15. COMPETENCIA (1-3)
Entré al salón de estudio de F4, pero lamentablemente no encontré a Andrew. No sabía en donde podría estar, tampoco tenía una mínima idea. Tal vez ni siquiera fue al instituto ese día. Él puede hacer lo que quiera, incluso faltar a la Universidad y nadie podía decirle nada. Era tanto lo que él podía hacer que me generaba algo de miedo.
Mientras me resignaba a poder encontrarlo vi que él salió de uno de los edificios de la instalación, su semblante era serio y con mucha determinación. Giró su rostro diagonalmente y me observó fijamente, por mi parte pude recrear una pequeña sonrisa. ¿Qué debía hacer? No podía ir solo a decirle "Hey Andrew lo siento mucho pero por favor no eches a Adam y de paso tampoco a mí, mis padres llorarían mucho"
En definitiva no podía decirle eso. No sabía si él estaba enojado, furioso o quizás ya no le importaba. Pero decidí levantar mi mano para saludarlo, pero antes de hacerlo, él volvió a girar su vista hacia al frente en donde aparcó una limosina negra.
Un señor vestido con un traje negro salió del lugar del copiloto de la limosina y le abrió una puerta del coche a Andrew. Él se subió y de nuevo el señor cerró la puerta. La limosina comenzó a moverse y yo demoré unos pequeños segundos para reaccionar.
— ¡Andrew! Espera, ¡Espera! — lo llamaba a gritos mientras corría detrás del gran auto, sin embargo nunca se detuvo, así que decidí coger mi bicicleta e ir hasta su casa-mansión.
Tuve que tomar varios atajos para poder llegar antes o incluso en el momento en que Andrew llegara, porque si llegaba después, Andrew nunca me abriría la puerta. Tuve la suerte de conocer esos atajos y de que la limosina fuera tan grande para no tener otra opción que conducir en el tráfico de la autopista principal.
— ¡Andrew! —grité lo más fuerte que pude al ver como bajaba del auto y yo iba pocos metros detrás de él. — ¡Andrew!
—Tú, ¿Qué haces aquí? —Andrew preguntó un poco extrañado mientras me bajé de la bici y subía las pocas escaleras que él ya había subido de la entrada de su gran casa.
—Vamos a hablar Andrew.
—No tengo nada que decirte. Y tú, pensé que actuarías como si no me conocieras.
—Tengo algo importante que decirte.
—Bueno, pues yo no —sentenció mientras siguió caminando, así que tuve que correr para atravesarme en su camino.
—Bueno, pues yo sí —Andrew se movió para seguir su camino, pero yo seguía interrumpiéndolo, incluso cuando comenzó a caminar rápido en otra dirección para alejarse.
— ¡Deja de seguirme! —gritó mientras caminaba rápidamente alrededor del auto y yo detrás persiguiéndolo. — ¡No corras detrás de mí!
— ¡Tengo algo importante que decirte! ¡Andrew! —observé como Andrew empujó al chofer fuera del auto negro y él se montó en la limosina. — ¡Andrew, es algo importante! —seguí insistiendo mientras palmaba el vidrio de la limosina. Sin embargo lo único que él hizo fue encender el motor y arrancar. Seguí persiguiendo el auto hasta que mis piernas comenzaron a fallar y observé como la limosina se alejaba rápidamente.
Perdí mis esperanzas así que me detuve a tomar algo de aire. Me encontraba bastante exhausta y Andrew ni siquiera quiso escuchar lo que debía decirle. Sin embargo cuando me estaba rindiendo un coche deportivo blanco se detuvo al frente mío.
—Sube —la ventanilla polarizada del auto bajó y pude percibir a una bella mujer de ojos azules y cabello castaño que cruzaba más de la mitad de los veintes. Era sencillamente hermosa y su sonrisa era perfecta. —Rápido, Quieres atraparlo ¿Cierto?
—Sí —susurré. La mujer me observó y con su rostro me señaló el lado del copiloto invitándome a subir. Mis opciones eran limitadas, sin embargo entré sin vacilar más.
La velocidad de aquella mujer evadía todo lo legal. No se molestó en pasarse varios semáforos en rojo, tampoco se inmutó en que los autos comenzaron a pitar. Al parecer deseaba alcanzar el auto de Andrew a toda costa.
