7. SUBASTA DE CARIDAD
Las mucamas y mayordomos de la familia Rickford acomodaban la mansión de una manera agradable y acogedora, lo suficiente para una subasta. Dos mucama colgaron un enorme cartel entre una de las ventanas de la gran habitación.
"Subasta de caridad en ayuda a los refugiados en Namibia"
ALICE POV'S
Me sentí algo cómoda, pero eso no quitaba el hecho que martillaran mi cabeza ¿Por qué dolía tanto? Después de quejarme internamente unos segundos, mis lamentos fueron cesados por un agradable y delicioso aroma. Quería abrir los ojos pero me encontraba tan cansada que me era imposible, la cama me estaba atrapando y el edredón rogaba que me quedara con él.
—Sé que este es un cuarto caro con solo olerlo ¡Apesta a dinero! — dije mientras bostezaba e intentaba sentarme en la cama.
—Tienes un buen sentido del olfato— ¿Qué? En un rincón de la habitación se encontraba Andrew quien leía un periódico, con su cabello desorganizado, una polera gris y unos pantalones de pijama negros.
—An...An...Andrew ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí?
—Estás aquí porque te traje aquí— dijo sin dejar de mirar al periódico.
— ¡A eso no me refiero! ¿Por qué estoy aquí y no en mi casa?
— ¿No te acuerdas? — dijo levantando su mirada, conectándose con mis ojos confundidos. Cerró el periódico y chasqueó sus dedos, en un instante una mucama y el mayordomo de la anterior vez entraron por la puerta principal de la habitación.
—Este traje llegó hace dos días. Diseñado por Giorgio Armani, de Piacenza, Italia. Es de su nueva colección primavera verano. —dijo el mayordomo señalando el traje negro formal sostenido por una pequeña mucama. El traje se veía muy caro y hecho de una tela muy fina. —Su precio es de...
—Oye, detente, no hay necesidad de asustarla— interrumpió Andrew antes que me dijeran el precio del costosísimo traje negro. El mayordomo sonrió y se retiró al igual que la mucama.
— ¡No estoy de humor para escucharte alardear sobre tus caras ropas de diseñador en este momento! — le dije un poco furiosa.
—Ese traje es el que estaba usando ayer.
—Y eso ¡¿Qué tiene que ver conmigo?! —continué frunciendo más el ceño.
—Usé eso por primera vez ayer, y gracias a ti también fue la última— dijo mientras miraba mis oscuros ojos, sentí como sus ojos azules intentaban decirme algo que había olvidado, algo difuso... lo estaba recordando, no recuerdaba con claridad pero sí algunos momentos borrosos y vergonzosos ¡Andrew me había visto ebria! Y no sé qué estuvo peor, el que casi lo beso o el hecho que vomité encima de sus carísimos zapatos y de su lujoso traje. — ¿Ahora recuerdas? — asentí con mi cabeza algo apenada, ¡qué bochornoso! —Y en ese estado necesitábamos venir a mi casa ¿O debimos ir a la tuya? — era una de las pocas veces que coincidía con Andrew. Mis padres no podían verme entrar con un hombre a la casa, además de que estaba completamente borracha ¡Me matarían!
—Lo siento.
— Le avisé a tus padres, y según el chofer no parecían muy preocupados— dijo mientras tomaba un zumo de naranja.
—Ya me voy, discúlpame por la molestia que te ocasioné — me disculpé en voz baja pero intenté que fuera audible para él, no me gustaba pedir disculpas, en especial a Andrew... a pesar de que se hubiera comportado extremadamente amable estas últimas horas.
—Solo haz lo que normalmente haces— ¿Qué?, quería responderle algo pero escuché unos pasos. Era el mismo mayordomo canoso de hace unos minutos.
—Joven amo.
— ¿Qué sucede?
—La señora de la casa...
— ¿Qué quiere esa bruja? — interrumpió Andrew ¿De quién estaban hablando?
—Ya llegó— todo el semblante alegre de Andrew desvaneció, su rostro se palideció, incluso sus labios.
— ¿Tan pronto? — dijo exasperado mientras se levantaba rápidamente de la silla, casi en un pequeño salto. — ¿Por qué está aquí tan pronto?
