11. ADAM Y ANDREW

Mi bicicleta se incendiaba, mis rodillas sangraban al igual que mi nariz. Mi uniforme estaba manchado con restos de tomate, y con el agua y espuma que expulsó el extintor, no podía hacer nada además de cubrirme con los brazos... ¡Paren! ¡Deténganse ya! Ayuda... mis piernas flaqueaban y mi oxígeno disminuía, necesitaba ayuda.

Adam.... La última vez él había limpiado mi rostro de la harina.... Ahora, él ya no estaba, se había ido a América y tal vez nunca volvería ver su perfecto rostro y su encantadora sonrisa... lo necesitaba pero él no respondería a mi llamado. 

Seguían arrojando bombas de tomate una tras otra, necesitaba a Adam. Él también me ayudó cuando esos tres chicos me acorralaron aquella vez, también la vez que había salido enojada de la mansión de Andrew, y Adam me prestó sus zapatos.

Ya nadie me ayudaría, estaba sola, me dificultaba respirar y mis piernas cedieron, caí en el duro concreto. Sin Adam, ya no habría nadie que me ayudara... Nadie venía... Aun así, suplicaba por la ayuda de alguien...

— ¡Largo de aquí!— pude escuchar como una voz masculina gritaba exasperado, reconocía esa voz, no era Adam, era la voz de ¿Andrew?, levanté paulatinamente mi rostro, Andrew llegó hecho una furia, empujó a las personas y se acercó en rápidas zancadas al estudiante con el extintor. De un movimiento le quitó el cilindro rojo, lo golpeó en el estómago y luego en su rostro con el mismo extintor, haciendo caer al estudiante al pavimento, luego le arrebató una bomba azul a un estudiante y se lo arrojó al rostro mojando al joven con el tomate, después agarró su cabello y lo tiró violentamente al suelo.

Segundos más tardes, Andrew se acercó lentamente hacia mí, se arrodilló y depositó mi rostro a la altura de su pecho mientras me abrazaba, podía sentir su agradable aroma... Andrew me había salvado.

—Perdóname— dijo aún sosteniendo mi cabeza hacia él. —Perdóname. —repitió una segunda vez, se alejó un poco y me levantó en sus brazos.

—Yo no lo hice—hace unos meses no me hubiera importado lo que el pensara, podía pensar que era una zorra o perra pero eso no me afectaría, ahora era diferente, quería aclararle lo que yo sabía —De verdad, yo no lo hice. —le dije mientras ocultaba mi rostro en su pecho.

—No importa, así que deja de hablar.

— ¿Aun no me crees? — quería que me creyera, yo decía la verdad, yo no lo hice, quería que me volviera hablar de la misma manera, con su tono mordaz y su esencia superior. Por favor, Andrew, créeme, no necesitaba que la escuela me creyera, solo me importaba que Andrew confiara en mí.

—Lo hago, te creo — dijo después de un pequeño bufido, yo solté pequeños sollozo y las lágrimas cayeron de mi rostro.

(...)

Estaba en la mansión de los Rickford, yo estaba sentada y Andrew sostenía mi pie izquierdo mientras lo desinfectaba por la caída.

—Si no te quedas quieta tendré que amarrarte.... ¿Eres estúpida o ignorante? —dijo mientras ponía alcohol alrededor de la herida. —Después de todo, ¿no has aprendido nada? Cuando eres atacada de esa forma, la estrategia #38 es escapar. —Andrew se centró en las heridas de mis rodillas. —En todos los casos, eres realmente estúpida. Tu coeficiente es de un solo dígito. Tienes la capacidad cerebral de un orangután.

— ¡¿Orangután?! —le reclamé.

—Es porque eres tan tonta que tu cuerpo tuvo que sufrir de esta manera.

—No es la estrategia #38 ¡Es la estrategia #36 para tu información! No quiero oír este tipo de insultos de alguien tan ignorante como tú. — No tenía ningún derecho de reclamarle, él me había salvado... pero no era lo mío quedarme callada mientras Andrew me insultaba.

—Cierra los ojos—dijo mientras tomaba otra toallita de una vasija de vidrio, me tomó por el cuello para evitar que me moviera y limpió la sangre de mi nariz.

— ¡Duele! — le dije mientras me movía. Fue más delicado pero hizo mayor presión en el área detrás de mi cuello, cerré mis ojos permitiéndole tocar mi rostro... no sentí su mano ni la toalla húmeda, la respiración de Andrew se entrecortó y con su dedo índice rozó mi labio... escuché fuertes latidos de ¿Mi corazón? Sí, pero además de los míos, también eran los latidos de Andrew. Escuché un suspiro por parte de él.

— ¡Límpiate tú misma! —dijo mientras se levantaba y se alejaba.

— ¿Qué diablos? —le tiré la toalla pero él fue más rápido y cerró la puerta.

.

.

.

Anne Marie caminaba delante de David pero detrás de Nathan, estos la escoltaban para dirigirse a una de las salas de la mansión Rickford. Anne Marie, con nervios distinguió a la persona que veía hacia el gran ventanal; Andrew Rickford, heredero de la compañía Rickford. Nathan  se acercó a Andrew y le entregó un portafolio de cuero café; el libro era aquel que Anne Marie evitó que Alice viera. En el portafolio se encontraba un álbum escolar de 1er grado de la escuela Rickford, ilustraba la foto de cada estudiante con sus nombres y algunas fotos grupales de primaria, una foto en especial llamó la atención de Andrew, la fotografía de un estudiante estaba rayada y opacando la identidad del modelo, solo se reconocía su género, el femenino. Andrew leyó el nombre debajo de la ilustración y tuvo difusos recuerdos.

"1er año  jardín escolar Rickford."

Cuatro jóvenes se encontraban sentados en una mesa de un gran jardín, un pequeño niño de ojos y cabello oscuro jugaba monopolio mientras analizaba sus propiedades adquiridas en el juego, a su derecha se encontraba otro chico de cabello castaño y ojos verdes quien hacía pequeñas figuras con arcilla, al frente había un niño de cabello castaño claro y ojos oscuros quien tocaba en su violín una bella melodía de "estrellita donde estás"  y por último un chico de tez blanca, cabello rizado y ojos azules leía un libro de economía ignorando su alrededor. En una mesa al frente de los F4 una niña de cabello oscuro y contextura obesa pintaba en su cuaderno a una princesa y un príncipe mientras admiraba aquel chico de cabello rizado, la niña observó como el pequeño heredero cerró el libro y se alejó del parque, alejándose también de aquella ilusionada chiquilla.

— ¡Ahh! ¡Un bicho, un bicho! ¡Fuera de aquí! ¡Aléjate! —gritó el pequeño Andrew mientras con sus manos intentaba alejar a esa pequeña avispa.

