12
La música se podía escuchar desde los pasillos de servicio antes de llegar a la escalera que los llevaba a la gran piscina del subsuelo donde hacían las fiestas los ricos. Era fuerte pero al menos estaba bien ecualizada, era lo más importante para Simon, después de todo él tenía un oído musical heredado de su papá y no podía estar en lugares donde la música estaba mal sintonizada.
Cuando bajaron las escaleras, Simon enseguida olió el humo y el alcohol. Su rostro fue instantáneamente modificado a repulsión. Todos parecían estar en una especie de éxtasis entre las luces y el alcohol. El pecho le dolía al moreno, no quería estar ahí.
Sara enseguida encontró a Felice y las otras chicas que siempre Simón olvidaba su nombre. Corrió hasta ellas y en un segundo se puso a tomar ¿Que tenían con el alcohol? La mente de Simón estaba en full rechazo. Miró atentamente a todas las personas que allí estaban, quieto en el lugar donde su hermana lo había dejado, observando y buscando a ese chico alto y de cabellos castaños revueltos. La razón por la que estaba ahí.
Wille ya estaba ahí, por supuesto, tenía un trago en su mano y estaba con unos chicos que no paraban de reírse de cosas que Simon no quería saber. Se acercó a él lentamente, esperando que lo notara y que tal vez, él también lo estuviera esperando y buscando.
Uno de los chicos codeo al que hablaba con Wille al ver que Simon se acercaba. Con cara de desprecio por su existencia. El príncipe giró enseguida.
- ¡Simon! - Wille grito.
- Hey.. - Dijo Simon con clara vergüenza y algo de bronca ante los rostros que lo juzgaban.
- Este es Simon mi... - Wille dudo.
- ¿Tu nuevo amigo de limpieza?
- No, dijo que era de tecnología. - Le aclaro al tipo que no sacaba su mala cara de Simon.
- Que lindo que invitaste a alguien que trabaja todo el dia, te mereces un descanso soldado. - El chico alto de rulos y lentes negros le dio una palmada en el hombro.
- ¿Qué? - Simon estaba confundido, porque esos chicos le hablaban así.
- Son chicos de tercero de Hillerska - Le aclaró Wilhelm al ver tal vez el rostro del moreno recaer sobre él buscando explicaciones.- Simon va a ir conmigo y Felice y su hermana.
- ¿Felice tiene una hermana? - Dijo uno con el pelo blanco mientras miraba al otro alto.
- No, no tiene hermana - El chico se levantó los lentes, tenía los ojos grandes como si hubiera estado consumiendo estupefacientes.- ¿De que hablas Wille?
- Se refiere a mi hermana. - Simon miró como el brazo de Wilhelm se posiciona sobre su hombro y luego lo miró a él que le regaló una sonrisa. Era completamente distinto.
- Bueno, cuando termines con tu.. situación - Dijo apuntando la mano a Simon, como si se tratara de una molestia a tratar.- ¿Jugamos unas cartas?
Las palabras chocaron contra Simon como si alguien le hubiera disparado en el centro del pecho y en esa explosion su corazón estuviera siendo desgarrado de su cuerpo. Pero lo peor no fueron las risas de los chicos que se iban como si les molestara su presencia, lo peor fue el silencio de Wille a su lado que avala esa gratuita agresión.
Simon sacó la mano del príncipe que colgaba de sus hombros y lo observó buscando explicaciones nuevamente. Sus ojos estaban desorbitados, su camisa abierta, mostrando su torso desnudo debajo y una malla que ya estaba mojada.
- ¿Hace cuánto que estás acá?
- Ah es que.. Erik hizo como una previa.
- Como una... - Simon se rió por la forma en la que estaba hablando.- ¿Estás drogado?
- ¿Qué? - Wille sonrió.- ¿Se nota? - Preguntó mientras se reía.
- Mierda Wilhelm... - Simon se sentía tan fuera de lugar, empezó a mirar a todos lados y los grupos de chicos estaban en su mayoría alcoholizados, no estaban como Wille, claramente había sido algo de ellos.
- ¿Qué? Dijimos de...
