28. DE NUEVO LA TARJETA
MARATÓN!!! 1/4
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—Quiero regresar el tiempo, y no haber conocido a los F4 —Observé que Andrew mordió su labio y observó el pavimento, y segundos después me soltó bruscamente para luego alejarse. Oculté mi rostro para intentar que los estudiantes no me vieran llorar, sin embargo antes de tapar mis lágrimas observé que los F4 siguieron a Andrew. Adam antes de alejarse me observó durante unos segundos para después negar con su rostro y seguir nuevamente a Andrew.
Intenté calmar mis sollozos, los estudiantes comenzaron a murmurar cosas, sin embargo, los sujetos de seguridad se encargaron de despejar rápidamente el lugar. Mi corazón dolía a una gran manera. Tal vez fui una tonta al pensar que lo nuestro funcionaría.
¿Por qué todo lo que intentaba siempre fracasaba? Me dolía mucho perder a Andrew, sin embargo eso era lo mejor por el momento. Nunca debí intentar meterme a su mundo, o intentar arrastrarlo al mío. Éramos de distintas sociedades, esto estaba destinado al fracaso.
(...)
Cómo todas las mañanas salí a entregar el periódico y la leche. Pero ese día andaba más torpe de lo normal y me costó mucho arrojar bien los diarios. Luego de terminar la primera parte, fui a armar el resto de los periódicos para terminar la segunda zona. Pero a medida de que lo hacía no pude simplemente sacar a Andrew de mi cabeza. Las imágenes del periódico de algún modo a otro me lo recordaban, haciendo casi imposible contener mis lágrimas, hasta que por un momento me dejé llevar por ellas.
Al ver que no había nadie al alrededor, me acuclillé en el suelo y comencé a llorar como una pequeña niña. Mis sollozos eran fuertes y sentía un gran vacío en mi corazón. Todo comenzaba a destrozarse en mi interior y solo podía preguntarme que en qué momento me había enamorado tanto de Andrew.
Horas después caminé hasta el colegio, sin embargo todos los estudiantes estaban murmurando cosas. Sabía que fue por la pelea de ayer de Andrew con Dylan... Si es que eso se podía llamar pelea porque el único que golpeó fue Andrew.
Aunque eso era algo obvio, Dylan no era estúpido como para lanzarle un golpe a Andrew sabiendo que él estaba siendo escoltado por 5 gorilas.
Me dirigí a mi casillero para guardar unos libros, sin embargo una tarjeta roja con una calavera negra estaba colgada al abrir mi casillero.
—Oh, miren, Alice tiene la tarjeta roja —escuché a mis espaldas la voz de un estudiante y pronto los murmullos comenzaron a sonar.
— ¿No es la segunda ya?
—Es asombroso.
—Si sigue así será la estudiante con más tarjetas rojas en la historia de la institución.
—Es mucho para ella, pero se lo merece.
Arranqué sin ánimos la tarjeta de mi casillero y comencé a caminar, sin embargo alguien se interpuso en mi camino, levanté mi rostro y era Dylan portando su uniforme y usando sus grandes gafas.
—No te preocupes, de ahora en adelante, yo te protegeré —aseguró mientras sonreía con su labio cortado y su rostro golpeado. Tenía feos moretones en su cara y me sentía bastante culpable por eso. Debí de haber intervenido antes. Dylan levantó su mano y arrugó una tarjeta roja igual a la que yo estaba sosteniendo.
Al sonar el timbre tuve que dirigirme a mi salón de clases, no tenía ánimos de ir, sabía que Ginger, Sunny y Miranda aprovecharían esta ocasión para hacer más miserable mi vida. Al llegar al salón busqué mi puesto pero no lo encontraba por ningún lado.
—Oh, pero si es Alice, ¿No encuentras tu pupitre? —mencionó Sunny con burla.
— ¿Su escritorio desapareció? —agregó Miranda con el mismo tono. Inmediatamente las tres comenzaron a reír. No reclamé y decidí salir al pasillo a buscar mi escritorio. No había encontrado mi pupitre, pero por suerte, las personas de mantenimiento me entregaron otro escritorio, así que comencé a arrastrarlo hacia el salón, sin embargo cuando iba pasando debajo de un balcón vi a Dylan que se abalanzó contra mí.
