71. IMPOSIBLE DE OLVIDAR
MINI MARATÓN!
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—No la Conozco, ¿Debería? —sentí que mi mundo se desmoronaban ante sus frívolas palabras.
—Andrew ¿Sabes quiénes son los F4? ¿Recuerdas a tus amigos? —preguntó esta vez Isabelle algo alarmada.
— ¿Estás bromeando? —respondió como si eso hubiese sido lo más tonto que preguntó su hermana.
— ¿Cuál es mi nombre? —inquirió David rápidamente.
—David Cooper.
— ¿Quién soy yo? —preguntó esta vez Nathan.
—Nathan Coleman. Heredero de II Sim construction —mencionó Andrew un poco extrañado por la mirada expectativa de todos. —Y tú —señaló a Adam. —Eres Adam Walcott, dueño de la fundación de Artes.
—Así que nos recuerdas —murmuró David confundido. Él recordaba a los F4, pero no tenía idea de quien era yo.
—Quizás solo nos recuerda a nosotros —susurró Adam. — ¿Cómo se llaman tus padres?
—Darell y Helena Rickford.
— ¿Cómo se llama mi abuelo? —preguntó nuevamente.
— ¿Philippe?
— ¿Cómo se llama el hermano de David?
—Gabriel, David le dice Gave.
— ¿Cómo se llaman los hermanos de Nathan? —insistió.
— ¿Cómo demonios voy a recordar siete nombres? Solo sé que cuatro son mujeres y los otro tres son hombres. Nathan es el mayor de ellos. Además esos mocosos molestan demasiado —respondió mientras comenzaba a enojarse. —Somos amigos desde que teníamos 4 años, ¿Por qué preguntan toda esa basura?
— ¿Recuerdas todo?
—Supongo que sí.
— ¿Sabes quién es Allie?
— ¿Allie Klein? —complementó Andrew, así que Adam asintió. —Es la heredera de A.K... Ahora que lo pienso ¿Ella no era mi prometida?.... ¿Cómo demonios no quiso casarse conmigo? ¿Acaso estaba ciega? —refunfuñó disgustado.
— ¿No recuerdas por qué ustedes no se casaron? —preguntó esta vez David.
—Bueno... estábamos en la ceremonia, pero ella se arrepintió a último momento ¿No?
—¿Sabes por qué se arrepintió?
— ¿Por qué debería saberlo? Ella está loca, simplemente dijo que no estaba lista o algo así —espetó Andrew.
Nada de esto tenía sentido. Andrew recordaba todo excepto a mí.
¿Es posible olvidar solo a una persona?
— ¿Y no recuerdas a Alice Lawler en lo absoluto? —cuestionó Adam frunciendo su ceño. Andrew me observó así que forcé una sonrisa con las esperanzas que pudiera reconocerme.
— ¿Debería conocerla? —nuevamente mi sonrisa se desvaneció. — ¿Es tu novia Adam?
Hay varias formas de matar a una chica sin ponerle un dedo encima, hay palabras al corazón que son más fuertes que un balazo en la cabeza.
Isabelle abrió su boca sin poder creerlo e inmediatamente caminó a paso rápido para salir de la habitación de Andrew.
A los pocos minutos, llegaron dos enfermeras para llevarse a Andrew con su doctor para poder realizar un electroencefalograma, según recordaba con lo que había estudiado, eso era una especie de examen para detectar un problema en la actividad eléctrica del cerebro.
Esto se realizaba para diagnosticar si había algún tumor, una enfermedad cerebral como el Alzheimer, una pérdida de memoria, un traumatismo craneal o incluso una infección.
Todas las posibilidades no señalaban nada bueno y sentí que mi corazón se acongojó al ver que Isabelle salió del consultorio del Doctor Walker cubierta de lágrimas. Deseé emprender mi camino para lograr alcanzarla, sin embargo me detuve al observar que del consultorio también salió la Sra. Rickford con un sobre de manila en sus manos.
—Sra. Helena —murmuré acercándome a ella.
— ¿Sra. Helena? No recuerdo haberte dado la confianza para llamarme así. Soy la presidenta o la señora Rickford —espetó con tranquilidad.
