8
La hora no pasaba más y Simon decidió pasar planillas para matar el tiempo. Paso todas las planillas que había, incluso reinicio el sistema general dos veces. No había más nada que hacer y eran las 16 hs faltaba una hora para ver a Wille.
Miró su planta, aún no tenía nombre. Tal vez podría.. Preguntarle a Wilhelm sobre qué nombre ponerle a su planta, y así sería la planta de ambos.. Simon se tapó la cara con ambas manos ¿Estaba pensando eso en serio?
- ¡Simon! - Su hermana entró corriendo.
- ¿Ahora que? - Le dijo con un claro agotamiento en la voz.
- Necesito tu ayuda, rompí una de las estanterías del salón bailando y me da vergüenza pedir que lo arregle ¿Y si me descuentan el sueldo?
- Ok tranquila.. Yo lo arreglo.
Simon se levantó y tomó la caja de herramientas que les habían dado que era bastante parecida a los de mantenimiento. Fueron del brazo hasta el lugar, atravesando medio hotel. Cuando llegó Simon se puso enseguida a trabajar, solo se había aflojado un tornillo, no era un desastre catastrófico nivel cinco como había pretendido Sara en su voz cuando lo fue a buscar.
Una vez que terminó Sara le pidió que se quedara y eso hizo. Le pinto las uñas de negro y Simon no paraba de reir, Felice llego con las otras dos chicas y se sentaron junto a ellos, otra chica que trabaja en el salon empezo a preparar a las amigas mientras Felice hablaba con ellos. Era agradable... Para ser rica.
- ¿Y qué pasó con Wille? - Le pregunto con un gesto obvio.
- Nada.. - Simon miró a su hermana.
- ¿El chupón del otro día era de él?
- Sip - Su hermana soltó.
- Me encantan, hacen una linda pareja.. - Dijo la chica.- Wille no es como los demás, es muy buena persona, siempre quise que estuviera con alguien normal y no alguien de la realeza... - Felice se sorprendió a sí misma por las palabras.- No es que, osea.. no digo que..
- Tranquila entiendo.. - Le dijo Simon.
- Hey
Ese momento en el que escuchas la voz de la persona que te gusta y el corazón salta un latido porque estas entre nervioso y alegre porque es lo mejor que te paso en la vida. Simon estaba enamorándose de él y lo sabía, o tal vez era su cuerpo que le estaba avisando que necesitaba de él, necesitaba de su tacto, de sus besos, de su voz en su oído, de su perfume. Simon miró al piso, sentía sus mejillas calientes ¿Que mierda era esto? Su mente era un desastre.
- Hola Wille - Le dijo Felice.- Nos estamos pintando las uñas ¿Queres pintarte?
- ¡Claro! - La voz de Wille era calma.
- Si queres te puedo pintar el mismo color que Simon. - Dijo su hermana y Simon la miró con una mirada asesina.
- ¿Negro? Mmm prefiero un color menos agresivo... - Simon miró a Wille.- ¿Un color pastel?
- ¡Claro! Uno tipo - Sara empezo a revisar los que tenia cerca y tenia uno color pastel.- ¿Amarillo pastel?
- ¡Si! ¡Perfecto! - Wille le sonrió y Sara sonrió igual, poniéndose de pie para ir a la mesa de al lado. Ambos se sentaron juntos y empezaron a hablar de la escuela.
- Espero no te moleste, le dije que estabamos aca...
- No.. Está bien..- Simon miro a Felice quien le regaló una sonrisa llena de afecto.
- Me encantan. - Le susurro.
Simon observó como Sara y Wille hablaban, como él era amable con ella y como dejaba que hiciera con él lo que quisiera, Simon noto que tal vez estaba mirando demasiado fijo cada detalle de la cara de Wilhelm. Este miró a Simon por unos segundos y fue suficiente para que sus mejillas volvieron a ponerse rojas.
Cuando la charla de chicas terminó, Simon se dispuso a volver a su trabajo y Wille camino junto él, en silencio, por los pasillos de servicio, algo que un príncipe no haría pensó Simon. Cuando llegaron a la oficina, Simon dejó las cosas y como si se encendiera la luz en pleno apagón la voz de Wille lo lleno de vida.
- ¿Tu plantita? - Dijo señalando la macetita de la pequeña suculenta
- Si.. - Dijo Simon.- Aún no le encuentro nombre.
- ¿Queres que te ayude? - Wille se sentó en la silla de Olivia mientras observaba sus uñas y sonreía divertido.
- Estoy tratando de que sea agénero, es decir que no tenga género.
- Ah... ¿Y cómo se llega a esa conclusión?
- Google - Dijo Simon con total seguridad y al ver que Wille le sonreía su sonrisa se hizo el doble de grande.
- Que hermoso que sos... - Wille soltó sin disimulo.
- Gracias -Respondió Simon con algo de entereza.- Vos también sos muy lindo... Pero... - Wille levantó una ceja.- Una lastima que seas rico...
- Rick - Le interrumpió Wille.
- ¿Qué?
- El nombre para tu plantita.
- Es nombre de hombre... - Simon levantó una ceja.