— ¡Cuidado Alice! —fue lo único que dijo antes que una maceta cayera desde el balcón y terminara añicos sobre el suelo... donde segundos antes yo estaba.
Comencé a temblar débilmente así que Dylan me abrazó. Pude haber salido seriamente lastimada. Esto era demasiado.
—Fue Andrew —aseguró Dylan mientras observaba el balcón.
—No es cierto —negué suavemente con mi rostro. Andrew no sería capaz de haber tirado la maceta con ánimos de lastimarme.
— ¿No lo ves? Allí queda la oficina de los F4 —mencionó mientras señalaba de nuevo al balcón.
—Andrew no me haría daño —susurré mientras intentaba tranquilizarme.
—Él llegó muy lejos al ponerte otra tarjeta roja. Andrew es esa clase de persona, que puede hacer lo que sea sin sentir remordimiento —continuó esta vez más exaltado. Simplemente seguía negando. Andrew no lo haría, él Andrew que conocía sería incapaz de hacerlo.
"¿Lo ves? ¿Mi corazón?"
"Andrew R ❤ Alice L. ¡Primera noche!"
"Solo una vez, di que te gusto"
"¿Podrían dejarme pasar la noche aquí?"
"Quería llevarte a los Campos Elíseos, pero sé que te enfadarías si te llevo a París. Así que decoré este lugar para que pareciera los Campos Elíseos. ¿Te gusta?"
"Quiero ir otra vez... De hecho, quiero ir todos los días."
"Me alegro que Alice Lawler, la chica plebeya y gánster sea mi novia. La promesa me hace sentir más tranquilo."
Recordaba con claridad todo lo sucedido en los últimos meses al lado de Andrew. Él... esto... era imposible. Andrew no me haría daño, simplemente negaba a creerlo. Yo conocí a un Andrew muy diferente. El Andrew que conocí sería incapaz de querer lastimarme. Eso debía ser una mentira. Debía ser un error. Tenía que haber sido un estudiante.
Débilmente me acerqué de nuevo a mi pupitre y comencé a arrastrarlo hacia el salón de clases. Dylan pronto se acercó y comenzó a ayudarme, simplemente pude agradecerle sin esbozar ninguna sonrisa. Tenía más ganas de llorar que hacer otra cosa.
(...)
La madrugada siguiente y como todas las madrugadas, estaba haciendo las entregas tranquilamente en mi bicicleta. Mientras entregaba la leche y el periódico, encontré a Adam estacionando su moto.
— ¡Adam! —dije algo sorprendida. Pronto fuimos a una plaza que estaba cerca. Adam estaba sentado en una banca mientras yo sacaba dos cajitas de leche, una para él y otra para mí.
—Han sido 15 años —dijo de la nada mirando hacia al frente.
— ¿Eh? — pregunté muy confundida ¿15 años de que?
— Desde que conozco a Andrew —contestó mirándome esta vez a los ojos.
—Ya veo —susurré jugando con la cajita de leche.
—Yo, no creo que sea posible conocer a una persona en su totalidad —mencionó observando fijamente el horizonte. —Pero de algo si estoy seguro —afirmó después de un suspiro. —Sé qué tipo de persona es él.... ¿Tú crees que Andrew lo hizo? —fruncí levemente mi ceño así que él continuó. —Lo de la maceta.
— ¿Lo viste?
—Estaba pasando por el campus cuando escuché el ruido. ¿No te parece algo raro que ese tal Dylan apareciera en el momento correcto, justo antes de caer la maceta?
— ¿Estás insinuando algo? Si crees que Dylan lo hizo, no es así. Él estaba a mi lado cuando ocurrió, no hay forma que él lo haya tirado, además ¿Por qué lo haría? Él se ha portado muy bien conmigo.
—No lo estoy culpando, tampoco estoy acusando a Andrew... pero ¿Tú crees que Andrew lo hizo? —Adam repitió de nuevo su pregunta y yo solté un gran suspiro. No sabía ni siquiera que creer. Ese era el salón de F4.
—Quiero creer que no lo hizo.
—Creer o no en él depende de ti, pero...—observé fijamente a Adam al escuchar que no terminó su oración.
— ¿Pero?
