16

Llegué a la habitación de April y me asombró ver a la pequeña sola.
Abby siempre estaba junto a ella y aunque me dolía admitirlo Mark también.

 — Hola bebé — toqué su cabecita que algún día había llevado pelo —, te extraño mucho, todos necesitamos que vuelvas ya.

Pasaron al rededor de veinte minutos cuando la puerta fue abierta dejando ver al que un día fue mi padre.

 — Shiloh.

 — Hola Mark.

 — ¿Que te pasó? — llegó hacia el otro lado de la cama y depósito un dulce beso en la frente de April.

 — Una caída.

Nos quedamos en silencio otro rato más hasta que él se acercó.

 — Quiero disculpame contigo por todo lo que pasó, por como se dieron las cosas, yo... me arrepiento de lo que te hice y aunque ahora no sirve de nada quiero que lo sepas — noté la sinceridad en sus palabras pero como mismo el había dicho eso no cambia nada.

 — Ya no sirve de nada Mark, pero estoy tratando de avanzar, de cambiar de ser mejor persona y para eso tengo que soltarte, dejarte ir, ya no me haces daño y ya es tiempo de superarlo — Abby entró a la habitación con dos café en la mano y me dedico una pequeña sonrisa cuando sus ojos recayeron en mi —. Tú seguiste con tu vida, hiciste una nueva familia, tuviste una hija asombrosa y yo pause la mía por tu culpa, no te puedo perdonar ahora pero quiero que sepas que lo haré y te dejaré ir....

 — Hija...

 — No me detengas — pedí —. Quería agradecerle a los dos por haber traído a esta pequeña al mundo y por haberme dado el privilegio de conocerla, te perdonaré Mark, te perdonaré porque es sano para mí, lo haré por April pero no te quiero en mi vida, ni cerca de ella, después que esto se acabe — dije señalando la habitación — no nos volveremos a ver más nunca y te deseo de todo corazón que seas feliz, April lo deseará.

Sin más que decir salí del hospital con un nudo en la garganta, no quería perdonarlo, me había quitado mucho, demasiado, pero nunca saldría de este círculo vicioso si seguía aferrándome al recuerdo de una niña.
Siete años habían pasado y yo seguía dolida, siete años me costó entender que a veces las personas se van, te abandonan y piensan solo en sí mismas.

                        🦋🦋🦋

Los chicos se habían acomodado por los sillones y el suelo con tal de estar junto a mi.

 — ¿Te dolió mucho? —preguntó Kath.

— Como el infierno chica, pensé que moriría de dolor — y aunque quizás estuviese exagerando un poco había dolido suficiente como para nunca olvidarlo.

 — Traje marcadores — Kath brinco de su asiento y se acercó a mí hasta que una voz la detuvo.

 — No lo hagas — Damián había estado inexpresivo en la esquina de mi salón  hablando lo suficiente en la conversación como para que no se olvidaran de que seguía ahí.

 — ¿Por qué?

— Porque no.

— Porque quiere hacerlo él mismo — canturreo Amaia.

Pasamos algunas horas más hablando de banalidades hasta que Jack recordó nuestro futuro.

 — ¿Ya enviaron sus solicitudes?

— Yo sí — respondió Kath.

— Yo no — le siguió Amaia.

— Si — anunció Daryl.

— ¿Y tú Shiloh, a que universidad quieres ir? — preguntó Daryl —. Damián ya mandó solicitud al Instituto Tecnológico de Massachusetts, quiere estudiar economía.

— Podías haberle dado más información por mi — replicó el nombrado.

— Eeeh... yo... —intenté buscar las palabras pero nada salía.

— Shiloh irá a Cambridge University — aseguró Amaia.

 — No he enviado la solicitud aún.

— Pero irás seguro, eres una mente chica —asentí y le tiré un beso.

— ¿Eso no es en Inglaterra?

— Sí — afirmé —. Todavía no me lo tengo muy seguro, pediría una beca, claro está, pero es demasiado lejos y...

— Deja de ponerte pegas Shiloh, la tía Shanna siempre te apoyaría y todos en esta salas estamos bastantes seguros de que serías más que aceptada.

La conversación duró otra horas y cuando me quise dar cuenta ya era de noche.
Los chicos se largaron dejándome con un Damián pensativo.

— ¿Qué pasa?

— Solo pensando — respondió sin más —. t
Tengo que irme justo ahora, pero mañana vengo a buscarte para ir al colegio.

Me dió un escueto beso en los labios y se largó dejándome más confusa que antes.

« ¿Qué acaba de pasar? »

No le di más vueltas a lo sucedido y después de cenar me fui a dormir, hoy había sido un día agotador y mañana tendría que luchar con la escuela.

                           🦋🦋🦋

El timbre de la casa sonó y mamá abrió mientras me terminaba mi desayuno.

 — Buenos días Damián.

— Buenos días señora Shanna.

 — Aaay por Dios no me digas señora, que Shiloh y yo parecemos hermanas — sentí la risa de mi madre junto la de Damián y me pareció de lo más extraño.

 — Buenas — un susurro me llegó por la espalda causando que todo mi cuerpo se erizara — ¿Qué haces?

 — Buenas y desayunando — señalé como si no fuese lo suficientemente obvio.

— Ya sé que estás desayunando pero... ¿Estás tomando el café con pajita?

Observé mi taza y entendí a lo que se refería.

— Si Damián, así no mancho mis dientes — él quedó perplejo y yo lo empujé para que reaccionara.

— Quita esa cara y vamos que llegaremos tarde.

Él asintió pero no me dejó caminar hasta que nuestros labios estuvieron unidos.

— Buenos días — repitió junto a mi boca.

— Buenos días — reí besándolo de otra vez.

Llegamos a la escuela en dos segundos.
Y no exagero, no exagero, pensé que iba a morir atropellada en esa moto.
El día transcurrió de lo más normal hasta que a la hora de salir alguien se acercó a mí

— Shiloh — una voz interrumpió mis pensamientos —. Quiero hablar contigo.

Esperaba encontrarme a cualquier persona menos a Mitchell rogando por un minuto de mi atención.

« ¿Qué creía que estaba haciendo? ¿Y que le hacía pensar que quería escuchar alguna palabra de él?

— Te quiero.

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