—Sra. Rickford... yo... podrías decirme... —no encontraba las palabras correctas, así que simplemente pude señalar el sobre que probablemente tenía el diagnostico.
— ¿Quieres saber que tiene mi hijo? —complementó con su áspera voz así que asentí con la mirada agachada. —Tiene amnesia parcial. Todo esto es tú culpa, pero debido a que solo te olvidó a ti y eso no afecta con su trabajo en la compañía, no te diré nada.
— ¿Cómo? ¿Mi culpa? —pregunté sin lograr entender la acusación.
—Es signo de un estrés mental. El doctor dijo que pudo ser por el ataque o por el trauma.
— ¿Pero cómo es que no puede recordar solo a una persona?
—Eso mismo preguntó Isabelle —murmuró de manera ronca. —Diré exactamente lo que dijo el Dr. Walker. "Es posible que los recuerdos relacionados con esa persona sean demasiados dolorosos o muy importantes. Es una forma de auto defensa, esos recuerdos fueron bloqueados por su subconsciente"
— ¿Cuándo volverá a recordarme? —susurré al borde de las lágrimas.
—Eso no se sabe. Usualmente toma hasta seis meses, pero hay casos en que los recuerdos nunca vuelven —asentí en comprensión.
Tal vez pensarán que la Sra. Rickford solo decía eso con el fin de desanimarme. Pero no era así. Recordé que en mi época de estudio, leí sobre la amnesia parcial, esto era la pérdida de memoria pero no en su totalidad, sino solo en algunas partes. Es producida generalmente por algún traumatismo en la cabeza, o por algún hecho que impactó de gran manera.... Y la Sra. Rickford también tenía razón en otra cosa, el proceso para recuperar la memoria era demasiado larga o quizás casi imposible porque el subconsciente de Andrew había bloqueado todo lo que lo hacía sufrir.
Es decir, yo.
—No voy a mentirte. Me alegro que te haya olvidado —comentó con frialdad. —Pero Andrew ya es lo suficientemente grande para tomar sus propias decisiones.
— ¿Qué significa eso? —pregunté chasqueando mi lengua.
—No someteré a mi hijo a terapias para recuperar la memoria. Voy a dejar que tú misma hagas ese trabajo — mencionó con desinterés.
— ¿Cómo?
—Ya te dije, me es indiferente sí Andrew recupera con totalidad su memoria o no. Eso no afecta negativamente a la compañía, así que no me preocuparé en conseguirle un terapeuta —continuó con firmeza antes de que su celular sonara. —Pero te dejaré en paz Alice Lawler, así que estás en la completa libertad de intentar hacer que mi hijo recuerde. Lo más probable es que fracases, tampoco te desearé suerte, estoy esperando a que falles. Pero no interferiré en esto —finalizó contestando su celular y caminando hacia la salida del hospital.
No entendía si eso era una aprobación o una amenaza, pero eso bastaba para mí.
Debía de hacer que Andrew me recordara.
Caminé de vuelta a su habitación, y observé que los chicos de F4 estaban a su lado. Andrew estaba comiendo unos trozos de manzana, así que me acerqué y pinche un trozo con un palillo para acercarlo a su boca con el fin de que él lo comiera.
Sin embargo, Andrew cogió otro pedazo de manzana y lo llevó hasta su boca ignorando mi amable gesto.
Decidí irme a casa y después de encerrarme en mi cuarto, no pude evitar que la habitación silenciosa comenzara a llenarse de mis sollozos cada vez más altos.
Al siguiente día, como usualmente lo estaba haciendo, decidí volver al hospital, específicamente a la sección VIP donde estaba Andrew.
Abrí temerosamente la puerta de su habitación y pude observar que Andrew estaba solo debido a que era muy temprano en la mañana y los F4 no eran muy madrugadores.
—Hola Andrew —comenté con alegría moviendo mi mano en forma de saludo. —El clima está lindo ¿no? —mencioné con el fin de sacar un tema de conversación, sin embargo él me seguía viendo con ninguna expresión en su rostro.
Era extraño verlo con un inmovilizador en su cuello y con un yeso en su brazo y en su pie. Pero, por lo menos ya no tenía esos fastidiosos cables en su cuerpo y ya no escuchaba el "bip" de la estresante máquina.
