22. NUEVOS SENTIMIENTOS
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ABBY POV'S
Después de que Alice se fuera, decidí caminar por la avenida. Comenzaba a morder mis uñas y le suplicaba a mis ojos que no lloraran.
Pensaba que Ander era el indicado, pero al parecer la suerte me había abandonado. ¿Por qué las cosas debían de terminar de esa forma? Mi corazón dolía mucho y era un sentimiento desconsolante. Caminaba lentamente mientras extrañaba ser una niña, cuando las rodillas raspadas eran más fáciles de sanar que un corazón roto.
Me senté con movimientos torpes en una banca mientras observaba a las personas pasar. Mi error fue haber conocido a Ander... No, mi error fue haberlo amado de esa manera. Solo fui un juego para él. Entregué tanto y solo obtuve sueños, esperanzas y amor hecho añicos. Me arrepentía tanto por todas las noches en que hablaba con Ander y me trasnochaba pensando en él...Todas las palabras dichas por su boca, fueron solo una simple mentira.
No pude contener más este sentimiento, así que por consiguiente, comencé a derramar pequeñas lágrimas. Esto era tan doloroso. Parecía que todas las mariposas de mi estómago se estuvieran ahogando.
— ¿No eres un poco grande para estar llorando en la calle? —levanté mi rostro y vi a David sonriéndome. ¿David que hacía aquí? Me refiero, él era uno de los tan aclamados F4, no había razón alguna para que él sintiera compasión de una simple chica que lloraba en silencio. —Las mujeres a veces piensan que se ven lindas llorando. Pero ¿te cuento un secreto? Eso no es cierto —continuó guiñándome su ojo.
Ander me había dicho Chica fea, ahora David decía lo mismo, comencé a sollozar fuertemente, acto que alarmó a David.
—Señorita Abigail...—yo lloraba aún más fuertes, mis sollozos eran muy audibles... ¿Por qué tenía tan mala suerte en el amor? ¿Por qué le di mi amor a quien no merecía nada? Soy exactamente lo que nadie estaba buscando. —Señorita Abigail... —me era imposible detenerme y lloraba como una niña cuando su madre le había golpeado. Mis sollozos eran tan fuertes que las personas comenzaron a vernos y a susurrar cosas.
"Viste a esa chica, pobrecita"
"¿Cómo pueden hacerla llorar así?"
"Que poco hombre es ese chico, ¿Qué le habrá hecho para hacerla llorar de esa forma?"
"Eso es muy cruel"
—Yo no fui —mencionó David quien se alertó porque la gente creía que yo lloraba por su culpa. —Señorita Abigail...
Deseaba detenerme para no avergonzar más a David, pero era imposible. Mi corazón dolía mucho. Me había hecho una ilusión tan rápida y mi sufrimiento era tan largo.
—Srta. Abigail, por favor. —David se acuclilló a mi altura mientras acariciaba mis manos. —Por favor deja de llorar.
ALICE POV'S
Bajaba las escaleras del club de F4, sin embargo, antes de llegar escuché el sonido de una guitarra y las voces de Andrew y Nathan así que me escondí en el muro de las escaleras a escuchar lo que decían.
Sip, siempre me he caracterizado por mi complejo de ser una chismosa y entrometida sin remedio.
— ¿No te has reconciliado todavía con Alice? —escuché que el sonido de la guitarra se detuvo antes de oír la voz de Adam.
— ¿Reconciliarme? Ella puede suplicar y patalear pero nada va a cambiar —escuché esta vez la voz de Andrew con determinación y arrogancia. Tono de voz muy habitual de él.
—Bueno, cuéntanos toda la historia. No creo que hayas hecho algo bueno tampoco —continuó Nathan.
— ¿Por qué piensas que no hice algo bueno? Fui a una cita doble con ella. Comí intestino de vaca por ella. Tuve que librarme de un idiota también. Todo lo que hice fueron cosas buenas —espetó Andrew. Él era un idiota, me hubiera dicho la razón por el que lo golpeó y yo lo hubiera apoyado. Decidí seguir avanzando, sin embargo Andrew estaba dándome la espalda, así que cuando me acerqué, los únicos que se percataron de mi presencia fueron Adam y Nathan.