— ¡Aléjate! ¡Aléjate! —gritó aquella chica corpulenta mientras alejaba aquel animal que asustaba a la persona a quien tanto admiraba y quería. —Ahora estás bien —la niña le mostró a Andrew el dibujo que estaba haciendo de un castillo con una princesa y un príncipe agarrados de la mano, en el dibujo dos nombres resaltaban dentro de un enorme corazón rojo. "Anne Marie y Andrew Rickford", Andrew quitó violentamente el dibujo del cuaderno y lo arrojó al césped, después lo pisó y lo arrugó. — ¿Por qué haces eso? No lo hagas —dijo tristemente Anne Marie intentando recoger el cuaderno pero Andrew fue más rápido y lo levantó primero.

—Qué fea eres, ¿Quién eres para decir que soy tu novio? —dijo ásperamente el joven Rickford. —Tú, ¿Quieres ser expulsada del jardín de niños? ¿Eh?

—Detente, detente, no hagas esto —dijo la niña intentando coger el dibujo, pero fue empujada por el niño.

—Tú, cabeza de calabaza. No quiero ver a personas como tú, ¡Piérdete! ¡Vete a tu casa, tú eres fea!

— ¿Por qué haces eso? No lo hagas —dijo Anne Marie casi en susurros. —No lo hagas...No lo hagas...—Andrew volvió a arrojar el dibujo escuchando como lloraba aquella obesa niña.

... 


ANDREW POV'S

No recordaba con claridad, era algo difuso pero recuerdo que esa chica gorda se llamaba Anne Marie, la misma Anne Marie que engañó a Alice y la humilló.

—Ustedes no saben cómo he vivido después de aquel día —dijo Anne Marie casi en murmullos. —Ni siquiera podía poner un pie a fuera porque estaba horrorizada y en agonía. Estaba sufriendo mucho, estaba tan avergonzada. Me fui a Alemania por tres años. Sufría mucho cuando me hacía una cirugía plástica cada dos años, ¿Saben que es lo que pensé de mi misma durante todo este tiempo? —Solo la miré indiferentemente mientras trataba de procesar todo lo que estaba diciendo —Sí, esa es la expresión. La expresión que tenían ustedes cuando me trataron como un bicho monstruoso y huían de mí —dijo sollozando, pude ver como David tragaba saliva y Nathan desviaba la mirada hacía un jarrón. —No lo he olvidado ni por un segundo.

—No lo recuerdo, pero, si hice algo así... lo siento — dije seriamente. Unas pocas palabra en el jardín de niños marcó la vida de una persona, la llevó a tal agonía. Pero no sentiría pena ni pesar por ella, ese no era mi estilo.  Desde pequeño me enseñaron a no dejarme llevar por los sentimientos de los otros, me convertiría en el heredero de una de las compañías más grandes del mundo, tenía que pensar con la cabeza y no con el corazón; además solo recodar el daño que le produjo a Alice me llenaba de ira. 

— ¡No! —Elevó un poco su quebrantable voz. — ¡Eso no! ¡Lo que quiero escuchar de ti no es que lo sientas! —gritó un poco más exasperada.

—Hey, cálmate — intervino David.

—Mírame... ¿No soy bonita? —dijo mientras tocaba su rostro. —Me convertí en esta belleza, ¿no te gusto? —dijo mientras lloraba. — ¿Sabes por quién he regresado? ¡¿Sabes cuánto tiempo he soñado este momento?! —Esto último lo dijo casi en gritos mientras se acercaba a mí y me agarraba por los brazos. —Dilo, ¡Di que te gusta Anne Marie! —al ver que no respondí y ni siquiera la miré, continuó más desesperada. —Por favor, dilo. Que te gusta Anne Marie, ¡Te estoy diciendo que digas que te gusto! 

Qué tonta. Humillarse a tal manera para que dijera algo ridículo, solo faltaba que se arrodillara y besara mis pies. ¿Aún existe gente tan estúpida? Carecía de orgullo. No solo eso, degradó a Alice para que yo la odiara. Eso no tendría mi perdón.

—Me das lástima. —dije sin siquiera mirarla, escuché como sus sollozos eran más fuertes. —Eres realmente patética, ¿Sabes por qué? —dije mirándola a los ojos. —En ese entonces y ahora, todavía eres un monstruo. No, eres peor que antes. Al menos la niña de aquel entonces, tenía un hermoso corazón —arrojé el portafolio a la alfombra beige y me alejé empujándole el hombro debido a que obstaculizaba mi paso. Pude oír antes de irme como sus sollozos y lágrimas aumentaron drásticamente y como caía arrodilla al suelo.



ALICE POV'S

Estaba viendo el hermoso exterior de la gran mansión de Andrew desde la gran ventana de un cuarto. Últimamente me acostumbraba a una habitación con decoraciones victorianas color rosa y verde pardo. Escuché una puerta abrirse y de esta entró Andrew con su cabello rizado un poco despeinado usando un polo blanco y unos pantalones sueltos color gris humo.

— ¿Qué pasa ahora? ¿Qué vas a hacer esta vez? 

—Vine porque tengo algo de que ocuparme— respondió mientras cerraba la puerta. 

— ¿Algo que hacer?... ¿Qué es?...Olvídalo —Lo mejor era no meterme en el mundo de Andrew, nada relacionado con el mundo de "las altas sociedades".

Yo estaba usando una pijama de líneas, me quedaba enorme ¡Enorme! Supongo que es de Andrew... ¿Dónde estaba mi uniforme? Caminé por la habitación buscando mi ropa, pero me dolía caminar, mis rodillas aún flaqueaban.

— ¿Por qué me trajiste a tu casa? —Pregunté. 

—Entonces, ¿debería haberte llevado a tu casa con las piernas lastimadas y tu cuerpo cubierto de tomate? Tus padres estarían muy felices —lo último lo dijo con sarcasmo. Andrew volvía a tener razón, últimamente su casa-mansión es mejor que mi casa. Mis padres no podían verme ni ebria (como la anterior vez) ni lastimada. —Envié a un chofer para que no se preocupen —dijo mientras yo bufaba y lo fulminaba con la mirada, seguía buscando mi uniforme, mi padre me mataría si viera cómo quedó aquella hermosa tela, apostaría lo poco que tengo, que el uniforme quedó peor que la anterior vez. —Y tiré tu ropa y tu mochila, así que no la busques más. — 

¿Tiró el uniforme? ¿De dónde sacaría otro uniforme de la escuela Rickford? Mis padres no tenían dinero para comprar otro.

— ¿Lo botaste? ¡¿Lo tiraste todo?! Lo único que tenías que hacer era arreglarlo y lavarlo. ¿Por qué lo tiraste sin mi permiso? —mi padre me mataría... Además no creo que pudiese ir a la escuela con cualquier sudadera.

— ¿Cómo puedes arreglarlo y usarlo de nuevo en ese estado? 

Mi padre se dedica a arreglar ropa, ¡Andrew no lo entiende! ¡Los ricos no saben que es reutilizar!

— ¿Por qué no puedo usarlo? Entérate ¡Soy la hija de un tintorero! —grité con toda la fuerza de mis pulmones.

