↳ 🍸 Capítulo VII ೃ࿔
• Mei •
Me levanté de la cama y me metí al baño para poder bañarme. Cuando terminé salí y me sequé con la toalla, busqué ropa interior y me la puse, luego me senté en la cama a esperar que la señora Xiang me ayudará a elegir mi ropa, luego me ayudo a cambiarme y por último me peinó.
La señora Xiang era como una abuela para mí, siempre se preocupaba por mí y me cuidaba mucho. Además me tenía mucha paciencia.
Cuando por fin estaba lista, bajé a la sala y escuché varias voces, las reconocí, eran mi madre y Jackson.
—Hola hija, buenos días —habló mi madre —. Jackson ha venido a dejarte un regalo.
—Buenos días a ambos —respondí yo—. ¿Un regalo?
—Así es Mei, espero te guste —escuché como se acercaba a mi y tomaba mi mano para ponerla sobre algo peludo—. Él es BaoBei, es un Golden Retriever y lo he traído para ti.
Seguí acariciando lo que parecía ser la cabeza del perro.
—Gracias Jackson, no debías molestarte.
—No es ninguna molestia Mei —sonreí—. Ahora si me permiten debo retirarme a ayudar a mi padre. Con permiso, adiós Mei —se acercó a mi y depósito un beso en mi mejilla, luego se despidió de mi madre y se fue.
—Wow, Jackson es un gran chico. ¿Segura que no te gusta hija?
—Si mamá estoy segura de que no me gusta —suspiré —. ¿No deberías ir a trabajar?
—Oh sí, tienes razón, ya voy tarde. Nos vemos luego hija, adiós —besó mi mejilla y se fue.
—Bueno BaoBei —acaricié el perro—. Seremos tu y yo por un rato. Más tarde te presentaré a otro amigo.
• Yoongi •
Abrí la puerta de la casa de Mei encontrándome con un Golden Retriever que comenzó a ladrar en cuanto me vió. Luego de eso apareció Mei quien salía de la cocina.
—¿Yoongi eres tú? —habló caminando hacia el sofá, seguida del perro.
—Si, soy yo —me acerqué a ella—. ¿De dónde salió el perro?
—Oh bueno... —comenzó a tocarse la oreja, eso hacia cuando estaba nerviosa—. Es un regalo de un amigo... de la familia —sonrío—.
—¿Y cómo se llama el perro? —pregunté.
—Se llama BaoBei —acarició al perro—. Y será mi perro guía.
—¿Perro guía? ¿Para qué quieres al perro, si yo te llevo de un lado a otro? —hablé con cierto recelo.
—¿Estás celoso de un perro? —preguntó Mei a punto de reír—. Min, no siempre estarás conmigo en cambio BaoBei si, o al menos por un par de años.
—Claro que estaré contigo, yo nunca te dejaría.
—Está bien Yoongi-ah, como digas —rió—. ¿Qué haremos hoy?
—¿Cómo que qué haremos hoy? —me quejé—. Pregúntale a tu perro tal vez te diga —hablé cruzándome de brazos.
—¡Min Yoon Gi! ¡Ya deja de ponerte celoso por un perro!
—Yo sabía que me remplazarías, pero nunca pensé que sería con un perro —hablé fingiendo estar dolido.
—Desearía poder verte para pegarte —bufó Mei—. Ya hablando en serio, ¿qué haremos hoy?
Luego de estar discutiendo por varios minutos ella dijo que fuésemos a un mirador. Me pareció absurda la idea, pero ella dijo que esos lugares le daban paz.
La ayudé a subir al auto y también me tocó subir al perro. Manejé alrededor de una hora con ayuda del GPS, hasta que finalmente llegamos al lugar.
Bajamos del auto, y BaoBei comenzó a caminar al lado de Mei; la guíe hasta un área un poco vacía y puse una manta para que los tres estuviésemos cómodos, dejé la cesta de comida a un lado.
Hablamos de diversos temas para conocernos mejor. Además Mei hizo que le describiese el lugar, y también jugamos con el perro, y por último nos sentamos a comer.
—¿Quieres fresas? —pregunté mientras abría el contenedor en donde las traía.
—Por favor —asintió como niña pequeña—. ¿Me das de comer? —hizo un puchero.
—¿Te estás aprovechando de mi? —pregunté mientras le daba una fresa en la boca.
—Se escucha feo si lo dices así. Mejor digamos que me ayudas —sonrío y mordió la fresa.
Note que su labio había quedado manchado así que pasé mi pulgar por la zona para limpiarla, Mei rió nerviosa y me agradeció. Luego seguí dándole fresas hasta que finalmente se había llenado.
El sol ya se había ocultado en su totalidad, así que solo se veía la luna y algunas estrellas.
Me senté y Mei acomodó su cabeza en mis piernas, poco a poco sus ojos se fueron cerrando hasta que se quedó dormida. Me detuve a observarla, pues dormía tan plácidamente, algunos de sus cabellos eran movidos por el viento así que los aparte y los acomodé detrás de su oreja. Sus pestañas eran largas y sus labios estaban entreabiertos y tenían un ligero color rojo. Inconscientemente comencé a acariciar su mejilla, cortando poco a poco la distancia entre los dos.
—¿De verdad lo harás? —cuestionó mi conciencia—. ¡No lo pienses tanto y bésala ya, pedazo de idiota! —me acerque más a ella hasta que nuestras respiraciones chocaban.
De verdad quería hacerlo, la observé un rato más hasta que su voz me sacó de mis pensamientos.
—Oye Min, creo que deberíamos irnos ya —habló Mei aún con los ojos cerrados.
—¿Eh? ¡Oh sí, debemos irnos ya! —reí nervioso—. Ya es tarde —aclaré mi garganta.
—Está bien, vamos.
Metimos todas las cosas al auto, BaoBei también se subió al auto y yo ayudé a Mei a subir.
Manejé de regreso hasta su casa, estacioné el auto en el garage de la casa de Mei y bajamos de nuevo las cosas. Me despedí de Mei y crucé la calle para llegar a mi casa. Me cambié de ropa y me tiré a la cama a pensar en lo sucedido.
¿De verdad iba a besarla?
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