Transcurre una semana desde que Josh y yo salimos a aquella cena de trabajo y desde que hablé con mamá. Aunque he intentado hablar con Ava, ella parece distante cada vez que contesta mis llamadas y se excusa con que tiene cosas que hacer, aunque no le exijo continuar hablando, me siento un poco triste por sentir que está distante.

Por otra parte, las cosas en el pueblo y en la construcción parecen ir bastante bien, cada vez me siento más a gusto estando en casa, Josh pasa bastante tiempo conmigo y las cosas se sienten estables entre los dos, se sienten a salvo y esa es una sensación a la que admito que no estoy acostumbrada pero poco a poco he ido aceptando.

¿A quién no le agrada la idea de sentirse a salvo junto a alguien?

Ya estamos por terminar nuestra hora cuando Dean y Josh entran a la oficina, ambos discuten sobre un tema que no entiendo, pero tiene qué ver con el trabajo, después de estar discutiendo por unos largos minutos, Dean se rinde al ver que Josh no dará su brazo a torcer fácilmente y decide marcharse. Josh deja escapar un bufido frustrado cuando estamos solos.

Dejo de trabajar en los papeles que tengo en mi escritorio y alzo mi vista hacia él.

─¿Está todo bien? ─decido preguntarle, Josh bufa de nuevo y niega al colocar las manos sobre sus caderas.

─Dean cree que es una mala idea aceptar el trato que Harriet y Wyatt están ofreciéndonos.

─¿Harriet y Wyatt? ¿Los de la compañía de cementos?

Pregunto, pues ya he revisado un par de papeles y sé que Josh suele encargarles material de vez en cuando a ellos, en especial cemento.

─Sí.

─¿De qué clase de trato estamos hablando?

Le pregunto enarcando las cejas, Josh se demora bastante en contestarme.

─Me han ofrecido comprar una parte de la construcción, desean invertir en el negocio.

Es una noticia inesperada y mi rostro se llena de sorpresa por ello.

─¿Y estás de acuerdo con eso?

Le pregunto y Josh busca una silla disponible junto al escritorio, frente a mí. Toma asiento y aguarda en silencio por unos minutos antes de responderme otra vez.

─No, no lo creo ─dice, pero no suena muy convencido de sus palabras─. Aunque su oferta sí que es buena.

─¿Qué tal a un futuro? ─Pregunto con curiosidad─. ¿Te interesaría aceptar?

Josh suspira con pesadez.

─No lo sé, ser socios con Harriet y Wyatt puede ser una buena idea, significaría que la construcción aquí crecería y tendría la oportunidad de hacer nuevos clientes y contratos grandes, sin embargo, no sé si debería aceptarlo.

─Quizás es muy apresurado pensar en ello...

Murmuro y Josh aprieta los labios con fuerza.

─Quizás lo es, aunque no descartaría la idea en un futuro más largo. ─Su mirada se pierde en algún punto fijo de la oficina y se queda pensativo por un tiempo, como si estuviera debatiéndose así mismo.

─Bueno, podrías tenerla en cuenta.

─Y lo haré.

─¿Qué hay con Dean? ─Pregunto porque por la forma en que los dos discutían, Dean lucía de verdad preocupado al respecto─. ¿Por qué está molesto con lo de asociarte con ellos?

─Porque Dean cree que después pueden convencerme de venderles toda la construcción ─responde con una mueca en los labios.

─Esa no sería una buena idea ─lo digo muy en serio, pues Josh de verdad ama trabajar en la construcción─. Es tu negocio y además te gusta.

─Sí que me gusta ─dice y esboza una diminuta, después alza la mirada para encontrarse con la mía─. Es mi lugar seguro, no la vendería ni estando loco.

Me asegura y eso me hace sonreír.

Josh me lleva a casa una hora más tarde, pasa un rato conmigo, incluso lo invito a quedarse a cenar porque preparo un par de sándwiches para ambos, no es la mejor comida, pero si la única que puedo hacer en corto tiempo y que me asegura que no quemaré ninguna parte de la casa. Después de que se va, decido llamarle a Ava porque aun estoy preocupada y siento la necesidad de hablar con ella solo para comprobar que está bien.

─Hola, Sav ─me saluda en cuanto me ve cuando al hacer videollamada─. ¿Cómo va todo por allá?

─Hola, Ava ─la saludo de vuelta y pongo una sonrisa pequeña en mi boca─. Va todo de maravilla, he estado trabajando bastante y Josh y yo hemos ido a la ciudad durante estos días por materiales extras de trabajo, eso me ha mantenido ocupada, pero todo parece ir bien por aquí.