—Te dejé ir por Andrew —levanté mi mirada y lo observé un poco confundida tras escuchar su confesión —no intenté nada contigo por que él es mi mejor amigo —Adam suspiró lentamente y se levantó. —No hagas que me arrepienta —fue lo último que dijo antes de subir a su moto y acelerar a gran velocidad.
Tantas cosas pasaban por mi cabeza y observé que era hora de ir al colegio, rápidamente me subí a mi bici y pedaleé hasta el instituto. Mientras subí alertada al edificio observé que mi clase estaba vacía y en el pizarrón decía "Cambio de aula al laboratorio de Ciencias #4"
Observé y el salón estaba totalmente vacío, ni siquiera había una mochila así que bajé hasta el laboratorio. Al llegar a este, su condición era igual que el del salón. No había absolutamente nadie, corroboré que ese fuera el laboratorio #4, pero no me encontraba equivocada.
Me senté en una silla mientras esperaba que alguien llegara, pero me intrigaba que a esa hora no hubiera llegado nadie. Esperé durante unos 10 minutos hasta que observé que toda el aula se llenaba de un extraño humo.
No era humo de una llama, sino él humo que generaba un gas. Rápidamente observé el gas era expulsado de un pequeño contenedor en forma de cilindro que estaba tirado sobre el suelo. De inmediato tapé mi nariz y me acerqué a la puerta principal, pero estaba cerrada con seguro desde afuera, luego corrí hasta la otra puerta y esta también estaba cerrada.
— ¡Abran por favor! —gritaba mientras pateaba la puerta al sentir el gas sobre mis fosas nasales. De inmediato me dirigí hacia las ventanas cerradas, pero estaban aseguradas con tornillos.
El quien hubiera hecho eso, lo había ideado bastante bien para que yo no pudiera escapar. Mi vista se dificultaba y todo lo que veía era el desagradable humo. Gritaba por ayuda pero nadie me escuchaba. No había nadie cerca y aunque lo hubiera no creía que me ayudaran. ¿Quién era capaz de hace eso? Encerrarme en una habitación con gas estaba a otro nivel de arrojarme tomates.
Mi respiración fallaba y perdía todas mis fuerzas. Mi cuerpo no respondía y sentí que perdía toda capacidad de movimiento. Golpeaba con desespero la ventana hasta que observé a Dylan que gritaba que me alejara de la ventana. Suavemente comencé a arrastrarme para obedecerlo y observé una alarma de incendios así que con mis últimos alientos la presioné, segundos después de oír la alarma también escuché como la ventana fue quebrada.
— ¡Alice! —escuchaba la voz de Dylan, pero mi cuerpo no resistió más y comencé a ver todo negro hasta que no observé absolutamente nada.
(...)
Al abrir mis ojos, me sentía muy cansada, después de estirarme confirmé que en la habitación en la que estaba durmiendo no era mi cuarto. Intenté levantarme pero mi cabeza dolía fuertemente, comenzaba a preocuparme, pero me tranquilicé al ver a Dylan entrar con una bandeja con un tazón de leche y una sopa.
— ¿Te sientes mejor ahora? —miré un poco confundida a Dylan y asentí.
— ¿Dónde estoy?
—En mi casa —respondió mientras me entregaba la taza de leche caliente.
— ¿Tu casa? —pregunté un poco extrañada mientras recibía la taza. No recordaba bien lo que había sucedido, todo había sido tan difuso... El laboratorio, el gas, el humo...
—Inhalaste mucho gas y entraste en shock. Has estado dormida desde ayer —explicó tranquilamente mientras se sentaba en el borde de la cama. ¿Dormida desde ayer? Mis papás y Abby deberían estar muy preocupados.
— ¿He estado aquí por dos días? —pregunté un poco preocupada. Observé el reloj y era muy tarde.
—Llamé a tus padres para que no se preocuparan. Le dije que fuiste de viaje con tus amigos.
— ¿Amigos?
—Mencioné a los F4 y dejaron de preocuparse, tu madre dijo que si estabas con su "Yerno" todo estaba bien —continuó Dylan dando énfasis al "yerno" en forma de burla. Bajé mi mirada para tratar de procesar todo.
—Debo irme a casa, gracias —susurré mientras cogía mi blazer del uniforme de un perchero y salía del cuarto.
