En un mundo que busca lo superficial, lo predecible,
yo florezco diferente, única e increíble.
Mis imperfecciones, mis cicatrices, mi historia,
son parte de mi esencia, mi fuerza, mi gloria.

Me dicen rara, extraña, fuera de lugar,
pero en mi rareza, encuentro mi verdad.
No me ajusto a moldes, no sigo el patrón,
soy un lienzo vibrante, una obra de arte sin fin.

Las miradas juzgadoras, los susurros hirientes,
no pueden apagar la llama de mi ser valiente.
Me abrazo a mi misma, con mis luces y sombras,
y en mi propia compañía, encuentro mi calma.

Porque ser rara, es ser auténtica, es ser yo,
una joya singular, un tesoro que brilla con fervor.
No necesito encajar, no busco la aprobación,
soy una obra maestra, una creación de mi propia inspiración.

Y en mi rareza, encuentro mi poder,
una fuerza interior que nadie podrá detener.
Rara y preciosa, así es mi ser,
un canto a la individualidad, un himno a mi querer.