- ¿De que? ¿Por qué estas con esos idiotas? - Le comento con bronca, no podía disimular que estaba molesto con los tipos que acaban de insultarlo y a su vez, darle drogas a Wille.
- Son... Amigos de mi hermano.
- Sí claro.. - Simon busco en la fiesta a su hermana, estaba en el jacuzzi junto a las otras chicas, hablando normal, no estaban alteradas ni sacadas, estaban bien, su hermana iba a estar bien si el decidía irse del lugar, porque eso quería hacer.
- Simon... - Wille se acercó a él, lo tomó de la remera naranja que brillaba con las luces.- Me encanta como te queda esta remera.
- Wille... - no pudo evitar ser rodeado por los brazos del príncipe, Simon coló sus manos por debajo de la camisa blanca, y agradeció no haber usado ese color, parecía ser el preferido de los ricos.
- Todo da vueltas - Susurro en su oído.- Pero me alegra que estes aca, que no me dejaras solo, pensé que no ibas a venir.
- ¿Qué decís...? - Simon sintió en su pecho un dolor distinto. Wille lo abrazaba como si lo hubiera estado esperando por horas y lo sintió como si hubiera estado esperando ser rescatado.
- ¿Bailamos? - Wille se separó, recorriendo con sus manos temblorosas los brazos de Simon hasta tomar sus manos y empezar a moverse.
- ¿Qué? - Simon automáticamente empezó a reír, Wille bailaba tan mal. No iba a negar que se veía precioso pero claramente bailar no era lo suyo.- Vamos...
Simon empezó a caminar, quería llevárselo de ahí pero la música cambió y todos gritaron empezando a bailar a su alrededor, Wille se movía tan ridículo que hacía reír a Simon que a su vez causaba que el bufón -en este caso el príncipe- bailará más para él.
Simon empezó a moverse también tímidamente al principio y luego se soltó cuando la música empezó a correr por sus venas y activarlo como siempre pasaba cuando escuchaba música alegre con tintes latinos. Wille intentaba imitarlo y era totalmente ridículo y encantador. El enojo del moreno se esfumó con cada carcajada.
Erik los observaba desde la mesa de adultos al otro lado de la pista con una mirada algo distraída de su entorno, como si estuviera entre preocupado y contento por ver a Wille feliz.
https://youtu.be/8pIzxS_G8-g
- Estoy muy cansado... - Dijo entre risas Wille mientras se colgaba de Simón que intentaba caminar en silencio por la zona de casas de huéspedes.- Vamos a dormir a tu cama... ¿No?
- Sí, eso estamos intentando hacer... - Dijo Simon mientras tomaba a Wille de la cintura.
Cuando estaban llegando a la casa de huéspedes. Wille se escapó del agarre del moreno, se quitó la camisa y se la tiro en la cara a Simon, corrió hasta la pileta dando un salto y causando un ruido que resonó en todos lados. Simón se quitó la camisa de la cara intentando no reír a carcajadas, cerró los ojos para buscar calma y se encaminó hasta la pileta. Después de todo eran las 5am la mayoría de los empleados dormía, nadie los vería.
- ¡Wille! - Simon intentó gritar en forma de susurro.
Este asomo la cabeza por encima del agua con el rostro iluminado por los vestigios del sol que aún no asomaba pero ya empezaba a notarse su presencia. Tenía una sonrisa de oreja a oreja, sus ojos se veían normales, ya no estaba tan drogado como antes.
- Estas loco.. - Dijo Simon riendo.
- ¡Vení! - Dijo alargando la i
- No voy a meterme al agua Wilhelm..
- Dijimos que nos íbamos a meter...
- Veni dale... - Simón tomó una de las toallas que alguien había dejado sobre una de las sillas reposeras jurando que estaba limpia en su mente.
Wille salió del agua y se empezó a quitar la ropa. Simon apretó los labios para no reír, rezo que nadie estuviera viendo, sino tendrían una muy clara visión de las partes íntimas del príncipe de Suecia. Simon lo cubrió con la toalla mientras Wille lo abrazaba, mojándolo.