- Rick es una plantita que no tiene género y no voy a permitirte que le digas que es machito. Elle es preciose como su papá.
Simon apretó sus labios para no reír, de verdad Wilhelm estaba intentando tanto tratar de seguirle la corriente con sus locuras que estaba empezando a rozar la ternura.
- Mama llega a las 20... ¿Queres venir a mi casa? - Dijo Simon.
- Si quiero - Dijo Wille poniéndose de pie. Cuando Simon se levantó, el príncipe le tomó el rostro con ambas manos y lo beso suave y rápido.- Quiero arrancarte el uniforme y comerte todo.
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El atardecer se reflejaba en el agua y era hermoso de ver, Simon se tomó un momento para apreciar la belleza que el mundo le estaba obsequiando, enamorado del momento único que podía vivir todos los días en ese lugar, cada dia terminaba de una manera única pero este dia era diferente. Simon cerró los ojos al sentir los brazos de Wille alrededor de su cintura, su perfume, su calor, su respiración.
- Siento que estaba destinado a encontrarte. - Susurra Wille en su oído.
Simon se da cuenta que era uno de esos momentos en la vida que toda tu existencia se veía al borde de un abismo de crisis existencial total, donde tenias la posibilidad de transformarte en otra otra persona. Una persona mejor, una persona madura pero sobre todo una persona completa y libre de hacer y sentir. Simon gira para encontrarse con Wille y el bello color del sol y el agua reflejando en su rostro.
- ¿No te sientes flotar? - Susurra.
Wille le dedicó una sonrisa y observando sus labios susurra.- Desde que te conoci...
Cuando entraron a la casa Wille miró su reloj, Simon lo notó y empezó a reírse. El príncipe lo observaba simplemente.
- ¿Que miras tanto la hora? - Dijo quitándose las zapatillas y dejándolas en la entrada, al igual que Wille que lo miraba divertido.
- Estoy pensando en cuánto tiempo tenemos... ¿Te parece si nos bañamos?
- ¿Qué? - Simon apretó los dientes para no reír como si fuera una colegiala de anime japonés siendo cortejada por el chico de último año.
- ¿Alguna vez te bañaste con alguien?
- Sí pero, no de esa forma... - Simon se relamió los labios, sabía lo que Wille estaba insinuando.
- Bueno... - Wille camino hasta él, por alguna razón Simón se había parado detrás de la mesa.- ¿Queres?
- Si, si quiero... - Simón cerró los ojos instantáneamente cuando Wille se acercó a él y le dejo un beso en el borde de su mandíbula, oliendolo y dejando otro beso.
- La verdad, oles tan bien...
Wille pasó sus manos por los costados del pecho de Simon, acariciando su cintura, Simon levantó sus manos para acariciar los brazos del príncipe hasta llegar hasta su cuello y abrazarlo, moviendo su cabeza para poder besarlo y Wille le entendió perfectamente. Se besaron por un largo rato, suave y ruidoso, lleno de descubrimiento.
Las manos de Wille pasaron a quitarle la parte de encima del uniforme, dejándolo caer al piso, a Simón no le importo, volvió enseguida a sus labios, no quería dejar de besarlo y Wille sabia eso, sus manos la acariciaron la espalda desde sus omoplatos pasando sus dedos por cada vértebra hasta llegar a la espalda baja. Siguió el recorrido con ambas manos, apretando con cada una, sus nalgas. Simon jadeo en el beso que repentinamente se convirtió en uno mucho más profundo, con sabor francés.
- Yo... - Simon suelta cuando siente las manos de Wille desabotonarle el pantalón.- Creo que... - Su mente estaba tan en blanco, sintió la suave brisa en su piel y sus propias manos se movieron a hacer lo mismo con el jean de Wille.
- ¿Que..? - El príncipe tenía su frente apoyada en la de Simón, respirando rápido y con la boca semi abierta.
- Deberíamos ir a la... Pieza... - Susurra Simon dejando caer los pantalones de Wille.
- Okay... - Wille empieza a caminar y entra a la habitación de Simon mirando hacia atrás, esperando a que lo siga su chico.
Simon junta la ropa y se adentra en la habitación tirándola al piso. Wille lo toma de la cintura y empieza a comerle la boca ni bien Simon gira. Este pierde un poco el eje y choca con la cama, se deja caer en ella con una sonrisa divertida, Wille lo sigue poniéndose encima de él, entre sus piernas y con una facilidad para amoldarse a la situación que hacía a Simon sentir muchas cosas.
- Quiero que... - Wille se detuvo luego de unos minutos que Simon ni noto que pasaron.- Que vayamos despacio...
- A que... - Simon tuvo que forzarse para hablar.- ¿A qué te refieres?
- A que no quiero hacerlo y ya... - Wille acarició el rostro de Simón, observando con admiración cada pequeño detalle.- ¿Puedo chupartela?
- Dios.. - Simon tragó en seco.- Si.. Si podes..
Wille sonríe y se mueve ágil sobre el cuerpo de Simon que estaba a su merced, completamente entregado a lo que él quisiera hacer. Le besa el cuello, su pecho, sus pezones inocentes y tiernos que ponen a Simón a jadear con cada mordida y succión. El moreno no puedo controlar a su cadera que se mueve en busca de friccion, una tortura tan placentera.
