Capitulo 8: Confrontaciones

Siempre dicen que las decisiones no deberían marcar por completo el destino de una persona, todos deberíamos tener la posibilidad de cometer errores y aprender de ellos, pero en estos momentos es algo que desafortunadamente no tenía yo, estaba caminando en la noche junto a mi madre, ambas estábamos caminando por unas calles del mundo humano, yo misma desconocía la hora exacta, pero según palabras de mi madre nos encontramos en algún sitio de Kyoto, no fue muy específica, no se porque.

-Mamá, ¿Me podrías recordar porque venimos?

Venelana Gremory se detuvo, volteo y me miro fijamente, no como normalmente lo hacía, era la faceta de mujer una que incluso yo misma podía creer, la seriedad que mostraba mi mamá, algo que solo vi una vez pero ahora era distinto, sonreí y ella igual, con sus dos manos acaricio mis mejillas de manera maternal, dejando en claro una cierta preocupación.

-Pues ya que no me respondiste nada, venimos al mundo humano en busca de respuestas, digamos que vengo a matar un ángel.

Mi mamá me conmocionó, literalmente mi mamá parecía no estar jugando, además de que ella en sus tiempos de guerra era conocida por ser una gran peleadora debido al poder de la destrucción, además de ser esa una de las razones por las que se comprometió con mi padre, pero aun si yo conocía parte de la historia, no sabía todo, dando lugar a grandes misterios.

-Mamá, no es necesario, ¿Qué harán si se enteran que salimos del inframundo sin permiso?

-No te preocupes hija, gracias a ese ángel que quiero matar puedo salir y regresar sin ser detectada, es un verdadero Idiota.

Ahora la más confundida era yo, por la nueva actitud de mi madre se notaba mucho enojo, a mis ojos esa no era la Gremory líder de una casa, eran nuevas facetas que mostraba mi madre, seguimos caminando por un largo rato, hasta que llegamos a un cierto lugar.

-Mamá, ¿Qué es este lugar?

-Dentro del bajo mundo de lo sobrenatural hay algunas personas que ignoran por completo la distinción de razas, es la convivencia ideal pero con lo más asqueroso del mundo, aquí no hay distinción pero al mismo tiempo hay mucha traición.

Un mundo bajo, mi mamá logro que me pusiera más nerviosa, pero con cierto valor y apoyo de mi madre y el compañero interno, nos adentramos sin miedo dentro del lugar, ya estando dentro ví varias mesas donde habían distintas personas, las principales eran de Demonios, ángeles caídos y ciertos youkais y renegados de la iglesia, todos al ver qué dos demonios mujeres ingresamos se sorprendieron, algunos nos vieron con cara lasciva y otros se pusieron en guardia, pero antes de cualquier cosa mi mamá en su faceta de matriarca Gremory levanto su mano en señal de que no haría nada.

-¡Hyoudo Issei!, sé que estas aquí, sal antes de que vaya por tu maldito trasero.

Todos se sentaron, mi mamá y yo seguimos cerca de la puerta de entrada, pasaron algunos minutos y viendo que se tardaban mi mamá expulso un poco de aura, en una clara señal de enojo, por mi parte yo examinaba el lugar tratando de encontrar algún rostro conocido, pero antes de que pudiera ver con más atención una puerta del fondo se abrió, dejando ver a Hyoudo Issei, este se veía nervioso, siendo sincera quería salir huyendo pero lo que paso me dejo impactada.

-Sera mejor que me des una gran explicación Hyoudo Issei, y mejor apúrate, no quiero tener que llamar a Gabriel y mucho menos a Yasaka.

El castaño se rasco su cabeza en clara señal de confusión, mientras que la gente aun no daba crédito a lo que veía, su mamá conocía perfectamente a su rival, y además lo doblegó sin ningún problema, yo estaba igual, anonadada.

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Issei le pidió a Rías que regresara al inframundo, aun a su pesar tuvo que hacer caso ya que su misma madre también lo pidió, ella se quedó con bastantes dudas, más aun quisiera resolverlas pero ni siquiera Ddraig sabía que pasaba, ella prefería darle el voto de confianza a su amigo pero debido a que se llevaba con Issei, aun dudaba acerca de algunas cosas, pero en su mente aun procesaba el hecho de que Hyoudo Issei concia a su madre, lo de Sirzechs su hermano lo comprendía, pero el hecho de conocer que es un ángel ahora despertaba más curiosidad.

-¿Por qué las cosas son tan difíciles?

-Quizás le estas dando un mal enfoque.

Rías se sorprendió, estaba en su cuarto y sola, afortunadamente traía una bata para dormir, además de su ropa interior, pero no daba crédito a lo que veía, nuevamente su rival la visitaba cuando más se encontraba confundida, parecía que siempre estaba cuando más lo necesitaba.

-¿Qué haces aquí?

-Pues vine para dejar a Venelana, y escuche tu voz, pensé que ya estabas durmiendo preciosa.

-Cállate anciano, no debes decirle cosas así a las jóvenes, pervertido.

Ambos rieron un poco por el coqueteo y el rechazo de ambos, ya que se calmó el ambiente, vieron el cielo nocturno del inframundo, el silencio nunca fue incómodo para ambos, solo dejaron que el viento y la bella luna artificial inundara su ser.

-Issei, sé que es muy poco tiempo del que te conozco, tengo muchas dudas, muchas preguntas que no tengo respuesta, pero tampoco quiero dejar a mi familia, ni a mi nobleza o a mis amigos, no sé qué hacer.

-En parte te entiendo, las decisiones que marcan tu destino no deberían existir, todos debemos aprender a errar y recapacitar, pero las batallas más duras llegan a los guerreros más fuertes, eres una dragona, eres orgullo y poder puro, por lo que apóyate con eso.

-Pero soy parte demonio y tu parte ángel y demonio por igual, lo cual me sorprende, aunque no sé si soy la persona correcta para decir que eres raro.

-Jajaja, no, no lo eres ni yo lo soy para decírtelo ya que estamos en cierta igualdad, solo que yo soy muchísimo más viejo que tú, por lo que tienes muchos paso que recorrer.

Rías sonrió, pareciera que Issei no solo era su amigo, también se comportaba como un gran consejero, a los ojos de Rías, Issei era un hombre sabio y lleno de virtudes, pero al mismo tiempo era un adolescente engreído y mujeriego que solo buscaba ligar a la primera chica bonita que veía.

-Debo darte las gracias, solo hemos tenido pocos encuentros, pero a tu lado me siento distinta, siento que puedo ser yo misma sin miedo a nada, bueno supongo que para ti es absurdo e inmaduro.

-No lo es, no importa si eres viejo o joven, todos tenemos miedo del exterior, ocultamos cosas, es normal, y me halagas, el hecho de que te sientas así conmigo alegra el corazón de este viejo.

Ambos sonrieron y después de un rato se despidieron, además de ver como Issei se retiraba en un círculo mágico, dejo a Rías con una gran sonrisa y una nueva convicción dentro de ella, pero más que nada, Rías seguía acercándose más a su rival, y este mismo solo causaba más sentimientos nuevos en la chica pelirroja.

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