.
—Esto es lo que haremos —comienzo a explicarle—. Nos llevaremos ese sofá gris y escogeremos un par de cojines de algún rosa pálido y otros más neutros para darle un poco de contraste, la pared de la sala definitivamente tendrá que ser blanca. Nada de algún color vivo, ¿entendido?
Josh se lo considera por unos segundos antes de encogerse de hombros.
—Entendido.
Después de ver los sofás y escoger las decoraciones para este y el resto de la sala, terminamos comprando dos sofas de estilo nórdico, una mesita de cristal cuadrada con patas pequeñas de madera un par de adornos de color rojo que encontramos y unas dos plantitas artificiales que servirán de decoración.
Dos horas más tarde de ver muebles a más no poder, pinturas y decoraciones para el hogar y estar discutiendo con Josh sobre si lucirá bien o no, tenemos todas las compras que Josh ha pagado envío extra para que sean enviados al pueblo porque no cabrá todo en su camioneta.
—¿Iremos a otro lugar? —pregunto en su dirección mientras Josh conduce concentrado. Veo que frunce el ceño cada vez que luce pensativo, confundido y concentrado.
—Al pueblo de vuelta —dice y doy un pequeño asentimiento—. ¿O tienes algo que hacer aquí en la ciudad?
Pregunta y niego de inmediato porque creo no tener nada que hacer, sin embargo, le coloco una mano en su brazo, lo que lo distrae de conducir.
—¿Crees poder hacer una parada?
—¿A dónde?
Pregunta, confundido.
─No lo sé ─me encojo de hombros como respuesta y volteo a verlo─. A cualquier lugar donde pueda hacer una llamada, en casa no tengo buena señal y es difícil llamar.
Explico y Josh asiente en acuerdo.
─Conozco una buena cafetería por aquí cerca, compraré algo allí de regreso y te daré un par de minutos para que hables si te parece.
─Es excelente.
***
Josh estaciona su auto frente a una cafetería tal como lo ha dicho y después se baja del auto, yo también lo hago y me pregunta si quiero algo de tomar, pero le digo que no, lo único que quiero es hablarle a Ava para ver como se encuentra y necesito un poco de privacidad para hacerlo.
Me quedo en el estacionamiento después de que Josh entra a comprar a la cafetería y busco en mi celular el contacto de mi hermana y llamo de inmediato, ella responde al segundo timbre.
─¿Savannah? ¿eres tú? ¿está todo bien?
Puedo escuchar la preocupación en su voz.
─Ava, hola ─digo con una sonrisa en los labios que ella no puede ver─. Sí, estoy bien, solo quería llamarte para saber como estabas, en el pueblo no tengo mucha señal y he venido a la ciudad con mi jefe...
─¿Tú jefe? ─escucho la extrañeza en su voz. Una sonrisa se forma en mis labios.
─Sí, mi jefe. He conseguido un empleo en el pueblo, hoy es mi segundo día.
Ava suelta una risita.
─¡Dios mío, Sav! ¡Eso es genial! ─Siento una pizca de alegría al escuchar el entusiasmo en su voz─. Dime, sé que no llevas mucho allí, ¿qué van? ¿tres o cuatro días? Me alegro mucho por ti, en especial después de que nuestros padres...
Hace una pausa al darse cuenta de lo que está por decir y aprieto los labios.
─Después de que congelaran mis tarjetas, ¿no? ─soy yo quien dice la frase que Ava no puede terminar.
─Lo siento mucho, Sav. Sé que mamá tomó una decisión apresurada.
─No te preocupes ─me veo negando─. No voy a mentirte, ha sido difícil saberlo porque he llegado sin un solo centavo en efectivo, además, en el pueblo nadie acepta tarjetas, no es como que pueda hacer mucho al respecto.
─¿Eso quiere decir que estás en aprietos? ¿necesitas algo de dinero? ─Pregunta con preocupación en su voz, Ava siempre ha sido así, se preocupa por el bien de los demás antes que el de ella misma, algo admirable que siempre tenga esa valentía de poner a otros sobre ella y que no le importe mucho─. Sabes que puedo enviarte algo de dinero si lo necesitas.
─No, no hace falta ─le aseguro de inmediato y suelto un suspiro─. He conocido a alguien aquí además de mi jefe, Quinn, ella era una amiga del tío Landon y se ha asegurado de ayudarme desde que llegué. No te preocupes por mí, estoy bien, ¿qué hay de ti? ¿todo bien por casa?
