48. CENIZAS


DAVID POV'S

Deambulaba hacia mi casa y un poco fatigado decidí buscar las llaves del taller para poder entrar, al hacerlo todo mi alrededor estaba impregnado por la oscuridad y en la penumbra busqué el interruptor.

Al encenderlo, evidencié a mi padre con una mujer de la mitad de su edad en una escena algo íntima encima del mesón de mi cocina. La mujer sin necesidad de que yo reclamara algo, decidió marcharse con una sonrisa jocosa.

Me acerqué a mi padre quien comenzó abrochar su cinturón y buscaba al mismo tiempo una botella de vino.

—Este es mi estudio —mencioné tranquilamente sin perder los estribos. —Atiende tus asuntos en otra parte.

—Hijo ¿Por qué no atiendes a los tuyos aquí? —respondió mientras se servía una copa. — ¿Por qué no nos ayudamos mutuamente? ¿Eh?

—Si sigues viniendo aquí, será mejor que me mude —exhalé apaciblemente a pesar de que tenía tanto deseo de estrellar mi puño en su ambicioso rostro.

—No puedes hacerlo —manifestó con seriedad. —Soy yo quien debería marcharse de aquí. ¿Ya se te olvidó quien es la cabeza de la respetable familia Cooper? —mencionó fingiendo interés. —Ya no soy yo, eres tú, mi querido David.

—Nunca quise serlo —admití congregando determinación. Todo esto era sinónimo de inmundicia. Todo lo relacionado con ese sujeto lo era.

—Que yo recuerde, tú nunca lo quisiste hacer de todas formas.

— ¿Por qué estás aquí? —inquirí tratando de apaciguar mi enojo.

—Estoy aburrido —admitió mientras tomaba varios sorbos del vino tinto. —Verás que la vida es demasiado monótona, hijo.

—No si hicieras lo correcto —manifesté después de tomar otro suspiro. — ¿Al menos lo has intentado?

—La mujer que iba a hacerme un hombre de bien solo se presentó una vez en mi vida. —susurró de manera melancólica mientras sacudía levemente la copa. —Si pierdes a esa mujer... las demás son iguales.

— ¿No te parece que... eres demasiado injusto con mi madre? —susurré en un pequeño sollozo al recordar a mi madre que yacía en un hospital.

—Por eso es que espero que mi vida pase lo más rápido posible —confesó mi supuesto padre que hacía que me diera nauseas al recordar que teníamos la misma sangre. — Pero nada sale como uno lo quiere —no toleraba que mi padre dijera semejantes cosas a mi madre, sin embargo, él decidió continuar hablando sin esperar mi reacción. — ¿Sabes porque tú eres la cabeza de la familia Cooper y no tu hermano mayor?

— ¿Por qué? —  pregunté con poco interés, sin embargo una parte de mi deseaba saberlo. Yo desconocía la razón por la cual el nombre de mi familia cayó sobre mis hombros y no sobre los de Gave... poco después de que me reconocieran como cabeza de la familia, mi hermano decidió dedicarse a las artes culinarias.

—Porque somos como dos gotas de agua —explicó mientras reía con ocurrencia y se acercaba a mí para depositar su mano en mi hombro. —Que no se te olvide nunca... Lo bueno solo aparece una sola vez en tu vida —aclaró antes de soltar el desagradable contacto. —Es un cruel hecho de esta vida —sentenció antes de marcharse de mi casa.

La impotencia, la cólera, el enojo, el resentimiento, la culpa, el desprecio y la pesadumbre invadían mi sistema. Era inasequible saber en qué era lo que pensaba, pero todo se resumía a un nombre y un apellido.

Me estaba convirtiendo en lo que siempre desprecié... Mi padre. Y no podía huir de eso.

Comencé a tomar el vino que mi padre había destapado, después de eso continué con un alcohol más fuerte y seguí de esa manera hasta que todo se transfiguraba a algo difuso.

"Lo bueno solo aparece una vez en tu vida"

"La mujer que iba a hacerme un hombre de bien solo se presentó una vez en mi vida. Si pierdes a esa mujer, las demás son iguales."

Seguía tomando con esperanzas de perder la conciencia, sin embargo me perseguían todos los pensamientos que deseaba olvidar. Memorias que radicaban desde hace mucho tiempo, pero que me seguían atormentando.

"Pero cuando aparezca, no la dejaré ir, porque si pierdes a esa persona te arrepentirás de por vida."

Rememoraba las palabras de Abigail y ciertos recuerdos se presentaron en mi mente...


FLASHBACK

—Mamá, por favor no te mueras. —Recordaba que cuando tenía 8 años, la salud de mi madre comenzó a recaer. Yo siempre me escondía debajo de la mesa del taller con esperanzas de que mi roto hogar se reparara.