— ¿Quieres caminar? El jardín está hermoso —sugerí conservando mi sonrisa.
—Oye, ¿Quién te crees para entrar así a mi habitación? —espetó muy disgustado.
— ¿Hmm?
— ¿Te gusto o qué? —espetó nuevamente.
— ¿Hmm?
— ¿No se supone que eres la novia de Adam?
— ¡Oye! Yo no soy la novia de nadie —bramé juntando mis manos en mi cintura. —Tú... ¿Por qué tienes esa idea? Yo... no soy la novia de Adam... yo... soy... tu...tu...
— ¿Estás sorda? Ya vete —dijo nuevamente en un tono demasiado frívolo para ser el Andrew que yo conocía. —Odio a las chicas que son como tú.
—Andrew... —susurré con un nudo en mi corazón.
— ¿Puedes irte? Quiero dormir —mencionó esta vez un poco más calmado.
Decidí salir de su habitación, pero no me fui del hospital. Caminaba a paso lento mientras la agonía comenzaba a envolverme.
Cuando comencé amar a Andrew lo hice de a poquito, despacio, con calma y precaución, no quería salir lastimada de todo esto, sin embargo mi corazón ignoró mi mente, y lo amé con tanta intensidad, y ahora, yo estaba aquí con un nudo en la garganta mientras insertaba un billete en una máquina expendedora con el fin de comprar una botella de agua.
Presioné el botón para que la botella cayera, sin embargo esta se quedó atascada. Comencé a golpear la máquina mientras pensaba que todo estaba saliendo desastrosamente mal.
Andrew había cambiado mi mundo de una manera tan drástica, él había llegado de la nada, era simplemente un ególatra desconocido para mí, no significaba nada... Pero, ahora, él significaba todo para mí, no podía vivir un segundo sin Andrew, y en estos dos años, él había reclamado gran parte de mi corazón.
—Déjame ayudarte —una chica de aspecto asiático que caminaba con unas muletas golpeó con su pie no enyesado a un punto de la máquina y pronto la botella de agua salió. —Ten. Así que no llores más ¿Vale?
Sin haberme dado cuenta, mi rostro estaba cubierto por mis lágrimas. Un poco temblorosa cogí la botella de las manos de la chica asiática de cabello castaño largo y ojos marrones.
—A la máquina expendedora de aquí debes darle una patada para que funcione —mencionó con una sonrisa. —Ven, vamos a caminar.
La chica a pesar de estar internada en un hospital era excesivamente agradable. Podría decir que su sonrisa era contagiosa. Ella era muy alegre.
—Gracias... parece como si hubieras estado un largo tiempo en el hospital —comenté dándole un sorbo a la botella. — ¿Cuál es tu nombre?
—Naomi. Naomi Sawasaki — respondió con una gran sonrisa y con esto confirmé que ella era asiática, quizás japonesa. —Soy estudiante de tercer grado de prepa en la escuela de Artes de Cardiff.
—Yo soy Alice Lawler —mencioné mientras seguíamos caminando. —De último año de la escuela Rickford.
— ¿Vas a la escuela Rickford? —interrumpió con mucha sorpresa. —Vaya que envidia... ¿Y a quién has venido a visitar?
—A... un amigo.
—Me rompí la pierna y una costilla cuando esquiaba en navidad, pero solo fue hace unos dos meses que vine al hospital. Se volvió algo grave así que tuvieron que operarme, pero ahora estoy como nueva. Solo tengo el yeso, sino fuera por eso podría volver a la escuela — comentó con una sonrisa sentándose en una banca. —Ven, vamos a sentarnos ¿Sip?
Yo asentí y me senté al lado de Naomi. Como había dicho antes, ella era una chica muy alegre y amable, incluso puede interactuar con facilidad con los extraños.
—Naomi, se ve que eres una persona muy alegre —comenté con una sonrisa.
—Es porque en el momento en que estás en un hospital la mayoría de la gente se deprime y se molesta con facilidad, yo no quiero ser así — explicó ensanchando su sonrisa.
— ¿Entonces cómo eres con la gente que está deprimida? —quería hablar con Andrew, pero él se negaba a hacerlo. Parecía que me odiara, pero yo sabía que en el fondo eso no era cierto. —Hmm, ya sabes. Con los que se molestan con facilidad.