Tuve que sujetarme fuertemente del cinturón del coche, sentía leves vacíos en mi corazón, sin embargo una pequeña satisfacción llenó mi cuerpo cuando observé en pocos metros la limosina que manejaba Andrew.
La mujer comenzó a esquivar varios autos y en cada segundo se acercaba más al auto de Andrew hasta que logró posicionarse atrás de él, pero al parecer Andrew captó que lo perseguían porque aumentó su velocidad y comenzó a esquivarnos.
El auto de Andrew volteaba en algunas curvas así que aquella mujer tenía que predecir en donde debía girar ya que si intentaba girar en una en la que Andrew no volteó perdería el ritmo, pero si seguía derecho, cuando Andrew volteara, a ella le sería imposible también hacerlo.
Me fui acostumbrando a sentir el auto resbalarse en las curvas y a escuchar las fuertes bocinas de otros carros. Me sentía en una verdadera persecución policíaca. En esos momentos en donde mi corazón aceleraba mil por hora, llegué a la conclusión de que Andrew manejaba muy bien. Pues esta mujer a pesar de conducir un carro deportivo y tener presionado el acelerador hasta fondo, no podía alcanzar a Andrew que manejaba un auto cuatro veces más grande que el de aquella mujer.
Unos 10 minutos después la mujer logró alcanzar el auto de Andrew, lo que me sorprendió no fue que estuviera paralela a este, sino que aventó su carro a la izquierda e hizo chocar el auto de Andrew.
Cerré mis ojos con fuerza y rezaba para que él no se hubiera lastimado en el choque y mis oraciones fueron escuchadas cuando observé que una ventanilla de la limosina fue abierta y de esta salió Andrew bastante enojado. La mujer de mi izquierda desabrochó su cinturón de seguridad y se apeó del carro, sin embargo, antes de hacerlo sacó algo de la parte trasera del auto... Ella sacó ¿Un palo de madera?
— ¡¿Qué demonios te pasa?! — gritó un Andrew bastante molesto.
Mientras la mujer se acercaba a él, observé que llegaron 3 limosinas iguales a la que Andrew estaba manejando sin embargo toda mi atención fue devuelta a Andrew y la mujer cuando esta comenzó a golpearlo con el palo.
Andrew con sus brazos ocultaba su rostro y la mujer seguía azotando el palo sobre su espalda o torso. En ese momento decidí bajar del auto y hacer algo.
—Detente Isabelle —dijo Andrew mientras se seguía cubriendo. ¿Isabelle? ¿Isabelle?
"Esa es la primera vez que lo veo así desde que Isabelle se casó"
Recordé lo que dijo David aquella vez en el restaurante de avena. Ella era Isabelle... pero no entendía por qué estaba golpeando a Andrew con un palo y él no hacía nada para defenderse. Además observé a los hombres que salieron de la limosina y pude reconocer que uno de ellos era el chófer de la limosina que Andrew se llevó.
Suponía que esa era la seguridad de Andrew, pero si era sus guardaespaldas ¿Por qué no hacían nada cuando una mujer lo estaba golpeando?
— ¿Quién te enseñó a tratar a una dama de esa forma? — inquirió Isabelle después de detener sus golpes.
—Isabelle no te metas en esto — espetó Andrew bastante enojado. Por mi parte decidí toser fingidamente para que supieran que seguía aquí.
—Lo siento —mencionó la mujer acercándose a mí con una gran sonrisa. —Por tener un hermano así, me disculpo en su lugar.
¿Her-Hermana? ¿Ella es la hermana de Andrew Rickford? Ni siquiera sabía que tenía hermana. Observé sus ojos y eran del mismo tono azul que Andrew. La mujer parecía una modelo así que llegué a la conclusión que eso era algo hereditario.
—Ven a mi casa, quiero escuchar tu historia ¿Vale? —sugirió Isabelle brindándome otra sonrisa.
—No, ella no entrará a mi casa —ordenó Andrew mientras me señalaba.
—Esa es también mi casa —mencionó su hermana.
—Yo paso más tiempo en ella, por derecho me pertenece —exigió Andrew.
— ¿Por derecho? Legalmente también es mía, así que puedo invitar a las personas que yo quiero —dijo la mujer mientras cruzaba sus brazos y observaba a Andrew. —Además ¿Quieres que te prohíba salir? —observé como Andrew miró hacia otro lado y soltó un bufido. —Vamos —me sonrió mientras se dirigía al coche blanco.
(...)