—Te encontré —anunció la pequeña niña de 9 años de cabello castaño y ojos color chocolate mientras se sentaba a mi lado.

— ¿Se va a morir? —susurré tratando de calmar mi sollozo mientras secaba mis lágrimas derramadas.

—Ya verás que se pondrá mejor —motivó la chica con una sonrisa con esperanzas de que yo no me sintiera tan afligido... Sabía que en el fondo eso no era cierto, sin embargo, por alguna razón sentía que podía confiar en ella.

Por alguna razón, sentía que ella era mi rueda de alfarero.

—David, hermano —escuché la voz de un chico de 10 años que me llamaba con preocupación en su voz, ese chico era Gave Cooper.

—Tu hermano te está buscando David —mencionó la chica castaña suponiendo que yo no lo había escuchado. Observé que ella comenzó a salir de la mesa, sin embargo por inercia sostuve su brazo para que se detuviera.

Con suavidad, ella comenzó a acariciar mi cabello así que mis ojos se fueron cerrando con su contacto.

— ¿Puedo dormirme? —susurré, así que en ella en respuesta asintió. Comencé a inclinarme hacia sus piernas y deposité mi cabeza en estas mientras ella continuaba acariciando mi cabello. — ¿Cómo me encontraste?

—Siempre te encontraré, sin importar donde te escondas.

—No te puedes ir hasta que me duerma —finalicé y comencé a caer en los brazos de Morfeo mientras me deleitaba por su agradable aroma.

FLASHBACK END


Caminé alrededor de la casa y me acerqué a una figura de cerámica, era un rompecabezas escritos con varias letras del abecedario, solo que en el centro faltaban dos piezas.

La letra D y la letra R.

Comencé a acariciar las otras piezas y después saqué de un jarrón la pieza R del rompecabezas sostenido con una cuerda. Me dirigí hasta una banca del taller y me senté en este mientras comenzaba a ver que todo mí alrededor giraba.

El amor podía doler.

Y era un calvario recordar que tu alma gemela solo aparecía una vez en tu vida... Y yo la había dejado ir.

Ahora mantenía mi amor en esa pieza de rompecabezas que era lo único que me conectaba a ella.

Por todo el licor en mi sistema comencé a imaginarme que ella estaba aquí, ofreciéndome su amor y su consuelo.... Me recosté en la banca y desee creer que ella estaba allí para acariciar mi cabello mientras decía que todo estaba bien.

Sin embargo muy en el fondo sabía que yo estaba solo en el gran taller. Completamente vacío, sin ninguna esperanzas para seguir mi trayecto.

No sabía dónde estaba ella, pero la echaba de menos.... Cuando gritaba su nombre, el eco era el único que respondía. Solo quería ver su cara una vez más.... Estaba desesperado solo por escuchar su voz.

Algunas veces cuando cerraba mis ojos deseaba que ella me encontrara de nuevo... Como siempre lo hacía.... Quería que ella me encontrara en este lugar roto.

— ¿Puedes encontrarme?... La que me encontraba siempre, eras tú. Mi querida Rache.



ALICE POV'S

El hotel de Allie era hermoso, así que mientras ella me mostraba todo el lugar,  por alguna razón, Andrew y Adam iban a preparar la cena.

Desconocía sí Andrew había tocado alguna vez una cocina y tampoco sabía sí Adam sabía cocinar otra cosa que no fueran Pancakes. 

Después de una hora de caminar por todo el gran hotel, Allie insistió en ir a su recámara porque había olvidado su celular, así que la acompañé. Mientras ella buscaba en su habitación yo me quedé esperando en el hall y decidí observar el collar mientras tanto.

Siempre me dolía ver esa cadena... solo era un cúmulo de promesas falsas y de mentiras.

—Ya lo encontré —mencionó Allie levantando el celular así que simplemente sonreí y guardé el collar en mi bolsillo. — ¿Qué es eso? —preguntó señalando la joya.

—Ah... eso...no es nada. —comenté con una sonrisa nerviosa, sin embargo ella se sentó a mi lado con una cara muy esperanzada.

— ¿Puedo verlo? Por favor, por favor, por favor —comenzó a rogar juntando sus manos y recreando una carita de cachorro.

—Bien —susurré después de soltar un suspiro, así que en poco tiempo Allie tenía el collar en sus manos mientras lo admiraba.

—Es hermoso  —comentó con asombro. — ¿Dónde lo compraste?

—Yo no lo compré —susurré mientras analizaba todas mis palabras.

—Oh, cierto, que tonta soy —dijo mientras detallaba la cadena y la giraba para ver el A❤A. —Es hermoso toda la joya. Es tan delicada pero tan fina al mismo tiempo.... ¿Te la regaló Adam?

— ¿Qué?