Le pregunto deseando cambiar de tema, hay veces que odio que todo gire sobre mí, sé que a veces puedo mostrarme bastante egoísta al hablar demasiado sobre mí y puedo sonar como alguien demasiado irritante, pero por mucho que los demás encuentren difícil creerlo, sé que no todo gira sobre mí.
─Yo estoy bien y las cosas en casa también están bien, aunque extraño que estes aquí hablándome sobre lo último de moda y todas esas cosas que no entiendo a veces ─nos reímos al mismo tiempo. Se puede decir que mi hermana y yo somos todo lo contrario, Ava no suele seguir las últimas tendencias de la moda, tampoco le importa mucho lo que los demás piensen sobre ella, no le cuesta nada desenvolverse con los demás porque es esa clase de chica que tiene carisma y encaja en todos los lugares, yo por mi parte, tengo que esforzarme todo el tiempo por caer bien, por ser agradable por los demás incluso si eso no me va.
─Yo también te extraño, Ava ─desearía no ponerme nostálgica, pero evitarlo me es casi imposible─. Espero que nos veamos pronto si eso es posible.
─Sabes que será posible, mamá te levantará el castigo tarde o temprano.
─No lo sé ─me encojo de hombros─. La última vez que hablamos no me parecía contenta.
─Es complicado, Sav.
─Siempre ha sido de ese modo... ─El nudo en mi garganta de pronto crece y trago con fuerza─. Oye, tengo que irme. No sé cuando tengamos oportunidad de volver a hablar, pero cuídate, ¿sí?
─Tú también.
─Te quiero.
─Yo también.
Responde y de allí las dos colgamos la llamada.
Josh viene unos minutos después de nuevo al estacionamiento, tiene un café en la mano y una bolsa de color marrón en otra.
─Creí que no te gustaba el café ─le menciono con el ceño fruncido al recordar mi primer día en el trabajo. Haberle llevado café no había resultado bien.
─No es para mí ─me asegura y después me lo extiende─. Lo he comprado para ti y también un par de roles de canela.
─Oh.
Digo sorprendida y extiendo la mano para tomar el café, me llevo el café a los labios para tomar un sorbo. Es un capuchino de vainilla.
─Vamos.
Dice antes de que pueda darle las gracias y sube de inmediato a su auto, yo hago lo mismo, no es hasta que comienza a conducir que vuelvo a hablar.
─Gracias por el café y por darme tiempo para hacer una llamada.
─No hay de qué.
Dice y de nuevo, como en el trayecto de venida, no hay mucho de lo que podemos conversar.
Esta vez no intento iniciar una conversación porque haber hablado con Ava me ha dejado en un estado bajo de ánimos. Pienso en que mamá no me levantará el castigo como me gustaría y que tengo que comenzar a acostumbrarme poco a poco a mi nueva vida, pero ¿a quién no le cuesta adaptarse a cambios inesperados?
Para cuando me termino el café, hemos llegado a la constructora de vuelta, Josh y yo bajamos del auto y entramos a la oficina, los trabajadores están en el otro lado de la construcción concentrados en sus labores.
─Llamaré a Palmer y Trenton para tenerlos al tanto de que ya conseguimos los muebles ─me dice mientras deja la bolsa de roles de canela que ha comprado, sobre la mesa que hay en la esquina de la oficina.
─Está bien, ¿cuándo comenzaremos con la decoración?
─No lo sé, aún hay un par de detalles que debemos terminar de construir, reafirmar algunas estructuras y esas cosas.
─Ya veo ─digo sin entender nada de construcciones─. Por cierto, gracias por el café.
Vuelvo a decirle y Josh asiente.
─No es nada ─se recarga en la mesa y no aparta la mirada de mí, lo que me hace sentirme un poco incómoda.
Por alguna razón, encuentro diferente ser observada por Josh, quizás son sus ojos o la forma en que suele mirar porque no se compara con todas esas miradas que he recibido antes por los hombres, la de él es un poco más dura, como si de algún modo intentara descifrar algo más.
─Por cierto, estaba pensando en un adelanto.
─¿Perdón?
Pregunto sin entender bien a que se refiere. Josh se aparta de su lugar y camina hacia mí para que lo escuche mejor.
─Un adelanto de tu sueldo ─dice y mi rostro se llena de asombro, creí que eso no se podía hacer. Aun así, no lo cuestiono porque un adelanto me vendría bien─. Ya sabes, eres nueva aquí y quizás lo necesites.
Aprieta los labios con fuerza y yo hago lo mismo.
