Capítulo 41
Paso la noche en casa de Josh ya que es tarde para irme a casa y él sugiere que me quede con él, así que por la mañana siguiente tiene que llevarme a casa más temprano de lo habitual para que pueda ducharme y cambiarme antes de ir al trabajo.
Al llegar a la oficina, algunos trabajadores ya están allí aguardando a que Josh abra la oficina, todos lucen tranquilos y aunque le hacen pequeños comentarios a Josh sobre si está bien, no indagan mucho en el tema y supongo que todos tratan de ser discretos y olvidarlo.
Yo hago lo mismo y me concentro en el papeleo que tengo para hoy, pero cuando Josh viene a la oficina para la hora del almuerzo y decirme que podemos ir al restaurante del pueblo a comer, me es imposible rechazarlo.
Los dos pedimos pollo frito con papas ya que es el menú del día y por suerte no se demoran en traerlo.
—Quería comentarte que la cena de trabajo se pospondrá por el momento —me vuelve a informar y doy un leve asentimiento mientras me llevo una papa frita a la boca.
—Me parece bien, después de lo sucedido... —hago una breve pausa no queriendo indagar mucho en el tema, Josh pone una mueca en los labios y no beca falta que me diga que no quiere hablar sobre ello—. El día que sea yo estaré contenta de acompañarte.
Decido cambiar de tema y eso parece aligerar el ambiente incómodo que está a punto de formarse a nuestro alrededor.
—Gracias —asiente levemente—. Aunque si tendremos que salir del pueblo por un par de asuntos de trabajo. Debemos comprar muebles pronto para la nueva casa que hemos terminado.
—¿Ah si? ¿Y cuando sería eso?
Me acomodo mejor en mi lugar deseando saber sobre las compras de hogar, sin duda son una de las cosas que he disfrutado. Josh se rasca la nuca al tiempo que se encoge de hombros.
—Tenia pensado en que podríamos ir pasado mañana, así nos da tiempo de tener todo listo para el próximo fin de semana en caso de que nos demoremos encontrando las decoraciones.
—Perfecto —me parece un buen plan ya que me gusta ver las cosas con tiempo cuando de compras se trata.
Josh y yo cambiamos de tema pero nuestra conversación muere cuando escuchamos el tintineo de la puerta indicando que alguien ha entrado y Muriel aparece en el restaurante, por supuesto, ella se percata de que nosotros estamos almorzando allí.
Me tenso en mi lugar y Josh también pensando en que se nos acercará a la mesa, pero afortunadamente, Muriel nunca viene hacia nosotros, la observo llegar al mostrador, ordenarle a la cajera y aguarda junto a ella mientras platican, supongo que ya debían de tener su pedido preparado porque no tardan ni cinco minutos en pasarle una bolsa blanca y después ella se marcha. Cuando lo hace, Josh se relaja un poco.
—Seguro que debe ser incómodo para ti tenerla que ver en el pueblo, ¿no?
No sé de dónde ha salido mi comentario, si que ha pasado por mi cabeza pero esperaba que se quedara lo y no saliera de mi boca.
—Lo es, sí —me sorprende aún más que Josh se atreva a responderme. Decido dirigir toda mi atención a él y escucharlo atento—. Aunque Muriel siempre fue desagradable incluso cuando las cosas estaban bien entre Lucy y yo.
—¿Ah si? —No puedo evitar sentir curiosidad por indagar en el tema. Sé que todo el mundo dice que es mejor no hablar de tu ex con otra persona pero yo creo que a veces si que es importante conocer el motivo por el que se separaron, te ayuda a darte una idea de la persona.
—Sí —se rasca una de sus cejas—. Muriel siempre quiso controlarme al igual que Lucy, ellas querían siempre tener el mando de la relación, que las cosas fueran exactamente como Muriel quería y eso solía ser agobiante de vez en cuando. Sé que nunca fui de su agrado y nunca lo seré, por eso no me quita el sueño la opinión que ella tenga sobre mí.
Estoy sorprendida por la confesión de Josh me ha dado pero al mismo tiempo le creo porque por la forma en que Muriel tiende a mirarle me doy cuenta de que en verdad existe un gran desagrado de su parte, pero lo que no me queda claro es, ¿por qué seguir molestándolo cuando su historia con su hija se acabó? Supongo que hay personas que jamás se quedan tranquilas y prefieren seguir martirizando a otras y Muriel debe ser una de esas.
—Lo siento.
