1 | Black Velvet

La música del escenario llegaba bestial hasta la barra donde las chicas y chicos que servían los cócteles, danzaban sexis al ritmo de lo que sonaba en el Black Velvet, el club más under de Sapporo, Japón.
Ubicado en una de las zonas más bellas y privativas de la ciudad, se levantaba este pequeño reducto de clientela exclusiva donde las noches eran eternas y las historias jugosas.

Jungkook había llegado a la ciudad hacía menos de un año. Él, un bailarín de danza contemporánea que meses atrás recorría el mundo con el staff más prestigioso de Corea del sur, necesitó hacer un alto en su camino porque necesitaba un cambio, una transformación.
Cuando le llegó la propuesta de su amigo Yoongi de vivir por dos años en Sapporo, partió sin pensarlo dos veces, porque así era Jungkook, audaz y valiente. En menos de una semana ya estaba trabajando en el Black Velvet como bartender, hasta que saliera el trabajo que realmente le gustaba, ingresar al staff de instructores de snowboard en la estación de esquí Sapporo Teine, en medio de la montaña.
Hasta entonces, trabajaría sirviendo cocteles para sustentar sus gastos.

Sumamente masculino y sensual, atraía a chicas como moscas a la miel, sus novias siempre o casi siempre habían sido bailarinas y la última con quién se había ido la noche anterior no escapaba a esta condición.
Pero Jungkook sabía que algo en él estaba cambiando, se acostaba con chicas pero le gustaba mirar las bocas de los chicos. Él quería experimentar pero no sabía cómo llamar la atención de un hombre.
¡Ellos ni lo miraban!
Casi podría afirmar que lo detestaban, él era una competencia desleal, con su potente metro ochenta que a paso firme atrapaba miradas y suspiros de parte de ellas y envidias de parte de ellos.

Cabellera renegrida, ropa de cuero, tatuajes en el brazo... no había forma de que pasara desapercibido.

Unas lo amaban y ellos lo odiaban.

Para él siempre había sido así, lo tenía tan impregnado en la piel que sabía perfectamente lo que provocaba cuando irrumpía en algún sitio.
¡Y le encantaba!
Pero ahora era diferente, se sentía distinto, quería jugar, experimentar, así que cuando se cansaba de tanta “baba” femenina alrededor de él y después de una extenuante jornada de trabajo, acompañaba a su amigo Yoongi a la más afamada disco gay de la región.
Sí, porque su mejor amigo también quería experimentar pero ninguno sabía cómo.
Llegaban con intenciones no muy santas pero nunca llegaban a concretar sus proyectos de estar con un chico y regresaban resignados con compañía femenina.


Una noche, mientras servía tragos y cervezas en el club, lo vio entrar. El chico se acercó hasta la barra y saludó efusivamente a Yoongi.

—Él es Jimin —dijo Yoongi a Jungkook— Jungkook es mi amigo de la infancia —Le dijo a Jimin.

—Hola, Jungkook —sonrió con sus ojos café y Jungkook se quedó en ellos.

Se dieron la mano y Jimin se sentó en un rinconcito de la barra donde había un borde saliente formando una esquina y allí quedó acodado, muy cerquita de donde Jungkook atendía al público.

En un descanso de los que gozaban los barman, Jungkook se acercó a donde estaba su desconocido favorito con un vodka negro entre sus manos. Él se sentía atraído por este chico pero no sabía cómo encarar la situación
¡Es un chico!
¡Qué le digo!
¡Qué hago!

Era tan fácil para él seducir a una mujer, con ellas sabía perfectamente cómo actuar y qué decirles para que cayeran a sus pies, pero…
¡Jimin es un chico!
¿Y por qué le gusta?
¡Es un chico!

—¿Qué estás tomando? —interrumpió sus pensamientos desde su rincón.
La llamativa bebida de un profundo color negro llamó la atención de Jimin.

—Se llama Amor Brujo ¿Quieres probar?

Le acercó su copa y Jimin quedó embelesado con la increíble presentación del cóctel.

Acercó sus labios y pareció beber con desconfianza, la bebida negra no sugería que detrás de ella hubiera un buen sabor. Se detuvo, titubeante ante la mirada de Jungkook que posó sus ojos expectante en esa boca.

—¿Es rico ? —Jimin sonó dudoso.

—Por supuesto, es mi receta personal.

—¿Que lleva?

—Vodka negro, champagne y el resto es secreto, deja de ser tan curioso y bebe sin miedo...