—Cállate—me ordenó mientras me tapaba la boca con sus manos haciendo que me sentara en la cama. — ¿herviste y cocinaste el corazón de un tren cuando tenías el tamaño del cascabel del collar de un gato? — ¿Qué? Intenté corregir el refrán pero no se escuchó pues Andrew aún tenía su mano sobre mi boca.

— ¿Qué? —dijo mientras retiraba su mano.

— ¡No es el corazón sino la chimenea! —se lo repetí pero Andrew comenzó a reírse ¿Qué le causa tanta gracia?

—No, no puede ser, piénsalo. De manera realista ¿Una persona puede hervir y comerse una chimenea? —al parecer alguien no entiende las metáforas de los refranes. —Obviamente lo que es hervido y cocinado es un corazón —pestañee un par de veces ¿alguien puede llegar a tal conclusión? Intenté comprenderlo pero ¿Qué tiene que ver un corazón con el refrán? Pero, al parecer Andrew utilizó mi confusión para acercarse a mí lentamente. Me tiré inmediatamente hacia atrás, pero avanzó como un león acechando a su presa.

— ¿Qué estás haciendo?— pregunté bastante nerviosa, su rostro se acercaba lentamente al mío, intenté alejarme lo que más podía pero el colchón de la cama evitaba que pudiera moverme más.... ¿Cómo terminé recostada en la cama y Andrew sobre mí? — ¡Aléjate de mí! — grité nerviosamente. Su respiración se chocaba con la mía y escondí mi cara en el colchón. Andrew estiró su mano y tomó una caja de primeros auxilios de la cajonera al lado de la cama... 

Él no se estaba acercando a mí... intentaba alcanzar el nochero ¡Qué vergüenza!

Era culpa de él por acercarse ¡tanto! Se sentó en el extremo de la cama y depositó la caja a su lado, tomó bruscamente mis pies haciendo que me sentara y recargó estos en sus piernas, deslizó la parte inferior extrema del pantalón de la pijama descubriendo los raspones, puso una venda de diseño florar en el raspón de mi nariz, después puso una pomada en las heridas y solté un pequeño gemido ¡Ardía! Andrew sopló la herida y repitió todo el proceso con el otro raspón, colocó una venda más grande en mi tobillo y fue lo último que recordé antes que mi sueño me venciera.


...

Andrew Rickford nunca había cuidado y curado a nadie en sus 19 años, Alice Lawler había despertado nuevos lados de Andrew que él no conocía. "El dinero no lo es todo"... Andrew estaba entendiendo lentamente aquella frase, gracias a aquella lavandera que hacía más emocionante una cotidiana y repetitiva vida. El menor de los Rickford's después de curar las heridas de Alice, vio como ella dormía tranquilamente, se veía tan indefensa y propensa a peligros y problemas. 

Andrew arropó a Alice con el tendido florear verde pardo, se acercó lentamente a ella y depositó un tierno beso en su frente, después de admirarla unos pequeños segundos se alejó y apagó la luz, pero antes de irse volvió a verla dormir y cerró la puerta. El pequeño estruendo cortó el sueño de Alice, ella abrió los ojos pero al ver su entorno oscuro decidió cerrar nuevamente sus ojos.



ALICE POV'S

Me levanté un poco cansada... Ah, me dolía todo. Suspiré levemente y quise mirar de nuevo el exterior. Tal vez nunca me cansaría de ver aquel hermoso jardín... ¡Espera! ¿Qué hacía cuatro mucamas y el mayordomo canoso en mi cuarto? ... digo, ¿en el cuarto en el que estaba?

Al ver que los miraba algo asustada, los cinco se inclinaron en forma de saludo, miré primero al mayordomo, el miró a las mucamas... La primera levantó el blazer azul medianoche del uniforme, la segunda la falda escocesa, la otra un morral a cuadros igual a la mía y la última unos botines negros de cuero exactamente iguales a los anteriores. Todo era igual solo que no eran los mismos.... Estos olían a nuevo.

—Su uniforme, sus zapatos y todo lo que necesita para la escuela —mencionó el mayordomo. —Pasé toda la noche consiguiendo unos nuevos. Sólo falta...—lo miré algo confundida... 

Andrew no tenía límites.

— ¿Sólo falta...?—pregunté para que él continuara. Que yo supiera, ahí se encontraba todo. Mi uniforme y mi mochila.

—Solo necesitamos una cosa que usted apruebe —continuó el mayordomo. 

En segundos tenía delante de mí varias bicicletas, eran realmente geniales muy cómodas y algunas veloces, las manejaba en círculo en una de las salas de la mansión... Son muy lindas, pero son un poco diferentes a la que tenía, el mayordomo solo chasqueaba sus dedos al ver que desaprobaba una bicicleta y traían automáticamente otra, así fue por unas dos horas hasta que encontré una que me gustara, tenía un canasto en la parte delantera. Me arrodillé para ver las llantas pero vi accidentalmente el precio.... £600,00.... Mi bicicleta había costado menos de £5.00...

— ¿£600,00?... La mía era normal, no era tan costosa.... Era una bicicleta muy muy normal.

—Lo siento señorita, el joven amo nos ordenó remplazar sus cosas por otras exactamente iguales a las que tiramos. Pero... No pudimos encontrar el mismo tipo de bicicleta que se quemó ayer, a pesar de lo mucho que intentamos... Hicimos nuestro mayor esfuerzo al comprar éstas —se excusó el mayordomo. — ¿Hay alguna manera para que pueda aceptarla generosamente?

—Pero, aun así... este precio —quería rechazarla, no quería ni debía montar una bicicleta de £600,00... miré al mayordomo, su mirada era muy profesional pero lo último que escuché sonó casi a súplica... ¿Andrew se enojaría si no aceptaba ninguna bicicleta? ¿Podría despedirlo al igual que las mucamas?

Después de aceptar la carísima bicicleta, me llevaron al comedor central en donde cada mucama había depositado un plato diferente.

—Esto es lo que el chef se esforzó en preparar excepcionalmente para usted. —dijo el mayordomo mientras jalaba la silla para que me sentara. —Esto es asado Wagyo a la roma, un omelet de trufas Alba de Piemonte. 

— ¿Alba tru...?

—Trufas, también se conoce como hongos de seta amarga.

—Pero... ¿Dónde está Andrew?

—El joven salió temprano por la mañana.

— ¿A dónde fue? — Andrew se fue y me dejó en su mansión ¡Donde estaba! Esto de ricos no era lo mío.


(...)

El timbre de un humilde apartamento sonó en los pocos metros de esta vivienda, siendo señal de un invitado que deseaba pasar.

— ¿Eres tú, hermana? — preguntó un pequeño niño de 10 años mientras se dirigía a abrir la puerta, al abrirla vio a un chico de tez blanca, ojos azules y un perfecto cabello rizado, este chico se le quedó viendo a Max con su aire superior y dominante asustando al pequeño, como respuesta, el pequeño Lawler cerró la puerta, prendió la computadora y buscó a alguien quien le recordaba al sujeto que tocó hace unos segundos "Andrew Rickford"; joven billonario heredero de la compañía Rickford.