(...)
Helena Rickford entraba al salón principal con un porte superior y elegante, incluso traspasaba al de Andrew; su hijo.
— ¿Dónde está Andrew? —Ordenó una respuesta inmediata al mayordomo Morrie.
—Él está en el cuarto piso.
—Tendré que hacerlo participar en el evento, así que ordénale a alguien que se asegure que no se escape a ningún lado. — exigió nuevamente al mayordomo. Helena no conocía completamente a su hijo, pero reconocía su disgusto por este tipo de eventos.
—Si señora— La Rickford se alejó de una manera sofisticada dando pequeños estruendo con el tacón alto de sus zapatos.
ANDREW POV'S
¿Qué estaba haciendo esa bruja aquí tan pronto?, tomé el brazo de Alice bruscamente mientras ella se quejaba, abrí la puerta para sacarla, mi madre no podía verla aquí, menos en pijama. Cuando abrí la puerta vi algunos de seguridad de mi madre subir las escaleras, halé a la lavandera adentro y cerré la puerta, llamé rápidamente en conjunto a ciertas personas que confiaba ciegamente, después de tres tonos contestaron.
— ¡Es una emergencia!
— ¿Qué? — preguntó Adam.
—Llegó la bruja— dijo un poco exasperado. —Alice está en mi cuarto ahora mismo y no la puedo sacar.
—Andrew si te atrapan entonces...— dijo David preocupado. Esa mujer era una de las pocas personas que podía hacer que reaccionáramos de esta forma.
—Eres hombre muerto —Nathan terminó la oración... no necesitaban decírmelo para saber lo que era capaz de hacer mi madre.
Les pedí que vinieran, eran normal que ellos llegaran a la mansión, el problema era que Alice saliera sin ser vistos por la seguridad de mi madre o por la misma bruja.
—Si encuentra una chica extraña en el cuarto de su hijo, especialmente a alguien como Alice... me pregunto qué reacción tendría. Estoy muy curioso — mencionó David mientras se sentaba en una silla personal de cuero.
—Apostaría £2800.000 a que mandará a Andrew a Alaska mañana en la mañana— dijo Nathan señalando a Alaska de un mapamundi de mi cuarto.
—Apuesto £8000.000 a que lo mandará al Centro de investigación Antártica de la Base Halley — continuó David.
—En vez de eso, ella probablemente contrataría a un asesino. — dijo Adam entre risas, no me reí, sabía que era capaz de eso y de más.
— ¿Qué? ¿Enserio es tan mala? — preguntó Alice sentada en el sofá de cuero.
— ¿Se acuerdan del día que nos escapamos del campamento en 1er grado? —preguntó Nathan, perfectamente me acordaba de la reacción de la bruja.
—Casi morimos, ¿Cómo podría olvidarlo? —dijo Adam.
Mi madre como Rickford no conoce la palabra límite, envió a tres patrullas a buscarnos debajo de la lluvia de una noche oscura, eran en total 12 hombres uniformados con armas. "No se muevan" dijo uno de esos hombres distrayéndonos, nos señalaron a los 4 con las armas. Nosotros dejamos las almohadas y nos sentamos asustados en el sofá de atrás. Nos hicieron bajar del edificio, caminamos con las manos encima de nuestras cabezas debajo de la fría lluvia, un cuarto carro llegó y del él salió aquella mujer, tenía un semblante tranquilo, pero sus ojos desprendían furia concentrando su mirada en mí. No recordaba que me asustó más, esos 12 tipos apuntándonos con armas o la mirada penetrante de mi madre. Tenía que sacar a Alice de mi cuarto y de la mansión sin que ella se diera cuenta.
David tenía que encubrir a su amigo, él perfectamente conocía lo que la Sra. Rickford podría llegar a hacer. Bajó por las escaleras más cercanas de la mansión llegando a la sala principal en donde se realizaría la subasta.
—Bonjour— saludó David a una mujer con traje negro y su cabello recogido en un bollo.
— ¿Es realmente David Cooper? —preguntó aquella mujer joven quien sostenía una gran libreta negra de cuero. — ¿Cómo es que luces tan bien?
