Capítulo 3

Con toda la vergüenza del mundo, salgo a mi encuentro con Quinn y Josh, quienes están en la entrada de la casa esperando por mí.

─Buenos días, Savannah ─dice Quinn cuando me hago presente, intento poner una sonrisa en mi boca, pero está decae segundos después.

─Buenos días.

─Esperaba que no fuera una molestia pasarme por aquí por la mañana ─comienza a explicar Quinn─. Pensé que podíamos tomar el desayuno juntas.

─Eso suena genial.

─Sí ─responde de inmediato y después dirige su mirada a Josh, quien ha estado callado todo este tiempo─. ¿Y tú? ¿qué haces aquí?

Hay curiosidad en la voz de Quinn y tengo que decir que, aunque yo no haya dicho ni una sola palabra en su dirección también siento curiosidad. Josh se lleva una mano a la nuca y rasca nerviosa.

─Solo estaba pasando por aquí cuando la vi en apuros.

Intenta sonar despreocupado como si eso fuera lo más casual, la sonrisa no se borra de los labios de Quinn quien se acerca a nosotros y nos hace entrar a los tres al interior de la casa.

─Ya lo creo ─le dice a Josh, quien deja salir un gruñido─. Savannah y yo estuvimos conversando un poco ayer y créeme que es una suerte que estes por aquí esta mañana.

─¿Ah sí? ─Pregunta frunciendo el ceño y yo también lo frunzo.

¿Qué tiene de bueno que don gruñón esté en mi casa por la mañana?

─Sí, tal vez podrías hacernos un pequeño favor a las dos.

Vuelve a gruñir.

─¿Qué favor?

No me sorprendería que no sea la clase de persona que hace favores, no tiene pinta de hacerlos.

─¿Podrías llevarnos a la ciudad?

─Tengo trabajo.

─Siempre tienes trabajo ─le asegura Quinn ante la protesta de Josh, pues su comentario salió de él como una protesta─. ¿Qué no tienes que ir a Home Depot o algo por el estilo?

─Mandaré a Dean ─expresa y Quinn rueda los ojos.

─Vaya.

─Le diré que te lleve si eso es lo que quiere.

─Sería genial. ─Me veo hablando porque la idea de ir a la ciudad me parece perfecta. Necesito ir y encontrar un banco donde pueda retirar dinero.

Mi comentario hace que Josh me observe de arriba abajo. No me inmuto, con el tiempo he aprendido a no sentirme cohibida ante la mirada de un hombre por muy intimidante o atractivo que me parezca, sí, quizás cuando era una adolescente me sonrojaba todo el tiempo, pero tengo que admitir que me gusta recibir atención.

─Bien, ¿le dirás que pase por nosotras?

─Claro.

Josh se encoge de hombros y por suerte, Quinn no deja que se formule un silencio incómodo en la habitación porque comienza a hablar sobre algo que realmente no presto mucha atención y solo me limito a asentir y me parece que Josh también hace lo mismo.

Todo parece ir bien hasta que escucho el maullido del gato de nuevo y me sobresalto.

─¡Ay no! ¡Largo! ¡Chu!

Comienzo a gritarle con la esperanza de que salga de casa en cuanto antes. Antes de que este pueda acercarse a mí, Josh se apresura a tomarlo en brazos y darme una mirada rara.

─No me gustan mucho los animales, en especial los gatos. ─Le digo con una sonrisa que resulta algo tímida─. Ni siquiera tengo idea de cómo es que entró a la casa, parece que durmió aquí.

Todo mi cuerpo se tensa de tan solo pensarlo y Josh gruñe.

─¿Cerraste bien las puertas? ¿no las dejaste entreabiertas?

─No, estoy segura de que las cerré bien.

─¿Estás segura? ─Insiste y coloco mis manos sobre mis caderas al tiempo que enarco una ceja.

─¿Acaso crees que voy a dormir con la puerta abierta?

─No lo sé, podrías hacerlo ─se encoge de hombros y mi boca se abre en sorpresa.

─Oye, soy lo suficientemente responsable como para cerrar la puerta.

─Ajá, por eso le huyes a un gato y sales medio desnuda de casa y...

─En primera, no he salido desnuda, estaba en pijama ─mi rostro se torna un poco rojo, creo que es más por la vergüenza de la mención de como he estado vestida esta mañana que el repentino enfado que siento, ¿qué le importa? No me conoce lo suficiente como para criticarme de esa manera─. Y en segunda, yo solo quería que esa cosa se saliera de casa.

Gruñe y eso hace sentirme un poco enfada.

¿Es todo lo que hace? ¿gruñir por todo?

