Capítulo 32
─Muriel ─murmuro su nombre con sorpresa al verla. Ella parece tranquila de verme y pone una sonrisa que se desvanece en el segundo en que habla.
─Hola Savannah, ¿estás ocupada?
─Eh, no ¿por qué? ¿sucede algo? ─Pregunto frunciendo el ceño un poco─. ¿Puedo ayudarte en algo?
No sé a qué se debe su visita, pero estoy segura de que no ha venido aquí por gusto, seguramente debe de haber un motivo especifico por el que ha venido hasta mi casa.
─Sí, en realidad, esperaba que pudiéramos charlar las dos un rato.
─¿Charlar? ¿Nosotras? ─Nos señalo a ambas como si necesitara confirmar lo que ha dicho, ¿de qué tendríamos que hablar ella y yo? Ni siquiera somos amigas, pienso.
─Sí, espero que tengas tiempo, claro.
Dice y pongo una amable sonrisa, no quiero ser grosera.
─Claro, pasa ─digo haciéndome a un lado para invitarla a pasar, le hago un gesto para que me siga a la cocina─. La verdad es que no suelo tener visitas seguido así que puedo ofrecerte café o té, ¿te parece?
─Café está bien.
Responde y asiento antes de poner la cafetera para este.
—Bien, ¿A qué se debe tu visita, Muriel? —Intentó ser lo más amable que puedo, definitivamente no esperaba tenerla en mi casa y me pone un poco nerviosa que esté aquí.
Muriel le toma un trago a su café antes de responder mi pregunta.
—Creí que podía venir y platicar contigo sobre una persona que tenemos en común —no hace falta que mencione a la persona, se de buenas a primeras que se trata de Josh.
—¿Ah si? —Inquiero al tiempo que me llevo la taza de café que me he servido a los labios. Ella asiente levemente.
—Si, solo vengo a advertirte sobre Josh. Me parece que eres una buena chica por eso es que he venido.
—¿Qué hay de malo en él? —Preguntó con curiosidad. Muriel se toma su tiempo para responder a mi pregunta.
—Muchas cosas para ser honesta, una de ellas, él no es de por aquí. Jamás se crió en Faxon Hills y eso no lo hace la persona más confiable.
—Bueno, yo tampoco soy de aquí.
—Pero tu tío, Landon, él vivió aquí mucho tiempo.
Aprieto los labios con fuerza, tal vez el tío Landon tenía años viviendo en este pueblo pero tampoco creció aquí, sin embargo, la mayoría de los habitantes lo consideraban uno más entre ellos, como si toda su vida hubiese vivido en este pueblo.
—Él vivió mucho tiempo por aquí, es cierto —hablo con la esperanza de que ella continué con el tema.
—Josh por otra parte, no aunque ya veo que eso no supone un problema para ti —niego dándole el lado a su comentario—. Pero no es un buen tipo, ¿sabes la razón por la que vive aquí ahora?
Había escuchado rumores, sin embargo, niego.
—Mi hija, ella se iba a casar con Josh hace un tiempo, es por eso que él llegó a este pueblo, vino con la intención de tomar la mano de mi hija y a pesar de que los dos llegaron hasta el altar, decidió rechazarla el mismo día de su boda.
Me sorprendo de sus palabras porque claramente no lo veo venir. No tenía idea de ello, de que Josh hubiese dado ese gran paso de llegar al altar con alguien y al final rechazarlo, sinceramente, no me parece esa clase de hombres que deja a alguien plantado en el altar, más bien parece la clase de hombre que si te da un si en una iglesia, seguramente es para toda la vida.
—No tenía idea de ello.
—Por supuesto que no —inquiere Muriel, negando—. Josh nunca habla del tema, le gusta pretender que mi hija jamás existió en su vida, la borró de su vida de la noche a la mañana.
Hay rencor en cada palabra de Muriel como si se acordara a la vez de asegurar que Josh es un mal tipo, aunque es por eso que ha venido.
—Muriel —menciono su nombre con cuidado he intento buscar las palabras más adecuadas para no ser grosera—. No entiendo exactamente por qué estás aquí, o qué tiene que ver Josh conmigo y tu.
Aguardo unos segundos en silencio esperando a que ella hable, Muriel se toma su tiempo y suelta un bufido cuando habla de nuevo.
—Vengo a pedirte que te alejes de él —dice de la manera más seria que le es posible, su tono de voz me sorprende y no me agrada mucho que digamos. Mantengo la calma, la mayor parte del tiempo las personas creen que tienen el poder de decirme qué hacer y qué no hacer, y aunque yo no soy la clase de persona que siempre hace lo que los demás dicen, no me gusta para nada la forma en que nuestra conversación está girando—. No estoy de acuerdo en su relación, él no merece estar con nadie después de lo que le hizo a mi hija, además, ella no estaría contenta, le ha costado seguir adelante después de lo que sucedió entre ellos dos y a Josh parece que jamás le importó.
