XL

No puede dormir en toda la noche, no podía aguantar estar lejos de ella, ¿Puede una persona acostumbrarse a otra tan rápido?, no creo pero aún así, estoy ansioso.

Pero tampoco puedo estar con ella cada vez que quiera, estoy cansado, ella solo se sienta a ver televisión y a jugar con Mateo, se lo agradezco, pero un así también necesito algo de ayuda, esto es nuevo para ella y para mí, no se que hacer, Mateo me exige atención igual que ella, yo en cambio no puedo hacer nada más, mis “suegros” quedaron de pasar al día siguiente, me da pena con ellos vivir de lo que nos traen, no ser un hombre de verdad y ir a trabajar.

Toda la noche había estado viendo el techo, no había dormido nada, tenía dolor de cabeza, de cuerpo y si mal no estoy, de alma, pero aún me queda la duda, ¿El alma duele?.

Me levanté, fui al baño y me di cuenta que tenía ojeras, parecía un zombie y más aún la barba estaba más larga que de costumbre, salí de la habitación y el olor a comida me golpeó, me pareció raro, pero aún así baje, don Marcos estaba sentado en la mesa, Mateo y Nicolás jugando, doña Elizabeth y Alejandra en la cocina, ¿qué hora era para que ellos ya estuvieran aquí?, en cuanto llegue al primer escalón hablé.

—Buenos días.

—Muchacho buenos días —dijo don Marcos poniéndose de pie.

—Cuñadito o padre?, Buenos días —Nicolás lo decía en medio de risas.

Solo negué con la cabeza, esto no iba a cambiar.

—Mi niño, buenos días —doña Elizabeth se quedó viéndome raro —¿Que tienes, estás enfermo otra vez?.

Alejandra que hasta el momento no me había dirigido la mira, en cuanto la mamá dijo eso me voltio a mirar preocupada, se acercó y me abrazó, yo solo correspondi al abrazo.

—Estoy bien, solo que anoche no puede dormir y estoy algo cansado, pero aún así un tengo trabajo que hacer.

Don Marcos se empezó a reír, Alejandra no me había soltado y ya me parecía incómodo.

—Muchacho, no veo nada más, por qué no descansas hoy?, Ya mañana puedes terminar.

Solo asentí, Mateo empezó a caminar y llego a donde estaba Alejandra, le extendió los brazos, para que lo cargará.

—Últimamente, te estás volviendo algo consentido, verdad Mate?.

—Chi —respondió el niño escondiéndose en el pecho de Alejandra.

—Nena, es mejor que empiecen, a dejar que el empiece hacer sus cosas lejos de ustedes, después va a ser para problemas —doña Elizabeth, le había quitado de los brazos a Mateo y este empezó a llorar.

—Mamá, de verdad?, lo tenías que hacer llorar —Alejandra lo iba a cargar y don Marcos intervino.

—Deja que haga su berrinche, con el tiempo se va a tener que acostumbrar a que no todo en la vida son brazos.

—Erick, di algo es tu hijo.

—Es verdad, Ale, no toda la vida es me va a tener para que lo cargue y solucione sus problemas, ¡Mateo deja de llorar, que nadie te ha pegado!.

Inmediatamente dejo de llorar y se fue a seguir jugando, voltie a mirar a Alejandra, que estaba con la boca abierta de ver lo que acaba de hacer, yo solo me encogí de hombros.

—El mico sabe a qué palo trepa, mi niña —doña Elizabeth, se fue riéndose de ver lo que había pasado.

—Hija, por lo visto, tienes al niño mal acostumbrado.

—Te lo dije, Mateo es caprichoso —Alejandra me dio la espalda y se fue.

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Después de ese berrinche, desayunamos, hablamos de todo un poco, y don Marcos dijo que ya había llegó otro sacerdote al pueblo, que todo el mundo preguntaba que, porque me había ido y que donde estaba Alejandra, así que las conclusiones fueron saliendo por si solas, y medio pueblo sabía que estamos viviendo juntos.

La carta un ni tenía respuesta, le tenía miedo a que fuera a pasar pro tanta demora, don Marcos, Nicolás y doña Elizabeth se fueron ya entrada la noche, Mateo hacía rato había quedado dormido.

Alejandra y yo habíamos hablado, sobre lo que pasó, y quedamos en no volver a perder los estribos de las cosas.

—Ale?

—Uhmm?

—Estas dormida?

—No.

Empecé a acariciarle la espalda, ella levantó la mirada y empezamos a besarnos, el beso fue subiendo de tono, de un momento a otro ya la tenía sentada sobre mi cadera, haciendo fricción sobre mi miembro ya erecto, empecé a morderle el cuello, ella empezó a gemir, le di la vuelta y quedó sobre ella.

Me quite la camisa y el boxer, ella se quitó la bata de dormir y solo quedo en bragas, esa tarea la cumplía yo.

En cuanto se la quite, empecé a besarle las piernas, hasta llegar a ese lugar donde estaba escondido todo su deseo, con mi pulgar masajeaba su clítoris, mientras veía como ella se aferraba a las sábanas, de un momento a otro empezó a temblar, apoyo si mano en mi cabeza y los temblores se hicieron más constantes, hasta que terminó.

Yo no aguantaba más, necesitaba entrar en ella cuanto antes, llevaba días sin estar el ella y no iba a desaprovechar la oportunidad, solo rogaba a Dios que no tuviéramos problemas más tarde por este descuido.

La vi a los ojos, le di un beso y la penetre de una, ella solo enterró sus uñas en mi espalda, empecé a moverme rápido, ella también. Se movía al compás que quería, en menos de nada los dos habíamos terminado, ella se acostó sobre mi pecho y nos quedamos profundamente dormidos, esperaba que Mateo no hubiera oído nada.

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Para mis hermanos venezolanos, felicidades.

¡Justicia es libertad!

Aquí otro capítulo, he quedado en un trato, si AnnStein5 se demora en publicar yo empiezo a actualizar más seguido en espera de un capítulo suyo.

Sin más felices sueños.

😉😉😉😉

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