— ¿Ya llegó tu hermana? —preguntó Joseph Lawler a su hijo menor. Max estaba sorprendido de confirmar la identidad del hombre después de ver un par de fotos en la red.

—And...Andr...—Que un joven billonario llegara a la casa Lawler no era algo común, Max solo podía tartamudear algunos monosílabos.

— ¿Qué te pasa? ¡Te pregunté si ya llegó tu hermana!, Ahora hasta tartamudeas, te dije que esas ondas electromagnéticas te harían daño.

—F...F4...—el padre de Max se acercó a la computadora y vio lo que señalaba su hijo.

— ¿Qué es eso? ¡Wow! ¿Hijo de quién es? ¡Él es muy apuesto! —dijo su padre algo asombrado acomodándose sus gafas.

—Él... está aquí. —dijo por fin el chico con mucha dificultad.

— ¿Qué?

— ¡F4! —Max ahora estaba gritando al igual que lo hace su hermana mayor siempre.

— ¿Qué es eso?

— ¡El sucesor de la compañía Rickford, Andrew Rickford! —dijo Max exasperado.

—El grupo Rickford...—Joseph intentaba procesar cada palabra de su hijo. — ¡¿QUÉ?! Este chico... está aquí... ¡¿En nuestra casa?! —Max corrió delante de su padre para abrir la puerta, detrás de ella seguía aquel sucesor del que hablaban; Andrew Rickford. —¡¡¡¡¡CARIÑO!!!!! —Joseph no pudo hacer nada más que llamar a su esposa. Después de todo un joven billonario estaba en la entrada de su casa.

—Es inútil que me llames de manera tan ansiosa. Solo tenemos un filete de pescado en trozos. —dijo Margaret mientras cocinaba el pescado, escuchó a su esposo e hijo hiperventilar así que vio por la ventanilla de la cocina que sucedía, su visión se centró en la 3ra persona de la sala, las articulaciones de la mujer fallaron y soltó la pequeña cuchara de metal que estaba en sus manos.



ANDREW POV'S

Nunca nadie me había azotado una puerta en la cara... después de unos cuantos gritos el pequeño y el padre de Alice abrieron la puerta. Margaret Lawler me invitó a comer ¿Debería comer la comida de los pobres? Acepté sin quejarme, me senté en la diminuta mesa de cuatro personas, estaba sentado al frente de ellos mientras que los tres Lawler me miraban fijamente con una sonrisa en el rostro.

— ¿Ustedes comen esto como platillo? —pregunté mientras sostenía una cosa negra con el tenedor, los Lawler asintieron al unísono con una mayor sonrisa en el rostro. Sin preguntar lo que era, lo probé y luego sostuve con el tenedor otra cosa verde y blanca despedazada en trozos. — ¿Qué bicho es ese?

—No es un bicho, es pez —dijo el pequeño aún más sonriente, el padre le tapó la boca y me sonrió extremadamente feliz.

— ¿Qué clase de pescado es así de pequeño? — ¿Eso era un pez?

—Se llama anchoas. Ah, supongo que nunca habías oído hablar de esto —respondió el señor sonriendo.

—No sabemos que come un joven rico... ¡Ah! Come esto por ahora, es sabroso —dijo la señora señalando un plato con una cosa rectangular.

— ¡Ah! Sé que es eso... esto es kal... —lo comí hace un tiempo en un viaje de negocios a Corea. — ¿Kal-chi? los tres gritaron al unísono.... Así que llegué a la conclusión que lo escandaloso es hereditario.

— ¡Conoce... el Kal chi! ¿Cómo lo... conoces? —tartamudeó el señor, mientras acercaba el plato hacia mí, comí un poco y lo saboreé... no sabía mal pero era diferente a lo que preparaba mi chef personal.



ALICE POV'S

Estaba bajando las escaleras para llegar al enorme comedor de la escuela Rickford, estaba cansada y adolorida para correr, había una pequeña multitud viendo el televisor del comedor, Ginger me tomó del brazo y me acercó a leer las noticias.

"Adicta a las cirugías plásticas, se descubre el pasado de la fea Anne Marie"

Observé una foto antigua de una niña un poco pasada de peso y a su lado una foto sonriente de una tierna Anne Marie ¿Esa niña era Anne?

—Alice, ¿Cómo pudo Anne Marie hacerte eso? —dijo Miranda señalando la pantalla.

—Existe una línea que no debes pasar incluso si apuñalas a alguien por la espalda. —continuó Sunny. —Quiero decir... ¿Quién te hizo pasar por todo este dolor? —dijo mientras acariciaba mi cabello ¿A esta que bicho le picó? Ni Ginger ni sus amigas tenían una gran relación conmigo, eran las primeras en hacer fila para humillarme.

— ¡Qué miedo! Es una viciosa. Dicen que si te haces cirugía una vez, duele tanto que no querrías hacerlo de nuevo. ¿Quién no sería guapa con todas esas cirugías? —dijo Ginger entre risas.

—Es cierto, ¿Se ve su rostro como el de una persona humana? —dijo otra estudiante a mis espaldas.

—Si yo me viera así, ya me habría suicidado —prosiguió Miranda, todos comenzaron a reírse, no olvidaría como Anne Marie me traicionó y además ella creó toda esa mentira para que Andrew se alejara... Pero, todavía seguía siendo un ser humano... nadie merecía pasar por las burlas de Ginger y toda la escuela.

—Tus ojos —dije observando a Miranda mientras ella tocaba los contornos de sus ojos.

—Tu nariz —continué mirando a Ginger, esta también cubrió su nariz.

—Tus dientes —proseguí mirando a Sunny, ella cerró la boca. —Todo ha sido comprado con dinero ¿verdad? Si quieren algo ¿no lo compras con dinero? Pero, ¿No se puede comprar la belleza? Hey, todas ustedes han pasado por cirugías plásticas. Entonces ¿Por qué dicen tonterías de Anne Marie? ¿Está bien para una persona "hermosa" volverse más bonita, pero está mal para una persona "fea"?  No es algo que se consiga gratis. Es algo que se consigue tras pasar por un dolor indeceable. ¿Y qué? ¿Qué hay de malo con eso? ¿Hay alguien que tenga algo que decir de Anne Marie? Si hay alguien, ¡Qué salga y hable! —todos fueron reservados, mientras miraban hacia el suelo, me alejé y vi como Anne Marie bajaba las escaleras y se detenía al frente mío.

—Sobre pedirte que me perdones. —dijo apenas audible. —No lo haré —la miré fijamente y mi mano chocó con su mejilla provocando un pequeño estruendo. —No puedo ni siquiera decir "Lo siento".—confié en Anne Marie, me ofusqué ante su ternura, creí ciegamente que ella era mi amiga. Ahora sé que la única amiga que tengo es Abby, ella sería incapaz de traicionarme, ni siquiera por todo el dinero del mundo... El mundo de los ricos, no lo entiendo. Anne Marie simuló ser agradable para acercarse a mí y dañarme, quería que Andrew me odiara, ese siempre fue su objetivo. Volví a darle una bofetada más fuerte antes de que comenzaran los murmullos en el salón.