—Buen provecho —dijo Isabelle antes de que empezara a comer. Todo se veía exquisito y olía de igual manera. Manjar tras manjar se ubicaban en la gran mesa de la enorme mansión Rickford. —Ha pasado mucho tiempo ¿o no chicos? —preguntó observando a David y Nathan. Las otras dos personas también sentadas en la mesa.
—El joven amo dice que no quiere comer —informó el señor canoso de la anterior vez; el mayordomo personal de Andrew.
—Bien, él no morirá por saltarse una comida —menciono la mujer de aquello hermosos ojos azules.
—Sin embargo el joven amor no ha desayunado y desconozco si ha tomado su almuerzo —informó nuevamente el mayordomo.
—Mayordomo Morrie, no se preocupe, nadie ha muerto por no comer en un día —sonrió mientras observaba al señor canoso. — Entonces, ese pequeño se ha declarado en huelga de hambre ¿y ustedes están de acuerdo con eso? —preguntó observando a Nathan y David.
—No, yo me opongo. No quiero ver como F4 se desintegra de esa manera —respondió automáticamente Nathan.
—Me importa F4. Y aunque estoy enojado por lo que hizo Adam, la forma de solucionarlo de Andrew me parece equivocada —respondió esta vez David.
—Ok, está decidido. Mayordomo Morrie —llamó Isabelle.
— ¿Sí señorita?
— ¿Puedes traer las delicias que traje del extranjero? Ah, y no olvides una botella de Champagne Pernod-ricard —mencionó Isabelle con una sonrisa. Yo seguí observando la comida sintiéndome muy culpable por poner en aprietos la amistad de F4. —Alice, debes comer más. Si quieres luchar contra ese tonto debes recargar tus energías —simplemente asentí. —Ahora, olvidemos al terco "joven amo" que no quiere cenar —dijo levantando una copa de vino y con un tono de burla en "joven amo"
Después de la cena, Isabelle insistió en llevarme a casa. En la limosina todo el camino fue callado hasta que el auto aparcó al frente de mi hogar.
—Gracias por lo de hoy —le dije agradecida a Isabelle.
—No importa, no fue nada —dijo con una sonrisa en su rostro.
— ¿Puedo hacerte una pregunta? —mencioné un poco dudosa, tal vez era descortés preguntar sobre porqué fue tan amable conmigo, pero era algo que estuvo rondando en mi cabeza toda la noche. —¿Por qué tú...
— ¿Por qué te estoy ayudando? —completó Isabelle a mi pregunta, así que asentí. — ¿Has escuchado de mi madre? —asentí nuevamente. —Para las personas acaudaladas conocer a un verdadero amigo es tan difícil como ir al paraíso. Mi mamá dice que él no necesita amigos —recordé lo que Adam me dijo aquella vez. Esa señora debía ser una completa bruja si deseaba que Andrew abandonara toda su vida social para concentrarse únicamente en la empresa. —Ella no cree que el heredero de la compañía Rickford necesite amigos.
—Pero Andrew tiene a F4.
—Sí, para ser un heredero millonario tener amigos como F4 es casi un milagro.
—Lo siento —susurré débilmente. —Por mi culpa, uno de sus amigos...
—No voy a dejar que él pierda a sus amigos —aseguró al ver que la voz se atascaba en mi garganta. —Además, por otro lado, estoy bastante agradecida contigo.
— ¿Qué? —susurré extrañada. ¿Agradecerme? ¿Por qué?
—Gracias a ti, él ha podido abrir más su corazón. Si la amistad es obligatoria, el amor es una necesidad. Entonces prepárate porque mañana será una osadía —asentí y sonreí mientras me bajaba del gran auto.
Agradecía profundamente que ella estuviera de mi parte.
ANDREW POV'S
Caminé de un lado a otro en mi habitación, el tiempo en que mi hermana estaría en casa se convertía en una pequeña eternidad. ¿Por qué no regresaba a EEUU o se iba a algún lado de Europa? Sería mejor que estuviera en Asia, muy lejos de aquí.
Por su culpa me estaba muriendo de hambre. No había comido nada desde ayer y mi estómago empezaba a rugir. ¿Cómo demonios sobrevivía la gente pobre?
—Mayordomo Morrie —llamé a mi mayordomo mientras mi estómago rugía.
— ¿Señor? —supuse que estaba en la puerta ya que fueron unos breves segundos antes de que entrara.