—Entonces... ¿No vas a verla incluso si ella viene? —preguntó Adam con una sonrisa debido a que él sí sabía que yo estaba en el club de F4, justo detrás de Andrew.
—Te estoy diciendo que no. ¿Acaso no escuchas? —espetó nuevamente Andrew con irritación. Me preguntaba ¿Como era que los chicos de F4 soportaban a Andrew todos los días? Eso debía ser demasiado agotador.
—Lo siento, no funcionará Alice, tendrás que irte —dijo Nathan mientras me veía detrás de Andrew, este último volteó un poco extrañado y me observó fijamente.
—Oye, ¿Cuándo llegaste? —preguntó un poco asombrado.
—No sabía que estabas tan enojado, solo pensé en mí todo este tiempo. Lo siento, solo me iré. —dije mientras daba media vuelta para irme, pero sentí la mano de Andrew sostener mi muñeca y él se levantó de su asiento.
—Ya que has venido, debes decirme porque —exigió mientras Nathan y Adam veían divertidos la escena. — ¿Crees que puedes entrar y salir de aquí cuando quieras?
—Andrew... yo... Acepta mis disc.Manzana —corregí rápidamente entregándole una manzana que llevaba en mi mano. Era tan vergonzoso pedir disculpas. Además eso jactaría su ego. Andrew miró extrañado la manzana y Nathan y Adam comenzaron a reír. Segundos después Andrew le lanzó la fruta roja a Nathan. —Si una disculpa lo solucionara todo, ¿Para que existen...
—Las leyes y la policía —interrumpí completando la frase.
—Ya te lo sabes.
— ¿Qué se supone que debo hacer?
—Tres deseos.
— ¿Tres deseos? —repetí.
—Si lo haces aceptaré tu disculpa.
— ¡¿A qué te refieres con tres...—antes que pudiera terminar, Andrew sonrió de forma orgullosa. Sí deseaba disculparme tendría que obedecer a sus tres peticiones. —¿Tantos?
—Chicos, ir en contra de Andrew Rickford cuando él tiene la razón ¿Es un grave error o no? —mencionó Andrew a Nathan y Adam sin la necesidad de mirarlos.
—Eso es verdad —respondió Nathan observando la manzana de sus manos.
—De acuerdo, de acuerdo. Lo haré como quieras —mencioné un poco insegura... Sentía miedo por las cosas que le pasarían en la mente a Andrew. Yo debía tener mis reglas para participar en esto. No era tan tonta como para no suponer lo grave que sería los 3 deseos. Era mi deber arreglar este juego a mi favor.—Pero tienes que decirlo todo en 1 minutos. 1, 2, 3, 4
—Hey, no puedes hacer eso —reclamó Andrew.
—Claro que puedo, lo estoy haciendo. 13, 14, 15, 16, 17,18...—comencé a contar los números de una manera muy rápida.
Demasiado rápido.
Pero, era justo.... Bueno, justo para mí.
—Oye, para, siéntate por ahora —me señaló como si fuera un perrito así que me agaché. 1 deseo... Él había desperdiciado un deseo.
—30, 31, 32, 33.
—Hey, detente, párate —ordenó así que eso fue lo que hice.
—Solo queda un deseo. 45, 46, 47...—sabía que los deseos de Andrew no eran que me sentara o me levantara, solo que por inercia dijo esas dos palabras y hábilmente yo las tomé como un deseo. Debía ser inteligente al tratar con Andrew Rickford.—53, 54, 55, 56
— Di"Amor, yo estuve equivocada."Solo dilo —ordenó como su tercer deseo. Mi cara era todo un poema, era imposible describirlo. Nathan y Adam solo rieron.
—Andrew...
— ¿No escuchaste como lo decía Abigail? Solo dilo —solo pude soltar una risa nerviosa por el comentario de Andrew... ¿Cómo se suponía que yo dijera eso?