—No te engañes a ti misma pensando que te voy a perdonar —dije con un semblante muy serio, que te traicione alguien que considerabas "amigo" es difícil, me alejé lentamente de ella pero aún me dolía caminar por los raspones... La escuché llorar y decir débilmente mi nombre.

Llegué al salón de clases vacío, necesitaba un lugar a solas y fuera del drama, mi puesto llamó la atención, en él estaba el peluche (Usando un mini uniforme de la escuela) que le había dado a Anne Marie. Presioné la pata del peluche y se reprodujo una grabación de Anne Marie.

"Alice, gracias... veámonos de nuevo ♪Yo soy Alicia, Yo soy Alicia, Alicia, soy yo, iré tras el conejo del reloj al país de las maravillas, abriré con esta llavecita la puertita que lleva a él ♪

Mis ojos no pudieron evitar llorar... había perdido a alguien quien consideraba amiga... aunque me había traicionado no olvidaría los momentos agradables que conviví con ella y a a pesar de todo, lo más triste era que no la volvería a ver... ese era su adiós... Adiós Anne Marie ¡Cuídate! ¡Sé fuerte!... fue lo que más le desee. 


(...)

Con David y Nathan llegamos al comedor y Andrew hizo sonar una campana la cual se escuchó en todo el piso, todos los estudiantes dejaron de comer o hacer lo que sea que hacían y se acercaron a F4, Andrew me agarró de la muñeca y me hizo bajar bruscamente.

— ¡Atención a todos!  

Por favor... que no cometa otra estupidez

—En nombre de los F4 de la escuela Rickford, tengo algo que anunciar— continuó al recibir la atención de todos—Anuncio a partir de hoy, y en adelante. —me tomó por el hombro y me acercó a él. —que Alice Lawler de 2do año, clase B, es mi novia.

¡¡¡QUÉ!!! ¿Su novia? ¿Desde cuándo ocurrió esto? 

Escuché unos cuantos aplausos mientras seguía anonada... Andrew... yo... ¿Qué? Me alejé de él y empecé a darle leves golpecitos en el brazo. Miré hacia David y Nathan e hice una equis con mis brazos y negaba con la cabeza. Por su parte, ellos solo aplaudían y sonreían. 

Andrew me tomó por los hombros y me hizo ver otra vez a los estudiantes.

— ¡Escuchen! — ordenó Andrew. Observé a Ginger y ella estaba en el suelo... ¿Desmayada? Miranda y Sunny la estaban auxiliando... eso estaba yendo muy lejos. —Entonces, a partir de hoy, si le hacen algo a Alice es como si me estuvieran haciendo algo a mí. Así que ni siquiera lo intenten ¿Quedó claro?

— ¡Sí! —todos respondieron al unísono ante la orden de Andrew.

—No escuché ¿Quedó claro? —ahora ¿se creía profesor para criticar el ánimo de como respondían los estudiantes?

—¡¡¡SI!!! —volvieron a responder mucho más fuerte.

—Yo me opongo a esa decisión. —escuché que alguien lo dijo... esa voz... me era tan similar... muy cercana... era imposible, se suponía que él ya no está aquí ¿cierto? ¿Lo estaría imaginando?... me volteé automáticamente... él estaba allí. No era mi imaginación, en verdad él estaba bajando por la escalera con su cabello castaño claro y sus hermosos oscuros ojos.

— ¡Adam! —respondieron con emoción Nathan y David... ¿Adam está aquí? Froté un poco mis ojos... ¿No lo estaba imaginando? 

¡Adam regresó! ¡Por favor que no se vaya! ¡Adam!

Mis piernas no respondían, tampoco mi voz.

—Estoy de vuelta. —dijo haciendo un saludo con su mano derecha mostrando su reluciente y perfecta dentadura... 

¡Adam! ¡Es él!


(...)

Después de llegar a la tienda de avena le comenté todo a Abby, la conocía desde Kínder, sé todo de ella como ella sabe todo de mí.

— Pero, ¿No es muy pronto para que ese príncipe regresara? —asentí con mi cabeza. —Pero, el hecho que regresara... ¿No significa que su relación de allá salió mal?

—Quizás —respondí sin ánimos y suspirando.

—Si es así ¿No lo estaríamos celebrando?... Quizás no... ¡Ah! No puedes, por el Sr. Rickford, el líder o lo que sea ¿No es así?

—Nada que ver con él.

—Pensé que las cosas con él comenzaban a salir bien. Hablaste muy bien de él ayer.

—No me malinterpretes Abby, no voy a decir que no estoy profundamente agradecida por lo que hizo la anterior vez. Pero él es Andrew Rickford. El rico, egocéntrico y malcriado líder de los F4.

—El rico, egocéntrico y malcriado líder de los F4 que siente algo por ti —corrigió Abby con una sonrisa así que yo bufé. Eso era ridículo. —Si no le gustas ¿Entonces porque hizo todo eso? Te sacó del problema del colegio, golpeó a algunos estudiantes y compró de nuevo todo lo que te destrozaron.

—Eso no significa nada. Él solo ordena y la gente hace.

—Pero cuando te salvó él fue personalmente ¿No?

—En realidad valoro que me haya salvado... pero Andrew no tuvo que esforzarse. Ningún estudiante sería capaz de levantar un dedo en contra de él, así que Andrew estaba simplemente golpeando a alguien que no iba a responder. Él no tenía nada que perder —Abby asintió no muy convencida a lo que dije. Como mencioné, Abby me conocía mejor que mi madre... aunque lo negara ella y yo sabíamos que era cierto... Andrew...Adam... ¿Por qué todo era tan confuso ahora? Hace unos meses mi mayor problema era escoger si me gustaba más brazada o estilo mariposa en natación.

—Entonces, ¿Por qué te ves tan decaída?

—Ah, no sé. No he hablado con él todavía.... —no le estaba mintiendo... quería hablar con Adam pero me fue imposible acércame. —Pero tengo este extraño presentimiento —tal vez fuera una estupidez pero lo sentía en mi pecho.

— ¿Qué sientes? —dijo Abby algo curiosa.

—Algo ha cambiado.

—Bueno, eso es porque estaba en América, y claro se ha vuelto más atractivo... creo...—las analogías de mi amiga eran iguales o peores que las mías.

— ¡No es eso! — el celular de Abby sonó, así que contestó.

—Max ¿Qué pasa? — ¿Mi hermano porque llamaba a Abby? ¿Ocurrió algo malo en casa? ¿Le habrá pasado algo malo a papá o mamá? Abby se alejó el celular del oído. —Hay una emergencia en tu casa —salí corriendo a mi casa y abrí la puerta. La sala estaba llena de muebles y escritorios, consolas incluso había una nevera nueva.

— ¡Mamá, Papá, Max! ¿Dónde están? — ¿Qué era todo eso?

—Hermana, aquí estoy —dijo Max saliendo de encima del refrigerador.