Es lo único que me pasa por mi cabeza decirle y Josh niega de inmediato.
—No tienes por qué.
Asegura.
Los dos continuamos comiendo y regresamos a la constructora tiempo más tarde, no conversamos más en el trabajo porque Josh se va con el resto de los hombres a trabajar y yo me enfoco en mi trabajo hasta que tomo un pequeño descanso y decido enviarle un mensaje a Ava.
En la constructora no hay mucha señal así que el mensaje tarda minutos en enviarse y la respuesta de Ava tarda otros minutos en llegar. Mi hermana me cuenta cómo van las cosas en casa y no tarda mucho en dejar de escribirme para llamarme.
—¡Ava! —Exclamo con entusiasmo en cuanto escucho su voz, ella también parece alegre de oírme—. ¿Cómo estás? ¿Cómo va todo en casa?
Le pregunto y la escucho suspirar, el suspiro que suelta borra la sonrisa que se ha formado en mi boca al inicio de oírla.
—Sav, ¿estás ocupada?
El tono serio de su voz me pone nerviosa.
—¿Qué sucede Ava? ¿Estás bien?
Insisto en preguntarle de nuevo y otro suspiro sale de ella, por suerte, decide ser honesta con lo que sucede.
—No lo sé, las cosas no se sienten bien por aquí, ¿sabes?
—¿Ah no? —frunzo el ceño aunque no puede verme h me la imagino negando desde el otro lado de la línea.
—No, Sav. Mamá y papá discuten todo el tiempo, hasta creo que van a divorciarse y yo.... —mi hermana hace una larga pausa que solo sirve para preocuparme más—. No sé si estoy bien, te extraño demasiado y me siento muy sola, Sav. Ya no tengo a nadie por aquí, sabes cómo son nuestros padres, si no fuera por ti, yo hace tiempo que me habría derrumbado por todo.
Siento un golpe en el pecho cuando la escucho decir eso porque sé bien lo que quiere decirme, nuestros padres siempre han estado presentes en nuestras vidas pero ausentes al mismo tiempo. Nos han llenado de lujos y más solo para llenar ese vacío que a veces sentimos, nuestro tío Landon era todo lo contrario, buscaba pasar tiempo con nosotros hasta que consideró que de algún modo también nos estaba perdiendo al ver que nos sumergíamos en el mismo mundo de mis padres, por eso se mudó a este pueblo, para escapar de todo eso. Y cuando él falleció, Ava y yo nos aferramos la una a la otra intentando mantener la cordura y alejarnos de una vida que solo nos arrastraba a cosas superficiales.
—Dios, Ava, no tenía ni idea de cómo te sentías al respecto...
Me siento un poco culpable porque yo estoy disfrutando de mi nueva vida en el pueblo, pues últimamente está se siente bien aquí que me he olvidado un poco de ella y el resto allá en casa cuando no debería de ser de ese modo.
—Ni te preocupes, Sav. No es tu culpa y lo sabes —su voz suena apagada y me siento triste por ella—. Es solo que las cosas aquí en casa parecen ir mal entre todos y en mi vida también y a momentos me siento tan perdida que no sé qué hacer, siento que camino sin rumbo y cada vez termino más perdida de lo que ya estoy.
Escucharla decir cómo se siente me hace recordar a mi hace unos meses porque justo experimentaba ese extraño sentimiento de saber que voy por la vida sin rumbo, sin un destino, que hago las cosas nomas por hacerlas porque parecen ser las correctas y no porque realmente quiera hacerlas.
—Ava, sabes que siempre puedes contar conmigo, siempre estoy aquí para ti.
Mi voz es suave y escucho a mi hermana sorber, ya imagino que está llorando.
—Lo sé, pero es que siento que últimamente eres feliz y siento que aquí en casa jamás lo has sido que no quiero agobiarte con mis cosas.
—Nunca me agobias, Ava —y digo la verdad, aunque me estrese y no tenga ganas a veces de hablar siempre estoy allí para ella cuando me necesita, es mi hermana y aunque nuestra relación no es perfecta la quiero los suficiente como para ver siempre que pueda por ella—. Si yo hubiese sabido antes cómo te sentías, créeme que jamás habría venido aún cuando mamá me obligara, hubiese buscado la manera de quedarme contigo y...
