Una nueva aventura

Si bien Rosa se subió al primer avión que pudo apenas recibió su certificado de estudios del nivel correspondiente, lo cierto fue que quiso re acostumbrar su cuerpo al clima de su ciudad para no sufrir ninguna enfermedad*, también fue cierto que quería pasar tiempo con su familia, por suerte para tal cosa disponía de todo el verano, las inscripciones en la universidad que quería no se abrirían hasta dentro de seis semanas.

Al día siguiente de su llegada de mañana

Pese a que ningún despertador sonó, Rosa estaba de pie a las 9 de la mañana, ¿La razón?, su madre quería saber todos y cada uno de los detalles de su estadía en el viejo continente, la pobre chica no pudo librarse del interrogatorio materno bajo ninguna circunstancia, su padre se había ido a trabajar hacia una hora y al parecer todos los vecinos salieron de vacaciones el día anterior, estaba a solas con su madre, decidió darle gusto y le contó de los viajes que hizo, a donde fue, en fin todo aquello que no fuera los aburridos discursos académicos recibidos cada mes y las llamadas de Rosa para comentar de como avanzaba su educación, incluso le contó que en Alemania, visito con chicos de su grupo un campo de concentración, y en Polonia visitaron un hospital con un nombre que nunca pudo pronunciar bien, pero le dijeron que esa persona fue una de las mejores seres humanos**, su madre lloro tanto como ella al conocer la historia, así conversaron hasta que su padre regreso de trabajar, pero se guardo muy bien el tema de sus amoríos

— Y dime hija, ya se donde quieres seguir estudiando pero, ¿Piensas tener un empleo de verano al menos para apoyarte al principio? Preguntó Víctor a su hija cuando este se cambio de ropas a algo mas cómodo.

—Amor, aun es pronto para eso. Le regaño Alessandra.

— No te preocupes mami, lo pensé mucho en el avión, y tienes razón papa, desde mañana buscare algún trabajo. Le dijo Rosa muy sensatamente.

— Te felicito hija. Comento su padre mientras su madre se convirtió en un mar de lagrimas.

—¿Cuando creciste tanto mi Rosita?. Pregunto alternando cada media palabra con un sollozo.

—Creo fue en estos años— Dijo en murmullos Rosa, para luego tornar a un tono mucho mas alegre ,—mama, papa, pensaba ver cuanto ha cambiado el pueblo desde que me fui, no hay problema verdad?

Sus padres intercambiaron miradas un momento y dijeron que no habría problema, apenas ocurrió esto, escuchan el timbre de la puerta.

—¿Quien puede ser a esta hora?— murmuro Víctor de mal humor por la imprudente visita, cuando abrió la puerta, vio a una despampanante joven, cuya edad difícilmente sobrepasaría la de su hija, la chica al ver al hombre, solo hizo una pregunta ;—Disculpe, ¿Ya sabrán algo de ella?—, Alessandra pudo oír la pregunta y con un gesto le indico a su hija que se quedara donde estaba y con un murmullo le indico que no se moviera de su lugar hasta que ella se lo ordenara,—Si eres tu, cierra los ojos ya vuelvo— Le dijo Alessandra a la joven visita, acto seguido fue con su hija y le susurro al oído — No preguntes, y tápate los ojos. Confundida Rosa solo pudo dejarse llevar como una niña pequeña.

—Bien, ya pueden ver. Le dijo Alessandra a su hija y a la visitante, al abrir sus ojos Rosa vio frente a ella a una joven de su misma edad, había algo en ella que le resultaba familiar, pero no podía recordar quien era esa chica de piel blanca y cabello azabache ondulado, por su lado la joven visitante abrió los ojos y vio a la que hasta hace apenas seis meses consideraba su mejor amiga.

—¿R-ros-sa?. Tartamudeo la chica presa totalmente de la duda.

—¿Como sabes mi nombre?. Pregunto sorprendida Rosa.

—¿Como es que ya no recuerdas a tu amiga Jasibe, hija?. Le reprocho Alessandra a su propia hija. 

—Si apenas hace seis meses todavía se hablaban, ¿Tan mala memoria tienes hija?. Continuo reprochando le a su hija; ambas chicas lanzaron un chillido de alegría mientras corrían una hacia la otra para fundirse en un largo abrazo.

—No puedo creer que ya volviste de tu viaje, Rosy. Hablo Jasibe intentando no romper en llanto.

—Y yo no puedo creer cuanto has cambiado Jas. Mwnciono Rosa pero su comentario fue mal recibido.

