76. EL MÁS CARIÑOSO DE LOS F4
- ¿Qué le habrá pasado a Andrew? -preguntó Nathan observando su móvil -Su celular está apagado.
A pesar de ser solo media noche, la fiesta de graduación había terminado. Con esto confirmé en lo distinto que era nuestras sociedades.
En mi anterior escuela, una fiesta tan importante como esta no se acababa por lo mínimo hasta las 3:00 am, y el baile no era algo como el vals, era mucho más movido y alegre, sin contar que había alcohol barato en todas partes, no como aquí que solo sirvieron vino y champagne costosísimos.
-Espero que esté bien, no puedo creer que se haya perdido la fiesta de graduación de su novia -continuó David algo preocupado.
"Oye Alice, mañana................."
Mi recuerdo me cayó como un cubo de agua fría al recordar que eso mismo sucedió hace dos años. "El sábado a las 4:00 pm al frente de la torre principal" Eso fue lo que dijo la anterior vez.
-Es un idiota -murmuré corriendo con mi mayor velocidad ignorando los gritos de Nathan, David y Adam.
A pesar de los años él seguía haciendo lo mismo.
"¿Entendiste? Te mataré si esta vez llegas tarde"
Corrí por un atajo sin importar que era peligroso cruzar por allí a media noche. Solo podía desear que Andrew no estuviese esperando en la torre desde las 4.
La temperatura bajó considerablemente cuando llegué a la plaza de la torre principal. Giré mi rostro hacia todas partes, sin embargo no había absolutamente nadie.
-Quizás ya se fue -murmuré a mí misma soplando mis manos para generarme calor y me fue imposible no sonreír al recordar que hace dos años Andrew esperó en la nieve durante 4 horas solo por mí.
Pero ahora, ya había pasado más de 8 horas. Andrew tenía que estar demente para esperar todo ese tiempo.
-Te dije que si llegabas tarde te mataría.
Di un brinco de sorpresa al escuchar una voz -muy- conocida a mis espaldas.
Andrew estaba demente... No, eso era poco.
-Las malas costumbres nunca mueren ¿no? -comentó con una sonrisa mientras se acercaba a mí. Andrew estaba perfectamente vestido con un smoking, gel en su cabello y esa sonrisa que tanto amaba.
- ¿Por qué siempre me haces esto? -murmuré en un sollozo.
Andrew era un loco, un demente, un lunático.
Él esbozó una sonrisa más grande antes de chasquear sus dedos. Pronto, la plazoleta estaba siendo invadida por luces que se reflejaban en el suelo haciendo forma de círculos de todos los colores.
Sonreí tontamente ante ese gesto, sin embargo Andrew observó la torre, así que también lo hice.
Toda la torre principal se encendió en luces color neón cambiando de tono paulatinamente.
Él siempre hacía lo que quería. Esa era su mala costumbre que nunca moriría.
- ¿Sorprendida? - debía admitir que estaba tan sorprendida que ni siquiera pude responder ante la pregunta de Andrew. -Sigues siendo fácil de impresionar.
En pocos minutos, estaba siendo arrastrada hacia la torre iluminada de Cardiff y nos detuvimos en esa máquina de café especial para nosotros dos.
-Ten -Andrew me entregó el vaso de café caliente con una sonrisa. Él por alguna extraña razón prefería ese café por encima de un gran capuchino de Starbucks. -Es un rico café de £1,89.
Andrew seguía siendo mi caso especial.
"Oye gánster, ¿Ahora, también me quieres engañar? Este café no es de buena marca, de todos modos no bebo de estas cosas"
Sonreí tontamente al pensar en el gran cambio de Andrew en los últimos dos años.
-Sígueme -murmuró antes de tomar un sorbo al café especial de £1,89.
No me sorprendería que un día Andrew llegara a comprar esa máquina.
Sin rechinar, lo seguí mientras subía las escaleras que sabía perfectamente a donde llegaría.
-A pasado mucho tiempo -mencionó Andrew con una sonrisa. Al parecer sus recuerdos coincidían con los míos.
- ¿El lugar está cerrado? -pregunté al ver que no había ni una persona en toda la torre.
-Lo renté.
- ¿Cómo?
-Lo renté por unas horas -comentó antes de darle otro sorbo al café. -Ven, quiero mostrarte algo.