—Creo que hay que actuar normal —respondió conservando su enorme sonrisa.
— ¿Actuar normal? —repetí un poco confundida. Eso era lo que había tratado de hacer, pero solo recibía insultos de su parte.
—Sip, solo tienes que hablar. Ser tu misma —comentó con una sonrisa, sin embargo, observé que dejó de verme para inclinar su cabeza levemente a la derecha. —Oh! ¡Espera, voy a ayudarte! —gritó hacia mis espaldas y pude observar que cogió sus muletas y luego se levantó para caminar.
Me levanté de la banca y pude observar que Andrew –a unos metros lejos de mí- caminaba con dificultad mientras se sostenía de la pared. Su rostro estaba perfectamente enmarcado con un gesto de dolor a cada paso que daba.
—Guapo, se ve que todavía no estás bien. No deberías estar caminando —comentó Naomi acercándose a Andrew, acto seguido también caminé hacia él.
— ¿Guapo? —repitió Andrew frunciendo su ceño.
— ¿Quieres que te consiga una silla de ruedas? —insistió la fastidiosa de Naomi.
—No es tu problema —espetó Andrew continuando su camino a paso lento.
—Entonces te presto mis muletas —sugirió con insistencia. —Sabes cómo usarlas ¿Verdad?
Andrew blanqueó sus ojos antes de detenerse, así que Naomi también lo hizo. Y yo... bueno, yo estaba un poco alejada de ellos. Andrew seguía odiándome.
—Inepta, no actúes como si me conocieras. Largo —me alegraba de que por lo menos Andrew no fuera evasivo solo conmigo.
—Guapo, creo que tienes un mal carácter —continuó Naomi con una gran sonrisa que hacía achinar más sus ojos. —Y no soy inepta, soy Naomi Sawasaki.
— ¿Qué? —Andrew frunció su ceño y se recostó en la pared para después masajear el puente de su nariz.
— ¿Tú eres el lindo de la sala VIP que todos hablan? —Andrew no respondió ante el comentario de Naomi, así que ella continuó. —Oye, mira no sé qué tan importante eres, pero los dos somos pacientes de aquí —refunfuñó colocando sus brazos en forma de jarra. — No, espera... Yo llevo más tiempo en este hospital que tú. Eso me hace más importante —Andrew abrió sus ojos por lo que dijo Naomi. Él se veía bastante sorprendido. —Si no quieres romperte la otra pierna será mejor que te apoyes en mí.
Acto seguido, Naomi se sostuvo solamente con una muleta, porque con su mano libre, hizo que Andrew pasara su brazo por el hombro de ella para sostenerse.
¿Saben que descubrí ese día?
Que sorpresivamente, Alice Lawler tiene como cualquier otra chica una faceta de celos.
Mis pies me obligaron a acelerar mi paso y en una fracción de segundo ya estaba delante de ellos con la sonrisa más falsa que pude recrear.
—Oh, descuida Naomi, tu pierna está lastimada —interrumpí haciendo que Andrew moviera su brazo fuera del hombro de Naomi. —Déjame ayudarte Andrew, será mejor que te recargues en mí.
Sostuve su brazo para que Andrew lo pasara por mi hombro, sin embargo con brusquedad él se soltó de mi agarre y de nuevo depositó su brazo en Naomi.
— ¿Tú qué? —espetó Andrew mirándome con desagrado.
—Alice, nos vemos después —mencionó Naomi con una gran sonrisa mientras sostenía la mano de Andrew.
En pocos segundos observé que Andrew y Naomi comenzaron a caminar a paso lento.
¿En verdad Andrew había preferido la ayuda de la chica del pie roto que mi ayuda?
Genial -sarcasmo-
(...)
— ¿Y si le causamos otro trauma? —sugirió Nathan sentándose en uno de los muebles del club de los F4. —O bueno, recrear algo de su pasado para que él pueda recordar.
—Hmm... ¿Algo cómo...? —preguntó David dándole un sorbo a su lata de cerveza.
— ¿Cuál ha sido el incidente más importante de él con Alice? —preguntó Nathan, sin embargo eso era algo que debía responder yo.