— ¡Estoy aquí! ¡Mira todo esto! —dijo mi padre al lado de mi madre muy entusiasmados.

— ¿Qué es todo esto? — ¿Por qué sabía que todo esto estaba relacionado con el apellido Rickford?

— ¡El cuñado nos envió todo esto! —dijo Max... ¿cuñado?... ¿Se estaba refiriendo a Andrew?... ¿Cómo llegó a esta conclusión? ¡Andrew no es el cuñado de Max!

— ¿Cuñado?

— ¡Ah! ¡Andrew mi cuñado! Mandó a traer mesa, sofá, televisor, refrigerador... no se olvidó de nada —dijo enumerando las cosas en sus dedos.

—En cuanto a las camas, no entraban porque nuestras puertas son muy pequeñas, así que tuvimos que devolverlas —dijo mi madre haciendo un pequeño puchero. —Ya sabes, esas de lazos por todos lados. Una cama de princesa ... ¡Oh! Que desperdicio, la hubiéramos aceptado aun si bloqueáramos toda la puerta.

— ¡¿Cómo puedes aceptar todo esto solo porque te lo envían?! —mi madre era muy descuidada y Andrew no conocía límites... Él se había pasado con decir que era  su novia en la escuela, y ahora ¡traía muebles a mi casa!

—Alice, yo también quería rechazarlo. Pero ¿Qué delito cometieron las personas de la entrega? Ellos tenían que dejar las cosas para poder irse —dijo mi padre tratando de tranquilizarme.

— ¿Qué estás diciendo con devolverlo? —reclamó mi madre.

— ¿Cómo vamos a vivir si no hay espacio para caminar? ¿Quieres vivir entre el sofá y la nevera? —dije poniendo mis manos entre los dos lados de mi cintura.

— ¡Está bien! ¡Está bien! Vamos a empacar todo —no pensé que mi madre cediera tan rápido, suele ser muy terca. —Vamos a enviarlo al almacén de tu tío en el campo y úsalo como tu dote (Cantidad de bienes o dinero que la mujer aporta al matrimonio). ¿Te parece? ¿Eh? ¿Eh? —mi madre era ¡Imposible! Solo solté un bufido y pedí ayuda a mi padre haciendo un puchero.

—Está bien, aun si es un desperdicio, tendremos que devolverlo todo. Sólo explícale al joven Rickford, que lo único que aceptarás es su corazón— ¿Mi padre realmente estaba diciendo esa estupidez?.... Espera ¿Andrew tenía corazón? Tanto egocentrismo tuvo que haber ahogado a su corazón. Podía apostar de que su corazón estaba congelado. 

—Ni siquiera aceptaría eso.

—Hermana ¿Por lo menos podemos quedarnos con la TV? —dijo mi hermano mientras se acercaba a la pantalla.

— ¡MAX LAWLER! —todo esto me estaba enojando, dije que todo esto se iría, incluso la TV.



ANDREW POV'S

Me encontraba en salón de F4 jugando un videojuego de carreras, estaba cansado para hacer otras cosas. David jugaba pool mientras lo veían dos mujeres en vestidos cortos, al igual que Nathan solo que este estaba al otro extremo jugando con los dardos. Adam estaba en la barra de comida con otras chicas.

— ¡Tenemos que hablar! —una mujer dijo en gritos mientras se paró al frente de la pantalla.

—Oh, ¿viniste? —le dije a Alice mientras me acomodaba en un mejor ángulo para seguir en la partida. — ¿Qué es lo que te trae aquí? —dije sin verla.

— ¿No entiendes español? ¡Te dije que teníamos que hablar! —ella volvió a moverse para otra vez tapar el TV.

—No veo —ella no se movió, así que me incliné para ver mejor, pero Alice volvió a obstaculizar. — ¡Muévete! —me levanté sin dejar el control y la halé del brazo para que se sentara. Continué con el juego, no se podía pausar; era en línea... ¡Estaba ganando! tenía que procurarme que Alice no volviera a tapar la pantalla y estaba seguro que ganaría... ¡Estaba en la última vuelta! Si terminaba la carrera haría tiempo record, solo faltaban pocos km...

Al instante toda la maldita pantalla se apagó... ¿Se fue la energía? Volteé pero el cuarto seguía iluminado, ¡¿Por qué se apagó el TV en la última vuelta?!

— ¡Qué demonios! ¡Qué le pasa a esto! —empecé a golpear levemente al mando de la consola. Levanté mi vista y Alice tenía en sus manos un cable negro... ¡Era el cable del TV! —Estaba a punto de establecer un nuevo record, ¡Y tú lo arruinaste! —esta mujer me enloquecía. —¡¡ ¿Por qué eres así?!!

— ¡¿Por qué TÚ eres así?! —gritó mientras resaltaba "tú". — ¿Por qué estás cambiando toda mi casa sin preguntarme? —

—Ah... ¡Eso! —se refería a las cosas que le obsequié ¿no le había gustado? — ¿Hubo algo que no te gustó?, si es así dímelo y lo cambiaré para ti.

— ¡Hey! ¡Nosotros ya tenemos sillas, camas, refrigerador, lavadora y televisor en nuestra casa! —dijo algo exasperada, ¿acaso lo que tenía en esa casa podría llamarse televisor? En primer lugar ¿Eso era una casa?

—Pero siempre es agradable intercambiarlas por unas nuevas.

—Pero, ¿Por qué tú las estás cambiando? ¿Quién te crees que eres? —me reclamó, ¿Qué demonios le pasa a esta mujer? Creía que lo había dejado bastante claro.

— ¿Qué? Desde ayer, soy tu novio

— ¿Siempre haces cosas como estas con tu novia? ¿Compras y cambias todo lo que tiene? ¡Pronto estarás cambiando mi casa! 

Había acertado, Alice no podía seguir viviendo en ese lugar... si se asustó con el hecho de que cambiara sus cosas, se enfurecería si le compraba otra casa. ¡Qué mujer tan complicada! ¿A las mujeres no les gustaban los regalos?

—De hecho, primero iba a cambiarte la casa, pero el Sr. Tanne me dijo que no era lo mejor, porque la tintorería estaba ligada a ella. —soltó un ruidoso bufido... ¿Qué tenía eso de malo?

—¿Por quién me tomas? ya te dije que no puedes comprar amigos con dinero, sino con tu corazón 

En mis años de vida, siempre he comprado todo con dinero a excepción de la amistad de F4... así que el dinero ¿no lo es todo? La bruja siempre me dijo que a un Rickford nunca se le niega nada, ¿acaso era mentira? ¿Mi corazón cuesta más que toda mi fortuna? 

—No sé con qué tipo de chicas habrás salido antes, pero todo esto realmente me molesta ¡¿Entendido?!

—No hay ninguna. 

¡Listo! Lo he dicho.

— ¿Qué? — no solo era pobre sino que ¿también era tonta? Yo no tenía por qué repetirlo...

—No he salido con... ninguna chica antes. 

El estudio, el trabajo, los negocios, la compañía... Ser el sucesor de un imperio masivo tiene ciertas prioridades. 

