Se oyó la puerta ser derrumbada. Saihara y Ouma se sorprendieron, Saihara puso a Ouma detrás de él.

Pekoyama: Así que es verdad que ustedes estaban aquí.

Shuichi: ¿Cómo nos encontraste?

Pekoyama: Mi esposo tiene muchísimos contactos, no importa s dónde vayan, serán encontrados.

Kokichi: Interesante.

Shuichi: ¿Y nos matarás ahora?

Pekoyama no contestó sacando su katana para acercarse a ellos rápidamente. Ouma empujó a Saihara y él esquivó.

Pekoyama: Así que eres ágil.

Kokichi: Años robando hace que esquivar cosas sea muy sencillo, pero eso no importa, supongo que tendré que matarte como a la otra. Ouma sacó una pistola.

Pekoyama: Qué acto más cobarde.

Kokichi: Pero necesario.

Ouma disparó pero Pekoyama se movió rápido alcanzándolo para clavarle la katana en el hombro.

Saihara en ese momento había disparado dándole en la espalda a Peko.

Pekoyama también fue disparada en el estómago por Ouma, en ese momento sabía de lo que ellos eran capaces así que lanzó a Ouma contra Saihara y como pudo huyó de la casa.

Kuzuryu: ¡¿Ves?! Mira lo que le pasó a Peko, dejamos de colaborar contigo, ya no voy arriesgar a mi esposa, la policía debe encargarse.

Togami: Ellos también temen, prácticamente ya no hay nada que se pueda hacer... ¡DEMONIOS!

Kirigiri: No debemos rendirnos...

Togami: Sólo queda que... ¡AAAAAA! Si tan sólo Mukuro estuviera viva, no se me ocurre nada más.

La mansión de la familia Kuzuryu fue incendiada, no hubieron sobrevivientes.

Kirigiri después de recuperarse y enterarse de que Kuzuryu y Peko como toda su familia y guardias estuviera muerto se hartó, tenía que hacer algo.

Ouma finalmente podía caminar mejor, ahí se acostó junto a Saihara donde él estaba durmiendo. No se habían cambiaron de casa por lo que habían hecho, decidieron esperar lo que fuera.

Kirigiri: Será el final.