—¡¿Tanto he cambiado de verdad?!. Reclamo Jas a su "amiga", de cierta forma Rosa tenia razon, su amiga tuvo un estirón de 10 centímetros (extrañamente casi el mismo que tuvo Rosa) su cabello estaba mas largo y sus facciones se habían afinado un poco, aun se parecía a aquella actriz, pero ya no eran idénticas.

—No te enojes Jas, no quise decirlo de mal modo— Intento disculparse Rosa mientras Jas hacia un puchero ,—Mama, papa ¿puedo dar un paseo con Jas por favor?. Pregunto Rosa a sus padres con ojos de cachorro, ellos solo asintieron con la cabeza, a lo que ella les agradeció y partía hacia la calle tomada de la mano de su amiga.

— Lo que quise decir es que estas muy cambiada, puedo jurar que creciste, tu cabello parece de modelo, y tu piel, parece tan suave, aun mas que antes. Continuo Rosa con su disculpa.

— Mi novio solía decirme eso mismo que tu amiga. Dijo Jas ruborizándose levemente al decirlo.

— ¿Como que novio?, dios no puedo creerlo, ¿Como paso? ¿Cuando? ¿Por qué no lo mencionaste cuando chateaba contigo y las chicas por horas? Empezó Rosa a acosar a su amiga con mil y un preguntas.

— Tranquila amiga respondiendo en orden, paso poco después de que te fuiste, unos días antes de vacaciones, no lo menciones por que teníamos dudas sobre la relación y hasta hace cinco meses las resolvimos, las chicas no lo mencionaron porque yo se los implore. Le explico Jas.

— Mas te sorprenderás al saber quien es. Continuo Jas, ahora con una picara sonrisa, mientras hablaban de esto ultimo ambas chicas caminaban y sin  percatarse llegaron a casa de Jas, entraron riendo como solían hacerlo hace tres años, aunque les pareció que no lo hacían desde hace décadas.

—Vamos a mi habitación, para hablar mas a gusto. Le dijo Jas a Rosa mientras esta saludaba a los padres de Jas, estos decidieron ir a casa a Rosa a visitar a sus padres, mientras sus padres se ponían al tanto de las ultimas noticias, las dos jóvenes platicaron por horas hasta que ambas sintieron el llamado del hambre.

—Creo vuelvo a casa Jas, mi mama ya debe tener hecha la comida. Se despidió Rosa.

—Igual aquí ya huelo la comida— Le respondió Jas ,—mañana voy al centro ¿te gustaria acompañarme?. Añadió Jas preguntándole a Rosa, a lo que ella respondió con un movimiento afirmativo de su mano.

Al día siguiente:

Rosa se levanto aproximadamente a las 9 de la mañana, bajo a la cocina de su casa, saludo a su madre, la cual le sirvió el desayuno.

—Hija, tu padre dejo esos clasificados para ti. Le comento su madre apuntando a unas hojas de periódico dobladas en la mesa de la cocina, Rosa respondió tomándolas y agradeciéndole a su mama empezó a desayunar mientras veía que esos clasificados eran de ofertas de empleo, algunas casualmente, eran de negocios locales que buscaban ayuda, cafeterías buscando personal, una librería que buscaba una joven que atendiera el local, marco algunas con un lapicero, termino de desayunar limpio los trastes que uso, y subió a su cuarto a llenar solicitudes de empleo (su padre había ido a comprar medio paquete mientras ella y Jas hablaban) una vez llenadas cinco solicitudes le envió un mensaje a Jas preguntando donde y a que hora se verían, a lo que Jas respondió que en cinco horas en el centro comercial, eso le daba tiempo mas que suficiente para dejar una solicitud en cada uno de los negocios cuya oferta de empleo le intereso.

Se vistió lo mas formal que pudo, opto por algo básico, pantalones de mezclilla no muy pegados, una blusa blanca normal (que no mostraba ni un centímetro la piel de su vientre) zapatos formales sin tacón, ato su cabello con una sencilla pero elegante cinta en una sobria cola de caballo, bajo de su habitación, le contó rápidamente a su madre las cosas a las que iba, esta le deseo la mejor de las suertes y, acto seguido partió rumbo al centro de su ciudad.

Notas

*Se puede dar el caso que al viajar de un país con cierto clima a otro de clima distinto se presenten alteraciones en la salud, los síntomas varían de persona a persona

** Con total seguridad se refieren a Stalislawa Leszczynska, la "partera de Auschwitz", asi llamada por que ayudo a mujeres judías a parir durante su confinamiento en el infame campo de concentración de Auschwitz, arriesgo su vida en cada parto pero atendió cerca de 3,000 partos, de los cuales solo 30 bebes sobrevivieron

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