—Bueno, A y A. Se refiere a Adam y Alice ¿Cierto? —comentó con una sonrisa así que solo pude sonreírle... Era una coincidencia que el nombre de Adam también iniciara con la A, pero no podía negar su teoría... Ella no podía enterarse que A❤A significa Andrew❤Alice.

Después de salir de la habitación de Allie, decidimos ir a una de las cocinas del lugar, en donde estaban Andrew y Adam.

Al llegar, se encontraban algunos platillos servido en la barra mientras ellos observaban la comida con orgullo.

— ¿Ya terminaron? —preguntó Allie, así que en respuesta Adam asintió. —Voy a probar —anunció antes de llevar a su boca un bocado de carne, sin embargo inmediatamente lo escupió a la basura.

—Eres una molestia. No sabe tan mal —refunfuñó Andrew.

—Prueba un poco —dijo Adam mientras cogía con el tenedor un poco de la comida y lo llevaba hacia mi boca.

En el segundo en que sentí el sabor en mi paladar, me vi obligada a forzar una sonrisa. No podía decirles a Andrew y Adam que ellos eran un desastre en la cocina... Sin embargo ellos era un insulto para toda la industria culinaria.

—Como lo sospeché. Sabe horrible.—dijo Allie mientras hablaba con alguien por su celular. — ¿Puedes traernos la cena?....Sí, barbacoa.

En pocos minutos estábamos sentados en la gran mesa mientras los chef nos servían los platillos. Comencé a cortar la jugosa carne, sin embargo era un poco difícil... Nunca fui buena con los cubiertos.

Mientras me concentraba en mi labor, observé que Adam intercambió nuestros platos, y ahora delante de mí, estaba el sabroso platillo con la carne cortada en pequeños trozos.

—Gracias —susurré antes de llevar a mi boca un pedazo de carne.

—Andy, ¿Puedes cortar el mío? —preguntó Allie mientras señalaba su plato.

— ¿Acaso eres una niña? Puedes cortarlo tú misma, no soy tu niñero —espetó Andrew mientras seguía comiendo, así que rápidamente un chef se acercó para entregarle otro plato a Allie que tenía la carne perfectamente cortada.

Mientras seguíamos en la cena, Allie levantó su copa de vino y deseó hacer el brindis con Andrew, sin embargo él siguió tomando de la copa ignorándola completamente mientras ella hacía un puchero con sus labios.

Adam levantó su copa de vino, así que yo levanté mi copa de agua, y los tres las chocamos levemente para hacer el brindis.


(...)

Estaba sentada encima de una roca de la piscina natural del hotel, me gustaba sentir el agua cerca a pesar de no poder entrar para nadar.

Mientras observaba el agua, comencé a sumirme en mis pensamientos y decidí sacar el collar de mi bolsillo.

Lo examinaba detalladamente mientras recordaba que la estrella nunca cumplió su promesa. Giré el collar y observé el escrito "AA" y ese dolor en mi pecho se intensificó nuevamente.

Él había roto mi corazón, sin embargo, los pedazos seguían queriéndolo aún.

Observaba el collar cuidadosamente y por accidente, se resbaló de mis dedos y cayó al agua de la piscina natural. Con cuidado me bajé de la roca y me sumergí a la piscina con el fin de recuperar la cadena.

Sin embargo la piscina era muy profunda y la pequeña cascada no facilitaba la labor de encontrar el collar. Mi hombro dolía demasiado, pero eso no me detuvo. Nadé hasta el fondo de la piscina y pude recoger la joya.

Me había alejado mucho de la orilla de la piscina y me era imposible mover mis brazos para salir a la superficie. Mi respiración fallaba y comencé a tragar mucha agua.

Recordaba la sensación de la vez en que me estaba ahogando en Nueva Caledonia. Movía mis brazos, pero no podía ejecutar ninguna brazada.

Sentí que alguien me sujetó, y comenzó a llevarme hasta la orilla. No podía abrir mis ojos, y el ardor en mis pulmones permanecía.... sentía también la falta de oxígeno.

—Alice...Alice...Despierta, Alice—escuché que alguien me llamaba mientras tocaba mis mejillas. Pude escupir toda el agua que estaba en mi boca y al abrir mis ojos pude observar que Andrew me estaba sosteniendo con sus fríos brazos... pero por alguna razón me sentía cálida a su lado. —Alice ¿Puedes respirar?

—Andrew...—susurré su nombre un poco conmocionada, sin embargo no quería separarme de él. Quería seguir a su lado escuchando el latido de su corazón. —Creí que tú no sabías nadar —musité débilmente mientras recordaba lo agradable que era el aroma de Andrew.

—Ahora sé —respondió en un susurró cerca de mi oreja antes de cargarme en sus brazos y comenzar a caminar.