Y eso fue lo que hice. Ambos entramos a una cabina del teleférico en forma de rueda de la fortuna e inmediatamente reconocí esa cabina.
Era la misma en la que Andrew y yo nos habíamos quedado encerrados hace dos años.
La reconocí con facilidad al ver lo que Andrew había escrito, y por alguna razón, mis pies me llevaron corriendo hasta ese rincón.
-Voy a enseñarte algo -dijo con tranquilidad sosteniendo mi hombro para moverme, sin embargo me sujeté de una baranda para evitar que Andrew viera el escrito... que él mismo había hecho.
Eso no tenía ningún sentido. Él debería sentirse avergonzado por escribir eso, no yo que simplemente lo leí.
-Solo te mostraré algo. Nada más -insistió con paciencia pero yo me había planteado una idea en mi cabeza. Nunca jamás en mi vida volvería a ver eso. - ¿Ya lo sabías?
- ¿Tú escribiste eso para que nunca pudiera casarme con nadie más? -refunfuñé mordiendo el vaso de lo avergonzada que me sentía.
-Deja el drama, solo escribí las iniciales de nuestros apellidos -mencionó elevando sus hombros, pero inmediatamente esbozó una sonrisa. - Además, tú te casarás conmigo.
- ¿Perdón?
-Muévete, quiero ver si todavía sigue allí.
-Sigue allí no te preocupes -respondí rápidamente, sin embargo Andrew me empujó de todas formas.
"Andrew R ❤ Alice L. ¡Primera noche!"
-Mira, sigue allí -murmuró con una sonrisa de añoranza. - ¿Tienes un marcador?
- ¿Cómo? ¿Por qué tendría un marcador? -refunfuñé. -Espera, ¿Qué planeas escribir?
-Creo que yo tengo uno -murmuró buscando en su blazer y cómo lo había dicho...Sí tenía un marcador negro.
-Oye, ¡No vas a escribir nada! -grité con las intenciones de quitarle el marcador, sin embargo Andrew escribió muy arriba de la cabida haciendo que me fuera imposible alcanzarlo.
¿Por qué soy tan bajita?
- ¿Qué escribiste? -refunfuñé cruzado mis brazos, y Andrew en respuesta se movió para que pudiera ser visible. Inmediatamente leí el escrito, una perfecta O se enmarcó en mi boca.
"Andrew Rickford ❤ Alice Lawler. ¡Segunda noche!"
-Estás demente -susurré al sentir mis mejillas arder.
-No te casarás con nadie más -dijo en tono burlón como si fuera un niño pequeño reclamando algún juguete.
Palmeé mi frente y solté un suspiro, sin embargo muy dentro de mí quería sonreír.
Andrew podía ser a veces muy inmaduro, muy autoritario, muy egocéntrico y algunas veces muy estúpido, eso sin contar sus cambiantes estados de ánimo.
Pero no quería a alguien perfecto, sino a alguien que cuando estuviera a su lado me hiciera sentir perfecta.
-Alice, tengo que decirte algo importante -murmuró soltando un suspiró antes de sentarse. Se veía muy serio y el brillo de sus ojos azules se había apagado ligeramente, así que me senté a su lado.
- ¿Q-que cosa? ¿A-ahora?
Sí Andrew llega a sacar un anillo de compromiso ahora, juro que lo golpeo con mis fuerzas.
-Te pido.... que nos casemos.
- ¿Qué? ¿Enserio? -abrí mi boca en sorpresa.
Cuando había pensado lo anterior lo hice por bromear, nunca esperaba que Andrew lo dijera enserio. Guardaba las esperanzas de que Andrew riera y me dijera que era alguna broma y que con eso se burlara y me lo recordara por el resto de mi vida.
Pero no.
Él seguía serio. Andrew estaba decidido.
-Sí. Solo acepta.
Cerré mis ojos con fuerzas mientras inhalaba y exhalaba repetitivamente. Esto no era lo mismo que decir "di que te gusto" o "di mi nombre" esto era "di que aceptas casarte conmigo"
Simplemente no podía llegar a casa y decirle a mi mamá que ella tenía yerno oficial. Eso estaría mal a pesar de considerar la felicidad de mi familia.
