XXIII

Ya llevaba dos botellas, estaba en la misma posición, sentado en el suelo, recargado contra el altar y las piernas extendidas, cuando sentí que abrían la pesada puerta, me quedé aún sentado allí y no le puse atención, seguí tomando como si nada cuando sentí como me tocaban el hombro, abrí los ojos y allí estaba ella parada, viendome tomar, se arrodilló para quedar a mi nivel y delicadamente me quitó la botella.

—Oye, ¿que pasa?

Me quedé callado y la seguía viendo fijamente, ella me acarició la cara y me dio un beso en la mejilla.

—Erick,  ¿que tienes?, oye, ¿por qué estás así?, me demore, pero es porque mis papás no me dejaban salir, ¿Es eso lo que te tiene triste?.

Solo asentí y me abrazó, yo solo correspondí al abrazo y la apreté más a mi cuerpo, le empecé a besar repetidamente la mejilla.

—Oye, vamos a que te bañes, creo que ya estas algo tomado.

—No, quiero seguir aquí y estoy bien, pequeña, eres lo más lindo de este mundo lo sabías?.

Ella se empezó a reír y yo solo me quedé callado.

—Vamos, ya estas tomado, solo te bañas y yo te preparo algo si?.

Le vi, esos hermosos ojos que tanto me estaba enloqueciendo y asentí.

Erick, esa niña te manipula y baja tu carácter solo con estar ahí, cállate, no me voy a callar, es momento que sea un hombre grande y no le hagas caso, sabes que? jodete, no puedo soy tu, idiota.

—Tierra llamando a Erick, oye, estás bien?.

Asentí y me levanté, no había sentido tanto mareo, y acepte que si estaba ya bastante tomado.

Caminamos, hasta llegar a mi habitación, ella se fue a la cocina y yo me metí a el baño, me quite la ropa y me metí bajo la ducha de agua fría, tome un largooooo baño, y cuando sentí que ya mi cuerpo no daba más salí, me puse una toalla en la cintura y fui a la cocina, ella estaba sentada con algo de comida ya caliente, y en cuanto me vio, se sonrojo, no se que estaba pensando pero creo que no era bueno.

Al tener ese pensamiento y la mirada de ella recorriendome de arriba a abajo, algo debajo de la toalla despertó, y creo que hay si fue peor, ella abrió los ojos hasta más no poder cuando su miraba vio mi miembro que ya se notaba por lo abultado de la toalla, solo levanté una ceja y cruce los brazos, ella se dio cuenta, bajo la mirada y hablo.

—Ve...Ve...y te...ca...cambia...cambias —dijo nerviosa y ocultando su mirada.

Salí de allí riéndome, de verdad está niña me iba a volver loco.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top