— ¿Cómo es posible? —pregunté mientras apoyaba mi cabeza en su pecho. Andrew le temía al agua debido a su trauma de infancia... Era inexplicable que él supiera nadar.

—Aprendí —musitó en respuesta. —No me agradaba la idea de que fueras rescatada por otra persona, así que... Aprendí a nadar —no pude decir nada ante su declaración... Él había superado su miedo por mí.... Andrew había aprendido a nadar solo por mí

— ¡Chicos! —escuché el gritó de Allie quien corría hacia nosotros al lado de Adam. — ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó mientras se detenía al frente de nosotros. —Alice ¿Estás bien?

—Ella está bien —respondió Andrew por mí sin dejar de cargarme en sus brazos.

—Gracias a Dios —suspiró Allie después de tranquilizarse.

—Yo la cuidaré, no te preocupes —dijo Adam mientras se acercaba a nosotros.

—Sí, deberías llevarla arriba y que descanse un poco —sugirió Allie inmediatamente. Andrew en respuesta me depositó delicadamente en el suelo y Adam se acercó para ayudarme a levantar. —Vámonos —mencionó mientras me ayudaba a caminar, sin embargo antes de irme observé a Andrew una última vez.



(...)

— ¿Estás bien? —preguntó Adam al ver que salía de mi cuarto con otra ropa seca.

—Sí, gracias.... Que torpe soy, no entra en mi cabeza que ya no puedo nadar —mencioné fingiendo una risa.

—Antes, solo era tu bombero. ¿Ahora debo ser tu salvavidas? —inquirió Adam en tono burlón haciendo que yo riera levemente... Sin embargo había una cosa que me seguía inquietando.... La cadena de estrella y luna. La había perdido, sin embargo estaba segura que la había cogido en la piscina.

—Ah, creo que olvidé algo en la piscina. Vuelvo en un momento ¿Sí? —Adam asintió un poco desconfiado, así que decidí continuar. —Oye, no te preocupes, no me meteré en problemas —después de observar que Adam sonrió, decidí bajar hasta la alberca, sin embargo lo que observé fue como si una espada atravesara mi corazón.

Andrew estaba sentado en el jacuzzi de la alberca mientras Allie estaba sentada a su lado abrazándolo.

Él no estaba enojado, tampoco molesto o fastidiado... a lo contrario, se veía cómodo a su lado... Al lado de su prometida.

Tuve suerte de que ellos no me vieran y decidí sentarme en unas escaleras de la parte trasera del hotel.

Me dolía que el reloj siguiera avanzando, que los días siguieran pasando, y que todo siguiera igual.... No, no todo seguía igual... porque Andrew y Allie comenzaban a reforzar su relación.

Deseaba tanto cerrar los ojos y que todo volviera a ser como antes.

— ¿Viste un fantasma? —preguntó Adam mientras se sentaba a mi lado.

—Ah... no... esto... No he visto a ninguno —respondí con una voz temblorosa.

Era duro cuando alguien especial comenzaba a olvidarte, pero era más difícil tener que fingir que no te importaba.

Comencé a morder mis uñas mientras temblaba... No sabía exactamente lo que sentía, solo era como si mi corazón recordara que estaba sobreviviendo solo con recuerdos. El dolor en mi pecho incrementaba cada segundo, mi respiración se volvía agitada y sabía que las lágrimas no tardarían en salir.

—Me siento como una tonta... como una estúpida... una idiota...—susurraba mientras mordía mis uñas y sentía que comenzaba a arder. Pronto sentí que Adam sostuvo mi mano para evitar que siguiera mordiendo mis uñas, y en seguida entrelazó nuestros dedos haciendo que yo dejara temblar.

—Por favor, no seas tan dura contigo misma —susurró mientras acariciaba mi rostro con su otra mano. Simplemente pude asentir con mis ojos al borde de las lágrimas y observé que Adam se levantó para coger una guitarra.

Al acercarse, sin decir una palabra, Adam comenzó a tocar una melodía que hizo que mis lágrimas se derramaran por mi rostro.

Say something.

Esa era la canción que yo había tocado en el cumpleaños de Andrew.

Comencé a llorar sin temor que Adam me estuviera viendo. Simplemente derramé todos mis lamentos con las esperanza de tomar fuerzas para seguir adelante.

Andrew fue una demolición que golpeó fuertemente mi corazón. Él destruyó todos los muros que había construido. Y yo fui la única culpable al dejar que él se apoderara hasta de los últimos pedazos de mi corazón. El fuego había invadido todo, y lo único que quedaba ahora, eran las cenizas.


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¿QUE OPNINAS DE RACHELE, Y CREES QUE ALICE Y ANDREW VUELVEN A ESTAR JUNTOS?

KATHERINE PIERCE

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