—Tengo un favor que solicitarte.
— ¿Qué es? Dime— preguntó aquella mujer.
...
—Ha llegado una petición de la ciudad de Colwyn Bay para patrocinar a escolares necesitados. — dice la mano derecha de la Sra. Helena.
—Rechazado. —contestó Helena sin dejar de firmar ciertos documentos.
—Al ministerio de educación le gustaría que tengamos una conducta especial en el proceso de selección para estudiantes de agricultura en la universidad Rickford a partir del próximo año.
—Rechazado. Has mantenido bien a Andrew ¿verdad? — preguntó aquella mujer bajando el bolígrafo.
—Sí— asiente Henrick; mano derecha de la familia Rickford. Después de unos segundos, Helena se levantó de la silla y subió por el ascensor para llegar a la habitación de su hijo.
Nathan, David, Adam y Andrew, en especial este último esperaban nerviosamente que la Sra. Rickford creyera el engaño que habían preparado, sus pensamientos se interrumpieron al escuchar el crujido de una gran puerta al abrirse. Helena ingresó con superioridad a la habitación de su hijo.
—Buenos días— saludaron en unísono intentando ocultar sus nerviosismos, Helena miró con atención a los cuatros chicos, pero su mirada se detuvo al ver a una mujer quien sostenía un libro y usaba un vestido amarillo a media pierna decorado con encajes, cuenca y pedrería de plata complementado con pendientes grandes y zapatos negros tipo salón.
— ¿Quién es ella? —preguntó la Sra. Rickford.
—Ah, hola— contestó Alice un poco nerviosa.
—Es mi visita, así que no te preocupes. — dijo Andrew con su típico semblante.
—Ella está en mi casa, así que también es mi invitada, ¿No es eso cierto, señorita? — antes de que Alice pudiera responder, Adam se acercó a ella y depositó su brazo en el hombro de Alice.
—Ella es mi amiga. —dijo Adam con seguridad.
— ¿Amiga? — dijo dudosa aquella mujer.
—Sí. Es una chica linda de segundo año, así que la estamos entrenando para que sea una mascota de F4 o algo así— dijo David mientras Alice fruncía el ceño.
— ¿De quién eres hija? — preguntó Helena con un semblante amable y tranquilo.
—Yo soy...
— ¿Qué es lo que tu padre hace? — continuó Helena.
— ¡Ah! Mi padre...
—Tiene un negocio. — intervino Adam.
— ¿Enserio? ¿De que tipo? — preguntó la Rickford con una sonrisa en su rostro.
—Tiene un negocio de ropa... No, quiero decir, de moda. De hecho es bastante famoso en la Industria —prosiguió Nathan. Alice solo asintió y mostró su mejor sonrisa.
—Qué interesante. Entonces, ¿tienes intereses en la subasta de hoy? —le dijo Helena a Alice.
—Sí, ella tiene más que interés. Con el nuevo vestido de "Bella", ella es quien conseguirá muchas donaciones esta noche. — dijo rápidamente David antes de que Alice digiera alguna palabra.
—Supongo que tu madre tiene buen gusto. —Helena mostró de nuevo sus perfectos y relucientes dientes blancos. — ¿A qué se dedica tu mamá? — Alice correspondió su sonrisa y antes que hablara o que algún F4 interrumpiera de nuevo, llegó Henrick.
—Presidente, es tiempo de saludar a sus invitados.
—Andrew, baja y toma tu lugar. El traje ya está listo—Helena remplazó su sonrisa por su semblante prudente y reservado. —Ustedes, ya que es por una buena causa, ponga de su parte antes de irse. —dijo mirando a los invitados de su hijo menor.
—Sí señora— dijo un David muy sonriente. La presidenta Rickford se alejó seguida de Henrick. Después de escuchar como la puerta se cerraba, Adam retiró su mano del hombro de Alice y suspiró notoriamente.
ALICE POV'S
— ¿Por qué mintieron? ¿Cómo van a arreglar eso? Debimos decirle la verdad —mi padre no era nadie importante en la industria, solo tenía una tintorería, no era ningún negocio de Moda.
