20. ANDER RYDER


ANDREW POV'S

—Están haciendo mucho ruido.

—Van a despertarlo.

—Hey, silencio.

—Eso no va allí, quítalo. ¿Se ve bien?

—Mamá, solo ponlo donde sea 

Escuchaba uno que otro susurro o grito. Que inútiles mucamas. ¿Por qué no arreglaban la casa en silencio? Tendría que despedirlas.

—Mayordomo Morrie, hay mucho ruido —me quejé ocultando mi rostro en la cama. —Cierra las cortinas —ordené tras sentir unos rayos de sol encima de mi cara.

—Que se despierte, si quieren yo le tiro un vaso de agua.

—Ni se te ocurra.

— ¿Será que lo sentamos en la cabecera de la mesa o...?

—En medio de la mesa está bien, no se preocupen mucho.

— ¡Mayordomo Morrie! —lo llamé nuevamente para que hiciera callar a los que hablaban.

— ¿Deberíamos despertarlo? Se va a enfriar.

—Max, quédate quieto —reconocí vagamente la voz de Alice, así que abrí mis ojos y observé que me encontraba en un diminuto cuarto.... ¡Ah! Yo había decidido pasar la noche en la casa de los Lawler. ¿Por qué esta familia era tan bullosa? ¿Eran así todos los plebeyos?

Un poco desorientado salí de lo que se consideraba un cuarto para la gente pobre y al instante que abrí la puerta, observé a los Lawler en el comedor con una gran sonrisa en sus rostros a excepción de Alice.

— ¿Dormiste bien señor? —saludó el Sr. Joseph con una gran sonrisa mientras aplaudía y observaba la pequeña mesa repleta de comida.

—No es mucho, pero por favor coma bien Yerno —insistió Margaret mientras yo me sentaba en la única silla disponible que era la cabecera de la mesa. Observé la mesa y aunque la comida se veía muy diferente a lo que hacía mi chef, no olía nada mal. ¿Eso era lo que comían los plebeyos? La madre de Alice comenzó a despedazar un pescado y colocarlo en un plato de arroz. —Cómelo mientras esté caliente 

Nunca nadie había tocado mi comida además de los chef's con estrictas reglas de higiene... El hecho de que la madre de Alice estuviera partiendo mi comida como si yo fuera un niño pequeño fue... diferente.

—Esto también es muy bueno —mencionó el padre de Alice mientras me entregaba otro plato de comida.

—Oh, esta patata al horno está muy buena porqué lo cociné bastante tiempo —afirmó Margaret mientras partía la patata a la mitad. Un poco dudoso, tomé el tenedor y llevé a mi boca un poco de arroz con pescado. Sin embargo, sentí que algo chuzó mi boca así que saqué una espina. — ¿Estás bien yerno? —asentí mientras miraba la espina. ¿Quién demonios preparaba pescado y le dejaba las espina? Estaba acostumbrado a que quitaran todo lo innecesario de la comida antes de llevarlo a la mesa.

Pude haber muerto si me tragaba eso.

—Cuñis, ¿Vas a seguir viniendo a nuestra casa? —preguntó el hermanito de Alice, ¿Me había dicho cuñis? Observé a Alice que despegó la vista de la comida para fulminar con su mirada a su hermano —Nosotros no podemos comer panqueques ni siquiera en días festivos. Esta es la primera vez que veo un desayuno así.

De manera inmediata el Sr. Joseph puso un panecillo en la boca del niño para que guardara silencio y observé que Alice bajó su mirada. No me fue difícil suponer que esto tampoco lo comían usualmente. Cada día que me adentraba más en la vida de la gente común, más me sorprendía.

Mientras comíamos pude sentir un ambiente agradable y familiar. La madre de Alice preparó esto con... ¿Amor? Recordaba todos los días en que cenaba solo, simplemente con la presencia de mucamas y el mayordomo Morrie que temían ser despedidos.

No tenía casi ningún recuerdo de haber desayunado en familia. Esto era una experiencia nueva. Mi padre, mi madre y mi hermana siempre solían viajar y todo empeoró cuando la salud de mi padre estuvo en un estado crítico.

A la bruja no la veía desde la subasta de caridad e Isabelle estaba de visita durante pocos días, y mi padre estaba delicado de salud.

¿Familia?