—Tengo hambre, tráeme algo —ordené apoyándome en el escritorio de mi cuarto.
—Lo siento joven amo, la señora Isabelle ordenó que no trajéramos nada de comer —se excusó antes de salir por donde llegó.
Maldita hermana.
Mientras maldecía la estadía de mi hermana, mi celular vibró y comprobé que era un mensaje de Adam.
"Tenemos que hablar. Sabes donde"
Era lo único que decía el mensaje así que después de debatir si debía ir o no, tomé mi chaqueta y salí de mi cuarto.
Subí hasta la sala de cine de la casa y ubiqué a Adam sentado en un sofá rojo de esta. Bajé las escaleras y me senté en un sofá al lado de él.
—Esa película, ¿Cuántas veces la hemos visto? ¿Unas 10 veces?—levanté mi rostro observando la gran pantalla; Pearl Harbor. Una película que adaptó el ataque a de la base naval de EEUU durante la segunda guerra mundial.
Rafe y Danny, dos amigos de la infancia deseaban ser pilotos de las Fuerzas Aéreas. Rafe conoció a Evelyn, una valiente enfermera que resultó siendo el amor de su vida. Sin embargo, Rafe es enviado a una guerra contra los alemanes y le encarga a Danny que cuide a su novia Evelyn.
Durante la guerra el avión de Rafe cae y creen que él muere. Durante esa dolorosa pérdida, su amigo que al parecer no era tan amigo se enamora y embaraza a Evelyn. Tiempo después Rafe que logró sobrevivir, va al Pearl Harbor a buscar a Evelyn enterándose de aquella traición.
El final es algo trágico, durante un enfrentamiento contra Alemania, Rafe salva a Danny pero antes de que le disparen a Rafe, Danny se mete y lo matan a él. Aunque haya dado su vida por su amigo eso no quita el hecho que lo traicionó.
Que coincidencia...
—Lo siento —susurró Adam mientras yo seguía observando la pantalla. —Sé que no solucionaré nada con una simple disculpa. Pero...—esperé durante cinco segundos y no dijo nada.
— ¿Pero?
—Deja ir a Alice —rechiné mis dientes e intentaba relajar mi cuerpo. Aunque estaba fracasando al hacerlo.
—Si no lo hago ¿Qué harás?
—Voy a protegerla —afirmó sin titubear. ¿Protegerla?
¿Qué demonios?
No podía seguir escuchando esto, me levanté del asiento y dicté mi rumbo hasta la salida. Si yo hubiera sido Rafe habría dejado que mataran a Danny y encontraría la forma de regresar a los Estado unidos para hacer que Evelyn se arrepintiera cada día de haberme traicionado.
—13 veces. Si recordaras que yo era tu amigo con el que has visto esta película 13 veces, nada de esto habría sucedido —dije antes de cerrar la puerta del salón del cine.
Al día siguiente fui a la oficina del director, se sorprendió de mi llegada debido a que la última vez lo obligué a que hiciera mi informe. Ese día se había osado a reclamar sobre las tarjetas rojas. Lo obligué a hacer mi tarea en condición de su trabajo.
Pobre hombre ridículo.
—Señor Rickford, que sorpresa verlo por acá —dijo el hombre mientras cerraba su computador.
—Necesito que expulses a Adam Walcott y a Alice Lawler —ordené mientras me sentaba en el borde de su escritorio.
— ¿Qué?
—Señor Director, ¿Prefiere usted ser despedido primero? —el sujeto me observó y vi cómo comenzó a temblar mientras abría de nuevo su computador.
— ¡Detente ahora mismo! —escuché una voz femenina que ordenaba que me detuviera. Maldita sea, ¿Qué hacía Isabelle aquí? ¿De todas las personas del mundo porqué estaba ella aquí? Mi hermana abrió la puerta y comenzó a golpearme con su bolso. —Todavía eres un niño inmaduro.
¿Qué guardaba allí? ¿Rocas?
— ¿Te atreverás a despedir al director? Bien, hazlo y yo seré la próxima directora. ¿Crees que te podrás graduar fácilmente conmigo?
—No bromees con eso —dije mientras acomodaba mi chaqueta.
—Hermanito, tu y yo somos muy similares ¿Cuándo hemos bromeado sobre algo? —mencionó mientras palmaba bruscamente mi hombro. —Cállate y sígueme —ordenó así que me tomé la libertad de ignorarla hasta que cogió mi oreja y me arrastró a la salida. —Ustedes también síganme —alcé mi mirada y observé a donde Isabelle ordenaba; David, Nathan, Adam y Alice.