Era demasiado humillante. Preferiría lamer el suelo de la calle antes de decirle amor a Andrew.
—Am....Am...—sonreía nerviosamente, pero me era imposible decirle amor a él. — ¡Ah! No puedo hacerlo. ¡No lo haré! No me importa si aceptas mis disculpas o no. Solo haz lo que quieras —grité enojada mientras me alejaba del lugar. ¿Qué le pasaba a su cabezota para pensar que yo iba a decir algo tan ridículo?
Era un completo idiota.
ABBY POV'S
—Esta cosa se ve muy frágil ¿cierto? —preguntó David mientras me entregaba una taza de cerámica con té. No entiendo cómo es que terminé en su casa, pero una cosa llevó a la otra y ahora estaba en la misma mesa con David tomando el té.
David cogió un juego de tazas igual a la que yo tenía en mi mano, tomó entre sus manos una vasija y la tiró al suelo, sin embargo no se rompió.
—Es más fuerte de lo que parece. ¿Sabes cuánto tiempo le tomó volverse así? —lo observé un poco curiosa así que David continuó. —Clasificarlo, pisarlo, cortarlo y quemarlo a 1300 grados. Sin embargo ese no es el final, si después de todo eso todavía no está bien, tiene que ser desechado —David se agachó y recogió la tasa, luego se acercó a una mesa y cubrió la cerámica con un pañuelo, por último con un pequeño martillo destruyó la taza.
Estaba hecha añicos. Era algo injusto pensar en todo por lo que pasó la taza para terminar fragmentado en pequeños pedazos.
—Para ser fuerte y encontrar realmente quien eres, es necesario que pases por todo esto... Así como lo experimentaste el día de hoy —mencionó esbozando una sonrisa.
Creía comprender lo que estaba diciendo. "Lo que no te mata, te hace más fuerte." Debía poner mi frente en alto. Lo de hoy sería una experiencia que reforzaría mi corazón... Yo no estaba destruida. Aunque me viera sola, eso no significaba que lo estuviera, siempre podía contar con Alice y extrañamente hoy con David.
—Entonces... ¿Podemos salir ahora? —arqueé mi ceja un poco confundida con la pregunta de David. ¿Salir? ¿Adonde? Tantas preguntas se cruzaron en mi cabeza, así que él se explicó al ver mi rostro lleno de confusión.—He tenido un mal día también. En momentos como este solo debes dejarlo ir. Vamos —finalizó con una sonrisa mientras tomaba mi mano y me dirigía a su auto.
Pronto aparcó su auto al frente de Ken Picton, la peluquería más exclusiva no solo de Cardiff, sino de todo Gales.
—Buenas noches Sr. Cooper —saludó una mujer rubia con unas largas y fucsias uñas.
— ¿Levin está libre? —preguntó David acercándose a la mujer de la recepción.
—Le diré que estás aquí —mencionó la mujer con una voz sedosa. — ¿Tu nueva novia? —me señaló con una sonrisa.
—Algo así —respondió antes de que la mujer tomara el teléfono.
Unos minutos después el Sr. Levin estaba arreglando mi cabello con unas sutiles ondas, no podía ver al espejo porque lo habían tapado, el estilista mencionó que deseaba "Sorprenderme"
—Cariño, voy a elegir un tono suave y neutro y un poco anacarado y traslucido. Eso hará que te veas más fresca y reluciente. Además no quiero que el maquillaje opaque tus hermosos ojos avellana —sonreí tontamente y asentí.
El Sr. Levin se alejó para hablar con su asistente, así que volteé para saber que decía David, pero él estaba sentado viendo su celular... Era como si no estuviera ahí. Solté un pequeño suspiro y volví a acomodarme en mi asiento.
Después de una hora más el Sr. Levine anunció que había terminado, así que él volteó el espejo para que pudiera verme y.... yo...
Estaba linda. Muy linda.
