BaekChen

Adivina Adivinador: ¿Con qué canción está relacionada?

Pistas: XOXO / Ex'Act





Byun BaekHyun nunca fue ni será un humano común y corriente, aunque sí podía amar como un ser viviente gracias a un joven que creía que ese robot era capaz de sentir como todos.











Todo giraba alrededor de la Tecnología. Corea avanzó tanto sus estudios en esos aparatos con poderes mágicos que llevaron las pruebas y experiencias más allá de lo imaginado. Tan así que como los niños lo imaginaron, habían autos voladores, zapatillas angelicales, teletransoportador móvil, robots de suma inteligencia, entre muchas otras cosas.

La humanidad tenía una mejor vida artificial más que realista, ya que si hablabamos de la vegetación y naturaleza, no existía. El aire se hacía con las pocas nubes del cielo o sino de una manera tecnológica la cual tenía un precio, también se creaba la comida a base de pociones extrañas o cosas que los mismos científicos ocultaban a la gente de allí.

Byun BaekHyun salía de unas pruebas de inteligencia artificial, gracias a que fue creado hacía varios años, estaba bastante desactualizado —La tecnología avanzaba cada año— y los chips que si estaban actualizados no podían ser aplicados a él por su vejez. Por millones de wons lo venderían al extranjero así Corea del Sur podría continuar en sus avances.

Pero.

Nunca pensaron.

Que ese trucho robot llegaría a tener un compañero de vida, un ser humano, que iba a buscarlo cada noche, pasaban dicha noche y madrugada juntos. Enseñandole a ser un humano común corriente, con sentimientos y arrepentimientos.

Hoy no era lo mismo. Kim JunMyeon, uno de los científicos más importantes internacionalmente, logró contactarse con el presidente de Estados Unidos pidiendo uno de sus robots; entonces al confirmarlo, Byun BaekHyun —Llamado así por el chico humano—, o NKN03 tuvo sesiones más seguidos para que luciera nuevo, limpio y perfecto derecho a otro país. Ese día el joven muchacho esperó al robot que nunca llegó.

"Vaya...mañana es San Valentín" Pensó el jóven mirando el reloj de su móvil y que las 12 ya fueron marcadas. "Ya lo es...hoy se tiene que ir...¿O ya se fue?" Se entristeció de sólo pensar que no se despidió convenciendo a la mente para retirarse del lugar y desahogarse en la pobre almohada, víctima de muchas cosas. Sin preámbulos marchó del lugar caminando a un paso intermedio llegando a los rápidos pasos, hundido de tristeza y cuando cruzó las paredes de su casa se echó a llorar.

"Idiota...no te vayas...no estoy listo para saber que jamás estarás conmigo" Lloriquió abrazando las sábanas arrugadas y haber escuchado que alguien se adentró al hogar.

—¡Hijo!¡Ven aquí un momento! —exclamó su padre sentándose en el sillón agotado.

—¡Ya voy! —luchó por secarse las lágrimas y que su voz sonara lo más pacífico posible. Limpió su rostro y fingió la faceta de niño amable lleno de felicidad. Bajó las escaleras con alfombra Roja y casi todo el lugar de blanco, sonrió dulce tomando asiento al lado del mayor— ¿Que necesita, padre?

—Mi niño, sé que falta mucho para tu cumpleaños pero estoy emocionado con que mi único hijo va a cumplir 18 este año —encurvó la comisura de sus labios dándole un cariñoso abrazo—. Y tenía pensado adelantarte el regalo.

—Pero, padre. Faltan 7 meses para que eso suceda...

—Lo sé, sin embargo mi regalo no estará para Septiembre —se levantó contento tomandole la mano—. Vamos.

No aplicó fuerza ni 'Peros' yendo hacia la sorpresa que le tenían preparado. Es curioso, eso nunca lo negará, aparte su padre es muy reservado, no siempre le venía con regalos o salidas. Era un hombre ejemplar y con mucho esfuerzo llegaría a estar a su nivel en quién sabe cuántos años pero se esforzaría mucho por ello. Además, ya estaba estudiando, gracias a la sabiduría de la figura paterna pudo desarrollarla a temprana edad siendo a los 14 años cuando finalizó sus estudios básicos e ir al universitario.

