↳ 🍸 Capítulo XVIII ೃ࿔

• Mei •

- Seis meses después -

Hoy sería el día, hoy nos iríamos a Londres para que me realicen la cirugía y estaría mintiendo si digo que no estoy nerviosa, pero la verdad es que estoy más que nerviosa, el miedo me invadía en cada parte del cuerpo.

Muy pocas personas en el mundo tienen la posibilidad de recurrir a una cirugía para recuperar la vista. Pero para mí el reto era que la cirugía diera el resultado esperado.

—Mi niña ¿Ya tienes todo listo? —preguntó la señora Xiang.

—Sí, ya está todo listo —sonreí nerviosa—. ¿Me ayuda a bajar las maletas por favor?

—Con gusto mi niña —asentí y salí de la habitación seguida de la señora Xiang.

Al llegar a la sala, escuché como mi madre hablaba por teléfono, me dirigí hacia el sofá y tomé asiento en este. Luego de unos minutos sentí como BaoBei llegaba y ponía su cabeza sobre mis piernas, inmediatamente lo comencé a acariciar y luego escuché como se abría la puerta principal de la casa.

—Buenos días linda —escuché que decía Yoongi.

—Buenos días amor —sonreí.

—¿Ya estás lista? —preguntó acariciando mi mejilla.

—Sí, ya está todo listo —sonreí ladinamente—. Sólo falta que mamá haga unas llamadas.

—Está bien, esperemos entonces —sentí como se sentaba a la par mía.

(...)

Pasajeros con destino a Londres, por favor presentarse en la sala asignada, estamos a punto de abordar el avión —habló una chica a través de los altavoces.

—Bueno chicos es hora, ¿tienen todo verdad? —preguntó mi madre.

—Así es señora ya tenemos todo. Las maletas ya fueron entregadas y solo debemos ir a la sala a abordar el avión —respondió Yoongi.

—Entonces vamos —hablé yo.

Comenzamos a caminar a través del aeropuerto, hasta llegar a la sala. Volaríamos en primera clase, así que logramos entrar al avión antes. Una vez ya adentro, me acomodé en mi asiento y Yoongi se acomodó a la par mía.

—¿Estás cómoda? —preguntó mientras sostenía mi mano.

—Si estoy bien —sonreí—. Deberíamos dormir.

—¿En realidad deberíamos? —preguntó.

—No haremos nada, espera a llegar a Londres.

—Está bien tú ganas —reí ante su actitud.

(...)

Finalmente habíamos llegado a Londres, ya estábamos en el hotel y ya habíamos desempacado la mayoría de cosas. Eran las nueve de la noche y mi estómago pedía comida.

—Yoongi podrías pedir comida por favor —hablé mientras me sentaba en la cama.

—Mi inglés no es muy bueno cariño —se sentó junto a mi—. ¿Te parece si marco yo y hablas tú?

—Está bien —sonreí.

Hicimos lo acordado, y terminamos ordenando hamburguesas y papas fritas, muchas papas fritas.

—Esto está muy rico —habló Yoongi con la boca llena.

—Sí, está rico —hablé también con la boca llena.

—¿Podrían ser más educados para comer? —preguntó mi madre.

—Nop —respondí yo llevándome otro bocado de hamburguesa a la boca.

—Mejor me iré a mi habitación —habló mi madre—. Procuren no hacerme un nieto por favor, aún no es tiempo —habló mi madre saliendo de la habitación.

—¿Deberíamos hacerle caso? —preguntó Yoongi.

—¡Yoongi! —exclamé nerviosa—, hoy no haremos nada, necesitamos descansar.

—Ni hirimis nidi, nicisitimis discinsir —habló Yoongi con voz chillona—. Me dueles Mei, me dueles.

—Ya cariño, solo por hoy ¿sí? —hablé haciendo un puchero.

—Pero mañana te operan y luego de eso deberás estar en reposo.

—Min Yoongi ten paciencia, solo porque no tengamos sexo un par de días no será el fin del mundo.

—Para mi si —escuché que susurraba, a lo que yo le pegué un zape—. ¡Auch! Esta bien, nada de sexo hasta que estés bien, ya entendí.

—Bien —sonreí—. Ahora, me cepillare los dientes —hablé levantándome—. ¿Me llevas al baño por favor?

—Ven vamos —Yoongi tomó mi mano y me dirigió hasta el baño.

Sentí como ataba mi cabello en una cola, luego me entregó mi cepillo y me dejó para que me cepillara los dientes tranquila. Cuando terminé hice mis necesidades, me lavé las manos y salí de nuevo hacia la habitación; cuando encontré mi cama, me acosté en esta y me acomodé.

—Mei... —habló Yoongi como niño pequeño.

—¿Si? —pregunté un poco adormitada.

—¿Puedo dormir contigo? —preguntó acariciando mi mejilla.

—Está bien —sonreí y le hice espacio en mi cama.

Yoongi se acomodó en la cama y yo pegué mi cabeza a su pecho mientras el acariciaba mi cabello; ambos estábamos en silencio, lo cual no resultó para nada incómodo. Sentí como su respiración poco a poco se iba calmando.

—¿Te dormiste? —pregunté aún sin despegar mi cabeza de su pecho.

—No —respondió de manera calmada—. ¿Por qué la pregunta?

—Es que te sentía demasiado calmado —sonreí aún sin voltear mi cabeza.

—Bueno estoy calmado —respondió—, tu me das esa tranquilidad Mei.

—Yo tengo miedo —admití ante sus palabras.

—¿Miedo por la cirugía?

— Sí —respondí un poco triste.

—Cariño, las cosas suceden por algo —tomó mi mentón, haciendo que quedáramos frente a frente—. No importa el resultado de la cirugía, yo siempre estaré contigo y solo me iré si tú me lo pides, de lo contrario no pienso dejarte —junto nuestros labios en un beso.

Algunas lágrimas rebeldes se deslizaban por mi mejilla, Yoongi las limpio y me volvió a dar otro beso. Nos acomodamos en la cama y ambos nos quedamos dormidos abrazados.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top