13

Estaba en cama, en un hospital y aún así no dejaba de hacer bromas.

  — Ni enfermo dejas de ser tan idiota —caminé hacia él hasta estar a su lado.

 — Siéntate aquí conmigo — pidió haciéndose a un lado para darme espacio —. Debemos hablar, necesito disculparme.

¿Qué dijo? ¿Qué quería disculparse?
La relación con Mitch prácticamente se había basado en yo tener que rogar que me pidiera perdón o aceptar que no lo iba a hacer, pero esto... él, era tan distinto.

 — Tina, como ya sabes es hija de la mujer de mi padre por lo que sus visitas aquí o las mías a su hogar son casi inexistentes —comenzó cuando estuve acomodada junto a él —. Como ya debes saber no tengo buena relación con mi padre, nunca quise tener una amistad con ella ni con su madre, por feo que suene no me interesaba.
« Pensé que solo quería mi amistad ya que siempre se mostraba efusiva y atenta pero los coqueteos empezaron cada vez a ser más evidentes, traté de alejarme todo lo posible de ella pero era inútil, ni la distancia ha impedido que me acose. No la culpo por drogarme, ella tiene TDAH , desde pequeña, el psicólogo había dicho que estaba mejor, todos lo creímos pero parece ser que no es así.»

Yo asentí tratando de asimilar todo lo contado mientras su mano seguía acariciando la mía, se sentía tan bien, tan jodidamente bien.

 — Me gustas mucho Shiloh — confesó sin más.

« ¿Qué ha dicho? ¡ESPERA!
¿QUÉ. HA. DICHO.?
¡¡PAREN EL MUNDO QUE ME BAJO!! »

— Y sé que yo también te gusto — aseguró, como si fuese lo más obvio del mundo —. Es que mírame — señaló su cuerpo —  ¿A quién no?

«JODER! — pensé para mis adentros — Inhala rosas, exhala espinas. Inhala rosas, exhala espinas.»

«Relajate Shiloh. RELAJATE»

  — ¿Podrías ser menos engreído? ¿Que tal que ni me gustes y solo quiera entrenerme contigo? — mentí.

 — Si te beso ahora mismo tu cuerpo diría lo contrario — acercó su rostro al mío tanto que nuestros labios casi se rozaban.

 — Prueba, averigua si tienes tanta razón. —reté.
Mentiría si dijera que no quería esto, que no necesitaba sus labios sobre los míos, que no lo necesitaba a él.

Pero justo en el momento en que sentía un leve rose sobre mis labios alguien carraspeó para llamar nuestra atención.

 — Hijo — el señor Lennox estaba parado frente a la cama de Damián y me pregunto como no sentimos su presencia antes —. Hablé con el doctor, estarás aquí hasta mañana, lastimosamente tengo que marcharme, la empresa tiene un problema y tengo que acudir.

 — ¿Un problema a las tres de la mañana? —la pregunta de Damián quedó en el aire y yo traté de no respirar para así hacer mi presencia invisible —. Realmente no importa, nunca has estado y nunca te he necesitado, ni siquiera sé que haces aquí.

Bajé de la cama sin importar las protestas de Damián y me alejé de la discusión que se estaba formando entre ellos.

Cuando pensé que por fin se iría e íbamos a terminar la empezado entraron todos los chicos y no pudimos tener más ni un momento a solas.

Me marché del hospital junto a mi madre no sin antes explicarle a Daryl lo que tenía planeado.

— Tienes muchas cosas que contarme Shiloh Bennett — mamá trataba de parecer molesta mientras encendía su coche pero fue imposible cuando una risa brotó de ella.

 — Algún día señora Shanna, algún día.
 
                        🦋🦋🦋

La idea de manejar otra vez una moto me parecía estupenda ayer con el éxtasis de lo ocurrido, sin embargo hoy me parecía la idea más estúpida que había tenido.

Como ya sabemos la mayoría de los adolescentes hacen algún tipo locura y la mía fue esa, aprender a manejar una moto cuando ni siquiera sabía subirme en una bicicleta.

Llegué lo más despacio que pude al hospital porque joder, faltaba solo un mes para cumplir dieciocho, no podía morir antes de eso, eso sin mencionar que si algún policía pedía papeles o algo parecido no sabría qué pasaría conmigo, mi madre me mataría si tenía que ir a recogerme a la cárcel.

— ¡BUENOS DÍAS! —grité apenas entré de sorpresa a la habitación de Damián.

 — ¿Piglet? —su cara de sorpresa me hizo sonreír — ¿Qué haces aquí?

 — Soy tu nueva chófer —dije como si fuese el mejor trabajo del mundo, y es que en este momento para mí lo era —. Claro solo hasta que te recuperes.

 — Me drogaron anoche, no me atropeyaron, ya estoy bien — yo asentí sin prestarle atención y salí tras de él — ¿Qué haremos? ¿A dónde me llevas? Y más importante, ¿Desde cuando sabes manejar tú una moto?

 — Haces muchas preguntas Damián, haces muchas preguntas — regañé en broma —. Necesito que me acompañes a un lugar antes de irnos.

Él asintió en respuesta y nos dirigí hacia la habitación de April, quería contarle de mi pequeña hermana pero no sabía cómo hacerlo, hablarle de ella implicaría tener que mencionar a Mark y no quería llegar a ese tema. Era más fácil mostrárselo y no tener que explicar.

 — Es aquí — señalé —. Quiero que conozcas a alguien.

Antes de que pudiera abrir la habitación salió un Mark con los ojos anegados en lágrimas y el rostro completamente rojo.

 — ¿Shiloh ? — la sorpresa se reflejaba en su rostro intranquilo que rápidamente me alarmó.

 — ¿Qué ha pasado?

— No lo sé, no estoy muy seguro, ella... ella estaba bien y de momento... ahora no sé — trataba de explicar.

Justo cuando iba a entrar a la habitación el doctor salió con varias carpetas.

— ¿Qué ocurre Doctor? — pregunté directamente al doctor.

 — ¿Es usted familiar?

 — Soy su hermana.

 — La tuvimos que inducir a un coma hace unos minutos, no está nada bien la pequeña.

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