1. Joseph

** La historia se desenvuelve en el universo de los Jackson. NO sigue orden cronológico (es decir, aparecerá Janet que en la vida real es más pequeña en esta historia la diferencia de edad no será tanta). Disculpen si la actitud de algún personaje no les agrada. Recuerden que es ficción**

— ¡Michael vuelve aquí!

Fue lo último que aquel muchacho negro escuchó emerger de la garganta de su progenitor antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo de aquella pequeña casa. Un estruendoso portazo inundó el ambiente. Lágrimas recorrían sus mejillas enrojecidas mientras su corazón latía intensamente.

Y es que con tal sólo 7 años, Michael estaba harto de la vida que su padre tenía planeada para él. Continuó corriendo sin dirección fija por las calles de Indiana con la única intención de alejarse lo más posible de aquel infierno en el que los constantes ensayos se habían convertido.

Él no comprendía por qué Joseph era tan duro. Tampoco entendía que no pudiera llamarle papá. Aquella inmensa figura de autoridad le hacía estremecerse de un miedo que sabía no era lo habitual sentir por un progenitor.

Pero la triste verdad es que estaba harto. Estaba cansado de llorar en la soledad. Michael sólo quería tener un amigo de su edad. Sólo quería salir a jugar al parque que tantas veces había visto desde el coche con los demás niños de su barrio, comprar dulces y poder disfrutar de ellos. Y es que estaba empezando a aborrecer algo que tanto amaba como era cantar y bailar.

La respiración de Michael aumentó su frecuencia e intensidad a medida que el cansancio se hacía presente en su pequeño cuerpo. Se vió obligado a parar para recuperar fuerzas. Alzó su mirada mientras apoyaba sus manos en sus rodillas para tratar de averiguar dónde se encontraba: ni siquiera estaba seguro de si su padre había conseguido seguirle el paso.

Y cuando su borrosa visión producto del llanto en el que se veía inmerso le dejaron discernir con claridad donde se encontraba, un escalofrío invadió su espina dorsal.

Demonios y mil demonios más.

Ante él se dibujaba aquel parque que tantas veces había visto en la lejanía. Michael sabía que desde el momento en el que huyó de su casa dejando inconcluso el ensayo iba a tener problemas mayores con Joseph.

Y ahora a ello había que sumar que se hallaba a una relativa distancia de 3 calles de su hogar, y sólo. Sin embargo, decidió no darle más vueltas a aquel asunto: y es que necesitaba tranquilizarse. Con paso firme se dirigió hacia la parte trasera del tobogán. Se sentó sobre la suave arena y escondió su cara entre sus rodillas. A pesar de que ya comenzaba a anochecer y el parque estaba vacío, aquella posición le brindaba a su parecer una protección frente a extraños y miradas ajenas.

Había demasiada crueldad y maldad en su mente, y ello generaba una angustia temible en su pequeño cuerpecito. No soportaba más maltratos y humillaciones. Ni soportaba ver los abusos que sus hermanos sufrían.

—   ¿Por qué estás aquí sólo? ¿No tienes miedo?

Una pequeña mano se había apoyado en su hombro. Michael dió un respingo ante aquel contacto ¡Y es que estaba tan absorto en sus pensamientos que no había escuchado los pasos de aquella niña al acercarse!

Ante sus ojos la figura de una niña blanca se definía. Su rostro mostraba una pequeña sonrisa tímida con sus mejillas coloreadas ante la reacción del muchacho. Su cabello color chocolate era adornado por un lazo de color rosa, a juego con sus cachetes. Comenzó a jugar con sus pies impaciente por la contestación que esperaba de aquel muchacho.

Michael se sonrojó al instante . — No, no tengo miedo. – Fue lo único que su anudada voz le permitió contestar.

—   ¿Por qué estás llorando? – Preguntó aquella muchacha con cierta curiosidad y preocupación.

Ante aquello, el pequeño de pelo rizado no tenía muy claro qué contestarle. Cerró sus ojos por unos instantes mientras inspiraba el aire pesadamente . — Tengo problemas en casa.

—   Oh... - Musitó apenada la morena. — Yo cuando estoy triste me consuelo con mis amigas.

—   Yo ... no tengo amigos .- Un gesto de dolor ante aquello se dibujó en su rostro. Sus ojos enrojecidos amenazaban con volver a dejar caer gotas de agua salada.

La niña miraba con ternura y tristeza a ese pequeño niño. ¡Y es que la inocencia de los más pequeños es algo inigualable! — Yo puedo ser tu amiga.- Confesó alegre mientras procedía a sentarse al lado del muchacho con una gran sonrisa en su rostro.