No comprendía que era eso. Nunca había estado en un ambiente familiar, no hasta que conocí una cálida familia Lawler... La bruja de mi madre siempre decía que nadie debía estar a la par conmigo, que debía tener un corazón frío para afrontar las cosas, de esa manera, si era necesario no me dolería darle la espalda a mi familia y conocidos.

Después de desayunar y ver a Margaret lavar los trastes, ellos mencionaron hacer Arancini o algo así. En realidad no entendía lo que era hasta que el Sr. Joseph llegó con unos bultos de arroz, harina, paneles de huevo y unas verduras.

— ¿Todo esto para hacer Arancini? —pregunté incrédulo al ver que los Lawler se colocaban unos guantes. Todos ellos asintieron así que me acerqué a Alice. —Hey, ¿Qué es eso?

—Son bolas de pasta de arroz con tomate —dijo como si fuera lo más obvio del mundo. Nunca había escuchado de eso y menos haberlo probado.

— ¿Una familia de cuatro va a comer todo esto? —pregunté señalando los bultos en la sala. —No creo que coman eso todo los días ¿o sí?

—Cuñis, si lo hacemos. Solo comemos Arancini — ¿Quién podía comer lo mismo todo los días? ¿A eso se refería Max al decir que hace tiempo no desayunaban de esa forma?

—Por los precios altos estamos haciendo menos que antes, nos sale más económico hacer esa cantidad de Arancini para todo el año. Solo lo guardamos y lo cocinamos cuando vayamos a comerlo— continuó Margaret ajustando en sus manos unos guantes de color rosa.

Pronto los Lawler estuvieron listos para preparar esas croquetas. Primero formaron una cadena desde la sala hasta a cocina en donde se lanzaban unas matas de espinaca.

El Sr. Joseph cargaba las espinacas y se las lanzaba a Alice, ella los recibía y se los lanzaba a Max, y por último él se las lanzaba a Margaret que estaba en la cocina y comenzaba a lavarlas. Comencé a ver como las hortalizas volaban de un lado a otro mientras la familia Lawler sonreía de felicidad.

Se veía divertido y después de unos cuantos minutos no pude evitar entrometerme en la cadena. Joseph me lanzaba la verdura, yo a Max y por último él a su madre. Habíamos ignorado por completo a Alice quien nos observaba con una sonrisa en su rostro.

Después de que Margaret y Alice lavaran las verduras y cocinaran el arroz, llevaron un gran plato de este cereal hacia la mesa, comenzaron a mezclar el arroz con unas especias y un líquido rojo que no estaba seguro que era.

—Déjame mezclarte por ti —dijo el padre de Alice a su esposa y comenzó a mezclar. Los cuatros metieron sus manos en el gran tazón metálico y comenzaron a revolver haciendo que el blanco del arroz se tornara de un color anaranjado.

—No, así no. Tienes que mezclarlo desde afuera —regañó Margaret a Alice mientras le mostraba la forma correcta de hacerlo. —Tienes que aprender a hacer esto antes de casarte.

— ¡Mamá! — chilló Alice mientras seguía revolviendo la mezcla. Joseph sacó un poco del arroz y lo llevó a su boca, segundos después de masticar levantó su pulgar y sonrió.

Margaret también sacó un poco de arroz y acercó su mano hacia mí.

—Di "Ahh" yerno —mencionó, así que abrí mi boca y probé la mezcla. Sorpresivamente sabía delicioso. De hecho muy delicioso. En esos momentos me preguntaba por la razón por la cual los chef's nunca me prepararon Arancini. Debía de ordenarles prepararlos.

Luego observé que Alice también sacó un poco de arroz anaranjado y se acercó con su mano estirada hacia mí, solo fue cuestión de segundos para que yo también me acercara a ella y sostuviera su mano para llevar a mi boca aquella comida. Sentí que ella tembló paulatinamente así que me tomé mi tiempo en comer. En el instante en que solté su brazo ella se alejó con si se estuviera quemando.

La madre de Alice anunció que los Arancini estaban listos, así que pasamos a la mesa en donde la mayoría de los integrantes de la familia Lawler (A excepción de Alice) comenzaron a darme de comer como si fuera un niño pequeño.

Podría asegurar que oficialmente, los Arancini se habían convertido en mi comida favorita. No comprendía por qué Max se había cansado de comerlos. Eran deliciosos. No tenían nada que envidiarle a un platillo de un restaurante élite.