Inmediatamente sentí la vista de tres chicos encima de mí.
¿El incidente más importante?
Quizás era el día en que nos conocimos.... O al menos del día en que cruzamos una palabra.
Me refiero al día en que protegí a Anne Marie y conseguí el odio del líder de la institución Rickford... Tal vez ese fue un evento impactante para Andrew.
Al siguiente día, yo estaba sosteniendo un helado mientras esperaba que Andrew saliera con los chicos de F4 al jardín trasero del hospital.
Él salió apoyándose con unas muletas . Seguía con el inmovilizador en su cuello, el yeso en su pie y una venda en su muñeca.
Mordí mi labio con fuerzas al sentir mi corazón latir irregularmente.
Esto debía de funcionar.
—Andrew —dije su nombre al acercarme a F4 con un helado de vainilla en la mano.
— ¿Tu otra vez? —espetó haciendo una mueca de fastidio.
Esto debe funcionar o estoy frita
Ese fue mi pensamiento antes de estampar el helado sobre su rostro.
— ¿Qué demonios te pasa? —bramó con enojo e incapaz de limpiarse por culpa de las muletas.
Recordé nuevamente lo que sucedió ese día, así que saqué una estampilla de la tintorería y la pegué en su frente.
—Cuando recuperes la memoria llámame —dije con firmeza.
Andrew se sostuvo de Nathan y antes de limpiar su rostro, se quitó el anuncio de la frente. Por la forma de irritación en la que lo hizo apostaría que no había funcionado el maravillo plan de Nathan.
— ¿Te has vuelto loca, estúpida? —bramó nuevamente haciendo que Adam, Nathan y David suspiraran al ver que el plan había fallado. — ¿Quién demonios te has creído?
—Andrew, ¿No recuerdas en lo absoluto? —preguntó David con algo de esperanza en su voz.
— ¿Qué diablos se supone que debo recordar? ¿La mala suerte que tengo por siempre toparme con esta? —me observó nuevamente con desagrado y yo intentaba mantener la compostura a pesar de mis inmensas ganas de querer llorar.
Andrew sostuvo nuevamente sus muletas y regresó al edificio.
—Bueno, eso fue hace mucho —mencionó David intentando explicar la razón por la que Andrew no había reaccionado de acuerdo al plan.
—Quizás fue un incidente sin importancia. Tratemos con algo más —comentó Nathan cruzándose de brazos.
Oh, gracias. El día en que nos conocimos no fue algo importante para Andrew. Eso era lo que necesitaba saber para mejorar mi día -sarcasmo-
Mientras intentaba pensar en alguna otra situación significativa –o por lo menos que para mí lo fuera- decidí comerme el resto de helado en mis manos.
Era helado no podía darme el lujo de desperdiciarlo. Había sobrado mucho.
Después del almuerzo, decidí coger –robar- una toalla que habían dejado abandonada una enfermera, así que con esa toalla en mano decidí subir a la sala VIP de Andrew.
—Yo te dije que estaba al límite de mi paciencia —espeté abriendo la puerta con brusquedad.
Observé que allí estaban Adam, David y Nathan, así que tomé las fuerzas que necesitaba y le arrojé el trapo a Andrew, justo como el día en que me cansé de los maltratos por la tarjeta roja.
Andrew rápidamente se quitó la toalla y la arrojó al suelo bastante enojado... No estaba funcionando, sin embargo aún tenía un as bajo la manga.
—Hey, ¿Con quién demonios crees que te estás metiendo? —vociferó con irritación. —No seré amable solo porque seas la novia de Adam.
Adam blanqueó sus ojos y palmó la mano en su frente en señal de exasperación.
El plan estaba saliendo magníficamente terrible.
Pero... mente positiva. Siempre debía actuar con la mente positiva. Todo saldría bien.
—Andrew, te lo advierto. Estoy cansada de todo esto —dije con dureza mientras me acomodaba en posición de lucha. — ¡Hasta aquí llegó mi paciencia!
Di un paso hacia adelante, levanté mi rodilla, giré completamente el pie que tenía atrás y toda mi cadera en dirección del rostro de Andrew y antes de estrellar mi pie en su cara me detuve.