─Vaya, eso te lo agradecería mucho ─me veo diciendo con sinceridad─. En realidad, agradezco que aun no me hayas corrido de aquí. Ya sabes, puedo ser algo torpe.
Gruñe.
Yo aprieto los labios de nuevo sin entender qué he dicho mal para que él gruña.
─Te pagaré al final del turno, tengo que ir a comprobar que todos los trabajadores estén haciendo su trabajo.
─Entiendo. Yo continuaré con mi trabajo por aquí, aun tengo facturas que revisar.
***
Me llevo el trabajo con calma para no terminar tan rápido y después aburrirme y así las horas en el trabajo se me pasan más rápido hasta que son las siete y los trabajadores entran a la oficina a firmar la salida.
─Nos vemos luego, Savannah ─se despide Dean de mi cuando sale de la oficina, me despido de él alzando la mano al aire y también hago lo mismo con otros trabajadores, además de murmurar un "hasta mañana."
Josh es el último en entrar a la oficina y no sé si eso sea una buena idea porque me parece que viene molesto.
─¿Aún no te has ido? ─Me pregunta a secas mientras toma un poco de agua.
─Estaba esperando a que los trabajadores se fueran.
─Bueno, puedes irte ahora.
─¿Está todo bien?
Presiento que no y que no me dirá el problema, pero aun así mi pregunta ha sido inevitable.
─Se ha fregado una maquina que necesita reparación, eso es todo.
─¿Necesitas que llame a alguna parte para que vengan a arreglarla? ─Le pregunto y Josh niega.
─No hace falta, la repararé yo ─dice con algo de irritación en su voz, de verdad pierde el temperamento con bastante facilidad.
─¿Seguro de ello?
─Sí.
Responde a secas y doy un asentimiento antes de recoger mis cosas para firmar mi pase de salida como todos. Josh se mueve entre la oficina hacia el escritorio y revisa un par de papeles, supongo que tiene que ver sobre la maquina que se le ha descompuesto, quizás un manual o qué se yo.
─Nos vemos mañana.
─Hasta mañana.
Responde con poco humor y salgo de la oficina para ir a casa, el sol está metiéndose poco a poco, pero agradezco que aun hay luz como para caminar sola por las calles y no tardo mucho en llegar a casa. Cuando lo hago, saco las llaves de mi bolso y me limito a abrir la puerta, sin embargo, me encuentro con aquel gato en el interior, lo que hace que me sobresalte.
─¡Tú otra vez! ─le digo con una expresión de horror en el rostro. De verdad no me gustan los gatos─. Vamos, vete de mi casa.
Le digo y él solo maúlla al tiempo que se dirige hacia mí y solo pienso en que ha sido una mala idea hablarle.
─No, no, no ─le comienzo a decir mientras me voy acercando más a la puerta, aunque no me he alejado mucho de ella desde un principio─. Ni te me arrimes, vete, chu.
Siento el pánico en mi interior mientras el gato camina hacia mí y termino saliéndome de la casa y cierro la puerta, pero por suerte, está vez tengo las llaves conmigo.
─Ay Dios, esto no puede estar pasándome...
Digo con la mirada hacia el cielo.
¿Qué tan mala suerte debo de tener para que un gato se adueñe de mi casa de la noche a la mañana?
Lo que no consigo comprender del todo, es como consigue meterse como si nada. Yo estoy cien por ciento segura de que cierro las puertas.
Antes de que pueda idear un plan en mi cabeza, el sonido de un carro a mis espaldas me saca de mis pensamientos y veo la camioneta de Josh estacionándose en la entrada. Extrañada, bajo los escalones para acercarme a él en cuanto sale.
─Josh, ¿qué haces aquí? ¿me necesitas en el trabajo?
He escuchado que algunos jefes suelen necesitar a sus secretarias para trabajos extras pasadas de las horas de trabajo, quizás para algún papeleo o algo importante.
Josh me deja ver una mueca y niega.
─No, no es eso ─ya no suena tan irritando como antes, luce más relajado─. Se me había olvidado darte la paga.
─Ah, eso ─digo. Yo también me había olvidado de ello, por lo menos, no me requería más en el trabajo.
─Sí ─comenta antes de sacarse un pequeño sobre de color blanco de las bolsas traseras de su pantalón─. Aquí tienes.
Dice entregándomela y yo la acepto.
─Gracias.
Da un asentimiento de cabeza y yo intento poner una sonrisa, pero luce como una mueca.
─¿Qué estás haciendo aquí afuera? ─Pregunta un poco extrañado de que no esté en el interior de la casa, no me molesto en ocultarle mi descontento.