Entraron a la casa con Wille jugando a ser un ninja del silencio, Simon no podia creer lo idiota que estaba siendo pero amaba cada segundo. Camino hasta el baño para preparar una ducha caliente, no quería que Wille se enfermara. Llevó al baño ropa cómoda y unas toallas limpias mientras el príncipe ya se estaba lavando los cabellos rubios reales con su shampoo de hotel, una sonrisa le salió del alma y Wille lo miró extendiendo la mano para que se metiera con él.
- ¿Qué te tiene tan feliz?
- Vos.. - Le respondió el moreno.
- Me encanta tu sonrisa.
Simon entró a la ducha luego de sacarse la ropa y Wille no tardó en empezar a bañarlo, recorriéndole el cuerpo con la esponja y sus manos. Tocando en lugares que hacían suspirar al moreno. No pudo evitar besarlo, distraerse entre las caricias y las palabras que le aceleraban el pulso.
Cuando terminaron se secaron ambos en silencio, como si estuvieran nerviosos y no pudieran mirarse o hablar. Caminaron hasta la pieza desnudos y entre risas nerviosas, la cama hizo un ruido fuerte cuando ambos se tiraron en ella. Se rieron en la oscuridad, besándose y recorriendo mutuamente el cuerpo con las manos y los pies que acariciaba la pierna del otro.
Wille se separó luego de un rato de besarse enteramente, guió a Simon para que girara y este lo hizo, estaba tan extasiado por Wille que comenzaba a besarle la espalda. Se sentía tan bien. Pero luego noto que le estaba hablando.
- ¿Qué? - susurro y Wille sorio.
- Te estaba preguntando si puedo hacerte un beso negro.
- Y eso que.. - La cabeza de Simon hizo clic enseguida, haciendo que girara, poniéndose de costado.- Yo no... Eso es...
- ¿Genial? - Dijo Wille.
- No.. Que es.. No.. - Simon no sabía qué decirle.
- ¿Confías en mí? - Pregunto dejando un beso rápido en sus labios.
- Si - Simon lo miró a los ojos. Wille lo observaba con seguridad y eso le dio paz y de alguna forma le hizo sonreír.
- Si te molesta, páramos. - Le dijo el príncipe.
- Okay.
Simon volvió a la misma posición que antes. Wille le acaricio la espalda, como si estuviera haciéndole masajes, noto luego de un minuto que estaba tensionado y que eso lo estaba relajando, tenía ganas de abrazar a Wille por ser así con el.
Cuando sus labios llegaron a su culo Simon jadeo alto.
Wille apretó con ambas manos sus nalgas, separándolas para poder tener más acceso. Al principio solo eran besos que lo hacían estremecer, luego la sintió: su lengua. Esta le recorria el ano de una forma suave, pero luego con más fuerza, hasta sentir que estaba no solo bordeandolo, sino penetrandolo con ella.
Los jadeos de Simon hubieran sido altos si no fuera que tenía que estar ocultandolos mordiendo la almohada. La lengua de Wille estaba haciéndolo sentir cosas que su mente aún no podía procesar. Con las manos apretaba las sábanas y era lo único que podía hacer. Su cuerpo pertenecía totalmente al príncipe en ese momento y esa sensación le gustaba. Le gustaba ser de él, estar entregado a él. Se sentía mareado, no era solo que su cuerpo estaba engañándolo en todos los sentidos, era lo que significaba que Wille estuviera haciendo eso con él.
Wille le sujetaba de las caderas mientras le besaba, los ruidos que estaba haciendo le hacían sentir más caliente de lo que estaba. Su cuerpo empezó a darle unos leves shocks y acabó sin siquiera notarlo, sintiéndose abrumado por la sensación.
El príncipe se movió dejando besos en su espalda y luego acostándose sobre él, Simon no lo noto pero se quedó dormido a los pocos minutos o simplemente se desmayó. Cuando volvió en sí se movió rápido, haciendo que Wille se golpeara contra la pared. Ambos se miraron, Wille acarició el rostro de Simón y este se acercó a besarlo. Se besaron por un largo periodo de tiempo, hasta que la alarma los despertó a ambos de su éxtasis.
- Dios... - Simon se tapó la cara.- ¿Nos habrá escuchado mamá?