Cuanto odiaba a mi hermana. ¿Por qué no pude ser hijo único?
Mientras me arrastraba por toda la institución, los estudiantes comenzaron a murmurar cosas. Grupo de idiotas. Tendría que pensar en expulsarlos a todos cuando Isabelle se marchara.
...
— ¿Saben cuál es el tipo de hombre que más detesto? —preguntó mi hermana mientras sostenía una vara en su mano.
¿Por qué demonios volvimos a mi casa y me estaba tratando como a un maldito perro?
—Hombres egoístas, hombres de mente cerrada y hombres rencorosos —respondí debido a que toda mi vida ella había repetido que los odia.
— ¿Y qué tipo de hombre alardea de su poder y lo usa injustamente para su propio beneficio? — ¿cómo ella hacía que eso sonara tan mal?
—Un hombre egoísta —refunfuñé torciendo mis ojos.
— ¿Y qué me dice de un hombre que no puede perdonar a un amigo que cometió un error? —Isabelle caminó alrededor del sofá palmando la vara con su mano.
—Un hombre rencoroso.
— ¿Y un hombre que no puede aceptar las consecuencias de sus actos?
—Un hombre de mente cerrada —respondí por tercera vez.
—Ok, entonces Andrew, Adam, tengan un juego y acepten las consecuencias no importa que —mencionó Isabelle mientras entraron el Sr. Morrie y unas sirvientas.
— ¿Acaso somos niños? No estoy de acuerdo —reclamé. ¿Tener un juego? ¿Qué es esto? ¿El jardín de infantes?
— ¡Agree! Yo definitivamente estoy de acuerdo —dijo Nathan levantándose del sofá.
—Yo también lo apruebo —dijo David esta vez.
—Gracias hermana —agradeció Adam sonriéndole a Isabelle. Por mí estaba bien que ella fuera su hermana. Eso sería perfecto.
—Yo también estoy de acuerdo —continuó Alice levantando su mano.
— ¿Qué demonios? ¿Quién dijo que ustedes podían votar? —reclamé nuevamente. ¿Qué es esto? ¿Democracia?
—5 contra uno. Moción aprobada —tenía muchas ganar de matar a Isabelle, pero eso era imposible.
— De ninguna manera —reclamé, sin embargo mi hermana señaló la vara a mi rostro. —Entonces yo decido en lo que competiremos.
—Eso no es juego limpio —intervino Nathan. ¿Ahora él también quería traicionarme?
—No se preocupen, tengo todo listo —después de que Isabelle dijera eso, dos sirvientas entraron con una tómbola. —Cada esfera tiene dentro el nombre de una actividad deportiva. Algunos deportes lo han practicado, y otro no.
— ¿Qué diablos? Escoge los que ya hemos jugado antes —exigí, pero Isabelle se osó a ignorarme.
—En aras a la equidad, vamos a elegir al azar las esferas. La gente dice "La suerte también requiere una habilidad"
—¿Sólo será un juego? —preguntó David.
—Estaba pensando en quien gane 2 juegos de 3. ¿Qué les parece? —respondió mi hermana. No solo tendré que jugar a algo tan ridículo, sino que tendré que hacerlo 3 veces.
—Lo haré —informó Adam.
—Está bien, yo también lo haré —respondí tras ver como mi hermana me fulminaba con su mirada. Me senté en una silla estilo victoriana y esperé a que Isabelle terminara de decir trivialidades y estupideces.
—El deporte se dará a conocer dos días antes de que inicie el juego. Aunque no sean buenos en ese deporte deberán aceptar el resultado. Ahora las tres personas involucrados en este accidente, levántense —observé como Adam miró a Alice y estos dos se levantaron acercándose a Isabelle. Segundos después sentí que Alice tocó mi hombro.
¿Qué diablos quería? Decidí ignorarla y sobar con mis dedos mis ojos. Esto comenzaba a cansarme.
—Andrew —David me llamó y Nathan hizo una señal con su mano para que fuera.
¿Yo? ¿Por qué? ¿Qué es lo que dijo Isabelle?
¡Ah! Involucrados en este accidente.
... ¿Yo? Observé a Isabelle y ella suspiró mientras torcía sus ojos. Me vi obligado a levantarme.
