Capítulo 40

Una vez dentro del auto de Dean, dirijo toda mi atención a él, quien mantiene una mueca enorme en los labios mientras enciende el auto.

—¿Qué está sucediendo Dean?

Pregunto.

Estoy segura de que he escuchado bien y a mencionado a un tal Mitchell, quien jamás he visto en la constructora y cuyo nombre no había escuchado antes.

—Solo tenemos un pequeño inconveniente.

—¿Pequeño inconveniente? —Enarcó las cejas. A mí no me parece un pequeño inconveniente—. ¿Quién rayos es Mitchell?

Al ver la seriedad en mi rostro, Dean suspira con pesadez y decide confesar la verdad. Al menos esta vez decide no ocultarla.

—Mitchell es alguien que vivió en este pueblo y se fue hace un par de años —responde con una gran mueca en los labios y se rasca la nuca—. También fue el ex de Lucy.

Mis ojos se abren con asombro al igual que mi boca y me toma algo de tiempo voltear a ver a Dean para ver que tiene una enorme mueca en los labios y tiene la mirada fija al frente, sus manos aferradas con fuerza al volante.

─¿Quieres decir que no estaba aquí antes?

Jamás había escuchado de Mitchell hasta hoy.

─No ─responde de inmediato─. Tampoco sabía que volvería, estoy igual de sorprendido que tú.

─¿Cómo es que llegó a la constructora?

Le pregunto frunciendo el ceño porque me sorprende que de la nada se haya aparecido en la constructora y haya provocado un alboroto.

─No tengo idea ─se encoge de hombros al decir esto y veo que su cuerpo se tensa a medida que se rasca la cabeza, puedo ver que Dean no está contento con la aparición de este hombre en la constructora. Yo tampoco lo estoy, aunque no lo conozco─. Simplemente salió de la nada. Ninguno de los chicos o yo nos percatamos de su presencia hasta que comenzó a hablar.

─¿Quieres decir que simplemente llegó y armó todo un alboroto entre ustedes?

─Sí, así fue ─dice apretando los labios con fuerza─. Créeme, no es la primera vez que lo hace, pero sí que había pasado mucho tiempo desde la última vez que Mitchell estuvo merodeándose en la construcción. Ni siquiera nos acordábamos de él y lo problemático que es.

Ya tengo la impresión de que no sucederá algo bueno de su visita y me veo sintiéndome preocupada por Josh, quien seguramente se habrá ya metido en una pelea con ese hombre.

─¿Qué es lo que quiere?

─Dios, lo mismo de siempre ─Dean se ríe a secas y me da una mirada rápida antes de volver a concentrarse en el volante─. Fastidiar a Josh por haber estado con Lucy.

No se lo digo a Dean, pero de pronto yo tengo bastante curiosidad por conocer a Lucy, ver sí es hermosa y si tiene una de esas personalidades que hace a una persona deseable porque me le da sensación de que debe saber ganarse a la gente como para tener a hombres peleando por ella.

─Sácate esas ideas de la cabeza.

─¿Perdón?

Murmuro al escuchar a Dean hablarme, sus palabras me toman desprevenida.

─Lucy era guapa, sí pero no tenía una personalidad agradable.

─Dios, ¿he pensado en voz alta?

─Sí ─dice y me sonrojo de inmediato creyendo que había compartido mis pensamientos para mi misma y no hacia Dean.

─No quise... yo, uh...

Comienzo a balbucear y no sé qué decir porque no me gusta que me consideren una chica insegura. Habitualmente las personas creen que soy todo lo contrario, demasiado segura de sí misma.

─Tranquila, esto quedará entre nosotros ─me asegura ofreciéndome una de esas amigables y tiernas sonrisas que Dean suele regalarle a la gente de vez en cuando─. Sé que puede generar ciertas inseguridades cuando te gusta alguien pero que sepas que Lucy no era una santa y tal vez no la mejor persona de este pueblo.

─Pero seguro que muchos la querían...

De eso no tengo duda y la mueca de Dean me confirma que estoy en lo cierto.

─Sabía ganarse a la gente hasta cierto punto, pero una vez que su verdadera personalidad salía a la luz, la mayoría la terminaba odiando.

─¿Puedo preguntarte por qué?

Enarco las cejas, esperanzada en que me dé una respuesta y no me deje cuestionándome.