—¿Cómo se llama tu hija? —Decido preguntarle mientras mantengo los estribos porque está claro que está no es una buena mujer, Muriel está molesta, quiere vengarse de Josh y cree que puede utilizarme para ello, no me agrada.
—Lucy —dice con una media sonrisa en los labios—. Si la hubieses conocido, seguro fuera a migas, es una chica perfecta. Todo el mundo en el pueblo la adoraba, siempre estaba al pendiente de todos, jamás fue una persona egoísta por aquí, todos la admiraban y adoraban.
La forma en que dice sus palabras me hace apretar los dientes pero mantengo un semblante serio.
¿Qué espera? ¿Qué sienta celos de ella? Porque me parece que esa es su intención.
Pongo una mueca en los labios que intento disimular a los segundos, ni siquiera sé qué responderle al respecto.
—Es lindo que todos aquí la admiraran.
Es lo único que me pasa por la cabeza decirle, Muriel sonríe ante el cumplido que hago, eso parece también alimentar su ego en la conversación y continúa hablando de Lucy.
—Por supuesto, es imposible no admirar a una chica como ella. Trabajadora, inteligente, amable, respetuosa, altruista... —hace una pausa y con cada palabra que sale de su boca siento que encaja espinas en la mía porque me molesta que se exprese tan bien de ella.
Si es casi la mujer perfecta, ¿por qué Josh la dejó?
—Me cuesta creer que Josh la haya dejado —admito en voz alta y la sonrisa de Muriel se ensancha.
—A todos nos costó al principio, pero al final fue lo mejor para todos. Mi hija ahora es feliz con otro hombre y pronto tendrán un bebé, está construyendo la familia que siempre quiso, en cambio Josh, seguro que anda aquí y allá divirtiéndose con cualquiera que se le ponga en frente.
Auch, eso dolió, pienso.
Estoy casi segura de que no es mi imaginación que no le agrade lo suficientemente a Muriel y esté aquí en mi casa insultándome. Pero no soy como ella, no voy a insultarla de vuelta y rebajarme a su nivel, decido ser amable con ella pero corto la conversación al levantarme de mi lugar.
—Bueno, me alegro que tu hija esté cumpliendo lo que ella siempre ha querido y es una pena lo que pasó entre ella y Josh pero creo que eso no es de mi incumbencia. —Esbozo una sonrisa y trato de mantener la calma—. Me temo que no hay más que hablar aquí, agradezco que hayas venido a advertirme la clase de persona que es Josh pero sé cuidarme sola, Muriel.
Muriel capta que estoy cortando la conversación y se levanta de su lugar, inconforme. Sus ojos marrones se topan con los míos, son fríos y carecen de una buena emoción.
—Supongo que para ti, cualquier hombre de la mismo, ¿no? —me mira de arriba abajo con una expresión que no me agrada para nada pero sigo manteniendo la calma—. Sin ofenderte pero no pareces la clase de mujer que mantiene relaciones duraderas, así que, diviértete mientras te dure.
Sus palabras me ofenden, creo que en especial es porque tiene razón, nunca he mantenido una relación por mucho tiempo, siempre termino aburriéndome de los hombres o ellos se aburren de mí y no me toma mucho tiempo para cuando vuelvo a estar con otra persona. Es cierto que no se me da muy bien estar sola y mantener las relaciones pero Muriel no es nadie importante como para que venga hasta mi casa y hablarme de ese modo.
—Bueno, al menos puedo conseguir el hombre que deseo, cosa que no cualquiera puede —me encojo de hombros para restarle importancia.
La sonrisa de Muriel desaparece de su boca con mis palabras y aprieta los labios, sabe que he ganado con mi comentario y esbozó una sonrisa aunque aún siento una pizca amarga en mi interior.
—Gracias por tu visita Muriel pero creo que ya es tarde, deberías de irte a casa.
—Si, lo haré.
Dice sin más y se dirige a la entrada donde la sigo sin decir una sola palabra, cuando sale de mi casa y cierro la puerta con llave asegurándome de que no hay forma que entre de nuevo, me recargo sobre la puerta y cierro mis ojos con fuerza.
Es una mujer horrible, pienso. Sus palabras han sido bastante ofensivas y se han quedado en mi dejando un sentimiento amargo. Si lo que ha querido al venir aquí es que me sienta mal por la persona que soy o he sido, porque claramente la persona en la que me he ido convirtiendo desde que llegué a Faxon Hills no es la misma que solía ser, lo ha conseguido.
Y por supuesto, ha despertado una nueva curiosidad en mi sobre Lucy y Josh.
***
Holaaa, ¿cómo han estado? Este capítulo no es muy largo pero quería actualizarles este fin de semana, como esta semana es la última de clases, tengo muchas actividades que no me han dejado mucho escribir y lo he ido haciendo de poco a poco por eso he ido demorándome con los capítulos pero aquí estamos de nuevo.
Muriel es una mujer desagradable, ¿qué opinan?
Espero que les haya gustado el capítulo, déjenme saber sus opiniones en los comentarios 🥰❤️❤️❤️
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