Entraron al auto siendo el menor quien esté en el asiento de Copiloto y admiró el bello paisaje oscuro de la noche. La luna dejaba brillo por las calles de Seúl gracias a las enormes luces blancas que hacia parecer que aún era de día.

Kim vio evolucionar el mundo y podía admitir libremente que echaba de menos la antigüedad de Seúl y Corea, los árboles ahora eran falsos teniendo variedades de luces dependiendo de la estación o si era de día o noche. ¿Dónde estaban las hojas en el suelo?¿El tronco doloroso cuando te chocabas con ese?¿Y su increíble aire?

Ya nada era igual, no podías apreciar la encantadora brisa, ahora te incorporabas una inyección para poder respirar sin la necesidad de que haya aire —Eso para gente rica— o la más común y era pagando por aire artificial. Horrible pero así evolucionaron ellos.

A veces parecía inevitable envidiar a los personas de otro país, que seguían gozando de la naturaleza —Como Sudamérica—.

—¿Soy yo o tienes cara de idiota? —rió burlón el padre por la expresión del menor mirando la ventana, un claro ejemplo sería como haberse imaginado a la persona que le gusta, así.

—¿Qué? —lo miró avergonzado— Mis amigos dicen que me parezco a ti, así que tú también puedes tenerlo —contradijo orgulloso y sabiendo que jamás él lo lastimaría. Carcajeó a causa de ello.

—Somos idiotas entonces.

—Si tú lo dices, estaré orgulloso de parecer un idiota —sonrió cruzando miradas y verlo reír también.

—Te amo, hijo.

—... —calló unos segundos— Yo también, papá —volvió al afuera. Pues no le gustaba mucho recibir esa clase de Bellas palabras o halagados. Desde que su madre le clavó los cuernos al perfecto del padre nada fue lo mismo, ella quién siempre lo mimó de pequeño, le demostró cómo el mundo llegaba a ser cruel incluso para un Millonario. Esos días jamás la pasaron bien, aunque el mayor siguió trabajando de manera vaga y deprimente, Kim tuvo que ser atendido por un Psicólogo quien no logró subir su ánimo.

Sin irnos del tema, JunMyeon poseía un vehículo de alto rango, solo bastaba con decir la dirección del lugar y éste mismo te llevaba volando o por las calles si es que lo pedías. El adulto sabía que a su hijo adoraba los paisajes bajos —Vértigo— así que nunca viajó por lo alto si es que estaba con él.

—Llegamos —bajó esperando al otro para direccionarse a una puerta en particular, una muy interesante.

—Pa...¿Me llevaste a tu trabajo?

—Pues sí. Tengo cara de idiota pero no soy idiota, sé muy bien que te encariñaste con uno de mis experimentos —sonrió con superioridad entrando al gigante lugar extra iluminado—. ¡Señores! —exclamó llamando la atención de todos— Les presento nuevamente a mi único hijo, Kim JongDae, hoy se presenta aquí, ante nosotros, para tener el permiso de llevarse al experimento NKN03 por 24 horas antes de trasladarlo a Estados Unidos. Sin más preámbulos, continúen su trabajo, suerte a todos —volteó para reírse de la reacción de JongDae, era un idiota.

—...¿Hablas en serio? —asintió gustoso— Pero papá...

—Nada de peros, disfruta de él.

—... —sonrió más que feliz abrazàndolo— ¡Muchas gracias!

—Siempre buscaré la felicidad de mi hijo —correspondió viendo a cercanía que NKN03 se acercaba.

—Buenas noches, jefe —hizo una reverencia el robot—. Agradezco la manera de procesar la información de su mentalidad para que haya permitido esta libertad a pasarla al lado de su querido hijo —sonrió leve.

—El placer es todo mío, BaekHyun. Y no tiene la necesidad de llamarme señor, puedes decirme Kim JunMyeon, o solo JunMyeon. Como usted guste.

—Confirmado, JunMyeon —caminó pocos pasos quedando cerca de los humanos que, sonrientes, lo abrazaron.