Pero, por primera vez en mi vida tenía que pensar única y exclusivamente en mí. Apenas cumpliría 18 años. Seguía siendo una niña que acababa de salir de preparatoria.
- ¿Se trata de algún tipo de broma? -comenté intentando forzar una sonrisa, la cual rápidamente se desapareció al ver que Andrew seguía demasiado serio.
-No es broma.
-Pero apenas salí de la escuela.
-Lo sé -susurró bajando su mirada. -Lo siento por pedirte esto, pero yo...
Sabía que algo andaba mal por su mirada, pero nunca me esperé esa respuesta.
-Tengo que irme a EEUU -mencionó con firmeza. Nada ni nadie haría que Andrew retrocediera a su decisión. -No lo hago por mi madre, ni por mi padre. Tampoco por negocios. Ya tomé la decisión.
Intenté digerir todo lo que Andrew dijo de golpe. Y aunque solo eran palabras, atravesaron fuertemente mi pecho. Cerré mis ojos y me vi obligada a levantarme del asiento mientras soltaba un suspiro y le daba la espalda.
-Matar a un padre que está vivo, y luego obligar a su hijo a casarse... la verdad, yo no quiero ese tipo de compañía-murmuró con una sonrisa amarga que podía ver desde el reflejo de la ventana. -Daré lo mejor de mí e intentaré salvar la empresa... pero si no lo consigo, seré yo mismo el que cierre la compañía Rickford.
-Y dime, ¿Cuánto te tomará? -susurré con un nudo en mi garganta incapaz de girarme para verlo. Simplemente me conformaba con su reflejo.
-4 años. Por lo menos 4 años.
Cuatro años era mucho más de lo que yo conocía a Andrew. Era exactamente el doble del tiempo. En solo dos años me había enamorado de Andrew profundamente, no quisiera pensar en todo lo que podía suceder en 4 años sin él.
Quizás Andrew se daría cuenta que yo no era lo suficientemente buena para él y solo pensar en eso, me generaba unas inmensas ganas de llorar.
-Eso es mucho tiempo -susurré. Seguí observando el reflejo de Andrew y pude percibir que él se levantó y se detuvo a mi lado.
-Acompáñame por favor -murmuró en súplica y eso solo hacía destrozar mi corazón. -No tienes que casarte si no lo quieres, solo ven conmigo.
Masajeé mi cabeza intentando pensar en una sabia decisión. Andrew me había dejado sin palabras y mis ojos se aguaron por las futuras posibles lágrimas.
Una parte de mí, esa parte que amaba y no podía vivir sin Andrew me gritaba al oído que aceptara y de esa forma viviríamos juntos para siempre, así consolidaríamos nuestro "Final feliz"
Pero, por otra parte; la independiente, me decía que no podía depender de un hombre. Después de todo, yo ni siquiera era mayor de edad. Aún tenía toda mi vida por delante y siempre había sido mi sueño asistir a la Universidad y realizarme profesionalmente. Ahora que tenía la oportunidad de asistir a una de las mejores universidades del continente, no podía dejar mi sueño atrás.
Al igual que Andrew, él no podía abandonar su decisión solo porque yo no lo quería seguir. Si hacía eso, estaría tomando una decisión apresurada y posiblemente estúpida.
-No puedo -admití sentándome nuevamente.
- ¿Por qué no? -susurró apoyándose en la ventana mientras cerraba sus ojos.
-Porque cuando estuviste en Paris, yo también tomé una decisión sobre mi futuro y mis anhelos... Pensé mucho en lo que me dedicaría. Así como tú, yo también quiero dar lo mejor de mí misma y solo lo haré si me quedo aquí.
- ¿Entonces....?
Mordí mi labio y después de reunir todas mis fuerzas, esbocé una sonrisa de aflicción.
-Deberías ir.
- ¿Qué?
-Dije que deberías irte a EEUU -los ojos de Andrew se opacaron aún más, sin embargo yo sentía que hacia lo correcto. -Y si después de cuatro largos años vuelves triunfante, entonces pensaré lo del matrimonio.
Esto era lo correcto. Debía dejarlo ir.
Debía dejar que Andrew se concentrara plenamente en sus negocios y en la compañía. Yo no podía convertirme en un factor distractor o en un estorbo.