—Bien, empecemos. Alice presiona el botón —Alice se acercó y presionó el botón de la tómbola el cual empezó a mover las esferas de su interior hasta que Alice después de 15 segundos abrió la partitura y salió una bola azul. —Adam —él hizo lo mismo a diferencia que la esfera que salió fue roja. —Andrew —me acerqué un poco molesto y enseguida que presioné el botón también abrí partitura. Una esfera azul fue el resultado.
Isabelle tomó entre sus manos la esfera azul que yo había sacado y retiró un papel de su interior.
—Carrera de caballos —fue lo único que dijo Isabelle antes de ver a Adam sonreír.
Maldita sea.
ALICE POV'S
— ¿Carrera de caballos? —repitió Abby. — ¿Quién es el mejor?
—Adam —comenté con una sonrisa.
— ¡Eso es genial! —chilló Abby mientras levantó sus dos manos. —Sus posibilidades de ganar han aumentado.
—Abby, te voy a decir que la teoría del universo no es tan sencilla —dijo el Sr. Pierre mientras nos ayudaba a organizar unas servilletas y cubiertos.
—Entonces ¿Has recibido alguna señal? ¿Quién de "ellos" ganará? —comentó entre risas Abby. El Sr. Pierre una vez dijo que él recibía señales entre sueños, que eran algo difusas pero que la mayoría de veces eran ciertas.
—La probabilidad es de...—el Sr. Pierre levantó la palma de su mano y finalmente la ubicó en la mitad de una servilleta. —50 a 50 —Abby lo fulminó con la mirada y le tiró otra servilleta.
Esperar que Adam ganara no me aseguraba nada, David me dijo que Andrew estuvo cabalgando todo el día, incluso faltó a clases. De hecho estuvo practicando en la nieve mientras que Adam estaba leyendo un libro tranquilamente.
No era por presionar a Adam, pero ¿El conocía el cuento de la liebre y la tortuga?
(...)
OMNISCIENTE POV'S
Había llegado el tan esperado día para Andrew, Adam y Alice. La primera competencia que le daría ventaja a un participante. La victoria al finalizar las 3 competencias marcarían el destino del nieto del exministro y el de la hija de un tintorero.
El mayordomo Morrie y las mucamas de la mansión Rickford fueron los encargados de organizar el hipódromo en donde su joven amo y el amigo de este tendrían una disputa.
Prince y Tornado eran los caballos de Andrew y Adam respectivamente. En esta carrera no decidieron por un caballo joven resistente y fuerte, sino que optaron por el caballo que montaban cuando estaban en el jardín de niños.
Pronto se empezó a escuchar el bullicio, pues no solo Isabelle, Alice, Abby, David y Nathan estaban allí esperando con ansias el resultado de la carrera, sino que gran parte de la institución esperaban deseosos tan mencionada competencia.
A pesar de que Adam era tan admirado en la escuela, los estudiantes coordinaron para repetir a todo pulmón "Andrew Rickford"
—En sus marcas, listos —mencionó Nathan observando sus dos amigos que cruzaban una línea radical en amistad.
— ¡Fuera! —sentenció David moviendo su mano en señal de que la carrera había comenzado. A pesar de que toda la institución apoyara fielmente al heredero de la compañía Rickford solo un pequeño grupo de personas rezaban para la victoria de Adam.
La carrera comenzó, debían dar dos vueltas en el hipódromo, salir teniendo en cuenta las indicaciones y de nuevo tener que regresar. El primero que regresara sería el ganador de la primera ronda.
Adam y Andrew comenzaron velozmente, y aunque Andrew controlaba con perfección a su caballo, Adam tenía una pequeña ventaja en las vueltas del hipódromo. Al salir de la arena todos los estudiantes seguían gritando con euforia.
La carrera era muy reñida, Andrew en breves segundos tomaba la delantera, pero de la misma forma en que la encabezaba también perdía ventaja. Adam al igual que Andrew daba sus mayores esfuerzos, pues el perder esta carrera significaría hacer que la persona quien prometió proteger corriera un riesgo de ser expulsada.
Andrew observó una indicación.
"Peligro, Acantilado"
Andrew conocía aquel camino, era un útil atajo para llegar al hipódromo, sin embargo en esta temporada en donde la nieve cubría el alrededor, cruzar el acantilado sería peligroso y demasiado para el caballo.