─Manipuladora. Controladora. Ordenativa. Exigente. ─Comienza a decir y suelta un suspiro pesado─. Créeme que la lista es demasiada larga.

─¿Qué hay de Mitchell?

Siento curiosidad por el hombre que de pronto ha aparecido.

─Mitchell era el ex de Lucy antes de que ella saliera con Josh. Cuando Josh se mudó al pueblo con Lucy, él no tenía ni la menor idea de que Mitchell sería su problema, Lucy nunca le dijo que ella y él habían terminado en no muy buenos términos y que traerlo a vivir al pueblo con ella era parte de su plan para darle celos a pesar de que no estaban juntos.

─¿Qué? ─Rio a secas sorprendida por lo que Dean me está contando─. ¿En serio hizo eso?

─Oh sí, Josh es un buen tipo y siempre fue respetuoso con ella. Aceptó lo que Lucy le ofrecía en su momento porque estaba enamorado de ella, claro pero jamás imaginó que las cosas se complicarían tanto.

─¿Qué fue lo que Mitchell hizo?

Estoy segura de que tuvo que haber un problema entre ellos tres.

Dean suspira y por unos segundos guarda silencio como si estuviera considerando en decírmelo o no.

─Mitchell aceptó que Lucy y él no volverían a estar juntos, al final de cuentas. Ella le dejó en claro que no quería estar con él sino con Josh, en aquel entonces Josh era más serio, poco expresivo pero un buen tipo ─hace una pequeña pausa y voltea a verme y de nuevo al frente─. No quiero decir que no lo es ahora, pero Mitchell es un dolor de cabeza como no tienes idea. Mitchell buscaba cualquier oportunidad para molestar a Josh hasta que este se hartó y le puso las cosas claras entre ellos, él se calmó un poco pero cuando se enteró de que al final Lucy tampoco escogió a Josh, las cosas estuvieron tranquilas por un tiempo, incluso trabajó con nosotros en la constructora, pero Mitchell es demasiado celoso, siempre le ha tenido celos a Josh desde el momento en que lo conoció. Le robó a Josh y también consiguió quitarle un par de clientes después cuando Josh estaba creciendo aquí en el pueblo y dándose a conocer en la ciudad.

─Ay no, eso es horrible.

─Sí que lo es. ─Afirma Dean con un asentimiento de cabeza─. Josh lo echó del negocio, ellos dos habían llegado a ser socios al final, cuando parecían haberse llevado mejor. Por supuesto, no terminaron en buenos términos, tuvieron una discusión muy fuerte y Josh le prohibió pararse de nuevo en la constructora. No solo ofendió a Josh en muchas ocasiones sino a otros empleados, por eso la pelea de hoy.

─¿Por qué no lo querían ver en la constructora?

─Exacto. Nadie quiere que ese imbécil ponga un pie allí y sabemos que lo ha hecho solo para fastidiarnos, restregarnos lo bien que le va.

─¿Qué les ha dicho para que se molestaran?

Pregunto y Dean suspira.

─Comenzó a echarle a Josh ─se encoge de hombros como si fuera una respuesta obvia─. Aunque no lo creas, muchos hombres que trabajan con nosotros están muy agradecidos con Josh, algunos perdieron sus trabajos hace años o se retiraron y necesitaban generar nuevos ingresos, Josh siempre nos ha acogido a todos y suele ayudarnos cuando se lo pedimos. No es solo nuestro jefe sino un buen amigo.

Sonrío para mis adentros con las palabras de Dean y siento una pizca de orgullo en mi interior al saber que Josh es querido en el pueblo a pesar de tener una pinta de gruñón la mayoría del tiempo, pero sin duda tiene un bonito corazón y se preocupa por todos.

─¿Así que solo ha venido a fastidiarlos?

─Seguro que sí, porque hace tiempo que no se paraba en el pueblo. Mitchell se fue al año de que Lucy lo hizo y desde ese entonces no había vuelto.

─¿Y tiene familia aquí?

Pregunto pensando en que tal vez ese es uno de los motivos por los que también ha vuelto. Dean niega.

─Se fueron hace tiempo. Muchos no suelen quedarse aquí, Savannah, prefieren explorar y crecer. Superarse fuera de este pueblo.

─¿Tú también quieres eso? ─Me atrevo a preguntarle después de un tiempo en silencio, Dean pone una mueca.