— ¿Aun confías en él? Cuando piensas en Andrew Rickford ¿Te duele el corazón porque ya no está contigo? —bajé mi mirada y no pude responder nada. Lo extrañaba y eso dolía a una gran magnitud. Sentía un gran vacío en mi pecho. —El casi te mata ¡Dos veces! Todos en esa escuela saben que si él no obtiene lo que quiere terminará por destruirlo.
— ¡No hables de Andrew de esa manera! —levanté mi voz así que Dylan guardó silencio. —Lo conozco muy bien así que ahórrate tus comentarios.
—No, hay algo que yo sé de él que tú no sabes, Alice —aseguró así que arqueé mi ceja mientras seguía caminando buscando la salida.
— ¿Por qué estás haciendo esto? —susurré casi en un sollozo. Extrañaba a Andrew pero él ahora me odiaba. Además era lo mejor estar distanciado. No era buena para él, y Andrew no era bueno para mí. Solo nos generábamos problemas. Y me lastimaba pensar eso.
—Porque mucho antes de que te conociera, he sido consciente del tipo de persona que es él. Con excepción del F4, él no ve a la gente como personas, no considera la vida de otra gente o la felicidad de otros más que la de él.
—No, él solía ser así... pero ahora...—la voz se atascaba en mi garganta y mi pecho dolía fuertemente. —Andrew no es así, una vez que lo conoces...—no pude terminar mi oración debido a que Dylan me abrazó de imprevisto.
—Déjalo —susurró cerca de mi oído sin romper el abrazo. Intenté separarme, pero él me abrazó con más fuerzas. —Desde el principio él no era para ti. Quédate conmigo ¿No somos el uno para el otro? —reuní todas mis fuerzas para separarme de Dylan, y pude logarlo.
—Para mí, eres un gran amigo, alguien a la que le estoy muy agradecida. Pero no puedo...
— ¡¿Todavía confías en él?! ¿Después de todo lo que hizo? —insistió Dylan un poco eufórico.
—Confío en él —respondí automáticamente sin titubear. Confiaba en Andrew, él me había dado razones para depositar toda mi confianza en él. —Porque Andrew confía en mí. —Dylan ante mi respuesta se acercó a mí e intentó besarme pero cubrí rápidamente mi rostro con mis brazos. Obligué a retrocederlo y cuando estábamos a una distancia prudente levanté mi mano y la estampé en su mejilla.
No dejaría que Dylan me besara... No dejaría que nadie más me besara además de... Andrew. Deseaba que el llegara, él siempre llegaba a ayudarme pero ahora mis esperanzas eran nulas. Lo necesitaba, deseaba abrazarlo y sentirme protegida en sus brazos.
—Te vas a arrepentir, ¡Despierta por favor! —gritó eufórico así que yo retrocedí.
—Estoy más despierta que antes. Gracias a ti me he dado cuenta de lo que he hecho mal. Gracias a ti me he dado cuenta de lo que significa Andrew para mí —Dylan me observó fijamente y yo levanté mis hombros. No se le puede ordenar al corazón querer o dejar de querer a alguien, y por alguna razón mi corazón seguía con Andrew. —Me voy —susurré después de encontrar la puerta principal del gran departamento.
—Somos del mismo mundo, Alice —susurró débilmente, sin embargo me fue audible.
—El mundo de Dylan, el mundo de Alice y el mundo de Andrew. No hay ninguna cosa como esa. Estamos de pie en el mismo lugar, mirándonos a los ojos —susurré con mis ojos cristalinos mientras me acercaba a la puerta con paso decidido, sin embargo antes de lograr salir, Dylan me sostuvo desde mi espalda y me puso un pañuelo en mi rostro.
Comencé a forcejear pero segundos después, mi cuerpo no respondió y mis ojos se cerraron por sí solos.
ANDREW POV'S
Caminaba por el salón del baile en donde se había realizado el viaje del instituto de hace unos meses, tenía recuerdos difusos de ese día, sin embargo había algo que no había olvidado...
A Alice entrando por la puerta del salón mientras sonreía nerviosamente, recordaba la impotencia que sentí cuando ella bailó con Adam, sin embargo no dije nada aquel día.
Seguí caminando por el salón vacío y decidí salir a la alberca, la piscina no había cambiado en lo absoluto y me senté cerca de esta. Ese día caí al agua y Alice me rescató, fue la primera vez que sentí sus suaves y tiernos labios.