Simon observa como Wille se arrodilla entre sus piernas para quitarle el boxer y una vez que lo hace empieza a besarle desde sus pies hasta su rodilla, cuando comienza a besarle la entrepierna Simon cierra sus ojos, si Wille no lo toca en este momento va a iniciar la tercera guerra mundial.
- Sos tan hermoso... - Wille dice en un susurro mientras entierra su nariz en su vello pubico, Simon suelta un gemido por lo bajo que hace sonreír al príncipe.
- Dios... - Su aliento caliente en su piel le hace temblar, siente que está a punto de morir pero cuando siente los labios de Wille recorrer su pene, su mente automáticamente deja de funcionar.- Wille... - Susurra y el príncipe lo entiende, entiende cómo se siente porque él se siente igual.
Wille lo humedece con su saliva para poder mover su mano a gusto y se concentra en su glande. Simon tiene los ojos cerrados y la boca abierta, el príncipe adora verlo así. Wilhelm no para los movimientos con su lengua ni con su mano hasta sentir que las piernas de Simon están flojas a sus costados, hasta sentir que la sensación es completamente amena y la costumbre de tenerlo a él de esta forma es algo fijo en la mente de Simon.
- ¿Estás bien? - Susurra Wille observando a Simon.
- Si... No pares...- Dice Simon con la voz entrecortada y la respiración acelerada. La realidad es que Wilhelm lo estaba torturando asi, el sabia que necesitaba algo mas, el queria algo mas.
- Simon, quiero que... - Wille observó a Simón que lo miraba prestando atención.- Quiero que cualquier reflejo que tengas ahora, lo dejes salir... ¿Si?
- ¿Qué? - Simon sintio su corazon acelerarse.
- Mi boca es tuya... - Cuando terminó de decir eso, Wille tomó el miembro de Simón y lo introdujo en su boca hasta sentir que el glande tocaba su garganta. Simon arqueo su espalda y en un acto reflejo cuando vio que Wille se alejaba persiguió con su cadera la sensación, penetrando nuevamente su boca. Wille tomó sus caderas entre sus manos con fuerza quedando así por un tiempo hasta volver a salir. Simon llevó sus manos hasta su cabeza acariciando sus cabellos.
- Perdón... Yo..
- No no, es lo que quiero. Hacelo por favor.. - La voz de Wille sonaba entrecortada.- Es lo que quiero Simon.. - Dijo antes de volver a meter su pene en su boca.
Simon estaba perdiendo la cabeza con cada cosa que Wilhelm hacía, no quería perder la concentración ni desilusionar a su compañero sexual, así que cuando sintió que era el momento correcto empezó a mover sus caderas y la gloria llegó cuando noto lo que significaba hacer lo que estaba haciendo. Literal, Simon no podía dejar de moverse. Sus manos se enterraron en los cabellos rubios de Wille, tomándolo con fuerza, penetrándole como si su vida dependiera de eso, los dedos de Wille le apretaban la piel y a su vez sus uñas le marcaban, algo que lo estaba volviendo loco.
- Wille mierda... Wille...
Lo sintió pero no pudo decirlo y acabó con fuerza en su garganta, sosteniendo la cabeza fija de Wille mientras su cuerpo le mandaba todo tipo de señales. Cuando el placer le robó toda su energía, liberó a Wille y dejó su cadera relajarse, toda su energía se fugó con la llegada de la sensación del más bello de los placeres. Sus manos cayeron a los costados de su cuerpo, podía sentir a Wille succionar y lamerlo, tomando todo el semen que tal vez había corrido fuera de su boca.
Wille gateo sobre Simón y éste lo observó con la mirada perdida, el príncipe le dejó un beso en su mejilla acomodando su cabeza en su hombro y abrazándolo por el pecho, llevando una de sus manos a reposar sobre su otro hombro para dejarle pequeñas caricias en el.
- Yo... - Simón intentó empezar a hablar.- Yo no te odio.
- Lo sé. - Wille le respondió.
- No podría aunque lo intentara... - Simón llevó una de sus brazos a abrazarlo y noto que su toque relajó a Wilhelm, como si hubiera estado tensionado.
- ¿Queres que me vaya? - Pregunto Wille cuando noto que Simon estaba empezando a quedarse dormido.
- No... - Balbuceo, y luego sintió que Wille los cubría a ambos con la frazada.
Más tarde Simon despertó y noto que era de noche afuera, Wilhelm dormía a su lado muy placenteramente, se veía tan hermoso que hizo a Simon sonreír y voltear todo su cuerpo para verlo mejor. Era una noche fría de verano pero podía sentir el calor en su cama, acarició el rostro de el príncipe y este semi dormido empezó a moverse para voltear. Simon sonrió y aprovechó el movimiento para abrazarlo, rodeando a Wilhelm con sus brazos. Sonrió sobre la piel de su nuca, oliendo su perfume, pudo sentir la mano de Wille tomar la suya y entrelazar sus dedos. Simon cerró sus ojos, sintiéndose en paz.
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