Aquello captó la atención de Michael — De verdad... ¿Tú serías mi amiga? – Y es que no podía dejar de mirarla con incredulidad. Si ya era raro que una blanca estuviera en aquellos suburbios pobres de Indiana, mucho más que no le importara relacionarse con gente negra.

—   ¡Claro! ¡Sería divertido! – Volvió a expresar emocionada.

—   ¿Cuál es tu nombre?

—   __, ¿Y el tuyo?

—   Michael... me llamo Michael

—   ¿Por qué me observas tanto?

—   Porque es raro

—   ¿El qué?

—   Que una niña blanca esté aquí .- Confesó apenado mientras apartaba su mirada de ella.

Ante aquello __ rió con inocencia . — Mi mamá siempre me dice que todos somos iguales y que sólo las malas personas piensan lo contrario. Y bueno .- Se encogió de hombros . — Vengo aquí porque vivo aquí.

—   Tú mamá entonces es muy amorosa .-Sonrió complacido ante aquellas contestaciones de su nueva y única amiga.

—   Sí, lo es .- Tocó momentáneamente su mentón . — Oye y ahora que somos amigos, ¿Me dirás que es aquello que te hacía llorar?

El corazón de Michael comenzó a latir con cierto desasosiego. Nunca había hablado acerca de lo que sentía con nadie, y no tenía la certeza de hacer lo correcto al confiar en una niña blanca. Al fin y al cabo, acababa de conocerla ¿No?

Pero la necesidad de su psique era tal que decidió apartar su timidez por unos segundos y desahogarse. Total, lo más probable es que nunca más volviera a verla porque su padre se lo impediría. — Pues... Joseph no me deja salir a jugar con otros niños.- Lanzó una mirada triste hacia la niña que escuchaba su historia con atención.

—   Pero sólo tus papás pueden decirte que puedes hacer o que no .- La niña sonrió pensando inocentemente que había resuelto de manera mágica los problemas de aquel chiquillo.

—   Joseph es mi padre.- Suspiró pesadamente. Apartó su mirada de ella para dirigirla hacia el suelo. ¡Odiaba sentir vergüenza por una situación que no era culpa suya!

Entonces __ alzó su ceja izquierda. — ¿Y por qué le llamas Joseph y no papá?

—   Porque no nos deja decirle así.

—   Que horrible.- Confesó sin filtros la joven. Las palabras de aquel muchacho cada vez captaban más su atención.

Michael tragó saliva. Un nudo comenzaba a formarse en su garganta. Cogió aire antes de proseguir. Y es que en el fondo se sentía aliviado al ver que alguien ajeno a su familia escuchaba sus lamentos . — Mis hermanos y yo tenemos un grupo de música.

—   ¿Pero eso es divertido, no?

Y el joven negro negó rotundamente con su cabeza. Apretó sus ojos fuertemente, quería contener un llanto que suplicaba por salir. Ahogó un grito y escondió su cabeza entre sus piernas: comenzó a llorar.

__ se angustió al ver la reacción de su amigo. ¿Ella había dicho algo malo para provocar su llanto? Fue entonces cuando el cuello de Michael fue invadido por unos bracitos que lo arropaban en señal de apoyo. Desvió ligeramente la mirada para ver como __ apoyaba su cabeza en su hombro mientras un gesto de desagrado se hacía presente.

Su corazón comenzó a tranquilizarse y una sensación plena de calma invadía su cuerpo al notar como su nueva amiga intentaba comprenderle. — Joseph se toma muy enserio los ensayos y ... considera que jugar es una distracción.- La muchacha iba a intervenir pero fue interrumpida por Michael . — Da igual lo que haga, lo que me esfuerce... siempre hay que ensayar más en el mejor de los escenarios.

Y __ preguntó no muy segura de si quería escuchar una respuesta . — ¿Qué quieres decir con ... en el mejor de los escenarios? – Apartó su rostro del cuerpo del niño para captar atención a su reacción.

Michael rodó los ojos . — Si te equivocas, Joseph te da un escarmiento muy duro . — Frotó su rostro suavemente . — Yo soy rápido y muchas veces consigo escaparme, como hoy. Pero mis hermanos... sobretodo Marlon no tiene tanta suerte.

—   ¿Por eso te marchaste y estás aquí sólo?

Y su llanto volvió a intensificarse . — No soporto más ver como Joseph pega con una rama a Marlon .- La miró desesperado. — Él lo hace lo mejor que puede, siempre se esfuerza y ... parece que no se lo tiene en cuenta.

—   ¡Pero eso es terrible! .- __ estaba totalmente sorprendida por el terrorífico relato que aquel niño estaba confesando. — ¿Y tu mamá?