─Chicos. ─Dice Quinn llamando la atención de ambos, intento darle una sonrisa, pero parece más una mueca torcida─. No creo que debamos discutir por esto, es demasiado...

─Patético ─la interrumpe Josh y no puedo ofenderme más con ese comentario.

─¿Patético? ─Le cuestiono y él vuelve a gruñir─. patético es gruñir por todo, don gruñón, ¿ya te lo han dicho antes?

─¿Qué? ─Protesta sintiéndose ofendido por como lo he llamado, creo que le toma unos segundos captar como lo he llamado─. ¿Cómo me has dicho?

Ajá.

No se lo esperaba.

─Te he dicho gruñón ─digo con algo de orgullo en mi voz─. Porque me temo que desde el instante en que te conocí solo he notado que gruñes por todo y ni siquiera es lindo.

Bien, quizás sueno como una loca resentida con mi comentario, pero ha salido espontáneamente de mí.

─Dios, no tengo por qué lidiar con esto ahora ─dice negando para si mismo al tiempo que coloca sus manos en sus caderas, ¿qué es esa clase de respuesta? Antes de que yo pueda decir algo otra vez, Josh se da la vuelta no sin antes decirme dos palabras.

─Estás loca.

Mi boca se abre, de pronto me siento ofendida.

─¿De verdad acabas de llamarme loca?

─Tú me llamaste gruñón. ─Alza las manos al aire, de pronto ofendido.

Supongo que en algo estamos de acuerdo.

─Chicos ─dice Quinn llamando nuestra atención─. Creo que los dos están teniendo un malentendido.

Josh enarca las cejas y voltea a ver a Quinn.

─¿Tú crees?

Espera, ¿realmente me consideraba una loca?

Aprieto los labios con fuerza.

─Como sea ─termina diciendo de nuevo para sí mismo─. Tengo que irme ahora, no perderé más tiempo.

Josh se dispone a salir de casa dejándonos a Quinn y a mí solas.

─¿Siempre es así?

─¿Gruñón? ─Pregunta Quinn en un tono de voz lleno de humor, asiento─. La mayor parte del tiempo.

Se encoge de hombros con intención de restarle importancia.

Quinn me pide unas disculpas por presentarse tan temprano en casa, pero me dice que quiere que vaya con ella a conocer su casa en caso de que yo me encuentre en apuros y necesite de una persona, no me parece una mala idea porque me vendría bien tener a alguien en quien confiar.

Nos toma menos de cinco minutos llegar a su casa caminando y tengo que decir que la casa de Quinn de una forma me recuerda a la mí, sin embargo, no se parecen para nada, aunque creo que la diferencia es que a pesar de que Quinn asegura vivir sola su casa se siente como un hogar, como si allí habitaran muchas personas mientras que en mi casa a pesar de que somos varios, se siente vacía la mayor parte del tiempo.

Es curioso, pero de verdad existen esas personas que tienen una vibra especial, esa que te hacen sentir como en casa, como si estuvieras en un refugio donde nada malo te pasara. Esa vibra me daba estar en la casa de Quinn.

Josh cumple su promesa de mandar a Dean a buscar a Quinn y a mí para llevarnos a la ciudad, a diferencia de Josh, Dean es bastante platicador y simpático, es de esos chicos que tiene una buena vibra.

─Así que piensas quedarte un tiempo en Faxon Hills ─dice mencionando el nombre del pueblo. Una mueca se dibuja en mi boca e intento disimularla con una sonrisa.

─Esa es la idea ─les digo con bastante entusiasmo que estoy casi segura de que notaron que no estoy contenta por ello.

─Bueno, sin importar si tu estancia en el pueblo sea larga o corta, esperemos que la disfrutes. Créeme, nuestro pueblo tiene algo especial que hace a muchos quedarse ─dice Quinn y eso me hace pensar en mi tío, ¿él alguna vez lo consideró? ¿Consideró quedarse de manera definitiva? Por supuesto que pienso que eso no paso porque mi tío era una persona de ciudad, al menos, pasaba gran tiempo en la ciudad, pero si lo pienso bien, recuerdo que a veces desaparecía por meses y no nos decía nunca donde estaba, al menos, no a mí.

Intento sacar esos pensamientos de la cabeza para no ponerme un poco nostálgica al pensar en mi tío. Es una suerte que yo vaya en el asiento trasero y así ninguno de los dos pueden verme.

─Sin duda que sí ─responde Dean después de unos minutos─. Es un pueblo especial.