—¡Excelente! Pero antes de que se vayan necesito darle algo a Byun —Chen dudó unos momentos, al ser un robot podían hacerle de todo y eso obviamente le disgustaba. Pero no podía desconfiar de JunMyeon, el mejor científico de la historia y gracias a aquello pudo ver que sacaba un chip verde con miles de líneas.

—¿Qué contiene?

—Esto lo trabajé cuando confirmé el traslado de Baek, busqué su tecnología antigua y con bastante esfuerzo logre crear este chip, capaz de brindarte sabiduría humana. ¿A qué me refiero? Byun BaekHyun, solo por 24 horas, tendrás la capacidad de sentirte como un humano, con la capacidad de sentir abstracta y físicamente, y créeme, muchísimo más. Este chip podrá alterar tu cuerpo como si de verdad fueras humano. Felicidades Baek, te lo mereces —Byun abrió la boca para ingerir el chip que al tragarlo toda la información se expandió y dicho chip hizo efecto—. Bien, eso es todo. Pueden retirarse.

—Repito —dijo el humano artificial—, le doy las mil gracias por darme la oportunidad de ser como ustedes —con confianza, hospedó su palma en el hombro del menor—. No la desperdiciaré, en lo absoluto —y sin nada más para haber hablado, JongDae y BaekHyun corrieron a la salida, felices.

Byun nunca se imaginó que algo así le llegara a suceder, mucho menos JongDae por su punto de vista humana pero las cosas ya les valía poco, por fin podían pasarla bien como mejores amigos comúnes y corrientes a pesar de que era de noche y bueno, solo por permiso profesional estaban ellos a las afueras.

—¡Baek!¿No crees que esto es genial? —interrogó contento Chen mientras paseaba tranquilo por un lindo parque de arena artificial y juegos con cuidado extremo a los chicos, sin tanta altura ni peligro.

—Si, creo que lo es —admiró cada cosa, pues aprovecharía de tener sentimientos y amó al mundo entero porque tenía la capacidad. Sin embargo, cuando miró al casi legal, todo cambió.

¿Cómo no pudo enamorarse de JongDae? El sentimiento era nuevo, sentía como mariposas en su estómago. Verlo sonreír, con su sonrisa de gato, lo hacía querer gritar a los cuatro vientos de emoción. Sus ojos, estrellas divinas; piel casi como la de él. Intencional pero al detallar sus labios solo cayó rendido, enamorado en palabras humanas, nada más que Baek no lo conocía.

—Baekkie. ¿Que miras tanto? —rió divertido acercándose a él para abrazarlo, estaba muy feliz por su mejor amigo que al fin ya podía expresarse como un humano de verdad.

—Tu belleza, bebé —dijo con simpleza haciendo que JongDae de un momento a otro tuviera las mejillas rojas y un leve golpecito en su pecho. Sabía que no era a causa de un enojo ni similar, fue bastante tierno que sin resistirse le regaló un bonito beso en sus pocos cachetes.

—¡B-BaekHyun! No me hagas sonrojar así... —sonrojar, poner los cachetes rojos, agendado. Sonrojar, acelerar el ritmo cardíaco del corazón, agendado. Sonrojar, alterar las emociones, agendado— ¿Qué te hace pensar que soy bello? No lo soy...