Comencé a masajear mi cabeza ¿Qué demonios estaba haciendo? "Antes de ponerte celosos, ¿No deberías averiguar primero, cuáles fueron las circunstancias?" La acusación de ese maldito seguía rondando en mi cabeza.
Alice no era de las personas que esperaban por ayuda. Ella odiaba ser ayudada. Eso debía de tenerlo claro el día en que la vi vendiendo comida en la autopista. Ella nunca me contó sus preocupaciones, pero yo debía de saber que algo andaba mal. Tantos pensamientos comenzaron a adentrarse en mi cabeza.
Alice era orgullosa, nunca me pediría dinero. Ella tenía cuatro trabajos, sus padres estaban en quiebra. Probablemente todo lo de la revista era lo mismo. Ella necesitaba ese dinero para sostener a su familia.
Debía de regresar a casa, debía de hablar con ella.
Tenía que aclarar todo. De nuevo la juzgué sin conocer sus razones.
—Sr. Lee, alista al helicóptero —ordené después de llamar al piloto. Sin esperar su respuesta corté la llamada.
En pocos minutos el helicóptero había llegado, y en otros pocos minutos me encontraba entrando a la mansión. Como todos los días las mucamas me recibieron con una reverencia sin embargo el mayordomo Morrie se acercó a mi bastante agitado.
—Joven amo, bienvenido. Tenía muy preocupados a sus amigos de F4 —mencionó el Sr. Morrie.
— ¿Y porque están preocupados? —espeté un poco molesto ¿Acaso era un niño para no poderme cuidar solo? ¿No podía desaparecer dos días sin que todos perdieran los estribos? No era la primera vez que viajaba sin justificar nada.
—No sé muy bien señor, solo dijeron que era relacionado con la Srta. Alice Lawler —observé de manera alarmada al mayordomo... ¿Alice estaba en problemas?
— ¿Qué le pasó a Alice? —pregunté de manera inmediata.
—No me dieron más detalles —respondió el inútil de Morrie y de pronto llegó una tonta mucama que traía en una bandeja de plata un sobre blanco.
—Joven amo, llegó una carta con urgencia para usted.
Tomé rápidamente el sobre y una mala sensación invadió todo mi cuerpo. Por alguna razón sentía que esto se relacionaba con Alice. Abrí la carta y leí el mensaje escrito con letras recortada de revista.
"Si quieres ver a Alice, ven solo"
Por inercia arrugué la carta, sin embargo sentí que dentro del sobre había una cosa más, así que comprobé que era una foto.
Observé la fotografía y en esta, Alice estaba atada a una silla y su boca estaba sellada con una cinta negra. Mis dedos comenzaron a temblar, observé que pegado a la foto había un mechón de cabello castaño que reconocí rápidamente como el de Alice.
— ¿Pasa algo joven? —escuché difusamente la voz del Sr. Morrie, así que guardé de inmediato la carta y la fotografía en el sobre e intenté actuar como si nada hubiese pasado.
—No, no es nada. Estoy cansado, subiré a dormir —mencioné mientras me dirigía hacia las escaleras. —Dile a todos que no me molesten.
Al llegar a mi cuarto cogí el primer abrigo negro que observé y arrugué la maldita carta en pequeños pedazos y los arrojé a la basura. Observé de nuevo la foto y me destrozaba ver a Alice en ese estado. Al maldito que le haya hecho eso a Alice, yo le haría que se arrepintiera de haber nacido. Ese maldito sujeto preferiría suicidarse antes de sufrir todo lo que yo tenía en mente.
Pronto escuché unos gritos de la sala de abajo y reconocí las voces de Adam, David y Nathan. Le puse seguro a la puerta y me acerqué al balcón en donde comencé a bajar por la reja de esta. La carta especificaba que debía ir solo. Y así lo haría.
Había hecho cosas desastrosas sin ningún motivo, ahora tenía mi mayor razón para luchar y para vengarme. La muerte sería poco para el bastardo que hizo esto.
¿Por que creen que Dylan hizo eso?
Siguiente capítulo: PRESUMIDO Y MENTIROSO.
Actualizo mañana ;)
KATHERINE PIERCE
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