─Yo estoy conforme con mi vida aquí, soy feliz en el pueblo sin importar lo que los demás digan. Tengo un trabajo prospero, amigos y familia que me quiere.

****

Dean y yo no volvemos a tocar el tema más, pero yo no puedo dejar de pensar en ello y en Josh, en que la visita de Mitchell no debe de haber acabado bien. Tampoco me siento mal cuando Josh no pasa a buscarme a la hora que se supone que tendríamos nuestra cita porque tengo el presentimiento de que las cosas no están bien.

Tomo un baño y me pongo una blusa sencilla y pantalones de mezclilla a pesar de que me pasa por la cabeza que debería de ponerme el pijama e irme a la cama temprano. Termino saliendo de casa para irme caminando a la casa de Josh y comprobar que está bien, seguramente habrá cancelado los planes con su cena de trabajo porque las cosas no han terminado bien en la constructora.

Me hago un sinfín de ideas en la cabeza que me hacen sentir ansiosa hasta que estoy frente a la puerta de su casa y toco un par de veces.

A Josh le toma tiempo abrirme y cuando lo hace, veo que lleva puesto la misma playera negra que llevaba al trabajo, pantalones de mezclilla y sus botas de trabajo, lo único diferente en él es el labio reventado.

─Oh Dios mío, Josh... ─murmuro cubriéndome la boca con ambas manos─. ¿Qué te ha pasado?

Es mucho peor de lo que puedo imaginar cuando me acerco a inspeccionar su rostro y veo el ligero corte cerca de su ceja.

─No ha sido nada ─miente y aprieto los labios con fuerza, tampoco espero a que me invite a pasar a su casa, simplemente lo hago y él cierra la puerta detrás.

─¿Cómo que no ha sido nada? ¡Estás herido!

Un gruñido sale de él.

─Tenía que solucionarlo, Savannah.

─¿A golpes?

Enarco las cejas y creo que pierdo el control con mi pregunta. Yo nunca he creído que es bueno solucionar las cosas con violencia.

─Las palabras sobraban.

─¡Josh! ¡Esa no es una respuesta!

Protesto y de nuevo gruñe.

─Dios, Savannah, no quería que me vieras así.

Dice en un tono de voz bajo y tranquilo. Cuando sus ojos se topan con los míos, veo la preocupación en ellos.

Con cuidado, me acerco a él y coloco una mano sobre su mejilla con delicadeza, con mi pulgar lo acaricio.

─Josh... ─su nombre es apenas audible en mi boca y niego, lo menos que quiero es que se sienta incomodo o avergonzado por el aspecto que tiene─. Déjame curarte.

Digo en lugar de lo que tenía pensado decirle. Retrocedo un poco para luego dirigirme a la cocina a buscar un poco de hielo en el refrigerador, Josh me sigue y toma asiento en una de las sillas que hay en la cocina.

No tiene hielo, pero si una bolsa de guisantes que considero que me servirán un poco, la tomo y me acerco a él no sin antes prestarle atención a su rostro. No luce tan mal aun con las magulladuras.

Pongo una mueca en los labios y después, termino sentándome en sus piernas, Josh coloca una mano sobre mi cintura y la tora en una de mis piernas y me observa con cuidado colocarle el hielo en las partes donde lo han golpeado.

─Gracias por hacer esto ─dice después de unos minutos.

─No tienes qué agradecerme. ─Niego concentrándome en no presionar demasiado fuerte la bolsa de guisantes sobre su rostro, lo último que quiero es lastimarlo─. Dean me lo ha contado todo.

Digo después de debatirme a mí misma si decírselo o no.

─¿Ah sí?

Me pregunta enarcando una ceja y asiento ligeramente. Josh no me cuestiona qué es lo que me ha dicho Dean, debe confiar lo suficiente en él como para no hacerlo y agradezco que tenga un amigo como él.

─Dime, ¿qué tan mal ha sido?

Me refiero a la pelea que ha tenido y un bufido sale de él.

─No ha sido tan mala, pero Mitchell no iba a quedarse conforme hasta golpearme.

Ya lo imaginaba.

─¿Qué hay de los demás?

Me refiero al resto de los empleados.

─Se han ido a casa temprano, les he dicho que lo mejor era tomarnos el resto del día y Mitchell se ha ido antes que ellos, claro. Solo ha venido a fastidiarme.