—Tu es belle —dijo el Sr. Levine en francés mientras me admiraba. Solo pude sonreír y verme al espejo. Mi cabello estaba decorado con delicadas ondas, mis mejillas tenían un suave color rosa pardo, mis labios rosa se veían con más volumen, mis cejas tenían una hermosa forma uniforme y finalmente observé mis ojos y mis largas pestañas... Nunca pensé verme así. Sonreí nuevamente y miré hacia el espejo que reflejaba a David, quien soltó su celular y me observó por unos segundos antes de sonreír.
Después de eso, David me llevó a Chanel, unas de las mejores boutiques.,... Nunca pensé que podría entrar a ese tipo de lugares, pero gracias a David, lo estaba haciendo.
Una gran novedad para una chica de no tan altos recursos.
Pronto unas mujeres comenzaron a traer unos hermosos vestidos y David los miraba, después cogió desde el gancho un vestido negro y otro rojo. Segundos después me entregó el vestido rojo y me señaló el vestier.
Un poco dudosa fui a cambiarme, mientras me colocaba el vestido una mujer me entregó unos zapatos negros de tacón alto y un enorme pero hermoso collar ocre.
Salí un poco nerviosa y David sonrió, luego sostuvo mis hombros descubiertos y me llevo guió hasta un espejo. El vestido era hermoso. Sencillamente hermoso.
Un vestido rojo corto con copa en forma de corazón, marcaba sutilmente mi figura y por primera vez en mi vida, vi que mi cuerpo tenía forma de reloj de arena. ¡Nunca pensé verme así!
Me sentía... bella.
David hizo que volviera a subir a su auto y después de unos minutos buscó un parqueadero para estacionarlo, cuando bajamos, David me entregó una bolsa de Chanel en donde había un abrigo largo de invierno, inmediatamente me lo puse y era hermoso. David entrelazó sus dedos con los míos, sin embargo no me opuse a eso.
Tuvimos que caminar un poco, no sabía a dónde íbamos pero lo seguí ciegamente. Las personas comenzaron a murmurar entre ellos.
"¿Serán modelos"?
"¡Qué envidia! ¡El chico es tan guapo!
"Su novia también es muy linda"
"¿Él no es de F4?"
Solo podía sonreír ante los murmullos de unas chicas... Ellas decían que yo era linda, y creían que David y yo éramos novios. Seguimos caminando una cuadra más hasta que observé al lugar al que entrábamos.
Mis piernas comenzaron a flaquear inmediatamente. Ese era el club donde Ander trabajaba. David solo me sonrió y me retiró el abrigo negro para dejarlo en un perchero. Nos adentramos al lugar con nuestras manos entrelazadas, pero sentí como todo se detenía cuando vi a Ander en la barra abrazando a la mujer de hoy. Desvié mi vista hacia David quien me sonrió y acarició mi brazo antes de alejarse hacia la pista.
Todas las personas dejaron de bailar y se movieron para permitirle el paso a David. Las mujeres comenzaron a gritar su nombre y otras cosas.
— ¿Quién es ese tipo? —yo le estaba dando la espalda a Ander, así que él no me reconocía, pero yo podía escucharlo perfectamente.
— ¿No es David Cooper? —mencionó la mujer muy interesada. —Los F4 no vienen a lugares como este ¿Qué estará pasando? Ah! Ese hombre es perfecto.
— ¿F4? ¿Qué es eso? —preguntó nuevamente Ander.
—Herederos guapísimos. ¿No has escuchado de F4? Andrew Rickford, Adam Walcott, Nathan Coleman y David Cooper —respondió la mujer con un tono de alegría...
—Disculpa —mencionó David cerca de la barra, así que volteé y estaba al frente de Ander y aquella chica.
En esos momentos pensaba si realmente era necesario cruzar todo el club llamando la atención solo para llegar a la barra que estaba justo detrás de nosotros cuando habíamos llegado.
Que Presumido.
— ¿Te diriges a mí? —preguntó la mujer conmocionada. Así que David asintió. —Si dime —dijo aquella mujer muy emocionada soltándose del abrazo de Ander.
— ¿Podría tocar una canción?
— ¿Tocar? Claro, por favor, sube —mencionó la mujer automáticamente.