—JongDae —nombró en un tono seguro—, eres el chico más lindo que he visto durante toda mi vida de robot. Tienes piel bien cuidada y delicada, no todo el mundo puede compararse a tu encantadora piel. El cuidado de tu cuerpo, no se iguala a las demás, si no fueras el hijo de Kim JunMyeon podrían confundirte con un robot. Solo mírate —tomó una de sus manos para indicarle lo perfectas que están—, sin duda eres alguien increíblemente hermoso. Además...tus ojos... —de manera inconsciente apoyó su palma en la mejilla ardiente del menor— son hermosos, un lindo color café que combina con tu piel, pupila y cabello, que encaja en la perfección de tu belleza, tus hermosos ojos son como estrellas que incluso llegan a brillar en la oscuridad, tan encantadores que me hacen sentir extraño. JongDae, tus...tus labios —pasó levemente su pulgar en los nombrados—, están rellenos en una buena cantidad, suaves como algodones, rosas como las flores o rojas como tus tiernas mejillas que se tornaron así. Pero... —se silenció por breves segundos— ¿Cómo sabrán tus labios?¿O tu piel?¿O...tu? No lo sé, parte de mí me empezó a decir que lo pruebe, que no me arrepentiré pero al mismo tiempo me rehúso a hacerlo por tu privacidad y espacio perso- —fue callado rápidamente por un dedo delicado, según el robot, que al ver la reacción de Kim ni pudo ver sus ojos debido a que los flequillos cubrían su bella imagen pero el acercamiento entre los dos labios les hacía perder la respiración y conciencia. Tampoco podían recordar como estaban bien puestos, BaekHyun sentado y JongDae a horcajadas de él.

—B-Baek-

—Shh —imitó las acciones del humano mientras se relamía los labios, el aire se iba rápido y no podía explicarlo—, JongDae. Me estoy perdiendo y mí alma con tan solo verte y perderme en tu imagen, belleza, todo —tragó seco pero mantuvo su postura—. Si alguien nos viera parecería un completo borracho enamorado de los movimientos de tus labios, cercanía y cuerpo, que de hecho me cuesta respirar...

Se miraron deseosos unos segundos. ¿Cómo llegaron a estar así? No lo sabían, si sabían que jamás se volverá a repetir esa misma escena, sabían ahora el gusto de sus bocas en un beso con diferentes sentimientos pero compartidos.

Necesidad, amor y tristeza.

Necesidad por el cuerpo perfecto de ambos, de probarse, de experimentar el gusto del otro y conocerse en su totalidad.

Amor gracias a el tiempo que estuvieron juntos, BaekHyun vio crecer a JongDae, incluso lo cuidó en la ausencia del padre —Trabajo— y el abandono de su madre, sabiendo las penas del menor, miedos, fobias, encantos y más pero nunca llegó a ese punto donde Kim se apegó tanto a él que logró cargarlo como pluma y esconderse en un juego del parque. ¿Lo harían ahí?

Tristeza debido a que sería la última vez que volverían a verse, hablarse, tocarse y sentirse, todo, debían aprovechar ese momento y sin la intención, ni bien se separaron del beso JongDae se largó a llorar.

—¿JongDae?¿Qué sucede? —analizó desde el primer momento que estuvieron allí— ¿Te traté mal?¿No te gustó?

Kim negó: —N-No es eso...n-no quiero que te vayas de mi lado...n-no sé que haría si-sin tí... —lloriqueó a pesar de secar las lágrimas, salían más.

—No llores —volvió a tener mucha cercanía—, aprovechemos este momento...para recordar siempre —secó sus lágrimas en tiernos besos y unió las bocas con tanto amor que hacia en JongDae otras ganas de explotar en llanto pero se resistió.

De besos comunes amorosos pasaron a besos lujuriosos, apasionados, de esos que pierdes el aire pronto pero no deseas despegarte por nada en el mundo aunque tu capacidad para respirar juega en tu contra y te separabas agitado —No aplica lo mismo para Baek—.

Volvieron a mirarse, uno más alto que otro, uno más perdido que el otro. Tal vez hacían falta palabras para dar el primer paso, de suerte no hizo falta por beso tras beso y así la ropa mágicamente iba desapareciendo —Ya no hacía falta tener ropa en tela, aplicaciones que te lucían bastaba—. Suspiros y jadeos, roces con roces provocando bultos que no duraron mucho tiempo ocultos.

—JongDae...tu... —le falto el aire, vio cómo el bóxer se manchó con un líquido y también un bulto de tamaño intermedio se hacia notar y palpitaba con ganas de salir. Bulto en la entrepierna, erección, agendado. Tocó dicho bulto y JongDae emitió sonidos provocativos para Baek, es un robot pero con la capacidad de comportarse como un humano, teniendo el mismo resultado que Kim. Erección, deseo sexual, agendado. Lo empezó a acariciar con dulzura y travieso desactivó la aplicación teniendo a Chen totalmente desnudo con su miembro erecto.