—Entonces ¿debimos decirle que tu padre tiene una lavandería y tu madre trabaja en un sauna? Si hacemos eso, entonces nadie sabrá que pasaría. No solo contigo, sino también con tu familia — contestó primero David.
—No es una broma cuando decimos que no sobrevivirás una vez que has sido señalada. — continuó Nathan. Solo pude fruncir mi ceño, ¿en qué me estaba metiendo?
—Entonces es genético, ¿eh? —toda la manera de ser de Andrew la había heredado de su madre, todo su ser resplandecía superioridad al igual que la de su hijo. Escuché un pequeño bufido por parte de Andrew, tal vez no le gustaba ser comparado con la "bruja".
(...)
Como por arte de magia para mi desgracia, fui arrastrada a la infame y terrible sala de subasta de la vivienda Rickford. El subastador había aceptado algunas pujas de los mejores postores, varios objetos sin importancia (por lo menos para mí) habían sido comprados por altísimos precios.
—Ya viene ahora, por favor mire, son los goggles (gafas para nadar) del nadador Adam Peaty — dijo el subastador mientras dos mujeres muy elegantes y que usaban zapatos extremadamente altos llevaban un carrito decorado con seda azul medianoche, dentro del carrito habían unas gafas para nadar.
— ¿Los goggles de Adam Peaty? — Adam Peaty era mi ejemplo a seguir, en mi habitación tenía dos afiches del nadador inglés. Ganó dos medallas de oro, en las pruebas de 100 mt braza y en los 4x 1000 combinado en el "Campeonato Europeo de Natación de 2014"
—Empezamos con £400.000 — dijo el subastador. En realidad yo quería tener esas gafas, los goggles de mi ídolo, algún día quisiera hacer brazas como él.
—£540.00 —dijo Nathan levantando un cartelito rojo con el número "3"
—£540.00 es la puja. —dijo el subastador.
—£685.19— dijo una señora con el cartel número "13"
—Sí, por £685.19, ha subido la puja. —Siguió diciendo el subastador.
—£960.00— Nathan levantó de nuevo el cartel.
— ¿Escuché £1096.31? — la mujer número "13" levantó el cartel.
—£1233.35— dijo Nathan.
—Ah, ya veo, ¿Escuché £1507.43? — Era realmente genial tener esas gafas, pero, era ridículo toda esa suma de dinero, los ricos no tienen nada mejor que hacer que gastar innecesariamente.
—£2055.58 —dijo una voz de no sé dónde, la voz salió de unos amplificadores del lugar.
— ¡Sí! £2055.58 justo ahora, una oferta de £2055.58 fue hecha vía telefónica. ¿No hay más pujas? Si no hay otra, se irá a la cuenta. Uno, Dos, Tres. —La señora y Nathan tenían miradas de resignación, se dieron cuenta que pagar todo eso era ridículo. — ¡Vendido en £2055.58!— dijo el subastador después de hacer sonar un pequeño martillo, ¿Quién podía gastar eso por unas simples gafas?, bueno, no taaan simples pero aun así era mucho dinero, el comprador tenía que estar bastante loco o quería mucho los goggles de Adam Peaty.
Las subastas siguieron, ahora era un hermoso jarrón al parecer muy delicado y fino.
—Esta es la siguiente pieza de subasta. Por favor observen con cuidado. Es la nueva pieza del joven escultor David Cooper. Empezaremos la subasta con £1000.00 —Es realmente hermosa la cerámica, y no por criticar el trabajo de David, pero era muy caro ese precio ¿saben que se podría comprar con £1000.00 además de una vasija? Al final la hermosa vasija se subastó en £4000.00. Cuatro veces más de lo que había sido la primera puja.
Después de haber sido vendida la vasija (muy muy cara) la puerta en donde habían salido anteriormente los objetos a subastar se abrió de nuevo, de esta salió... ¿Andrew?
¿Acaso Andrew sería subastado? ¿Cómo se podía comprar una persona?