Después de dudar durante meros segundos, Andrew golpeó con la fusta al caballo indicándole en donde debía girar. Su objetivo actual era ganar a toda costa aquella carrera.
Alice se encontraba profundamente nerviosa, todas sus esperanzas estaban depositadas en Adam y la reconfortada el hecho de que nadie podía vencer a Adam en las carreras de caballos.
David le había contado que Adam desde muy pequeño le interesó los caballos debido a que Katherine Fitzpatrick era una muy buena jinete, y Adam se esforzó para impresionarla.
A diferencia de Andrew, quien practicó equitación a los 8 años por órdenes de sus padres quienes decían que su hijo heredero debía ser altamente calificado en todos los deportes. Andrew, después de 2 años descubrió que montar caballos no era algo que le apasionara y prefirió los autos y las altas velocidades.
Obviamente, Andrew era bueno cabalgando en carrera de caballos, pero no era mejor que Adam.
A Alice le reconfortaba saber eso, sin embargo algo la estaba inquietando y su corazón latió rápidamente al escuchar los pasos de un caballo galopando.
Todos los estudiantes observaban con mucho curiosidad hasta que un estudiante salió de la arena y gritó un nombre.
— ¡HEY, ES ANDREW RICKFORD! —gritó a todo pulmón y todo el estudiantado salió a admirar al ganador de la competencia. David y Nathan se encontraban desconcertados al igual que Isabelle.
Después del bullicio por conocer al ganador de la primera competencia, Alice decidió ir a los establos en donde observó a Adam alimentando a su caballo blanco.
— ¿Quieres tocarlo? —preguntó Adam al observa a Alice.
— ¿Puedo? —él asintió así que Alice tocó la trompa de aquel caballo que se encontraba un poco frío.
—Se llama Tornado —Alice rió un poco al escuchar ese nombre. Adam sabía que era un poco ridículo, sin embargo fue el nombre que escogió cuando tenía 8 años.
—Hola Tornado, soy Alice —Alice saludó al caballo mientras le daba un cubo de azúcar que Adam antes le estaba dando. —Tornado, ha sido muy duro para ti ¿Verdad? Muchas gracias —le decía al caballo mientras le seguía dando cubos de azúcar.
— ¿Quieres montarte en él? —Alice observó a Adam y asintió. Tornado era muy cómodo y aunque no estuviera galopeando, ella sentía como el aire recorría su cuerpo.
Ella nunca pensó en montar un caballo y menos que Adam caminara a su lado sosteniendo la soga de Tornado. En esos segundos, Alice valoró aquella calma y se sintió protegida al lado de Adam. Por ahora, ella había olvidado la crisis de la competencia y todo lo relacionado con el menor Rickford.
En el lado sur de establo, Andrew observaba a su caballo recostado en la paja mientras el veterinario lo atendía.
—Este caballo no podrá correr de nuevo —sentenció el señor Hickock; el encargado de cuidar aquellos caballos.
—No... haga algo —Andrew observaba a Prince, el caballo que lo acompañó durante su infancia. Él egoístamente obligó a su caballo pasar por el acantilado siendo gravemente herido y teniendo lesiones mortales para su salud. — ¡Haga algo! —ordenó mientras zarandeaba al Sr. Hickock. Por más que Hickock deseaba salvar a aquel caballo que cuidó durante años, estaba fuera de sus manos. Él nunca deseó que los jóvenes amos compitieran usando sus animales, ahora Prince, un caballo de pelaje oscuro no podría de nuevo cabalgar. Andrew egoístamente limitó su destino.
—Lo siento joven amo —Andrew observaba a su caballo doblegado mientras el Sr. Hickock se alejaba del lugar.
Él había ganado el juego, pero había perdido la competencia.
Ese día Isabelle deseaba que Andrew comprendiera algo. El dinero no lo es todo. Él podía comprar medicina y el mejor veterinario, pero no podía comprar la salud, él podía comprar una posición, pero no el respeto. Él podía comprar miles de relojes pero no al tiempo.
Él tenía tantas cosas pero al mismo tiempo no poseía nada y eso era lo que Isabelle quería que Andrew meditara. Ella deseaba que el sufrimiento de Prince no hubiera sido en vano.
ALICE POV'S
Días después, Isabelle nos volvió a citar en la mansión Rickford, para enterarnos de la siguiente competencia.