—B-Baek... —separó las piernas lento y seductor, nunca pensó así de su mejor amigo pero aunque sea necesitaba un buen recuerdo de él. Byun logró comprender, era líquido preseminal y quedando con una enorme sonrisa, empezó a masturbarlo. No tardó mucho para que BaekHyun también quede a su merced y entre ambos gozaban de sus erecciones pero la cosa no acabó allí, un nuevo camino abrió cuando, con líquido preseminal en los dedos de Byun, optó por adentrarse en el menor o mayor, Baek no tenía edad. Obvio JongDae gimió más fuerte cuando su estrechez comenzó a dilatarse, no uno ni tres, dos dedos se metieron de la nada haciendo que Baek recibiera, de regalo, una cachetada por parte de Chen— Idiota, duele...

—Esto...perdón —rió suave dando pequeñas embestidas que en éstas que ya no le dolieron al humano, y por seguridad clavó sus uñas en los hombros contrarios.

Con amor el tiempo pasó hasta que la entrada de Kim quedó dilatada, no sabía con exactitud qué diferencia había con un anillo dilatado a que uno estrecho pero no quería ser golpeado reiteradas veces como sucedió por cada error que cometía, al menos ahora si sabía que NO hacer para no recibir más golpes: No Actuar como idiota y curioso por su cuerpo.

Pero sin irnos de las ramas, ya todo estaba listo. JongDae preparado, erecciones perfectas para que duren de acá a bastantes horas y solo dieron el toque de gracia, entrar. BaekHyun se colocó entre las piernas delgadas de Chen y ¿Para qué condones? Un robot no puede procrear como humano ni transmitir enfermedades sexuales, ya ni eso existía. Avisó antes de entrar y como dijo lo hizo lentamente fijándose a cada segundo que JongDae no llegara a pasarla mal ni que buscara golpearlo.

Gimió suave, dulce y deseoso, tuvieron su tiempo de esperar a que Kim se haya acostumbrado al curioso tamaño de Baek. ¿Cómo un robot podía tenerla tan grande? O una mejor pregunta. ¡¿Por qué un robot debía tener un miembro?! Pero bueno, incoherencias del mundo.

Una vez que JongDae logró acostumbrarse moviendo las caderas, BaekHyun empezó a dar suaves estocadas, tiernas y amables dejando que Chen no fuese tan brusco para agarrarlo, mas bien parecía un Ángel disfrutando de su pecado. Tan bello, especial, único y perfecto.

De lentas penetraciones pasaron a ser algunas más violentas, aumentando la velocidad sin que JongDae lograra darse cuenta, empezaron a sentirse más calientes buscando más placer agregando seductores tactos y provocaciones. Saboreandose las lenguas hasta incluso probar más posiciones sexuales.

Obviamente BaekHyun jamás se cansó a comparación de JongDae que se agotó al final de la tercera ronda de amor puro. Final feliz, pudieron reconocer que entre ambos chicos, uno muy diferente al otro, se amaban a pesar de las circunstancias, de todo.

Final Feliz...hasta el otro día. Cuando marcaron las 12 del 15 de febrero.

Igual no podían quejarse tanto, por nada del mundo se separaron aquel 14 de febrero.

—¿NKN03 ya está preparado?

—Todo listo, pueden apagarlo.

JongDae abrazó fuertemente a su mejor amigo con derecho y en frente de su rostro vio en primera fila cómo poco a poco empezaba a ser desactivado para no gastar energías durante el viaje.

—¿Por qué no lo besaste? —preguntó sospechoso JunMyeon notando un leve nervios en su hijo y un poco de teatro.

—Papá. ¿Qué inventas? No sería capaz de hacer algo así con un experimento tuyo —dio un paso adelante guardando la calma para ver a su padre indicarle que se acerque para susurrarle algo. Cosa que obedeció perdiendo el control cuando escucho su perdición.

—En el parque hay cámaras.












Canciones:

·Artificial Love
·Don't Go

Pistas:

·Mundo artificial.
·Título, guión de la letra.

¿Lo adivinaste?

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