Amor: ¿Debilidad o fortaleza?
Regalo para mamá terrón de azúcar @AMMUTEIKOKUYUDAINA, por su cumpleaños. Espero que te guste. No es mucho pero es trabajo honesto xD
—Maestro... —dijo el caballero de Aries, permitiéndose omitir la reverencia que todos los guerreros le debían al representante de la diosa Athena en la Tierra.
—Dime, Mu —respondió el Patriarca, sin levantar la vista de unos antiguos pergaminos que sostenía en sus manos.
—¿Podría preguntarle algo?
Nunca lo admitiría en público, pero Shion, antiguo carnero dorado, aún encontraba en su sucesor a ese pequeño que crió con disciplina, dedicación y amor, como a su propio hijo. Así que le resultaba algo tierno que se le acercara cual chiquillo entrando a la pubertad, para resolver sus dudas.
—Claro —respondió, levantando la mirada.
—Leyendo acerca de nuestro deber de caballeros, lo que se nos permite y no hacer, no he podido quitarme una duda. Pensé que tal vez podría ayudarme, para no importunar en vano a la señorita Athena.
—¿Qué es eso que te inquieta, Mu?
—Bueno... —no podía explicar por qué se sentía indefenso ante la mirada severa pero cariñosa de su figura paterna. Incluso jugó nervioso con sus dedos—. ¿Está prohibido que un caballero ame? Si es así... ¿a qué se debe?
El gesto del Patriarca se volvió uno de sorpresa, aunque rápidamente torció la boca, como si no pudiera dar una respuesta rotunda. ¿Sería simple curiosidad de su discípulo? ¿Estaba preguntando en nombre de alguien más? ¿O él mismo amaba a alguien y le preocupaba ese hecho? Lo había criado de tal modo que era disciplinado, obediente y firme en obedecer las reglas, no podría decir que Mu se rebelara ante una prohibición de esa magnitud; ocultar una relación, quizás; sus sentimientos, muy probablemente. No obstante, Shion sabía por experiencia que eso no resultaba en nada bueno y en la nueva vida que se le dio, estaba empezando a darse una oportunidad con la persona que amaba desde hace dos siglos.
—Bueno, así como tal que sea una regla estipulada, no es algo que se haya prohibido explícitamente desde que yo era aprendiz. Sin embargo, en las primeras generaciones de caballeros, nuestra diosa pidió total dedicación a la causa, lo que hizo que los Patriarcas de esos siglos lo tradujeron en abstenernos de relaciones románticas. Han habido experiencias que solo han reforzado la razón de esta orden. Como lo sucedido con Orfeo de Lira, por ejemplo.
—Por... ¿terminar como él? —preguntó un poco consternado Mu. Había escuchado de boca de Seiya y Shun la historia del caballero músico y cómo, ante sus compañeros, prácticamente abandonó su deber por amor.
—Algo así —respondió su maestro, para luego suspirar—. De alguna forma se cree que el amor es una debilidad para nosotros. Quizás un distractor. "Se hace cualquier cosa por amor". Esa frase es bella, pero no se nos permite aplicarla nosotros mismos.
—Ya veo —fueron las pocas palabras de Mu.
Shion notó decepción en su discípulo. No podía culparlo. Probablemente en su lugar se sentiría igual.
—¿Puedo saber el motivo de tu duda?
El sonrojo en el caballero de Aries le dio alguna idea.
—Era importante para mí saberlo, es todo, maestro.
El Patriarca supo que ahí estaba hablando su hijo, no su alumno. Así que debía aconsejarlo de algún modo indirecto; si preguntaba abiertamente qué le pasaba, era probable que no se lo dijera.
—Sin embargo, los tiempos cambian. Los humanos aprendemos del pasado. Tal vez sea un atrevimiento lo que diré, pero nuestra diosa también ha cambiado su perspectiva a lo largo de sus encarnaciones. Ella es la única que puede permitir o prohibir algo así. Mientras tanto, si algún caballero ama, no debería guardárselo... después podría arrepentirse —dijo esto último Shion con algo de pesar en su voz.
—¿Maestro? —preguntó Mu con algo de sorpresa y preocupación. Solo vio que el Patriarca se acercó con una sonrisa paternal y colocó una mano en su hombro.