—Ahora sigue la esfera de Adam —Isabelle sacó de un cofre una esfera roja, mientras sacaba el papel todos veíamos inquietos lo que diría ella, a excepción de Andrew. Después de todo él llevaba una gran ventaja. —Carrera de autos —dijo Isabelle muy preocupada mientras miraba a Adam. Observé que él se levantó y se marchó de la mansión.
¿Qué tenía de malo la carrera de autos? Yo vi con mis propios ojos que Andrew era un excelente conductor, pero Adam también podría ser bueno. Además los milagros existían.
Isabelle nos invitó a comer así que todos nos sentamos en la mesa principal. Isabelle estaba un poco enojada a diferencia de su hermano que tenía una gran sonrisa enmarcada en su rostro.
—Andrew, ¿No podemos cambiar la actividad? —preguntó Nathan mientras toma un sorbo del vino.
—Yo no lo escogí, fue él quien lo escogió. Supongo que es la suerte, ¿Cómo es que dice el dicho? —preguntó Andrew mientras sonreía con superioridad.
—"Tener suerte requiere de habilidad" —respondió su hermana pasando una página del periódico que estaba leyendo.
—No creo que Adam pueda hacerlo —susurró Nathan pero fue audible de todos modos. No sabía si era adecuado preguntar sobre porqué Adam no podía manejar en las carreras, pero decidí guardar silencio y observar la sopa amarilla claro delante de mí. "Crema de coliflor con tostas de Gruyère" leí en su indicación.
—Bueno, él realmente no necesita hacer eso. Si no lo hace pierde automáticamente... ¿Cómo se llama a eso? —preguntó Andrew antes de darle un mordisco a las tostas de no sé qué.
—Victoria sin gloria —respondió secamente su hermana.
—Sí eso, pero se escucha mejor como "Victoria por default" Con eso serían 2 victorias y ya no sería necesaria una tercera competencia. Oh, Mayordomo Morrie, la crema está deliciosa —escuché alardear a Andrew y aunque la sopa se veía exquisita todo mi apetito se había esfumado con sus palabras.
—Andrew, reconsidéralo por favor. Tu sabes perfectamente porqué te lo estamos pidiendo —mencionó Nathan mientras David guardaba silencio.
—No. Yo sabía que esto sucedería. "Toda causa tiene su consecuencia" y "La justicia se hará valer por sí misma" —dijo Andrew tomando un sorbo a la crema.
— ¿Qué demonios estás diciendo? Hermano, ¿Eres tan feliz?
—Sí, estoy feliz —respondió Andrew formando una sonrisa y tomando otro sorbo de la sopa.
—Bien por ti —dijo su hermana mientras se levantaba de la mesa, pasó por el lado de Andrew y empujó su cabeza hacía la mesa, con el objetivo de que su cara se ensuciara de la crema.
— ¡Isabelle! —la llamó iracundo Andrew mientras unas mucamas trían unos pañuelos y agua.
Al siguiente día, en la escuela, busqué a Adam en el jardín y en las escaleras de incendio, pero no tuve éxito. Necesitaba hablar con él.
—Espero que estés mentalmente preparada —me detuvo Ginger mientras colocaba sus brazos en forma de jarra.
—No hay manera de que Adam pueda ganarle a Andrew —continuó Sunny con autosuficiencia. —La competencia ya está por terminada. Tú serás expulsada.
—Yo siempre estuve del lado de Andrew —sonrió Miranda inclinando levemente su cabeza. — ¿Aún no has empacado tus cosas?
—Esto aún no termina. Yo creo en Adam —respondí. Yo nunca perdía las esperanzas, esta vez tampoco sería la excepción.
—Que tonta. Hace unos días le decías lo mismo al gran Andrew —continuó Ginger observando sus uñas postizas. —Tú, persona baja. No eres congruente ¿No es así?
—Me da escalofríos solo pensar que Adam saldrá lastimado por una tipa como tú —sentenció Sunny con desagrado. ¿Salir lastimado? No entendía por qué todos afirmaban que Andrew iba a ganar con tanta seguridad.
— ¿Lastimado?
—Adam tuvo un accidente automovilístico cuando tenía 7 años, en ese accidente murieron sus padres y por un milagro él sobrevivió. Desde ese entonces él nunca volvió a subirse a un auto. ¿Por qué crees que siempre conduce una moto? Deberías por lo menos saber eso antes de arruinar la amistad de F4 —mencionó Ginger antes de alejarse.
¿Accidente?
KATHERINE PIERCE
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