↳ 🍸 Capítulo VIII ೃ࿔

—Oye Min —habló Mei llamando mi atención—. ¿Quieres salir?

—¿A dónde iremos? —pregunté mientras me sentaba en el sofá de la sala.

Ayudé a Mei a sentarse a la par mía.

—Hoy mamá hará una cena en nombre de la empresa de la familia. Y la mayoría de gente que asiste es gente adulta —se rascó la nuca—, y como somos amigos, pensé que te gustaría acompañarme porque esas cenas son de lo más aburridas —suspiró—. ¿Qué dices?

—No tengo problema con acompañarte —sonreí aunque sabía que ella no me vería hacerlo—. ¿A qué hora debo estar listo?

—Antes de las cinco treinta —sonrío—. Por cierto. ¿Qué horas tienes?

—Son las dos y cuarenta, ¿tienes algo que hacer? —pregunté.

—No hay mucho que pueda hacer —bufó y se acostó en el sofá—. Extraño poder ver.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —pregunté un poco nervioso.

—Ya la hiciste —rió—. Claro, adelante pregunta.

—¿Cómo perdiste la vista? —pregunté—.

—Yo... —aclaró su garganta—. Cuando tenía 18 años, jugaba básquetbol y mi equipo logró clasificar a la final —suspiró—. El partido iba a ser en Suzhou. Y como mi papá no pasaba tanto tiempo junto a mí, justo ese día decidió que él me llevaría y que también mi madre iría. El viaje en carretera fue tranquilo hasta que... —vi como sus ojos se aguaban—, un camión nos chocó, el carro volcó... mi padre murió al instante, mi madre quedó inconsciente y yo perdí la vista —comenzó a llorar y yo la abracé.

—Tranquila Mei, ya pasó —noté como su respiración se irregulaba—. Lo siento por preguntar.

— De hecho —suspiró calmándose—, gracias por preguntar. Son pocas las veces que puedo hablar de esto. Y como ya te había dicho antes, no tengo muchos amigos.

—Al menos me tienes a mi ahora —la volví a abrazar y ella sonrió.

—Gracias Min —sentí como correspondía mi abrazo alegremente.

(...)

Ya eran las cinco y veinticinco de la tarde. Por mi parte ya estaba listo, solo esperaba a que alguien de la familia Ling apareciera.

Estaba sentado en el sofá jugando en mi celular cuando escuché algunos pasos provenientes de las escaleras. Rápidamente me levanté y vi a la señora Ling bajando.

—Oh, hola Yoongi —habló la señora saludándome—. Mei no tarda en bajar.

—Está bien Shui —sonreí.

Esperamos unos minutos y luego vimos bajar a Mei por las escaleras con ayuda de la señora Xiang.

Se veía muy hermosa. Llevaba un vestido color lila que de la parte de arriba marcaba sus pechos, y acentuaba su cintura y de su cadera hacia abajo el vestido caía hasta llegar al suelo. También llevaba un collar de diamantes morados y unos anillos y aretes del mismo tono. Su maquillaje era muy natural  y llevaba su cabello recogido en un moño, definitivamente parecía una princesa. 

—¿Y cómo me veo? —preguntó Mei—. En serio, no se cómo me veo —rió nerviosa.

—Te ves muy hermosa Mei —respondí mientras en mi cara se formaba una sonrisa de idiota.

—Gracias —Mei tomó mi mano —. ¿Llevas esmoquin?

—Así es, pero no llevo corbata —suspiré—. No me gusta.

Ella asintió y su madre nos interrumpió.

—Hija ¿Ya nos podemos ir? —preguntó.

—Claro vámonos —los tres caminamos hasta la salida de la casa y nos subimos al auto que nos llevó hasta el hotel donde sería la cena.

Ayudé a Mei a bajar del auto y entramos hasta el salón, en donde muchas personas se acercaron a saludar a la madre de Mei, y a Mei respectivamente. Un chico en particular llamó mi atención.

—Señora Ling, buenas noches —estrechó la mano de la madre de Mei—. Gracias por la invitación a su espléndida cena —yo reí por lo lamebotas que había sido su frase.

—Oh Jackson, mi niño. Sabes que para mi siempre será un placer invitar a tu familia —sonrío la señora Ling—. ¿Y tus padres?

—Desafortunadamente tuvieron que volar a Italia para arreglar unos negocios —hizo una mueca de tristeza—. Pero me han mandando a mí en nombre de la familia Wang —sonrío y luego poso su vista en Mei—. Que hermosa te ves hoy Mei.

—Gracias Jackson —habló Mei sonriendo sin mostrar los dientes—. Por cierto, él es Min Yoongi —habló mientras señalaba en mi dirección. Jackson y yo estrechamos manos.

—¿Min Yoongi? —me miró incrédulo—. ¿Por casualidad no eres el heredero del grupo Lex?

—El mismo —sonreí.

—Vaya que pequeño es el mundo —sonrío—. Mis padres son accionista de muchas de las empresas de tu papá —acomodó su traje—. Fue un placer conocerte Yoongi, me gustaría seguir conversando pero aún me falta saludar a más personas —hizo una reverencia y se retiró.

—Ya sabía que tu apellido se me hacía conocido —habló la mamá de Mei—. Las empresas de tu padre son muy poderosas por todo Asia.

—Sí que lo son —asentí—. Pero aún sigo preparándome para ser un buen administrador como mi padre.

—Estoy segura que lo serás —sonrío Mei y yo la abracé.

La acompañé hasta la mesa que tenían reservada y tomamos asiento, quedando ella a mi lado. En frente de mí había una rubia que con su mirada me pedía a gritos que la hiciera mía.

Mierda Min, ¡contrólate!me dije a mi mismo.

Evité hacer contacto visual con la chica rubia y me puse a hablar con Mei.

Definitivamente sería una noche larga.

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