No voy a mentirles, tengo necesidades, pero no tengo ningún problema con satisfacerlos. Es realmente simple, sin embargo nunca había consolidado una relación con alguna de esas mujeres. Siempre he tenido en su correspondiente lugar a  las cazafortunas de las que tanto mencionaba mi madre e Isabelle.

—Bueno, está bien. Entonces lo dejaré pasar esta vez. Pero para la próxima ¡No lo hagas! —dijo poniéndose muy eufórica... ¡Agh! ¡Pero qué mujer tan escandalosa!

—Tu temperamento... ¿Por qué siempre te enojas conmigo cuando trato de hacer algo lindo por ti?

— ¿Cuándo te pedí que hicieras algo por mí? —desvié mi mirada... nunca había hecho algo lindo deliberadamente por alguien ¿Por qué ella tenía que gritarme?



ALICE POV'S

Se formó un silencio realmente incómodo ¿Qué debía decir? ¿O esperaba a que Andrew hablara primero? 

Sin embargo, mis pensamientos se interrumpieron al escuchar las bolas del pool.

— ¡Buen tiro! Encuentra la posición correcta y lanza el dardo. —dijo David a una de las mujeres de su lado, luego vi a Nathan quien le enseñaba a lanzar dardos a otra mujer con un vestido demasiado corto.

Extremadamente corto.

¿Cómo hacían esas mujeres para salir así de sus casas?  Cubría solo las partes necesarias.... y eso que apenas. Esas mujeres podían agacharse y le proporcionarían una vista agradable para David y Nathan.

Eso era asqueroso.

—Pero, ¿tú juegas así todos los días? — dije un poco más calmada. 

Para Andrew, por su físico y su apellido no le era difícil estar rodeados de chicas así. Mujeres más voluptuosas... Esas chicas se pelearían solo para que él las mirara. Entonces, no tenía sentido de que a Andrew le diera la absurda idea de nombrarme como su novia.

— ¿Porqué? ¿Te preocupa? —dijo entre pequeñas risas discretas... ¡No estaba celosa! Solo era algo curiosa... lo fulminé con la mirada, este hombre me estresaba. —Hoy es un caso especial porque es una fiesta, usualmente no traigo mujeres aquí, lo dejé pasar por hoy.

— ¿Fiesta? ¿Por qué la fiesta? —Andrew con su cabeza me señaló hacia una dirección... 

Adam... Adam se encontraba ahí, pero estaba con unas chicas muy sensuales... ¿Por qué me sentía así? Él estaba riendo y sonriendo... todo mi alrededor no importaba... solo importa Adam, solo él.


(...)

Estaba en la escuela Rickford yendo hacia el aula de clases y un grupo de chicas se acercó a mí. Desde que Andrew decidió  anunciar la loca idea de que somos novios era usual que se acercaran a hablarme.

—Alice, ¿Quieres unirte a nuestro club de equitación? —dijo una chica.

—Alice, hoy es mi fiesta de cumpleaños, debes venir ¿ok? —dijo otra chica la cual no conozco, en unos segundos habían muchos estudiantes a mi alrededor invitándome a reuniones o ir al cine.

— ¡Hey miren allá! —señalé al horizonte, esperé a que se voltearan y salí corriendo. 

Lo sé, no ha sido mi idea más original o eficiente ya que todos empezaron a perseguirme, de nuevo agradecí  a mi estado físico. Gracias a él logré escapar y me escondí en mi segundo lugar favorito; las escaleras de incendio... además de la piscina, ese sitio me tranquilizaba, fue allí la primera vez que hablé con... Adam... ¡Otra vez mi corazón latía muy fuerte!.. Decidí alejar mis pensamientos de él y centrarme en mi mayor problema... el problema que desató la boca de Andrew.

—Esto da más miedo que cuando me molestaban ¿Qué les pasa? — dije para mis adentros, como ya saben, en este sitio solía decir en voz alta todas mis frustraciones.

—Supongo que ya no gritarás más. —dijo una voz masculina... esa voz

— ¡Adam! —se acercó a mí.

—Supongo que los viejos hábitos no mueren. Nada ha cambiado aquí, pero eso es raro porque está muy tranquilo. Esto no encaja —solo pude sonreír, tenía razón, toda ha cambiado aquí en la escuela... por lo menos los estudiantes ya no me arrojaban tomates o incendiaban mi bici... Hubo un silencio extremadamente largo... tenía que hablar de algo, quería escucharlo hablar antes de que regresara a América.

— ¿Cuándo vas a regresar?  —tenía miedo de escuchar la respuesta y ¿si era pronto?

—No voy a regresar... — ¿No va a regresar con Katherine? ¿Se quedaría en la escuela? ¿Podría verlo más seguido? ¡Tantas preguntas! — ¿Qué hay de ti, estás saliendo con Andrew?

—Ah, eso...

¡¡¡¡NOOO!!!! ¿Por qué no pude pronunciarlo? ¡Era solo un monosílabo! ¡NO!... bueno, en parte sí estamos saliendo ¡Pero Andrew nunca me lo preguntó! ¿Eso contaba cómo salir?

—Supongo que es cierto.

—Eso... En realidad.

— ¿Llegué muy tarde? — ¿Tarde para qué? Al parecer Adam vio mi cara de confusión y continuó. —Iba a pedirte que salieras conmigo.

— ¡¿Eh?! —sonrió levemente, mostró aquella sonrisa que tanto amaba.

—Solo bromeaba...— también reí y solté un pequeño suspiro, miré hacia el suelo... eso fue muy  incómodo.

—Entonces, que te parece si...—se acercó a mí y pude escuchar su respiración en mi nuca. — ¿Si salimos en secreto, sin que Andrew se entere? —abrí mis ojos lo más que podía. Adam se alejó y me miró ¡Eso estaría mal! ¡Muy mal! —Alice, volviste a caer —dijo riendo ¡Que bromas tan pesadas! —Te extrañé

 ¿Es otra broma? No quería caer tres veces seguidas en menos de 5 minutos, quería responder algo pero las palabras se perdían en mi boca, Adam volvió a sonreír y se dirigió a la puerta, la abrió y luego la cerró... fueron segundos, pero para mí fue una eternidad, eternidad en la que pude llamarlo y hablar un poco más con él. ¿Me extrañó? Y ¿Lo de quedarse era cierto?

...


Estaba caminando para ir a la tienda de avena, con un gorrito y saco de lana, hacía mucho frío, incluso cuando respiraba salía vapor de mi boca... ¡F4! ¡Son un problema! ¡Rickford y Walcott! ¿Por qué simplemente no desaparecían de mi mente?...

Una monedita rodó por mi lado ¿debería cogerla? ¿No debería cogerla?... la detuve pisándola con la bota acolchada, me agaché y miré a las personas caminando ¿Era de alguien? Esperé unos segundos y nadie se acercó así que la recogí.