- Simon... Te dormiste como una hora.
- ¿Ah sí? - Bajo una de sus manos - Ay perdón.. Perdón.
- ¿Por qué te disculpas? Es... Un halago en realidad.
Simon lo miró y Wilhelm se veía tan relajado, el alcohol ya no estaba en él, lo notaba. Era él, el chico que había conocido hacía unas semanas que parecían meses. Pero había algo distinto en él, una seguridad extra.
- ¿Te gusto..? - Le pregunto cuando vio que Simon estaba colgado mirándolo.
- Si.. ¿No se notó? - Dijo con una sonrisa.
- Se notó, si, duraste ni una canción.
- ¿Qué? - Wille empezó a reir.- ¿Que me perdi?
- Puse una lista. Puse música...
- ¡SI! - Simon gritó y luego tapó su boca.- Me pareció escuchar si, ¿Cazzu?
- Si Cazzu, el último álbum.. - Wille se acomodo en la cama, tomando una de las manos de Simon, entrelazando sus dedos.
- Buena elección, ese álbum es... - Simon no encontraba la palabra.
- Pornografico - Simon sonrio.- Si.
- Lo amo. - Aclaro enseguida el moreno.
- Yo también - Dijo Wille.
Ambos se quedaron en silencio, mirándose por unos segundos. Era la primera vez que acordaban en un gusto musical y eso le gusto de más a Simon. El sonido del hambre atacó al silencio cómodo y armonioso en el que se encontraban.
- ¿Desayunamos? - Dijo Simon.
- Si, ¿Y después? - Pregunto Wille.
- ¿Dormimos? - Wille apretó los labios como si en su mente hubiera otra situación.
- Siesta todo el dia si... O podemos hacer otras cosas.
- ¿No te cansas? - Preguntó Simon pero al ver que Wille levantaba una ceja noto la realidad, él estaba "satisfecho" pero ¿Y Wille?
- Vamos.. - El príncipe se levantó de la cama y comenzó a ponerse la ropa que Simon le había dado previamente. Busco entre sus cosas una remera, no le fue difícil, la suya estaba allí sobre el respaldar de la silla.- ¿La tenías tirada acá?
- No está tirada. - Simon empezó a imitarlo, vistiéndose más rápido que Wille que lo miraba atento.- ¿Qué? - le pregunto.
- Nada, me gusta verte vestirte.
- Okay. - Simon apretó los labios para no sonreír.- Voy a... Poner el cafe.
- Okay. - Wille se acomodo la remera y salió detrás de Simón, camino rápido para alcanzarlo y tomarlo por la cintura, abrazándolo por detrás.
- La densidad que manejas - Simon rodó los ojos al decir: - Para solo amigos ¿No?
- Perdón. - Wille escondió su rostro en el cabello de Simon.- Dije muchas pelotudeces ayer a la noche... No quería.
- Si entiendo - Simon lo interrumpió mientras ponía el agua en la cafetera.- Es la típica le miento a mis amigos ricos malos para que no te toquen ¿No?
- Si... - Dijo Wille dejando un beso en su nuca.
- Duele... Pero lo entiendo.
- ¿No te vas a enojar? - Preguntó el príncipe que estaba esperando miles de insultos.
- Estás conmigo ahora, no con ellos. - El abrazo de Wilhelm se apretó sobre el cuerpo de Simon que no podía moverse bien pero no iba a quejarse.- Osea, tu boca anoche...
- Dios - Wille sonrió contra su piel.- Ni siquiera llegue a meterte ni un dedo...
- ¡WILLE! - Simon gritó dejando la tapa del frasco de café caer.
- ¿Qué? - Wille le soltó un poco para que se mueva.
- No lo digas en voz alta - Simón puso el café y prendió la cafetera.- Me da vergüenza..
- Si me decis eso mas voy a querer decirlo. - Wille susurro en su oído.
Simon dejó descansar su cuerpo sobre el del príncipe, apoyando su cabeza en su hombro dejándose sentir los mimos que Wille le hacía.
- Lo sé.. - Susurro.
Ambos lo sentían en el aire, pero ninguno lo iba a decir.
Estaban listos.
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