17
— Te quiero — susurró de golpe —. Por eso tengo la necesidad de disculparme contigo.
— Vale, disculpado ya te puedes largar — concedí obviando su primer frase.
De nada me servía saber que me quería en estos momentos.
— No me comporté bien contigo y quiero... — levanté mi mano interrumpiendo su discurso.
—Yo nunca estuve enamorada de ti Mitchell, ahora lo entiendo y está bien, tú tampoco lo estabas de mi pero nos entendíamos demasiado bien como para aceptarlo — caminé hacia él y puse mi mano sobre su hombro —. Acepto tus disculpas, ya no importa, pero quiero que sepas que yo sabía cada vez que me engañabas, tú amorío con tu prima política.
— Yo...
— No lo niegues, tal vez no estábamos enamorados pero fueron tres años y te conozco lo suficiente, sigue con tu vida y deja de ser un canalla con las mujeres.
Di media vuelta y salí de la escuela encontrándome con Amaia.
— Si tengo que partirle la cara lo haré — sonreí a causa de su cara de asesina.
— Tranquila, su conciencia ya lo martirizará lo suficiente.
— Vamos — subí a la moto de Damián y me agarré con toda la fuerza que pude.
— ¿A dónde vamos? — pregunté cuando lo vi dirigirse en sentido contrario.
— Al cine.
— El cine a esta hora está cerrado.
— Para nosotros no.
Llegamos a nuestro destino unos minutos después y como había dicho estaba completamente vacío, solo él, el chico que lo atendía y yo andabamos dentro de él.
— ¿Qué película vamos a ver?
— Antes debo de hacer algo, siéntate allí — señaló un asiento vacío en una esquina de la sala —. Vengo rápido.
Hice lo que me había dicho y estaba intentando acomodarme en el asiento cuando me di cuenta que no estaba tan sola como pensaba.
Una caja enorme de color roja se retorcía a mi lado.
Salté por el susto y no me atreví a averiguar qué contenía hasta cinco minutos después.
« ¿Y si era una serpiente? ¿Algún bicho horrendo? »
Me armé de valor y quité la tapa para encontrarme con un perrito pequeño que derrochaba ternura.
— Ooh dios, que belleza.
Sin pensarlo dos veces y sin saber quién era el dueño lo coloqué en mi regazo.
Era color café y llevaba un enorme lazo rojo en su diminuta cabeza.
Lo desamarré de su cuerpo y me di cuenta que entre el lazo habitaba una nota.
"¿Quieres ser mi novia?"
Giré el pequeño papel blanco por todos los lados y lo único que contenía era esa pregunta.
« ¿Para quién era eso? »
Me sentía una usurpadora por registrar el regalo de otra persona, ¿Ahora como lo explicaría?
— Damián — grité hasta que apareció el nombrado —. Disculpa — pedí al empleado —. No sabía que era un regalo, lo abrí sin mal deseo, ahora seguro los dueños se molestan, en serio disculpame...
— Piglet... — me interrumpió Damián.
— No, no espera, si hay que pagar algo sin problemas lo hago, dios, solo quería cargar al perrito — miré al cachorro que se había dormido en mi regazo y suspiré, era tan tierno.
— Piglet, ¿Puedes por favor leer lo que dice la caja?
Observé la sonrisa de Damián unos segundos antes de dirigir mi mirada hacia lo nombrado.
En letras mayúsculas decía: PARA PIGLET, en una de las caras de la caja y yo no siquiera me había dado cuenta.
— ¿Qué...?
— No has respondido a la pregunta.
— Yo..., ¿Esto es para mi?
— No veo a nadie por aquí que se llame Piglet — contestó.
— ¿Quieres que sea tu novia?
— Si quieres ser mi esposa no me quejo.
Él no dejaba de bromear y yo todavía no procesaba del todo lo que estaba ocurriendo.
— Sí — contesté finalmente — ¿Es para mi? — pregunté señalando al cachorro — ¿Me lo puedo quedar? — la emoción que inundaba mi cuerpo era difícil de aguantar más no dejé salir la risa nerviosa que tanto quería expulsar mi cuerpo.
— Si amor, es para tí, para nosotros — caminé hasta él y deposite un pequeño beso en su mejilla derecha, seguí hasta la izquierda, a sus labios, hasta inundar su rostro.
No sé imaginaba lo que había echo.
Ni siquiera yo era capaz de expresar lo que mi corazón estaba sintiendo.
Me había propuesto ser su novia y me había regalado una mascota, una mascota bella y perfecta que siempre me haría recordarlo.
— Vamos a ver la peli.
La película comenzó y él agarro mi mano.
Era una romántica, una de esas donde todo es color fresa y aunque no pegaba nada con él no podía dejar atrás la emoción.
Chichi, como había llamado a mi nuevo bebé, seguía durmiendo plácidamente en mi regazo cuando ocurrió la parte más cursi de la película.
— Que lindo — comenté cuando los actores comenzaron a bailar y besarse dramáticamente bajo la lluvia.
— Ya lo haremos tú y yo — depósito un dulce beso en mi mejilla y me pregunté que había pasado con el chico arrogante que me había tratado horroroso la primera vez que nos vimos.
- Claro que lo haremos — comenté.
🦋🦋🦋
La película había durado alrededor de dos horas y pensé que eso sería todo hasta que él habló.
— Quiero un amor así — soltó de momento.
— ¿Así como?
—Así de cine
— ¿Así de cine? — intenté entender
— Sí, justo así, un Amor de Cine — explicó —. Quiero un Amor de Cine así, contigo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top