—Mírate —dijo una voz entre el bullicio de la ciudad ¿Me estaba hablando a mí? — ¿Quién diría que encontrarte una moneda de 50p (£0,50) te haría tan feliz? —Andrew salió detrás de un muro.

— ¿Qué haces aquí? —El debería estar en un club o en un yate o en cosas de ricos.

—Te quejaste diciendo que odiabas todos los muebles y electrodomésticos caros, y ahora con una sola moneda tienes una enorme sonrisa.

—Porque esto es de buena suerte. —le dije mostrando el penique de 50. —Espera, ¿Tú lo dejaste caer?

—Tiré eso para probarte, y no reaccionaste tan mal.

—Toma —dije estirando mi mano para que  cogiera la moneda.

—Quédatelo ¿No dijiste que es de buena suerte? Estabas tan feliz hace un momento.

—Desde la primera vez que vi tu cara, mi suerte se volvió mala —Mi familia no era rica, pero no podía quejarme, teníamos techo y comida... ahora el problema radicaba en toda la institución Rickford y sus estudiantes.... en especial de un universitario que se creía el dueño de todo.

—No. Tu suerte es grandiosa. Es enorme... Vámonos —dijo tomándome bruscamente de la muñeca para que lo siguiera.

— ¡OYE, TÚ! ¿No puedes ver que voy a mi trabajo? —le reclamé. No podía simplemente irme y dejar el restaurante de avena tirado.

—Sólo es un momento, no te preocupes. Asumiré la responsabilidad por ti si te despide —dijo mientras me jalaba haciéndome "caminar".

— ¿Puedes dejar de decir que asumirás la responsabilidad? —le dije cuando pude soltarme de su agarre, todos los planes de Andrew me ponían nerviosa —Cada vez que lo oigo se me pone la piel de gallina.

— ¡Ah! Hablas mucho, solo entra al auto —dijo antes de tomarme por los hombros. Un Audi negro se acercó y un señor vestido de negro abrió la puerta. Andrew me obligó a subir al auto. Pude ver por la ventana polarizada que Abby y el Sr. Pierre me estaban viendo desde el ventanal del restaurante.

— ¡Alice! Abby ¿A dónde va Alice? —dijo mi jefe un poco preocupado, Abby solo sonrió y fue lo último que escuché antes de que el auto se alejara de la tienda. ¡Me podían estar secuestrando y Abby solo sonrió!


(...)

La puerta del ascensor de un centro comercial se abrió y Andrew me arrastró fuera de este, a dos metros de distancia estaba un señor rubio muy intimidante y de mirada profunda... creía haberlo visto en alguna parte... recuerda Alice... ¡Ya sabía! El día en que me becaron y me entregaron el uniforme. Él fue el sujeto quien fue a mi casa.

—Dile a todos que se vayan —dijo Andrew al señor rubio.

—joven amo, si siguen haciendo esto sin avisarme...—antes que el señor pudiera completar la frase, Andrew lo interrumpió. 

— ¿De qué sirve ser el propietario sí debo pedir permiso y solicitar su compresión? Sólo cállate y diles a todos que se vayan —dijo mientras me seguía arrastrando por el pasillo. 

¡Andrew no te soporto! Apuesto que su personal pensaba igual que yo.

—Dicen que todos saldrán a las 6. Si puede esperar tres horas...

— ¡¿Quieres que espere tres horas?! — Andrew volvió a interrumpir al pobre señor.

Jamás en mi vida había entrado a un centro comercial así, ese era elegante y lujoso, incluso sus clientes eran formales y en sus poros resaltaban superioridad... no quería imaginar cuánto costaba una simple camisa... solo había ido a lugares con rebajas donde todos los clientes se empujaban para obtener una toalla. Ese lugar era muy sofisticado a comparación de los lugares en los que yo había estado. 

— ¡Te lo diré de nuevo!... ¡Agh! Olvídalo, lo haré yo mismo —dijo acelerando el paso. — ¿Dónde está eso? —Andrew le preguntó a una mujer de unos 25 o 30 años con un sastre gris.

— ¿Eso? ¿De qué cosa habla señor? —preguntó la señora un poco nerviosa.

— ¿Ni siquiera sabe que es eso? — tampoco sabía a lo que se refería, ni siquiera conocía la razón del por qué estaba ahí. Todas las ideas que se le pasaban por la cabeza a Andrew me daban pánico.

—Espere un momento, señor. Hmm— la señora empezó a mirar por todos los lados, sabía que no tenía idea de que era "eso".

—Empieza por despedirla inmediatamente. —Andrew le dijo al señor rubio mientras continuó caminando. 

De repetente, él tomó un zapato negro de tacón y volvió a jalarme ¿Andrew que quería con un solo tacón? ni siquiera era el par. 

Se acercó a una alarma de emergencia rompiendo el vidrio con el tacón y presionó el botón. ¿Por qué hizo eso? ¿Fuego? No... no hay fuego... ¿Por qué activó la alarma para evacuar? Se escuchó el bullicio de la gente mientras abandonaba el edificio "Dile a todos que se vayan" ¿Andrew había hecho eso para que la gente se fuera? Lo fulminé con la mirada pero él solo sonrió.

Entramos a una tienda de maletines para viajar, Andrew estaba viendo unas maletas rodachines negras de cuero, me acerqué a una de las pocas maletas con colores, era realmente hermosa, era fucsia con dorado... tomé entre mis manos el tiquete del precio... £8159.45... pero si esa maleta costaba más que un pasaje. Andrew me quitó la maleta de mis manos y la pagó ¿Quién pagaría eso? Fuimos a otra tienda; Touché Collection, una de vestidos de baño, Andrew le preguntó a una señora algo y esta le señaló unos vestidos de baño de dos piezas para dama, Andrew los cogió todos y los arrojó a la maleta rosada abierta.

— ¡No voy a usar eso! —le dije mientras sacaba las prendas.

Entramos a una tienda de Boss Orange-Hugo Boss, Andrew se cambió por unas bermudas blancas, un polo verde y unos tenis grises... evité mirarlo. Elegante o sport... Andrew siempre se veía perfecto con lo que lleve... Su cabello rizado, sus ojos azules y sus labios rojos... creía que me estaba sonrojando así que di media vuelta y empecé a mirar ropa para que Andrew no viera mi sonrojo.

Luego de unos minutos, miraba por un espacio de la cortina del vestidor ¡No quiero salir! ¡Qué vergüenza! Andrew me vio y sonrío, luego me obligó a salir y me acercó a un espejo. Yo estaba usando un vestido corto cómodo con diseño de estampados florales. Después empezamos a ver unas gafas oscuras, creo que me provee muchas, Andrew me colocaba gafas y yo me empinaba para acercarme a él y también colocarle algunas gafas. Luego fuimos a Meily City Cute y Andrew me colocó un enorme sombrero playero.

—Vamos —comprar con mi padre era muy diferente a comprar con Andrew. Cuando voy a comprar algo necesario con mi padre, él mide que pasta de dientes está más llena, Andrew compra a diestra y siniestra como si todo estuviera marcado como "GRATIS".

Katherine Pierce

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