Felizmente lo esperaría por cuatro años largos y cuando él regresara yo ya tendría 21 y estaría a pocos semestres de graduarme.
-Alice, ¿Hablas en serio? -preguntó con delicadeza al sentarse a mi lado. En respuesta asentí conservando mi sonrisa. - ¿Sabes? Lamentarás haberme dejado ir -comentó con ironía y burla en su voz.
-Oye, tú lo lamentarás más sino regresas -imité su tono burlón y actué de manera orgullosa. Claro que mi risa rápidamente me delató.
Yo era una pésima actriz.
Andrew soltó una débil risa así que también reí con él.
-Tú ganas.
- ¿Qué? -pregunté sin entender.
-Eso lo sé -murmuró con una sonrisa desolada y pronto sus ojos se cristalizaron. -Sí llego a perderte lo lamentaré toda mi vida.
-Andrew, ¿Sabes qué? -Andrew conservó su sonrisa y me observó con esos ojos a punto de llorar. -Eres más inteligente de lo que yo pensaba -dije en tono presumido haciendo que él riera sutilmente.
Lo último que quería ver era a Andrew llorar. No podía con eso.
- ¿Quieres que te mate? -comentó con burla haciéndome recordar que él decía muchas veces eso. No era su frase más romántica, pero por alguna razón él lo decía con tanto cariño y amor.
Cómo solo Andrew podía hacerlo.
De repente, la cabina comenzó a moverse y fue en ese momento que descubrí que el teleférico no se había movido ni un centímetro desde que habíamos llegado.
Andrew me sostuvo ya que ligeramente caí hacia la derecha por el repentino movimiento.
Lo amaba más de lo que él pensaba, más de lo que yo decía y sobre todo más de lo que demostraba.
Con ternura fuimos acercándonos uno al otro y nuestras miradas y nuestras sonrisas lo dijeron por sí solos.
Nos esperaríamos en esos cuatro años. Era una promesa.
Y sellamos esa promesa con nuestros labios. Nuestro último beso fue igual de mágico que el primero.
No estaba segura sí conservaríamos el mismo sentimiento después de 4 años sin vernos, sin embargo solo debía aprovechar el presente. Debía aprovechar que él estaba conmigo, él estaba cerca. Deseaba que cada segundo de mi vida fuera a su lado y vivir sin importar lo que sucedía a nuestro alrededor.
Pero no podíamos permitirnos ese lujo.
La prueba más difícil de amor sería la distancia, pero lo afrontaríamos juntos. Superaríamos esto al igual que afrontamos todas las dificultades de los últimos meses. Yo lucharía porque Andrew era el amor de mi vida.
Nos mantendríamos en pie con nuestros recuerdos más queridos y estimado porque yo lo amaba y eso era una razón suficiente para esperar por su regreso.
Y él era Andrew Rickford, el más egocéntrico pero al mismo tiempo, el más cariñoso de los F4.
FIN
Vota si te gustó el final!!!
Publicaré un epílogo de dos partes en unos días. Para adelantar, diré que el capítulo transcurrirá 4 años después.
Muchas gracias a todas las personas que siguieron fielmente la novela desde inicio hasta fin y también a todas aquellas que comentaron con mucha emoción.
Me gustaría que comenten sí quieren que agregue algo de David y Abby también en el epílogo.
Y muchas gracias!!!! Recomienden la novela si les gustó ;)
NOTA:
Me gustaría recomendar una novela llamada "La fortuna de ser desafortunada" de PinkDogandMy se ve que es una novela con mucho potencial y tiene una historia enganchadora porque es algo innovador. Estoy segura que les encantará la personalidad de Dakota. La escritora es nueva y según tengo entendido es su primera novela, así que me gustaría mucho que pasaran a leerla y dejaran votos y algun comentario. Eso impulsa mucho a un escritor porque con eso te das cuenta que a la gente le gusta lo que escribes.
Añorando el pasado, me gustaría agradecerle a ciertas personitas que estuvieron votando y comentando la novela de inicio a casi fin:
Muchas gracias por todo y espero que guarden esta novela en alguna lista de lectura o en su biblioteca, porque pronto subiré un epílogo :) También me gustaría que me siguieran apoyando en futuras obras. Mil gracias.
KATHERINE PIERCE
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