—Si preguntaste todo esto por amar a alguien, sé decirte que no es algo naturalmente malo. Si es puro, no será una debilidad sino una fortaleza. Lo digo por experiencia. Si todo resulta bien, terminarás entendiendo a qué me refiero.
—¿Significa que...? —Mu se quedó sin palabras. Esperaba una reprimienda o una orden de restarle importancia al asunto. No obstante, se llevó señales de algo que sospechaba desde que vio el reencuentro de su maestro y el caballero de Libra en la nueva vida que les concedió su diosa, aunque no debía inmiscuirse descaradamente en la vida de su maestro, por lo que optó por no preguntar al respecto.
—Si amas a alguien, te aconsejo no guardártelo, es uno de los peores errores que podrías cometer. Tendrás que recordar siempre tu deber de caballero para que ese sentimiento no sea una debilidad sino una fortaleza. Además —agregó Shion con una cariñosa severidad, si es que esa combinación es posible—, te agradecería que me hagas saber de quién se trata, cuando estés listo. Ante todo, eres mi hijo y me gustaría guiarte en esa parte de tu vida.
Mu solo pudo sonreír ante esas palabras de su maestro, sintiendo tranquilidad en su corazón y claridad en su mente. Le prometió hacerlo, antes de retirarse e ir a hablar con la persona que, sin saberlo, motivó toda esa charla con Shion.
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—Te he notado algo más pensativo que de costumbre, Shaka.
El caballero de Virgo se sorprendió por escuchar esa voz, aunque no lo demostraba. No creyó que la pequeña diosa Athena se acercara a hablarle con la familiaridad con la que solía hablarles a los caballeros de bronce. Pero estaba ahí, en el Templo de la Virgen, en medio de su meditación diaria.
—Diosa Athena —dijo rápidamente al mismo tiempo que se ponía de pie para reverenciarla.
Saori se había propuesto conocer los corazones cada uno de sus caballeros, ignorando a propósito un poco su "necesidad" de abandonar su naturaleza humana, pues esta le había permitido comprender ciertas cosas positivas a lo largo de sus encarnaciones. Por ejemplo, que a los humanos el amor los hace fuertes, siempre que sean guiados y aconsejados correctamente cuando se necesitara. Por eso, al darse cuenta de lo que albergaban los corazones de aquellos caballeros a los que les encomendó tareas diferentes dos siglos atrás, que terminó separándolos, decidió que debía anular una regla no dicha, pero asumida por sus nobles guerreros que daban su vida por ella y la Tierra.
Por lo tanto, debía calmar el corazón de su caballero de Virgo. Intuía lo que le ocurría. Ya luego convocaría a una reunión oficial con todos sus caballeros para dar una nueva lista de permisos y restricciones que "casualmente" se le habían ocurrido.
—El amor es algo maravilloso, ¿no crees? —preguntó con una sonrisa, haciendo parecer que cambiaba el tema completamente.
Shaka estaba un poco confundido, pero pensó que se trataba de la inexperiencia de la joven Saori Kido. Ya aprendería cómo actuar como diosa de la guerra estratégica y la sabiduría.
—Eso se dice.
—Y no debería ser algo que se prive a ninguna persona. Me gustaría, al contrario, contribuir para que todas las personas puedan tener esa dicha... Incluidos mis caballeros.
El caballero de Virgo frunció el ceño en un gesto que hacía solamente en los momentos reflexivos. ¿Por qué le decía eso su joven diosa? ¿Quería solo conversar? ¿Esperaba que él le diera una respuesta? ¿O había notado que él mismo había pensado en ese tema desde que le concedió una nueva vida?
—Como sabe, diosa Athena, no podemos permitirnos distractores de nuestro deber.
—¿Crees que esos sentimientos maravillosos sean un distractor?
Shaka de Virgo realmente no supo responder eso. No luego de los días que se la pasó meditando, con cierto compañero en su mente y corazón.
—Los cosmos de los humanos son maravillosos. Pueden crecer por distintos sentimientos. Cuando lo hacen por amor, ocurren cosas magníficas. Y ningún dios tiene la potestad de prohibir dichas cosas, bajo ninguna circunstancia. Al menos ese es mi pensar.