─Que bueno, me alegro de que las cosas estén marchando bien para ti ─esboza una sonrisa tan grande que no la encuentro sincera y termino dibujando una mueca en mi boca.

─¿Qué hay de ti, hermanita? ¿está todo bien por allá? ─Pregunto con preocupación en mi voz─. ¿Alguna novedad que me tengas?

Sacarle las cosas a Ava no son fáciles, aunque a veces parece ser un libro abierto es muy cerrada cuando se lo propone y le cuesta abrirse a los demás, por la forma en que frunce los labios capto de inmediato de que algo no anda bien con ella.

─Ava ─digo su nombre en un tono bajo y serio─. Sé que algo no anda bien por allá, ¿por qué no me lo dices?

Le pregunto con la esperanza de que mi hermana sea sincera.

Ava se toma un tiempo responderme y durante ese tiempo puedo ver que se debate así misma.

─No lo sé, Sav ─niega para si misma y voltea a ver a su alrededor, insegura─. No me he sentido bien últimamente.

─Lo he notado ─digo─. ¿Te importaría contarme?

Ava niega.

─Son solo cosas mías, Sav ─dice intentando de restarle importancia a sus asuntos─. Es que, me siento muy sola, ¿sí? Las cosas en casa son bastante distintas desde que te fuiste y... te extraño.

─Yo también te extraño, Ava.

Me pongo nostálgica al decírselo.

─¿Por qué no vuelvas a casa, Sav?

La forma en que Ava me lo pide me hace sentirme aún más nostálgica y me cruza por la cabeza la idea de volver a casa, una idea de la cual había estado alejada por un tiempo. La idea de volver a casa no es una idea que descarto por completo pues extraño a mi hermana, sin embargo, no se lo digo, pero creo que mi lugar ya no está allá, una parte de mí siente que se ha ido encontrando a sí misma en Faxon Hills que volver a casa se siente una idea insegura.

Aun así, esbozo una sonrisa hacia mi hermana.

─Podría volver ─no sueno muy convencida de mis palabras, pero ella no lo nota, esboza una sonrisa también.

─Sí, sería una buena idea. Sé que mamá dijo que no deberías de hacerlo, pero yo creo que has cambiado bastante, Sav, no eres la misma persona que eras cuando recién te fuiste de aquí, creo que te has convertido en una mejor versión de ti misma y tal vez sea bueno volver. Tal vez ya es hora de volver a casa.

O tal vez no.

Me aferro a mis pensamientos.

Las cosas en casa nunca eran estables, bastantes discusiones con mis padres, amigos superficiales y poco sinceros. Mi vida era bastante superficial y la idea de volver a ella no es lo que deseo, además, pienso en Josh. Volver a casa también significa alejarme de él.

—Ava —digo su nombre con cautela como si decirle lo que pienso fuera de pronto a herirla, también quiero ver a mi hermana, pero no estoy segura de que quiera realmente volver a casa. Antes de que yo pueda explicarme, Ava se adelanta a los hechos.

—Sé que quizás es muy pronto y la idea sorprenda a todos, pero sería bueno que vengas, Savannah —veo que su rostro se llena de ilusión ante la idea y siento un pinchazo en el corazón de inseguridad. No quisiera romper su ilusión sabiendo que se siente sola. Sé que, si la situación fuera diferente, Ava no la pensaría tanto y dejaría todo para ir a mi lado como siempre ha tratado de hacer, eso me hace sentirme aún más egoísta porque no sé si yo pueda ser como ella y hacer eso, dejar todo lo que he comenzado a construir en Faxon Hills y volver a casa—. Además, mamá no te castigó de por vida, seguro que no le molesta que vuelvas pronto si lo haces, en especial al ver como eres ahora, has cambiado bastante, pero para bien.

Esbozo una sonrisa porque me parece lo más adecuado en vez de entrar en detalles sobre mis sentimientos y pensamientos ahora mismo, sin embargo, Ava es una chica lista y nota la incertidumbre en mí.

─Piénsalo bien, Sav ─habla en un tono de voz tan serio que me preocupa un poco, en especial al notar su mirada triste─. No tienes que venir ahora pero sí pronto, sería bueno.

─Lo haré, Ava ─digo intentando mantener una sonrisa en los labios─. Prometo que lo haré.

Siento la necesidad de decirle y eso parece darle esperanzas y animarla tanto que de verdad pienso en volver a casa.