Después de ir con Max y Joseph al Spa en donde trabajaba Margaret, Joseph nos invitó a comer brochetas de pescado en un puesto de la calle.

— ¡Seis brocheta, por favor! ¡Dos por persona! —Le dijo el padre de Alice a la señora dueña de aquel "local". Nunca había comido en un puesto de la calle, ¿eso era higiénico? Debían de estar impregnadas de gasolina y combustible de los autos que pasaban a su lado. El Sr. Joseph me entregó una brocheta y solo la pude ver mientras él y Max la devoraban en pocos mordiscos. Un poco dudoso llevé la brocheta a mi boca y por segunda vez en el día me sorprendió lo delicioso que era. Estas brochetas podrían ser la competencia de los Arancini.

— ¿Puedo comer más? —pregunté después de haber comido las dos brochetas.

— ¡Claro! Come lo que quieras —el Sr. Joseph me entregó otra brocheta y yo seguí comiendo, luego comí otra, y después de esa otra y otra más. Era imposible cansarse de eso.



DAVID POV'S

Mientras Nathan y yo jugábamos una partida de pool, vimos a Andrew sonreír como un idiota hacia la nada.

—Hey, ¿Qué le sucede a Andrew? —preguntó Nathan mientras soltaba el taco de billar y se sentaba en la mesa.

— ¿No será que comió algo raro en la casa de Alice? —respondí con mi única teoría. Nunca había visto a Andrew tan fuera de sí mismo o sin gritar y discutir por cualquier cosa. —Andrew, ¿En verdad fuiste a la casa de Alice ayer?

—Chicos, ¿Alguna vez han hecho Arancini? —miré un poco dudoso a Nathan después de la pregunta de Andrew. ¿Arancini? ¿Qué era eso? — ¿No? Entonces ¿Han ido a un Spa público? — ¿Spa público? ¿Eso seguía existiendo? —Tampoco han comido brochetas de pescado en un carrito ¿cierto? 

¿Andrew había comido en un puesto de la calle? En verdad se le había zafado un tornillo de su cabeza.

—Hey man, ¿Eso a que viene? —preguntó Nathan a lo que Andrew se levantó del sofá

— ¿Saben lo que es la vida? —fue lo último que dijo antes de marcharse. ¿Qué demonios? El Andrew Rickford que conocía de toda mi vida había comenzado a delirar.

—Me caía mejor cuando confundía los refranes —le dije a Nathan que estaba igual de sorprendido que yo. Era algo inesperado ver de esta forma a Andrew. Él siempre fue muy egocéntrico y autoritario, era algo nuevo que dijera que se bañó en un Spa público. ¿Dónde se había metido mi amigo?

—Alice Lawler acaba de entrar en mi lista de las cosas más temibles, ella está justo por debajo del diablo —solté una risa ante el comentario de Nathan.

— ¿Los Lawler son brujos o algo parecido?

—Estoy sospechando que practican magia negra —mencionó Nathan a lo que yo reí. —Tal vez le dieron una pócima de amor.

No entendía como Alice lo hizo, pero ella había podido cambiar a Andrew.



ALICE POV'S

Como lo hacía todos los días, después de clases decidí nadar un poco en la piscina de la institución, mi cabeza tenía más pensamientos de los que puede soportar, así que nadé durante tres horas seguidas hasta que mi cuerpo no quiso responder más.

Mientras salía, observé a alguien recostado en un muro del edificio.

—Adam —lo llamé así que él abrió sus ojos y me sonrió.

—Estás nadando mucho —asentí a su comentario mientras comenzamos a caminar. —Parece que hay un montón de cosas molestándote últimamente. ¿Es debido a Andrew? —preguntó Adam, pero un estornudo mío lo alerto. — ­Vas a atrapar un resfriado —después de decir eso, se quitó un gorrito de lana que traía y me lo puso en mi cabeza.

—Estoy bien, gracias —dije con una leve risa.

— ¿Puedo darte un consejo?

— ¿Si?

—No lo evites. ¿Quién fue la que dijo que era de cobarde evadir las cosas? —bajé mi mirada. En esos momentos me sentía un poco atrapada por todas las cosas que pasaban en mi mente, y el culpable tenía nombre y apellido; Andrew Rickford. —No lo evites, dale una oportunidad. No es propio de él esforzarse tanto por las cosas. Aunque me parece curioso la forma en la que tú rechazas al heredero de la Compañía Rickford —Adam soltó una sutil risa de burla y yo solo sonreí. No me importaba que Andrew fuera el heredero de una gran compañía o el heredero de la pobreza. Para mí Andrew era Andrew, y Rickford solo era un apellido.