Jimin frunció el ceño y torció la naricita ante las burbujas, el olor era atrayente, una mezcla de frutas y especias que no lograba identificar. Se humedeció los labios con la lengua y lo probó.
El sabor era intenso, amargo y dulce al mismo tiempo.

—¿Te gustó?

—Te diré algo, yo solo tomo cerveza, pero ¿Me prepararías uno igual al tuyo y lo tomamos juntos?
Sonrió coqueto y a JK se le movió el piso.
«¿Queeeee?»

¿El chico hermoso le estaba coqueteando? No necesitó de sus artilugios heteros. Sólo le gustó… ¿Le gustó?

Bebieron sus tragos conversando de todo, las mismísimas charlas que cualquier hombre tiene cuando quiere conquistar a una chica, solo que esta vez su objeto de conquista tenía pene y una boca suave que lo volvía loco.

A pesar del corto tiempo que tenían, hablaron de todo, de sus vidas, de sus gustos y por supuesto de sus edades, Jungkook tenía veintisiete y Jimin veintinueve.
Cuando tocaron el tema de la edad, a Jungkook le asaltó un pensamiento sobre sí mismo, acerca de lo raro que era que siempre estuviera con personas más grandes que él, su última amiga con derecho tenía seis años más y ahora le llegaba este chico con dos más.

Más allá de eso nunca se cuestionó mucho sobre la diferencia de edad. Eso era algo que jamás le molestó en ninguna circunstancia y no le dio importancia, porque así era él, un hombre fuerte, descarado y tremendamente seguro de sí mismo que se llevaba el mundo por delante y a las personas de las narices.
Podía decir en voz alta y sin temor a ruborizarse que él tenía pleno control y poder sobre sus atractivos y su inteligencia, que más de una vez prefería hacerse una hermosa paja antes de desperdiciar saliva y sudores con alguna “cabeza hueca”.

Sí, sí, a veces pecaba de vanidad. Era selectivo a la hora de elegir mujeres, aunque solo fuera para pasar el rato, siempre llevaba a la cama a la chica que además de bonita pudiera mantener una charla interesante.
A la vez era ofensivo a la hora de dirigirse a cierto grupo de varones porque claramente se sentía distinto a ellos, superior a sus instintos básicos. Hasta ese momento él no podía concebir meterse entre las sábanas de ninguno de los tipos que conocía, les parecía unos retrógrados incogibles. Cuando iban a la disco gay le ocurría lo mismo, o estaban los machos machotes exhibiendo sus músculos y sus cerebros huecos o estaban los twink* que aunque fueran bellos, no le atraían en lo más mínimo.

Pero esa noche, frente a Jimin, todos sus análisis sobre los hombres se desplomaron estrepitosamente en el suelo de las conjeturas anticipativas.

Jimin era hermoso y varonil pero Jungkook era capaz de respirar de su cuello una dosis de femineidad exquisita. Se sintió embelesado por el rubio de pequeñas manos y androginia perfecta. No podía quitarle los ojos de encima y Yoongi lo notó.

—Koo, ayúdame con esto, por favor —lo llevó a la cocina del bar, detrás de la vista del público.

—¿Te gusta Jimin?

—¿Qué dices?

—Te veo la baba a diez metros, hermano, estás loco por él.

—Esta bien, sí, me gusta, pero no sé qué hacer. No sé si a él le van los chicos.

—Claro que sí, tarado, Jimin es bi, a él también se le cae la baba frente a ti.

—¿En serio?

Miró hacia la esquina a donde se encontraba el rubio con su bebida negra, aún no entendía qué sentía, pero estaba contento, Jungkook sabía que estaba a punto de experimentar su primera relación romántica de características periféricas y se sintió ansioso. Aún así tomó valor y le hizo caso a su amigo invitando a Jimin a verse en otro lado a la salida de su trabajo. Claro que Jimin aceptó, también se sentía atraído por Jungkook y él era de los que no dejaban pasar las oportunidades.


¡Hola mis bellas amigas! Aquí llegué con una nueva historia.
¡Espero que les guste!

Glosario:

Vodka negro: bebida alcohólica elaborada a base de vodka (Eristoff) y licor de frutos del bosque. Su volumen alcohólico oscila alrededor de los 18º.

Twink:  Término del argot gay inglés que describe a hombres homosexuales jóvenes que apenas han superado la mayoría de edad. Suelen ser personas con aspecto de adolescente o adulto joven, con cuerpo delgado, ectomorfo, usualmente lampiño, o con poca cantidad de vello corporal o facial (Wikipedia)










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