—Gracias —dijo David extendiendo su mano a la mujer, ella bastante emocionada y sonriente lo llevó al escenario donde le entregó un saxofón.
—Hay alguien aquí que ha robado por completo mi corazón —anunció David a lo que las chicas comenzaron a gritar. —Voy a tocar con mi corazón para ella —pronto se escucharon los aplausos y una bella melodía tocada en el saxofón. La armonía tenía a todas las chicas emocionadas y yo solo podía sonreír.
La melodía la recordaba... I Know, ese era el nombre de la canción... Cerré mis ojos y escuché la romántica melodía. Cada segundo era tan bello y cargado de tanta dulzura. Cuando David terminó pronto se escucharon los aplausos y gritos de las mujeres.
La mujer que antes estaba con Ander, extendió su mano para que David la tomara, pero él la ignoró y bajó hacia la pista.
—Hola, es la primera vez que te veo aquí —sentí que alguien había tocado mi hombro, así que con temor giré mi rostro ya que me era conocida esa voz, era Ander. —Oh! ¿Abby? ¿Viniste a verme? Debías haberte vestido así antes. No te reconocí —yo solo miraba hacia el suelo. No sabía qué hacer. Mi corazón comenzaba a doler nuevamente. — ¿Deberíamos salir?
—Señorita Abigail ¿Conoces a este tipo? —levanté mi rostro y observé a David, no sabía que responder hasta que él guiñó su ojo.
—No, no lo conozco —respondí secamente.
— ¿Qué? ¡Abby! ¿Tienes algo con ese tipo? —preguntó Ander un poco enojado. Observé que David simplemente sonrió.
—La que se robó mi corazón y nunca me lo entregó es esta señorita de aquí —anunció David mientras me abrazaba desde mi espalda. Pronto escuché un bullicio de decepción por parte de las mujeres del club. —Señorita Abigail—dijo separándose de mí. —Por favor deja de hacerme sufrir y ven conmigo —mencionó al estirar su mano hacia mí. Solo pude parpadear al escuchar los suspiros de las mujeres.
Lo miré un poco confundida, pero de nuevo esbozó esa perfecta sonrisa, observé el verde de sus ojos y decidí depositar mi mano en la suya. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y David me guió hasta la salida. Él me ayudó a colocar de nuevo el abrigo que me protegía del frío.
Seguía un poco conmocionada, no cabía en mi mente todo lo que ocurrió ese día. Mientras caminábamos yo me detuve y unos segundos después, David se devolvió a donde yo estaba parada.
Él se quitó su bufanda y la colocó entre mi cuello mientras me brindaba un cálida sonrisa.
—Aunque solo estemos actuando, ¿No te parece que sería mejor hacerlo perfectamente hasta el final? —sugirió tomando mi mano y comenzó a caminar. Mientras avanzábamos, todas las mujeres comenzaron a susurrar entre ellas al igual que sucedió antes de que entráramos al club.
Mi corazón latía a una gran velocidad y solo podía agradecer a David por todo lo que hizo hoy. En verdad estaba muy agradecida.
ALICE POV'S
Busqué la primera chaqueta que encontré y le dije a mi hermano que pronto volvería. Bajé por la tintorería mientras me quejaba del frío. Andrew hace 5 minutos me escribió que nos viéramos en el parque de la anterior vez. Si pensaba que le pediría perdón ¡estaba muy equivocado!
No me retractaba al pensar que él era un idiota.
Preferiría matarme ante de decirle "Amor, estaba equivocada". Tanto dinero tuvo que estropearle su hueco cerebro. Mientras caminaba y pensaba en las mil maneras de golpear a Andrew si planeaba que yo me disculpara, todos mis pensamientos fueron interrumpidos cuando miles de pequeñas luces se encendieron.
Observé todo el parque y estaba iluminado por pequeñas luces, incluso los pequeños toboganes, los columpios, los asientos... todo estaba decorado con las brillantes luces y unas bellas flores blancas. Todo, incluso hasta los detalles más mínimos. Me sentía en un cuento de hadas. Dejé de observar el lugar para ver al frente en donde estaba Andrew con una sutil sonrisa. Él estaba alrededor de un círculo de ramos de flores blancas.