—Honestamente, siento que estoy siendo arrastrada al mundo de Andrew —comenté mientras jugaba con mis dedos. —Y eso es demasiado para mí.

—No hay tal cosa como el mundo de Andrew y el mundo de Alice —dijo Adam antes de acercarse a mí y tocar mis hombros inclinándose para estar a mi altura. —Al igual que tú y yo somos del mismo mundo. Si es una molestia, entonces arrastra a Andrew a tu mundo ¿No es esa tu especialidad? —esbocé una sonrisa. Adam sabía cómo hacerme sentir mejo. Siempre lo había hecho.

—Voy a tomar tu consejo. Gracias Adam —me despedí antes de irme con mis manos en los bolsillos de mi chaqueta.



NATHAN POV'S

—Hey men, No sigas así, solo llámala —sugerí tras ver a Andrew caminar de un lado a otro de la habitación. ¡This is stressing me!

—Piénsalo detenidamente. Sí la llamas primero, te convertirás en su esclavo —mencionó David a Andrew quien comenzó a caminar más rápido. A David le gustaba molestarlo y en ese estado, Andrew era un blanco fácil. David was very cruel, for this, he is my friend.

—No la llamaré. No moveré ningún dedo.

— ¡Así es! Lo estás haciendo bien. Esa es la regla básica de un "Playboy" Se llama "Empujar y tirar" —mencionó David mientras cogía un taco de pool.

— ¿Cómo dices eso mientras ves cómo está? Esto parece el síndrome de Alice —dije apoyándome en el hombro de David. Andrew was crazy about her. Nunca lo había visto así, tal vez Alice sí le dio una pócima embrujada o algo parecido.

—Debe ser una enfermedad mental —mencionó Adam a lo que David y yo reímos. Sin embargo segundos después el celular de Andrew sonó y por su rostro supuse que llamaba Alice.

—Keep calm, man —Andrew me observó y siguió mi consejo, después de exactamente 10 segundos decidió contestar.

—Hola.... ¿Alice? ¿Quién es Alice Lawler? —eso era lo único que escuchábamos de la conversación. Creía que Andrew exageró un poco el "Empujar y tirar"

—Eso es un poco exagerado —le dije a David mientras observábamos divertidos a Andrew.

— ¿Poco? Es demasiado.

— ¡Ah! Sí, ya recuerdo. ¿Qué pasa?... ¿Crees que estoy libre ahora? Estoy tan ocupado que ni siquiera recordé que no me llamaste en 3 días y 13 horas —en el momento en que Andrew dijo eso, observé a David y comencé a reír con fuerzas.

—Hey man. Wow, wow —dije en voz alta mientras templaba mis manos a la altura de mi pecho y las bajaba y subía paulatinamente.

—Me avergüenza que él sea mi amigo —agregó David horrorizado.

— ¿Quién crees que soy?.... ¿Porque debería ir ahí con un extraño? No voy a ir —fue lo último que dijo antes de colgar. What was that? — ¿Lo vieron? —preguntó Andrew bastante orgulloso de la situación. —Incluso colgué primero.

— ¿Por qué te enojaste? —dijo entre risas Adam en un extremo de la habitación.

—Quería que saliéramos a una cita doble.

— ¿Cita doble? ¿Con quién? —pregunté esta vez yo, suponiendo la respuesta.

— ¿Podría ser la Señorita Abigail? —continuó David a lo que Andrew asintió.

— ¿Por qué no vas a ir? —inquirió Adam mientras dejaba el libro que estaba leyendo en una mesita de su lado.

—Las citas son para dos personas, además es muy de plebeyos quedar al frente de un restaurante de comida rápida.

—Entonces iré en tu lugar —comentó David a lo que Andrew se sorprendió.

— ¿Qué? ¿Por qué deberías ir?

—No se. Quiero saber lo que hacen los plebeyos en una cita.

—Suena divertido, yo también quiero ir —continué con la idea de David de hacer enojar a Andrew, y estaba resultando.

—Cállate. Nos vemos en el campo de tiro mañana a las 10 —fue lo último que dijo antes de salir.

—Él no irá al campo de tiro —mencionó Adam tomando un taco de billar.