—   Mi mamá nos defiende, hace lo que puede pero... al final Joseph es el que manda.

__ se había quedado sin palabras. Nunca en su corta vida había escuchado algo tan horrible como aquello. Y es que su mente no era capaz de asimilar como un padre podía pegarte. Apretó fuertemente la mano del contrario, ella sentía que en ese momento Michael sólo necesitaba ser escuchado.

Tras unos largos minutos el anteriormente mencionado consiguió calmar su corazón. Cuando fue consciente que todo lo que había sido capaz de confesar a su nueva amiga no pudo evitar sonrojarse mientras dirigía su mirada hacia su rostro, el cual también se hallaba adornado con un rojizo color de mejillas.

—   Te prometo que yo jugaré contigo.

—   Joseph no me dejará.

—   Iré a buscarte.

—   ¿De verdad?

__ esbozó una enorme sonrisa al ver como los ojos de Michael brillaban de emoción. No obstante, fue interrumpida por una lejana voz que era muy familiar para ella.

—   ¡__ es hora de irse! ¡¿Dónde estás!? ¡Está anocheciendo!

—   ¡Estoy aquí mamá, ven! – Gritó alegre mientras se ponía en pie para que su progenitora pudiera visualizarla mejor.

—   ¡No no __! .- Gritó alarmado el joven. Tiró de su brazo haciendo que la mencionara perdiera el equilibrio . — No quiero que me vea.

—   Pero es tarde Michael, va a anochecer y no es bueno que te quedes solo.

—   No le dirás nada de lo que te he contado ¿Cierto?

—   ¡Claro que no! – Esbozó indignada . — Yo guardo los secretos de mis amigos.- Cruzó sus brazos.

Y por alguna extraña razón Michael se sintió aliviado. Algo en su interior le gritaba que podía confiar en ella. Inconscientemente la sonrió mientras la observaba fijamente, y es que tenía que guardar bien la imagen de su única amiga.

__ se sonrojó aún más de lo que ya estaba al ver aquella sonrisa. — __ cariño, es hora de regresarnos, ya está oscureciendo.

Una mujer adulta apareció ante ambos. Michael se puso de pie de un salto, borrando su sonrisa y mostrando un gesto serio.

—   Mira mami, él es Michael, mi nuevo amigo.- Señaló __emocionada para que su progenitora pudiera ser partícipe de su felicidad.

—   Hola Michael .- La mujer, también de cabellera morena sonreía feliz hacia el niño. —Yo soy Michelle, la mamá de __

Tímido, colocó su mano tras la nuca al ver la dulzura con la que aquella mujer le trataba. Y es que se quedó impresionado al ver el parecido físico que ambas tenían: __ era Michelle en pequeño. Ambas mujeres tenían el cabello de color chocolate, aunque el de __ era más largo. Grandes ojos verdes y unas expresiones faciales idénticas. Tras unos segundos observando a ambas Michael consiguió hablar . — H- h – hola.

—   Le estaba diciendo que no era bueno que se quedara aquí solo.

Ante aquello, Michelle arrugó su nariz . — ¿Dónde están tus padres, pequeño?

—   En casa . – Encogió sus hombros tratando de sonar indiferente . — No os preocupeís, ahora me iré a casa . – Sonrió falsamente. La realidad era que había caído en cuenta en que tenía que enfrentar a Joseph. Mordió su labio con fuerza.

—   ¿Dónde vives? – Quiso saber la mamá de __

—   En la 2300 Jackson Street.

—   Eso queda lejos de aquí pequeño .- Inquirió con preocupación. — Vamos Michael, te acompañaremos.

—   No es necesario.

Y el miedo se apoderó de él. No quería que se formara un escándalo cuando sus padres le vieran llegar con una mujer blanca. Pero tampoco sabía cómo salir de aquella situación.

—   Vamos Michael .- Insistió con dulzura la mujer. Rodeó con uno de sus brazos al mencionado para obligarlo a seguir el paso mientras cogía de la mano a __ quien brillaba de felicidad. — No me gustaría que mi hija volviera sola desde tan lejos, insisto.

Y el pequeño sólo pudo dar un pequeño suspiro de resignación.

Katherine estaba preocupada.

No paraba de revolver su té mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos. Como siempre, Joseph se excedía con los ensayos.

No podía sacar de su cabeza los gritos que Michael lanzaba a su padre mientras éste último golpeaba a Marlon. Jermaine, Tito y Jackie se hallaban atemorizados en una de las esquinas sin saber qué hacer.

Y así se desencadenó el principio de una terrible angustia.