Él usaba un traje gris claro, con una camisa blanca y una corbata color ocre, él caminaba en donde mostraban los objetos a subastar. Nathan, David y Adam mostraron levemente sus carteles evitando reír, y todos los presentes empezaron a mirarlo con asombro. Podría asegurar que Andrew se sentía incómodo.
—La siguiente pieza de la subasta es el traje del señor Andrew Rickford, perteneciente a la compañía Rickford. Empezaremos con £3015.00
Ya todo tenía sentido. Se iba a subastar el traje no a Andrew... pero ni que el traje estuviera hecho de Oro, era mucho dinero, al igual que las siete cosas anteriormente subastadas. Estuve mirando a Andrew, ignorando a quien sea que había iniciado la puja.
— ¿Tenemos £4659.31? —Pude ver como la presidenta Rickford bajaba las escaleras con su semblante superior, mientras la veía escuché que alguien apostó los £4659.31, esto era realmente incomodo, ¿Por qué yo estaba aquí en primer lugar? —£6851.93, Wow estamos obteniendo grandes respuestas. —La madre de Andrew saludaba a cada invitado con una agradable sonrisa así que yo decidí mirar hacia un lado intentando que no me viera. —Hay £8222.32, Oh, £8222.32 ¡Wow! ¡Esto es grandioso! — La Sra. Rickford ¿me estaba mirando? ¿Cierto? Agaché mi mirada para que no me reconociera.
— ¿Qué estás haciendo? Rápido es tu turno —dijo Adam mientras me jalaba suavemente por el codo.
— ¡Vendido por £96000.00! —por ahora, el traje de Andrew había sido lo más costoso, pero eso no era importante... ¿Hacia dónde me llevaba Adam?
—Sí, el próximo artículo en subasta es muy deslumbrante— dijo aquel hombre subastador, habían comprado alrededor más de 10 artículos. Alice estaba siendo arrastrada por tres integrantes de F4 para hacer algo humillante para ella. En segundos, la alfombra se iluminó y deslumbró a una Alice confusa y asustada además de nerviosa y avergonzada. Luego se irguió y caminó sonriente por la alfombra roja. Nathan, David y Adam sonrieron evitando reírse a fuertes carcajadas. —Sí, el amarillo claro y color limón levantarán el glamour de quien lo viste... Las lentejuelas de oro y las perlas hacen hincapié en el lujo. Empezaremos con este vestido "Bella" con £3014.85— inmediatamente se ofertó la primera puja, subiendo el valor inicial.
— ¿Cómo ha estado Andrew? —preguntó Helena al hombre a sus espaldas, un señor que recorría unos 30 años.
—Ha estado muy tranquilo, él incluso está asistiendo a la Universidad —respondió Henrick.
— ¿Conoces a esa estudiante? — Henrick la conocía, no era ninguna hija de alguien relacionado con la industria de la moda, él conocía a la chica, Alice Lawler. Henrick fue el encargado de ir personalmente a su vivienda a informarle a los Lawler que "La chica maravilla" estudiaría en Rickford. Entonces ¿porqué ella estaba en la habitación del joven amo y la estaban haciendo pasar por una mujer adinerada? era aún un enigma. —Sr. Tanne.
—Sé que es una estudiante de Rickford —Si Andrew había ocultado su identidad era por alguna razón, Henrick desconocía porque alguien de una clase superior interactuaba con Alice Lawler, pero eso no sería de agrado para la presidenta Rickford.
—Averigua de quien es hija.
—Sí, entiendo. —Respondió Henrick Tanne.
—Este vestido es muy lujoso y elegante. Este vestido conmovió la atención de todos los diseñadores en el desfile de modas en París. —dijo el subastador al tener casi comprado el vestido por una suma de £6303.78
ALICE POV'S
— ¿De verdad estos son los goggles que usó Adam Peaty? —dijo mi padre asombrado mientras veía y admiraba las pequeñas gafas de nadador, solo asentí y sonreí muy contenta, ¡Tenia las gafas de Adam Peaty!
— ¡WAHHH! Hermana, Hermana, ¡Grandes noticias! —dijo Max mientras navegaba en la red, tal vez en Internet había alguna noticia muy importante, últimamente no me agradaban las noticias del internet ni de la televisión.