Sus palabras me son sinceras, Quinn por suerte es excelente liderando temas de conversación y presiento que en parte lo ha hecho por mí porque consigue cambiar de tema y hacernos hablar sobre cualquier cosa que no sea sobre mí, más bien, le hace preguntas a Dean sobre su trabajo y otras cosas triviales, yo por mi parte me limito a responder cuando se dirige a mí, pero trato de ser reservada con mi respuesta.

Ya en la ciudad, Quinn le pide a Dean que nos deje en Walmart y que nosotras haremos un par de compras juntas, le ayudo a comprar su mandado y después de que Dean viene a buscarnos y nos lleva a un banco, admito que mis ánimos aumentan en cuanto estoy frente al cajero e intento retirar algo de efectivo, pero mis ánimos poco a poco van perdiendo efecto en cuanto veo que mis cuentas están bloqueadas.

─¡No puede ser! ─exclamo para mí misma dado que estoy sola. Rápidamente saco mi celular y llamo a mamá quien me responde en seguida─. ¡Mamá!

─Hola Savannah, ¿qué tal va todo por allá?

─No muy bien que digamos ─decido ser directa─. He conseguido que me traigan a la ciudad más cercana para retirar un poco de dinero, pero al parecer hay un error, mis cuentas están congeladas.

─No es un error, cariño ─dice mamá con rotunda paciencia─. Hemos decidido bloquear tus cuentas.

─¿Cómo qué han decidido bloquear mis cuentas? ¡Tiene que ser una broma!

─Para nada, Savannah ─dice en un tono de voz serio─. Creemos que es tiempo de que te independices e intentes hacerte de tu propio dinero, construir tu propia vida...

No sé por qué, pero siento que hay cierto dolor al decir sus palabras, como si le costara un poco decirlas pero está segura de que está haciendo lo correcto.

─No tengo nada de efectivo.

─Seguro que consigues un trabajo en el pueblo, es un lugar chico y...

─¡Es imposible!

Mamá suspira.

─No es imposible Savannah, de verdad inténtalo, ¿sí? Hazlo por mí y tu tío...

Siento un pequeño vuelco en el pecho y unas enormes ganas de llorar al escucharla decirlo, ¿qué espera? ¿qué encuentre un trabajo de la noche a la mañana? Ni siquiera sé cómo conseguir uno exactamente.

Como la conozco bien y sé que no voy a conseguir que me mande dinero, además de que no voy a darles el gusto de que me vean devastada por esto, pongo una sonrisa en mi boca a pesar de que no puede verme ahora mismo.

─Está bien. Espero que estén bien todos, hablamos luego.

─Savannah, espera...

No me molesto en escucharla más, decido cortar la llamada sabiendo que es grosero de mi parte, pero no me encuentro de ánimos para hablar, ahora mismo solo puedo pensar en que mis probabilidades de conseguir un empleo son casi nulas.

─¿Está todo bien? ─Me pregunta Quinn cuando regreso al auto donde Dean y ella aguardan por mí, de nuevo, ensancho mi sonrisa y asiento frenéticamente.

─Perfecto, ¿ya nos vamos al pueblo?

Ambos asienten y no tardan mucho en iniciar una conversación, como en el trayecto anterior, me limito a responder preguntas de vez en cuando, pero esta vez no tengo ánimos suficientes para ello, estoy demasiado preocupada con lo que mamá me ha dicho.

Quizás tenga razón de que debo comenzar a independizarme y trabajar, construir mi propia vida, pero dejarme así sin nada me parece que se ha ido al extremo.

***

Al llegar al pueblo, Dean aparca su auto frente a mi casa donde Quinn también se baja.

─Muchas gracias por llevarnos ─dice Quinn y también le doy las gracias antes de que él se vaya.

─Vamos, te ayudaré con las compras ─le digo a Quinn al tomar un par de bolsas del supermercado, Quinn me da una sonrisa amistosa.

Mientras nos dirigimos a su casa, me mantengo silencio, envuelta en mis propios pensamientos porque estoy preocupada por lo que mamá me ha dicho sobre mis cuentas, Quinn parece notar que algo no anda bien porque termina preguntándome.

─¿Sucedió algo estando en el cajero? ─Eleva una ceja y yo aprieto los labios con fuerza.

Para mí, es una vergüenza admitir que me he quedado sin dinero que no puedo decirlo tan abiertamente como tal vez debería.

─Mi madre ha dicho que mis cuentas están congeladas por el momento ─trago el nudo que se va acumulando en mi garganta.

─Oh...

Comenta Quinn con un poco de sorpresa en su voz.

─Ella espera que encuentre un trabajo aquí ─eso me hace fruncir los labios y detengo mi paso para ver a Quinn asustada─. Yo nunca he trabajado antes.