—Tú...Tú...—mis palabras se habían atorado en mi garganta. Esto era demasiado para procesar.
—"Tu, tu" —dijo arremedándome con una sonrisa. —Es muy fácil impresionarte —me acerqué a él y me aseguré de no pisar las flores a su alrededor.
—Andrew... ¿Por qué haces todo esto?
—No es mucho. Quería llevarte a los Campos Elíseos, pero sé que te enfadarías si te llevo a París. Así que decoré este lugar para que pareciera los Campos Elíseos. ¿Te gusta?
—Sí, es muy bonito —susurré con una sonrisa admiraba nuevamente el lugar. —Es realmente hermoso. Parece como Navidad.
— ¿Qué tienes de bueno la Navidad? —inquirió Andrew así que lo observé un poco extrañada. Había tantas razones como para poderlas decirlas en una oración. Era difícil de explicar.
— ¿No te gusta? Solo piensa en ella y te sentirás feliz.
—No recuerdo ni una sola vez haber sido feliz en Navidad —mencionó un poco pensativo. Deseaba preguntar la razón pero preferí callar.
Suponía la respuesta. Sus padres nunca estaban su casa... su hermana lo visitaba pocas veces... Andrew estaba solo en esa enorme mansión... Un dolor se instaló en mi pecho. Empezaba a comprender la razón por la que visitó mi casa aquella vez. Mi familia es pequeña y algo pobre pero es muy unida y eso nos hace seguir avanzando.
De nada servía todo el dinero si no se podía disfrutar con aquellos a los que quieres.
—Oye Alice —mencionó mientras se sentaba en un columpio así que yo me senté en el que estaba al lado. — ¿Tienes todavía los Arancini que hice?
—Si alguien escuchara, ellos pensarían que tú hiciste todo el trabajo —comenté con una sonrisa y comencé a balancearme levemente en el columpio.
—Quiero comerlos.
— ¿En serio?
—Sí, también quiero comer el pescado que preparó tu madre... Y las brochetas que compró tu padre también estaban deliciosas —comentó con una pequeña sonrisa. —Yo nunca supe lo que era una familia. Pero después de ver la tuya creo que lo entiendo un poco. ¿Puedo ir de nuevo?
— ¿Alguna vez me has pedido permiso antes? —recordé con una pequeña sonrisa.
—Alice, no estoy bromeando —no respondí porque de todas formas él haría lo que quisiera. Después de unos segundos Andrew se levantó del columpió acercándose al mío y se acuclilló al frente mientras sostenía mi cintura. Sentí un cosquilleo en mi cuerpo y mi respiración comenzaba a entrecortarse. —Quiero ir otra vez... De hecho, quiero ir todos los días —susurró débilmente mientras se acercaba con suavidad. Por inercia cerré rápidamente mis ojos.
Mi respiración había acelerado y me dificultaba creer que estuviera en esa situación, con Andrew y a punto de besarnos. Sentí que toda la sangre ascendía a mis mejillas y mi corazón martillaba en mi pecho, hasta que sentí los suaves labios de Andrew sobre los míos.
Mis dedos inconscientemente se aferraron a su camisa y sentí unas fuertes cosquillas en mi cintura en donde Andrew seguía tocando. De hecho sentía que mi cuerpo iba a estallar y no deseaba estar en otro lugar. Una fuerte descarga de mariposas comenzaban a viajar en mi interior.
"Hay besos que pronuncian por sí solos la sentencia de amor, hay besos silenciosos y nobles que se dan con el alma". Recordé lo que una vez dijo el Sr. Pierre y no fue hasta este día que lo comprendí.
Este sería el principio de algo nuevo. Solo Andrew y yo contra el mundo.
COMENTA SI TE GUSTARÍA QUE PASARA ALGO MÁS ENTRE ABBY Y DAVID.
KATHERINE PIERCE
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