Sin embargo mi pie seguía a pocos centímetros lejos de su nariz. El día en que lo hice en el club de los F4 yo sí lo había golpeado, pero ahora era diferente. Él estaba herido y no podía lastimarlo más.
¿Recuerdan cuando mi único problema era el mimado ricachón de Andrew Rickford que colocaba la tarjeta roja a diestra y siniestra a todas las personas que le caían mal?... Bueno, deseaba volver a estar en esos tiempos.
Andrew empujó mi pie, así que tuve que erguirme nuevamente.
Dime por favor que me recuerdas.
Él seguía con sus ojos abiertos sin poder creer lo que yo había hecho. Solo que no sabía si estaba sorprendido porque nadie nunca lo había desafiado de esa manera o porque había recordado.
—Oye Adam. No quiero volver a ver a esta loca por aquí.
Después de escuchar el desagradable comentario de Andrew, decidí salir al patio trasero del hospital. Me senté en una banca y comencé a pensar en lo que debería hacer o no.
Quizás lo mejor era dejar las cosas como estaban. Andrew continuaría con su trabajo como futuro CEO y yo me concentraría en mis estudios para poder graduarme en medicina.
Andrew y yo seríamos unos completos extraños.
Bueno, eso era lo que pensaba mi parte independiente... pero por otro lado, la parte que amaba y necesita a Andrew me decía que no podía ser feliz sin él.
—Hola —escuché el murmullo de Adam y ni siquiera fui capaz de poder sonreírle, pero de todas formas él me entregó un vaso de café caliente. —No te preocupes por eso. No eres alguien que se puede olvidar fácilmente.
—Tal vez solo le causaba sufrimiento y por eso quiso olvidarme — susurré forzando una sonrisa.
—Incluso si él lo hubiera querido... el amor no funciona así, Alice.... Simplemente no puedes olvidar a una persona porque quieres hacerlo. —mencionó dándole un sorbo al café que tenía en sus manos.
Tal vez Adam tenía razón. Yo había intentado más de una vez querer olvidar a Andrew, pero fue imposible. Después de todo, el amor es algo difícil de explicar, fácil de sentir e imposible de olvidar.
— ¡De ninguna manera! ¿A qué persona le dan muletas especiales?
Escuché la chillona voz de Naomi a la distancia, así que levanté mi rostro y observé que ella estaba caminando al lado de Andrew. Ambos estaban en muletas, pero lo que más me sorprendió no fue eso, sino que Andrew estaba sonriendo.
— ¿Realmente piensas que Andrew Rickford usaría las viejas muletas del hospital? —alardeó en tercera persona. —Sostenla —Andrew le entregó una de sus muletas a Naomi mientras se apoyaba solo con una.
—Wow, ¡Tienes razón, son tan livianas! —dijo Naomi mientras cargaba la muleta especial de Andrew. —No se siente para nada pesada.
—Están hechas de titanio puro —alardeó nuevamente con una sonrisa.
Él estaba sonriendo. Y no era por mí, era por Naomi.
—Andrew —dijo Adam acercándose a él, así que con paso lento lo seguí.
—Ah, Adam, ¿Qué haces aquí? —preguntó con una sonrisa que inmediatamente se desvaneció al verme.
— ¡Oh! Hola Alice —dijo Naomi con mucha alegría.
—Hola —susurré con un nudo en mi garganta.
—Alice, ¿Ya viste las muletas de Andrew? Están hechas de titanio. Nunca había visto algo igual —comentó Naomi con una gran sonrisa. —Wow, vaya Alice, tu novio es muy guapo —dijo mordiéndose sutilmente el labio. —Hola, soy Naomi Sawasaki —mencionó estirando su mano hacia Adam.
Adam en respuesta –y algo que de alguna manera me alegró- dejó a Naomi con la mano extendida y se acercó a Andrew.
—Hace frío, entremos—mencionó Adam a Andrew colocando una mano en su hombro y en pocos segundos, Andrew caminaba al lado de Adam hacia el edificio.
3900 palabras!!! Acabaron de leer 3900 palabras 😋. Creo que es uno de los cap más largo que he hecho desde hace algún tiempo. Vota si te gustó 👌
Y estamos en recta final! :)
KATHERINE PIERCE
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