— ¿Ahora qué?
— ¡Los googles de Adam Peaty! Si los vendes puedes conseguir ¡£274.08!
— ¿¡£274.08!? ¡£274.08, por unos goggles! —dijo mi padre casi en gritos.
— ¡Véndelos!, ¡Tenemos que venderlos! ¿Dónde más puedes conseguir £274.08? —insistió mi madre.
— ¡De ninguna manera! Valen mucho. —dije mientras le quitaba las gafas a mi padre, ellos se quedaron mirándome sorprendidos y con la boca semiabierta. —Ah, Lo que quiero decir es... Es el tipo de cosas a las que no se puede poner precio —intenté excusarme con mi típica sonrisa.
— ¡Véndelos! 274.08 son 274.08. Me gustaría ver si pueden ser 2740.77—continuó mi madre muy emocionada, necesitábamos el dinero, pero no podía venderlos, era un regalo, ni siquiera los compré.
—Pero, aún si los vendemos... es un poco... Ah... no sé. Buenas noche— dije un poco desanimada mientras me levantaba. Agarré violentamente los goggles y salí corriendo.
— ¡Hey! ¡Porqué! ¡Jovencita! ¡¡¡Hey!!! —mi madre grita mientras intentaba perseguirme pero mi padre la sostuvo y evitó que me siguiera ¿Por qué yo había hecho eso? ¿Era normal reaccionar de esa manera?
Al llegar a mi cuarto decidí realizar un par de tareas que me dejaron en la escuela, oficialmente reconozco que Historia no es lo mío, tampoco Matemáticas ni lengua extranjera, también me dificultaba mucho Física y en ocasiones Química. Dejé de escribir y agarré cuidadosamente las gafas recordando cada segundo de como obtuve aquel google que tanto anhelaba.
—Ya me voy. De todos modos, gracias. —le dije con dificultad y casi murmurando a Andrew, no era lo mío estar dando gracias y más si era para alguien como él.
— ¿Qué? Casi no te escuché —sabía perfectamente que me había escuchado, solo quería que lo repitiera.
—Dije gracias. —le repetí tragando mi orgullo.
— ¿Qué?
—He dicho ¡¡¡GRACIAS!!! —le dije esta vez gritando, demasiado alto.
—Sí estas agradecida, un solo "gracias" es suficiente. De todas maneras, eres muy orgullosa para ser pobre.
—Eso es todo ¡Me retracto! —le dije "gracias" amablemente ¿y eso me dice como respuesta? Que soy además de pobre ¿orgullosa?
— ¿Qué? — preguntó esta vez confundido.
— ¡Anulo las "gracias"! —respondí un poco exasperada. — ¿En que estaba pensando? Las personas no cambian tan fácilmente. Me voy.
—Oye, Allie.
— ¡¿Qué?! —le grité realmente furiosa, los ricos son así ¿ni siquiera se había aprendido mi nombre?, Andrew tiró una pequeña caja negra con unas letras rojas, lo tiró con fuerza hacia mí y lo agarré en el aire... claro que casi me caigo intentado que no se cayera, aún llevaba esos grandísimos tacones.
—Tú, no bebas cuando yo no esté. — iba a responderle algo muy mordaz pero se alejó antes de poder decir alguna palabra. ¿Por qué me estaba dando esto?, abrí la caja y dentro había un estuche gris, así que lo abrí y había otro de color azul, de nuevo abrí el pequeño estuche y.... ¡Los goggles de Adam Peaty! ¿Por qué me los estaba dando?
Seguía suspirando con la mirada perdida, sostenía con delicadeza las gafas de natación, volví a guardarlo en el pequeño estuche y luego en el otro de color gris, no quería que se ensuciara o rayara, abrí el último cajón de mi pequeño escritorio en donde antes estaba el pañuelo con la escritura A.W y deposité el estuche gris que me había obsequiado Andrew.
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Alice practicaba natación en su tiempo libre como lo hacía habitualmente, ella nadaba en la piscina de la escuela, el agua la relajaba y le era gran compañía. Los F4 escuchaban algunas clases con atención excepto Andrew quien su distracción era mover un pequeño mapamundi dorado con su dedo y luego centrar su atención al escritorio vacío a unos pocos metros; el escritorio de Adam.
