Nuestro mismo dolor

Nunca llegue a pensar que el amor fuera cruel. Siempre pensé que sería hermoso enamorarse y compartir bellos momentos con la persona que amas.

Pero ahora, esa ilusión se rompió en miles de piezas. El amor hermoso que tenia por ideal se transformo en algo cruel y doloroso.

Me dijiste que me amabas, mentira, todos aquellos besos que compartimos, también eran mentira. Toda nuestra relación para ti no fue más que una falsa.

Tú no sabes amar. ¿Por que... Por que me haces esto? Al menos si apreciarás nuestra verdad me hubieras dicho lo que pasaba y yo con gran pesar te hubiera dejado ir.

Pero al parecer ni siquiera eso te importa, ya que estáis ahí los dos besándoos sin importaros de que alguien os pueda ver.

Mis labios temblaron, al igual que el resto de mi cuerpo. Por un momento tuve ganas de acercarme y darle un golpe al pelinegro, al cual no distinguí bien, ya que sin percatarme mi vista se hizo borrosa por las lagrimas que caían de mis ojos.

Salí corriendo de aquel lugar antes de que se percatara de mi presencia.

Corrí y corrí, sin detenerme, sin importarme como la gente me miraba o reclamaba.

Llegue a un parque, donde no había nadie, busque un banco y ahí me senté, donde empecé a dejar escapar todo el dolor que sentía, en forma de sollozos y miles de lagrimas.

Mi mente se convirtió en un remolino de pensamientos oscuros.

¿Qué hice mal? ¿Tan mal persona fui para que me hicieras aquello?
Siempre me esforzaba para que fueras feliz; Miles de regalos, citas a donde tu quisieras, besos, abrazos...

Siempre te complacía ¿Entonces por que me engañaste durante todo este tiempo? ¿Desde cuanto tiempo me llevabas engañando?

Mi corazón estaba marchito como una rosa cuando la cortan y la dejan que se seque en un jarrón.

¿Quizás fui solo eso para ti? ¿Una flor que te deslumbro, pero que cuando te canso ya no te gustaba y decidiste buscar una mejor?

El amor dolía, yo en verdad te amo, te entregue mi corazón con ilusión, pero tu cuando lo cogiste te encargaste de aplastarlo con una sola mano.

Me encontraba mirando el suelo, cuando de repente sentí gotas de lluvia cayendo del cielo.

Mire al cielo, el cual estaba completamente gris, tan gris como mi alma en este instante.

La lluvia empezó a ser más intensa, pero eso me dio igual y deje que la lluvia me empapara por completo.

Quizás la lluvia se llevara consigo todo mi dolor de mi cuerpo.

No sé cuánto tiempo estuve ahí sentado perdido en mi tristeza y en recuerdos felices falsos.

Mis lágrimas no dejaban de caer cuando me percate de que alguien se había sentado a mi lado.

Intente controlar mis lágrimas cuando sentí unos brazos largos y fríos rodeándome para llevarme a su pecho y abrazarme.

Confundido levante la mirada para encontrarme con la persona que menos esperaba.

-¿M-Midorima?- Pregunte con la voz ronca.

El negó con la cabeza y me abrazo con más firmeza

-No lo guardes nanodayo- Me dijo con la voz ronca también, como si el hubiera estado llorando durante largo tiempo- ¿Duele no es cierto? Sientes que has caído en una gran oscuridad del cual no puedes salir ¿Verdad? Que era como tu alma gemela... Se lo que sientes... Yo estoy pasando por lo mismo que tu- Me confesó con la voz llena de dolor.

Al saber que el se sentía de la misma forma y que le habían roto también el corazón de forma despiadada mis lagrimas volvieron a caer de forma descontrolada, mientras sollozaba fuertemente y me aferraba al cuerpo del peli verde con todas mis fuerzas.

El hizo lo mismo conmigo. No sabíamos cuanto tiempo llevamos abrazados entre el agua que estaba cayendo del cielo.

Pero a ninguno de los dos nos importo. Solo queríamos librarnos de todo el dolor que sentíamos en ese momento.

Quien iba a decirme que a partir de ese momento todo cambiaria para nosotros dos y que nos llevaría al verdadero amor y felicidad...

En ese momento no sabía lo que el destino tenía preparado para nosotros dos, pero en su momento le agradecería por todo lo que pase.

-Kagami... Vámonos e a mi casa nanodayo, si no enfermaremos- Me dijo Midorima mientras me tendía la mano.

Yo con los labios temblorosos acepte su mano y su propuesta para ir a su casa y refugiarnos de la intensa lluvia que nos caía encima.

Quien iba a decirme a mí que me enamoraría de aquel loco por los horóscopos...


Y aqui un nuevo capitulo de esta pequeña historia, espero que os guste, un besito grande para todos :D os amo.

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