— ¿Cómo lo sabes? —preguntó esta vez David.

— ¿Quieren apostar?




ALICE POV'S

—No va a venir, no le gustó la idea —le dije a Abby mientras guardaba mis manos en mis bolsillos porque estaba haciendo mucho frio.

—Entonces ¿Por qué estás esperando? —inquirió con una pequeña sonrisa.

— ¿Quién está esperando a quién? Yo solo espero conocer a tu nuevo novio —Abby me contó que lo conoció en el cine mientras veían la segunda parte de una película que a ella le gustaba mucho y al parecer a él también. Comenzaron a hablar desde entonces y hoy sería su primera cita oficial. Abby se veía muy emocionada por eso.

—Oh! Alice, que coincidencia que estés aquí —volteé reconociendo esa voz ¿Andrew? Observé que caminaba por la avenida y se acercaba a nosotras... ¿Él dijo coincidencia? —Solo estaba pasando y... vi a una lavandera parada ahí congelándose. Vine solo por si acaso.

— ¿En serio? Entonces vete y resuelves tus asuntos —espeté mientras desviaba mi vista hacia al frente. —Solo estaba esperando al novio de Abby.

— ¿Por qué estás esperando al novio de alguien más?

—Solo vete —señalé con mi dedo la avenida por donde él llegó.

—Ya terminé mis asuntos, ¿Quieres que me quede contigo?

— ¿Eh?

— ¿Piensas que está bien pegarse como un chicle mientras otra pareja están tratando de tener una cita? — ¿Me había dicho chicle? Deseaba responderle algo super mordaz, pero las palabras se atascaron en mi garganta al reconocer que Andrew tenía razón. —Entonces me quedaré contigo.

—Eso es genial, Alice —interrumpió Abby antes de que yo pudiera negarme.

—Pero ¿Por qué aun no llega? Ya está retrasado 30 minutos —se quejó Andrew mirando el reloj de su muñeca.

—Lo siento, voy a tratar de llamarlo —se disculpó Abby antes de sacar su celular y alejarse un poco.

...

— ¡Hey! —después de 30 minutos más, un chico de ojos y cabello castaño se acercó a nosotros, supuse inmediatamente que era el novio de Abby ya que ella se levantó y corrió hacia él.

—Amor ¿Por qué llegas tan tarde?

— ¡Hola! Mucho gusto en conocerlos. Soy Ander Ryder.

—Hola, soy Alice Lawler, amiga de Abby —saludé alzando mi mano. —Y él es Andrew...—no estaba segura si mencionar su apellido o no, porque tal vez lo reconocería y no quería meter en problemas a Andrew, sin embargo Ander me interrumpió.

—Wow, tu cabello se ve increíble ¿A qué estilista vas? —preguntó mirando a Andrew. — Tu cabello es como un enredo pero está ordenado —Andrew, Abby y yo abrimos nuestros ojos bastante sorprendidos por lo que dijo Ander. Sostuve el brazo de Andrew debido a que temía que reaccionara mal ante ese comentario, por suerte Andrew no dijo ni hizo nada. Segundos después el chico sacó su celular y le tomó una foto a Andrew. —Si lo pongo en mi blog, será todo un éxito —Abby sacudió un poco el brazo de su novio, pero este continúo hablando. —Ahora que lo pienso yo soy Ander y tu Andrew. Cómo hermanos. Llámame hermano mayor. Llevémonos bien hermanito —finalizó Ander al darle un leve golpe en el hombro de Andrew. 

Él no dijo nada, solo miraba hacia la nada, pero yo sabía que Andrew estaba usando todo su autocontrol para no golpearlo, así que le hice unas señas a Abby para que alejara un poco a su novio de Andrew.

— ¿Quién diablos se cree? Ni siquiera se disculpó por llegar tarde y ¿Cómo que desordenado? Voy a dejar es desordenado la cara de ese maldito —antes de que se moviera, cogí la manga de su chaqueta para detenerlo.

—Andrew lo siento. ¿Deberíamos irnos? Creo que es lo mejor —susurré. Lo mejor era que nos fuéramos, no quería que Ander y Abby terminaran discutiendo por eso.

—No, continuemos con esto. Quiero saber lo que es tener una cita de plebeyos —mencionó antes de tomar mi mano y hacerme caminar hacia Abby y Ander.


KATHERINE PIERCE

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