Alice después de entrenar en la piscina había tomado de pasatiempo visitar las escaleras de incendios, a pesar de que Adam le había comentado que nunca volvería allí, ella deseaba verlo de nuevo, así que decidió buscarlo en el Jardín.
Adam se encontraba tocando una melodía demasiado melancólica, Alice se sentía triste por el sonido, pero su ánimo cayó al ver a Adam soltar una pequeña lágrima mientras tocaba. Sus ojos se humedecieron de ver a Adam tan frágil y vulnerable, Alice soltó un pequeño suspiro y decidió volver con su mejor compañía; el agua.
ALICE POV'S
¿Adam llorando? Estaba muy indefenso, mi corazón se detenía por verlo de aquella manera, sabía que la culpable de su vulnerabilidad tenía un nombre y era Katherine. Decidí volver a la piscina y pude ver que al fondo había una mujer de pie dando la espalda, así que me acerqué, no era ninguna estudiante ya que no usaba el uniforme de Rickford, después de acercarme lo suficiente la distinguí.
— ¿Katherine? ¿Qué te trae por aquí?
—Tengo que tramitar mi baja definitiva de la Universidad. Y quería verte una vez más antes de irme ¡Qué alivio! —dijo después de voltearse.
— ¿De verdad no vas a regresar? —pregunté a la bella mujer delante de mí, ella solo asintió. — ¿Cuándo te vas?
—Mañana. — ¿Qué?.... mañana... Katherine se iría a América y no la volvería a ver.
—Ah, ¿tan pronto? — dije con una voz entrecortada. —Todavía no he podido darte las gracias... Ni siquiera he sido capaz de devolverte el favor.
—Si sigues diciendo esas cosas, voy a ponerme muy triste... Desde el momento que te vi, supe que eras tú, Alice, la persona de que Adam hablaba mientras sonreía.
ADAM POV'S
Me acercaba a la piscina del colegio, un Audi negro estaba estacionado al frente del edificio, a su lado había un señor con traje negro; el chofer de Katherine. Me asintió y le devolví el saludo, ¿Katherine que hacía aquí? Seguí mi objetivo pero me escondí detrás del concreto a ver a Katherine y Alice hablando.
—Uhhmm, Katherine —dijo Alice mientras se arrodillaba en el suelo.
—Alice, ¿Qué estás haciendo? —dijo Katherine preocupada. ¿Por qué se arrodillaba Alice? No era que la conociera pero sabía que ella no era una persona que haría eso, lo demostró las infinitas de veces que enfrentó a Andrew y no titubeó en responderle (y golpear) a un Rickford.
—He sido tu fan desde mucho antes de haberte conocido, es por eso que sé mejor que nadie porqué tomaste esa decisión— dijo Alice entre sollozos, solo la veía de espaldas pero sabía que estaba llorando. —Te lo ruego... por favor, no te vayas —dijo mientras se le entrecortaba cada vez más la voz.
—Levántate por favor— dijo Katherine dando un pequeño suspiro.
—Sé muy bien que no tengo ningún derecho a pedirte esto y que no tienes ningún motivo para hacerlo, pero si no lo intento...—dijo aumentando sus sollozos.
—Me lo dices por Adam ¿verdad?
—No sé nada de Adam —respondió después de un gran silencio. —Pero, sé lo mucho que le importas. — ¿Por qué Alice estaba haciendo eso?, eliminar su orgullo, incluso lloraba por mí.... ¿Ella que sabía de mi vida? ¿Por qué hablaba de mi con Katherine?—Y por alguna razón, veo la mirada triste de sus ojos. Pero, él también sonríe algunas veces, Sonríe tan cálidamente que puede derretir el corazón de cualquier persona que lo mire. —No quería seguir escuchando nada, no podía seguir haciéndolo ¿Por qué estaba haciendo eso?, no necesitaba que ella ni nadie sintiera lástima por mí. Decidí irme y no escuchar más, eso era lo mejor.