Saori sonrió levemente al notar que había dado en el clavo con Shaka. Esperaba que le sirviera como un empujoncito.
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Luego de unas palabras más, Saori se retiró del templo, dándole a Shaka de Virgo la oportunidad de buscar a quien llevaba en su mente y corazón desde hace tiempo, pero que hace pocos días realmente estaba pensando en si decirle o no su sentir. Estaba a punto de salir de su templo hacia las gradas que conectaban con el Templo de la Balanza, cuando esa persona precisamente apareció ante él.
Frente a frente, ninguno sabía cómo actuar; sabían lo que querían decirle al otro, pero no cómo. ¿Timidez? ¿Temor de ser rechazados? ¿Consideraban realmente que era lo mejor? Sin importar qué, al menos uno debía dar el primer paso.
—Pensé que estarías meditando —se atrevió a hablar el carnero dorado.
—Lo hacía, pero quería... hablar contigo.
—¿Podríamos hacerlo en tu templo?
—Creo que es lo mejor —contestó el rubio, notando un leve sonrojo en el otro, pero no dijo nada.
Rodeados de las columnas y paredes de piedra que contaban con bastante antigüedad, ambos esperaban que estas fueran los únicos testigos de lo que se dirían.
—Quiero decirte algo —hablaron al mismo tiempo, sorprendiéndose. Mu sonrió algo avergonzado y Shaka solo parpadeó algo consternado, permitiéndole al otro observar sus ojos color cielo.
—Tú primero —pidió Shaka.
—Está bien, yo quería decirte que... —tomó aire y se llevó las manos a la cabeza, deslizándolas por su largo cabello, en un intento de relajarse y tomar valor— te amo, desde hace mucho, no sé qué me digas ante esto en realidad, pero quería que al menos lo supieras.
Luego de soltar toda esa información, instintivamente desvió la mirada, sintiendo calor en sus mejillas. En su recorrido desde la sala patriarcal, había pensado que lo mejor sería decir todo de una vez o sus nervios le ganarían. Aunque, pensándolo bien, no se había planteado si Shaka llegaría a verlo de ese modo en realidad, tanto por su relación de compañerismo, como por si en realidad el protector del Templo de la Virgen estaría interesado solo en mujeres, de su país específicamente (pensar en eso en realidad solo lo puso más nervioso).
Por su parte, Shaka no esperaba que le robaran las palabras de la boca. De hecho, no dar el primer paso en realidad lo shockeó un poco; no sabía cómo actuar ahora, y eso le estaba jugando en contra.
—Di algo, lo que quieras —suplicó Aries—. No sobrepienses ahora las cosas.
El rubio sacudió mentalmente su cabeza. Tanto meditar le hizo adquirir el hábito de pensar demasiado lo que debía decir (puede ser una ventaja o desventaja dependiendo de la situación). Decidió dejarse llevar por una vez y sonrió levemente.
—No sé si sea casualidad, destino o ironía, pero quería decirte lo mismo, Mu de Aries.
Sorprendido, Mu volteó a verlo, sorprendido y con alegría, y se acercó.
—Tengo nula experiencia en estos temas —continuó Shaka—. Pero permíteme tomar la iniciativa ahora en lo que sigue —agregó, tomando la mano del otro.
Ahora empezaba su camino en que el amor sería su fortaleza. Incluso olvidaron si estaba permitido o no tener esa relación debido a su deber. Ya lo pensarían luego y qué hacer en cada escenario posible.
Esto es el fin de lo viejo para dar paso a un nuevo comienzo para ellos.
NOTAS:
Creo que me puse en modo CLAMP por no meter beso. Realmente no me convenció ninguna descripción, así que queda implícito :P
Se supone que la charla de Saori y mi maestro Shaka es un guiño a Sasha y Asmita en Lost Canvas. Además, él fue quien la acompañó en su travesía en el Inframundo.
Espero que te haya gustado el fic, mamá terrón de azúcar ;)
Y para quienes lean esto, también espero lo anterior, y que feliciten a mamá terrón de azúcar por su cumple.
Hasta pronto.
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