—Eso es justo por lo que yo no quería decirte nada. —Me interrumpe y aprieto los labios, ella bufa—. Sav, te preocupas por los demás más que por ti aún cuando mamá dice lo contrario y eso no debería de ser así, a mi me parece que estás feliz en aquel pueblo y yo no quiero hacerte volver solo porque estoy triste, no es justo.
—Pero me necesitas...
Insisto.
—Sav, no quiero que vuelvas, solo estoy pasando por un momento emocional complicado y sé que estaré bien, si de verdad te necesito sé que puedo llamarte pero por ahora, estaré bien.
—Sabes que eso es importante para mí —le digo.
—Lo sé, y para mí también es importante que tú estés bien y seas feliz, mejor cuéntame sobre Josh.
Una sonrisa boba se forma en mi boca cuando lo menciona. Le cuento sobre la cena que teníamos planeado ir y el pequeño problema que pasó ese mismo día, después cambiamos de tema sobre cómo va mi trabajo y Ava me contó que tal van las cosas con su trabajo también. Para el tiempo en que colgamos, algunos hombres entran a la oficina para checar la salida.
Josh me lleva a casa como de costumbre y aunque se baja del auto para acompañarme hasta la puerta no se queda mucho tiempo.
—Espera —dice cuando estoy a punto de entrar a casa y me detengo en seco para mirarlo, Josh se saca la billetera de los bolsillos traseros de su pantalón y comienza a buscar en ella su tarjeta para después extenderla hacia mi.
—¿Qué es esto?
Pregunto haciendo un gesto hacia la tarjeta sin entender porqué me la ha dado.
—Tendremos la cena de trabajo dentro de dos días así que pensé que querrías comprarte un vestido, compra el que quieras sin importar el precio.
—Josh, ¿lo dices en serio?
Tengo que preguntarle porque estoy sorprendida que me haya dado su tarjeta. Él se rasca la nuca.
—Si, quería buscarte un vestido yo mismo pero no tengo buen gusto para ellos, pensé que quizás tú podrías ir a buscarte uno y pagarlo con mi tarjeta, un regalo de mi parte.
Ay dios, es lo más lindo. Yo amo las compras.
Emocionada, me acerco a Josh y tomo su rostro para plantarle un beso en los labios.
—Gracias, Josh.
—No tienes qué agradecerme. —Envuelve sus brazos sobre mi cintura y se inclina para darme otro beso—. Sé lo mucho que te gustan las compras así que te mereces ir de compras y usar algo que seguramente se te verá fabuloso.
Enarco las cejas.
—Pareces muy seguro de que se me verá fabuloso, ¿eh?
—Cariño, podrías usar una bolsa de basura como vestido y yo voy a seguir pensando que te queda fabuloso.
Acepto el beso que me da y después se aparta un poquito de mi, siento un poco de frío al sentir que se aleja y me gustaría mucho pedirle que se quede a dormir conmigo pero no lo hago, dejo que se despida y vaya a casa.
—Nos vemos luego, Sav. Buenas noches.
—Buenas noches.
Josh comienza a bajar los escalones de la entrada y caminar hacia su camioneta pero detiene su paso y voltea a verme de nuevo.
—Por cierto, puedes invitar a Quinn de compras contigo si no quieres ir sola.
Me deja saber, doy un asentimiento y después de que veo que se ha subido a su camioneta, entro a casa con una sonrisa boba en los labios.
¿Acaso no podría hacer más perfecto? Dios, darme su tarjeta y pedirme que gaste lo que quiera en un vestido es algo que casi nadie te dice. Sin duda Josh me sorprende cada día más.
****
Holaaaa, ¿como están? Estos días no pude venirme con la actualización antes pero aquí estoy, como dije ayer en Instagram, hoy actualizaría y aquí estoy! ¿Que les pareció el capítulo?
Espero que hayan disfrutado de esta lectura, Josh sin duda se está volviendo de mis personajes favoritos y que más he disfrutado de escribir, además es muy lindo con Savannah ❤️ ¿qué opinan?
Tengo una pregunta:
• ¿Son de las que les gusta que les paguen todo a la hora de una cita o prefieren pagar la mitad y la mitad?
A mí en lo personal me parece que lo correcto es que el hombre pague todo, lo encuentro caballeroso (además que de donde soy es lo que la mayoría hace).
• ¿Aceptarían que les den su tarjeta para gastar en lo que sea? 😌😂
Gracias por leer el capítulo, si quieren enterarse de spoilers y más pueden seguirme en Instagram, me encuentran como "andreabonnelll" 😊❤️
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top