ALICE POV'S
—La única persona que puede hacerlo sonreír eres tú. Si te vas puede que Adam no pueda volver a sonreír de nuevo. —le dije mientras seguía arrodillada a su lado, ella no se quedaría pero lo intentaría, quería volver a ver a Adam sonreír de una manera verdadera. Los ojos de Katherine se humedecieron y se levantó de la silla blanca.
—Levántate, por favor—dijo mientras me ayudaba a pararme, nunca había hecho algo similar. Andrew tenía razón, yo era demasiado orgullosa para ser pobre, pero todo orgullo se desvaneció por ver a Adam sonreír 'Él era una de las causas de que yo sonriera, pero él amaba a Katherine, verlo feliz me era suficiente para también serlo.
—Alice, creo que cuando una persona está decidiendo que hacer, es algo similar a comprar algo de un país extranjero. —dijo Katherine mientras me ayudaba a sentar. —Si no lo tomas en ese momento, no habrá una segunda oportunidad. Conozco muy bien el dolor de ese arrepentimiento... Adam es una persona importante para mí, y creo que yo también lo soy para él... ¿Qué crees tú? —preguntó Katherine mirándome tranquilamente.
—Lo siento. Lo siento mucho —no tuve que hacer todo el drama que había hecho anteriormente, no podía hacer nada por Adam.
—No, estoy muy contenta de que me hayas dicho esto. Gracias. —Mis ojos volvieron a derramar lágrimas ¿alguien puede quedarse sin lágrimas?
—Kathe...—dije casi en murmullos, me dificultaba hablar, ni siquiera podía decir su nombre completo.
—Oh, espera —dijo y abrió una bolsa color plata entre las cosas que traía, sacó unos hermosos zapatos negros con tacón alto y decoraciones doradas.
— ¿Es...esto son para...mi?
—Te dije antes que los zapatos son lo más importante para una dama. —dijo entregándome los bellos tacones, rezaré para que estos zapatos te lleven a grandes lugares, sin falla... También tengo algo que pedirte. Por favor, has que Adam sonría de nuevo. —bajé mi mirada, lo intentaría pero no aseguraba nada... Después de todo él no me ama.
Caminé hacia mi casa con la bolsa plateada entre mis manos, pero mis pequeñas zancadas disminuyeron al ver a la persona al frente de mí que se acercaba rápidamente.
— ¿Quién te crees que eres? —dijo Adam un poco enojado. — ¿Quién eres tú para decir estas cosas? — ¿De que hablaba Adam? Mi corazón no había tenido un buen día, Adam hablando de esa forma era lo que faltaba para que mi corazón se dañara aún más. — ¿Quién te pidió que hicieras esa petición?, No, ni siquiera se lo pediste. Estabas rogándole — sabía que no actué de la mejor manera, pero, no necesitaba reclamármelo ¿o sí? Mi corazón dolía aún más. —Andrew tenía razón, eres una lavandera muy molesta e entrometida. Métete en tus propios asuntos.
Andrew podía decirme millones de palabras hirientes, era algo usual de él y siempre deseaba golpear su perfecto rostro, pero que Adam lo dijera... Eso me daban ganar de golpear a alguien, y no era a él, sino a mi misma.
— ¿Acaso no tienes orgullo? —mis lágrimas una vez más amenazaban por salir de mis ojos.
—No es porque no tengo orgullo. Es porque estabas en tal agonía. Lucías como si estuvieras a punto de morir de tristeza —tal vez nunca tuve que verlo llorar en el jardín, tal vez tuve que actuar indiferente y esperar a que el tiempo disminuyera el dolor.
— ¡¿Y a ti que te importa?! ¡Eso no tiene nada que ver contigo!, Sal de mi vista. —mi corazón se derribaba y destruía por cada palabra que Adam decía
¿Desde cuándo me afecta tanto lo que alguien diga? Tal vez no me afecta que alguien me insulte, estaba acostumbrada por Andrew, Ginger, Miranda, Sunny y toda la escuela... pero las de Adam despedazaban cada centímetro de mi corazón.
DAVID COOPER EN MULTIMEDIA
KATHERINE PIERCE
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