─Es el gato de nuevo ─comento y él enarca las cejas por lo que le explico─. Al parecer se ha adueñado de la casa, no consigo hacer que se vaya.
─Ya veo. ─Esta vez soy yo quien asiente─. ¿Te has olvidado de cerrar la puerta?
─No, la he cerrado bien. ─Al menos, eso recuerdo.
Josh asiente y luce pensativo por unos instantes mientras mira al césped que necesita ser un poco podado de nuevo.
─¿Ya checaste todas las puertas?
─¿Las de las habitaciones?
Pregunto y él niega.
─Me refiero a la puerta de la cocina.
─¿Qué hay con la puerta de la cocina?
Pregunto con el ceño fruncido y Josh no dice nada, se apresura a pasar delante de mí e ir hacia la casa, dispuesto a entrar. Tan pronto como lo hace, lo sigo y el gato se aproxima a él pasando cerca de sus pies en busca de que lo acaricien, Josh gruñe y lo ignora mientras va hacia la cocina, el gato lo sigue y yo también, es un alivio que el gato no esté siguiéndome a mí.
Me recargo sobre la barrita que hay en la cocina mientras Josh está observando la puerta blanca y se agacha hacia el suelo.
─¿Qué pasa? ─Pregunto inclinándome un poco más para poder ver qué está haciendo, Josh se gira a verme.
─¿Ya lo habías visto?
Me pregunta haciendo una seña hacia la puertecita pequeña.
─No.
Murmuro alejándome de mi lugar para acercarme a dónde él está.
─Es una puerta para mascotas ─me explica─. Es por eso por lo que el gato sigue entrando aquí.
─Y supongo que seguirá entrando, ¿no? ─le pregunto con algo de estrés y Josh asiente antes de observarla de nuevo.
─Podría sellarla.
Sugiere y lo miro con algo de esperanza.
─¿En serio podrías hacerlo?
─Sí, tengo un par de herramientas en el auto, aguarda aquí.
Dice y asiento.
Unos minutos después, Josh a sellado la puertita para mascotas y ha sacado al gato consigo después de que yo me haya subido a la barra de la cocina cuando este intento acercarse a mí.
─Ya puedes bajarte de allí ─dice mirándome.
─¿Estás seguro de que no entrará de nuevo?
─Muy seguro.
Dice con un asentimiento.
─Está bien ─comento con un suspiro y después me las ingenio para bajarme de la barra, sin embargo, doy un mal paso y casi caigo al suelo sino es porque Josh se apresura a evitar que me golpee.
Sus brazos sostienen mi cintura con firmeza y su cercanía es cálida, estoy dándole la espalda, pero puedo sentir la firmeza de su cuerpo contra el mío y eso me tensa.
─¿Estás bien?
Me pregunta aun sosteniéndome, su respiración choca con mi cuello y parte de mi cabello, poco a poco me deposita en el suelo, pero no se aparta de mí, puedo sentir que su respiración es pesada y los latidos de mi corazón de pronto se aceleran.
Debería de apartarme pienso y pronto.
Pero me gusta que esté cerca de mí.
Es una mala idea pensar eso.
Consigo armarme de valor para aclararme la garganta y moverme en mi lugar, Josh se aparta de inmediato, dándome espacio y me volteo a verlo.
─Gracias ─murmuro en casi un susurro. Josh da un asentimiento y después desvía la mirada de la mía.
─Debería de irme a casa, aun tengo un par de pendientes qué hacer.
─Si, yo también.
Miento, pero no le toma importancia, asiente y se va directo a la entrada sin despedirse de mí y cierra la puerta. Yo me quedo allí parada junto a la barra, recordando la cálida sensación que mi cuerpo sintió ante su cercanía al tener sus brazos rodeando mi cintura.
Ante aquel pensamiento me muerdo los labios con fuerza, después decido ir a cerrar con llave la puerta principal y luego ir a ducharme para sacarme esos pensamientos de Josh abrazando mi cuerpo. Es lo mínimo que puedo hacer.
****
Holaaa, feliz Domingo, ¿cómo están? Me he demorado en actualizar hasta hoy ya que se me complica un poco por el trabajo y quiero que los capítulos sean algo largos, así que por fin pude actualizar hoy!
¿Qué les pareció el capítulo?
Dicen que en Home Depot se pueden encontrar a veces a chicos guapos comprando como Josh, ¿ustedes que opinan? ¿ya han ido?
Espero que hayan disfrutado de este capítulo! dejenme saber qué tal les pareció y nada, que les deseo un buen inicio de semana a todas!<33
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