─Ay, Josh ─hago un poco más de presión con la bolsa sobre su ceja y él suelta un quejido─. Lo siento.

Josh no responde, levanta su mano y me quita la bolsa de guisantes para colocarla sobre la mesa y contemplarme segundos después, la forma en que me mira me hace sentir importante, especial, como si fuera de admirar todo el tiempo.

Esbozo una pequeña sonrisa y le acaricio el labio herido con el pulgar y con cuidado de no lastimarlo.

─Lamento lo de hoy.

─No tienes qué disculparte, ni siquiera ha sido tu culpa.

─Pero estás herido.

─Lo sé ─me retira un mechón de cabello y lo mete detrás de mi oreja.

─¿Qué hay con la cena de trabajo? ─Pregunto.

─La he pospuesto para la siguiente semana.

─Eso es bueno.

─Sí.

La habitación se forma con un pequeño silencio que ninguno de los dos rompe por unos minutos, le acaricio el pelo con una de mis manos libres, Josh tiene su mirada fija en mi rostro y se que me mira con una dulzura que hace a mi estomago sentir un montón de mariposas dentro.

─Si no estuvieras herido ahora mismo, te besaría.

Confieso y él suelta un gruñido.

─Estar herido no debería de impedirte eso.

─No quisiera lastimarte.

─Créeme, es lo último que harías.

Dice y posa una mano en mi nuca para después acercarme a su boca y darme un beso suave en los labios que no me resulta suficiente pero acepto de todos modos.

─¿Josh? ─Pregunto cuando rompo nuestro beso.

─¿Sí?

Pregunta con cautela y me aparto un poco para verlo a los ojos.

─Dean me lo ha contado todo sí, pero ¿Qué hay de Lucy?

Hablo dejando que mis inseguridades se muestren. Josh frunce el ceño.

─¿Qué hay con ella?

Me pregunta como si yo supiera la respuesta. Su ceño se frunce aun más y después suspira con cansancio.

─Dios, Savannah, Dean tenía razón ─dice como si no hubiese creído lo que su amigo seguramente ya le había contado horas atrás─. Lucy es parte de mi pasado, hermosa. No tiene nada que ver con mi vida, ya. Tampoco con lo que he estado construyendo aquí desde que se fue y no es una mujer que quiera de vuelta en mi vida.

─Pero al parecer ella sigue metiéndose en tu vida.... ─aun cuando no está presente, pienso y no se lo digo, pero no hace falta porque Josh lo entiende perfectamente, y gruñe.

─Podrá intentarlo, pero yo no le he dado el permiso de hacerlo. La he sacado de mi vida desde que nuestra relación acabó y no quiero nada qué ver con ella, además, mi corazón ya no se podría acostumbrar a alguien más fácilmente.

Frunzo el ceño.

─¿Por qué lo dices?

─Porque a la mujer que quiero eres tú y estoy cien por ciento seguro de eso, Savannah ─susurra y se inclina para volver a besarme. Acepto su beso e intento no darle muchas vueltas al asunto de Lucy, Mitchell y la vida de Josh en Faxon Hills porque está herido y no quiero preocuparlo más con mis inseguridades ahora mismo, pero eso no quiere decir que no pueda sacarme tan fácil de la cabeza la idea de que hubo alguien más antes y dejó una huella en su vida mucho más grande de la que tal vez yo podría dejar.

Supongo que eso sucede cuando te enamoras de alguien, ¿no? A pesar de que sabes que no eres el primero en muchas cosas de su vida, sí que te gustaría ser la última persona y tal vez dejar una huella tan grande en esa persona que los haga pensar que eres justo lo que quieren, necesitan porque así es como tu te sientes a su lado.


***

¡Hola a todas! ¡Feliz Miercoles! Hoy no he trabajado porque es el día del maestro aquí en mexico, así que ando festejando y me he decidido pasar por aquí con este capítulo nuevo de Amor en construcción! 

Como podemos ver, Lucy definitivamente no era una santa en el pueblo y no solo jugó con el corazón de nuestro Josh!!! ¿Qué les pareció el capítulo?

Me he esforzado por que sea un poco largo así que espero lo hayan disfrutado! Gracias por leerlo ❤️

Si quieren enterarse de spoilers y más sobre la historia, pueden seguirme en instagram, me encuentran como "andreabonnelll" ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top