Ella siempre trataba de mediar con Joseph, sabía que se excedía. Pero no tenía la fuerza ni la autoridad para hacerle frente.

¡Y se sentía terriblemente culpable de que Michael tuviera que intervenir quitando de las manos de su padre aquella rama! Katherine sabía que era el más sensible de los hermanos y que aquellos episodios le afectaban especialmente a él. Tanto así que conseguía sacar el valor necesario como para enfrentarse a él.

Y ahora se encontraba en una encrucijada: preocupada por Marlon y por Michael que había huido del hogar sin dejar rastro.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando escuchó como la puerta principal de su casa se abría. Las figuras de Jermaine y Tito se dibujaron ante sus pupilas.

Su corazón dio un vuelco.

—   ¿Encontrasteis a Michael?

—   No tengo idea de dónde pudo haberse metido .- Confesó con preocupación Jermaine mientras quitaba su abrigo.

—   Hemos peinado el barrio mamá . – Inquirió Tito.

—   Cuando tenga hambre o frío, ya volverá.

Aquella fría voz hizo que todos se paralizaran. La presencia de Joseph desde el marco de la puerta de la habitación era suficiente como para que todos agacharan la cabeza.

—   ¡Es un niño Joseph! .- Chilló Katherine. — ¡Está sólo y está oscureciendo!

—   ¿Acaso yo le he obligado a salirse?

—   ¡Ya basta! .- Se levantó enérgica. Y es que a veces no comprendía a su marido. ¿Cómo no podía preocuparle lo más mínimo donde se hallaba su hijo? — ¡Te pasas la vida haciéndolos ensayar, no le dejas jugar ni disfrutar de sus amigos! ¡Amigos que Michael no tiene!

—   ¡Ese es el problema de los mediocres! .- Bufó ahora encabronado . — ¡Eso sólo son distracciones de lo realmente importante!

—   ¡Te has gastado nuestros ahorros en instrumentos de segunda mano Joseph! .- Si había alguien esa casa con un mínimo de autoridad para decirle cuatro verdades era ella, y lo sabía . — ¡Hace dos meses que te despidieron de la fundición y no llegamos! ¡Ya basta! ¡Esa presión no es sana, los niños sufren!

—   El fruto del trabajo duro tarda en verse .- Señaló con su dedo índice a su esposa . —Y estos muchachos triunfarán, lo sé.

—   ¡No a costa de todo Joseph! – Katherine se acercó hacia él torpemente . — ¡Mis hijos no volverán a perder el colegio ni a llegar tarde por estar actuando en antros de mala muerte! ¡Y ya basta de castigos físicos!

—   ¡No me vas a decir cómo educar a mis hijos! – Gritó tratando de controlarse, aunque la verdad era que poco lo conseguía . — Si crees que Michael no recibirá un escarmiento cuando regrese por lo que ha hecho estás muy equivocada.

Aquella amenaza hizo que todos los hermanos tragar saliva fuertemente. Un nudo se dibujó en sus estómagos.

Katherine a veces le tenía miedo. Observaba cómo los ojos de Joseph se inyectaban en sangre. Estaba furioso. ¡Y aunque duela admitirlo vivía atemorizada con que se le fuera la mano en una de esas ocasiones!

Por su mente pasaban recuerdos fugaces de súplicas para que se detuviera: "¡Joseph para lo vas a matar!" "¡Joseph por dios es tu hijo!"

Y es que ninguno de sus hijos huía de su furia.

A veces era Jermaine por querer perder ensayos por ir a fiestas con sus amigos del instituto.

Otras era Tito por estropear las cuerdas de la guitarra.

Marlon porque a pesar de esforzarse, era torpe y no llegaba al nivel exigido.

Janet, LaToya y Rebbie por no preparar bien la comida en ausencia de Katherine cuando iba a trabajar a la tienda.

O Michael por interferir por sus hermanos.

La progenitora decidió no continuar con la discusión. Ver los rostros asustados de Marlon y Janet cuando asomaron tras Joseph fue suficiente.

Ahora tenía otra misión: impedir que enloqueciera cuando Michael apareciera.

Katherine iba a replicar nuevamente cuando unos golpes resonaron en la puerta principal. Una corazonada de esperanza invadió su cuerpo.

Avanzó firme hacia ella para abrirla. Los Jackson miraban expectantes cuando una silueta de una mujer blanca apareció ante ellos. Todos lucían extrañados.

—   Buenas tardes, soy Michelle .- Esbozó una ligera sonrisa . — Fui a recoger a mi hija y encontré a Michael con ella, me daba miedo que volviera solo y decidí acompañarle.

Gracias por sus visitas y comentarios, espero que les guste <3

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