─¿Nunca?

Niego.

─Nunca lo he necesitado.

Pienso que no debí de decir eso exactamente porque ahora me encuentro con la necesidad de trabajar.

─Bueno, sé de un trabajo en el que podrían contratarte fácilmente.

─¿Ah sí?

Enarco las cejas y Quinn sonríe.

─Sí, de hecho, llevan rato buscando una secretaria o ayudante y nadie ha solicitado el puesto aún ─comienza a explicarme cuando nos detenemos frente a su casa y saca las llaves para abrir.

─¿Crees que podrían contratarme? ¿así sin experiencia?

Quinn pone una mueca.

─Sé que el dueño es algo exigente y selectivo, pero no te preocupes, te contratará cuando sabrá que vas por mi parte.

─¿Ah sí? ─aquello me ánima bastante.

─Por supuesto ─es bastante optimista─. Te escribiré la dirección y te diré como llegar.

─¿No me acompañarás? ─Quinn niega con mi pregunta.

─Tengo un par de asuntos que hacer y no podría, lo siento ─dice apretando los labios en una fina línea─. Pero te diré como llegar, con suerte no te perderás, el pueblo es bastante chico.

Quinn y yo guardamos el mandado que trajimos del supermercado y me asegura que me pase más tarde para comer con ella, termino aceptando.

Tal como lo ha dicho, me escribe la dirección en un papelito y me da indicaciones de cómo llegar, que por supuesto, trato de memorizar para evitar perderme. Por suerte, el lugar a donde me ha enviado no queda muy lejos de casa, diez minutos caminando si soy exacta lo que es favorable teniendo en cuenta que no tengo un auto para moverme en el pueblo.

Me detengo frente al edificio del local y observo el letrero que dice "Construcciones Barrett".

Intento abrir la puerta de cristal, sin embargo, está cerrada con llave por lo que decido tocar un par de veces y sin éxito, nadie atiende.

─¿Qué haces aquí?

Pregunta una voz a mis espaldas después de un par de minutos llamando a la puerta. El hombre frente a mí lleva puesto un casco de color amarillo, un cinturón marrón en las caderas que trae demasiadas herramientas en él, botas marrones que definitivamente están sucias, lleva una camisa de color azul, pantalones de mezclilla y gafas de sol.

─Hola ─saludo, un poco nerviosa, pero intento sonar amable─. Estoy buscando al señor Barrett, ¿de casualidad lo conoce?

Pregunto y él deja escapar una risa seca. Cuando no tengo una respuesta de su parte, decido proseguir explicando.

─Me han dicho que tienen un puesto vacante por aquí, esperaba que...

─Ya no está disponible, lo siento... ─mi cuerpo se tensa en el segundo en que él se quita las gafas, aunque creo que aun con ellas puestas, de tan solo escuchar su voz lo reconocería. Es Josh.

─Estoy buscando al señor Barrett ─insisto con la esperanza de que me deje conseguir el trabajo─. Lo busco porque quiero el puesto de secretaria, Quinn me dijo que...

─Ya te dije que no está disponible.

─¿Al menos déjame hablarlo con tu jefe, no?

Aquello le causa gracia y se coloca las manos en la cadera.

─Ya te dije no hay ningún puesto vacante por el momento ─vuelve a decir y aprieto los labios, definitivamente es un gruñón─. Ya no busco una secretaria, gracias.

─¿Perdón?

Digo frunciendo el entrecejo.

─Soy el señor Barrett ─explica con un gruñido─. Soy el dueño de la construcción así que ve a casa, no pienso contratarte.

Vaya, Quinn había omitido esto y estoy casi segura de que lo hizo apropósito.

─Ella dijo que me contratarías si decía que vengo de su parte.

Insisto porque realmente necesito el trabajo. No estaría insistiendo si no lo hiciera.

Josh aprieta los labios con fuerza y niega.

─Lo siento, no sucederá ─me dice de nuevo y suelta un bufido─. Ve a casa, chica.



***

¡Hola! ¡Feliz miercoles! Sé que es de noche (por aquí son como las 7) pero he tenido un día largo y ocupado con el trabajo y otros asuntos que no pude actualizar más temprano y el resto de los días anteriores igual fueron ocupados que de a poco a poco iba escribiendo por partes hasta por fin terminarlo! Espero que disfrutaran del capítulo...

Josh el constructor jajaja ¿se lo esperaban?

Al parecer a Josh no le agrada mucho Savannah pero, ¿será que le termina dando el trabajo? ¿qué hará Savannah para conseguir el trabajo?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top