LV

Después de estar un rato conversando, y que más de una vez me prohibieran cargar a mis hijos hasta que según ellos ganara algo de peso, entramos a la casa.

Por primera vez sentía que la comida tenía sabor, tanto así que repetí dos veces, en cuanto termine, todos me veían como si nunca hubieran visto algo igual.

—Que?.

—Tu, el señor no voy a comer, acabas de comer dos platos llenos y no dices nada? —pregunto Ale viendo hacia el plato que estaba totalmente limpio.

Solo levante los hombros y seguí tomando el jugo.

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Después de haber comido fuimos a la sala, Alejandra me contó todo lo que pasó en el embarazo, me mostró las ecografías, las primeras fotos de mis hijos cuando nacieron, fotos de ella, que según Francisco se las había tomado para llevarlas a la cárcel, pero como no podía recibir nada de eso las guardo hasta que nos volviéramos a ver.

Ella estaba convencida que las cosas iban a mejorar y tenía toda la razón, estábamos hablando de todo un poco, Mateo se había acostado sobre mis piernas y se quedó dormido mientras le acariciaba la cabeza, fue cuando decidimos subir, pero don Marcos fue el que se encargó de Mateo, Francisco y Miguel subieron a los bebés y me quedé un rato más en la sala con Ale en silencio.

—Por que te querías morir? —fue Ale la que rompió el silencio pero no sabía cómo responder.

—Solo quería acabar las cosas, no tenía la esperanza de volverlos a ver en la vida, de haber perdido todo, de saber que no tenía nada, que siempre era lo mismo cuando conocía la felicidad —baje la cabeza y Ale puso una mano en mi rodilla.

—Nunca que contaste tu historia, es irónico tenemos dos hijos y nunca me contaste como eras de joven —me regalo una sonrisa que me hacía falta ver.

Me quedé callado por un rato y vi hacia la pared, tome aire y empecé a narrar mi vida.

—Mis papás se conocieron en una feria o fiesta del poblado de donde era ella, mi papá tenía mucho dinero o eso nos decía el, después de un tiempo ellos se hicieron novios, la familia de mi papá no están muy contenta, de hecho ellos nunca estuvieron de acuerdo con nosotros, ellos se casaron después de eso a escondidas, se escaparon y quedaron en espera de mi hermano, cuando él nació en la casa no faltaba nada, mi papá trabajaba día y noche por nosotros hasta que se enfermó, cuando mi hermano nació, decía mi mamá que ellos habían hablado y quedó en nunca más tener otro hijo, a los 3 años nació yo, no teníamos mucho en ese momento, pero ellos se esmeraban por darnos lo que podían, solo una vez al año sabíamos lo que era la ropa nueva, los juguetes eran solo los carritos que nos regalaban los vecinos, pero aún así éramos felices, entramos con mi hermano al colegio, yo no era la eminencia pero nunca falte en alguna materia, cuando mi hermano estaba en 4° de bachillerato, conoció a un muchacho de la ciudad, el se lo llevó de la casa, le enseño muchas cosas y el día que mi hermano volvió solo fue para decirle a mis papás que estaba en la universidad gracias a su gran amigo, para ese momento mi mamá ya estaba en espera de mi hermana la mamá de Mateo, y pues yo solo estaba viendo a ver qué podía hacer, las cosas con el pasar del tiempo se pusieron más graves, mi papá se enfermó y no podía trabajar, así que siendo el único hombre en la casa me tocó salir a trabajar —en todo ese rato Ale no me había soltado, puse mi mano sobre la de ella para poder seguirle contando mi vida —un día llegaron a la población en donde vivíamos unos misioneros, mi mamá asistió con mi hermana en brazos para que la bautizaran, yo terminé de hacer los sacramentos que me faltaban y no podíamos costear, cuando ya nos íbamos a ir un sacerdote ya de edad se acercó a mí mamá y le dio un mercado, mi mamá solo podía llorar, el le pregunto si de casualidad estaba interesada en que alguno de sus hijos mayores recibiera educación y el sacramento de la orden sacerdotal a lo que mi mamá solo dijo que el único hijo mayor que estaba en la casa era yo, pero que eso dependía de mi.

»Ese mismo sacerdote me llamo y hablé con el, le conte todo lo que pasaba en la casa, lo que nos aquejaba, y sobre todo que mi papá estaba muy grave, el me propuso que entrara al seminario y que ellos se hacían cargo de los gastos de la enfermedad de mi padre, de la educación de mi hermana y de la economía de mi casa, era tan ingenuo que me subí al tren sin darme cuenta en lo que iba a sufrir, yo solo contesté que si, fui a mi casa, empaque lo poco que tenía y me despedí de mis padres, al llegar a mi nuevo hogar, ellos me quitaron todo lo que tenía, y me dieron solo ropa negra, me dejaron en una habitación en donde estaba otro muchacho como yo y que conoces —Ale entendió de inmediato y lo hizo en voz alta interrumpiendo mi relato.

—Miguel.

Solo asentí y continúe —ellos cumplieron la palabra, mi padre estaba sometido a un tratamiento, mi hermana la habían enviado a un colegio de monjas en la misma cuidad en la que estaba el seminario, mi mamá vivía en un apartamento a 4 cuadras del colegio, y todo pagado por la iglesia, mientras que de mi hermano no volvimos a saber sino hasta el día del entierro de mi papá, ese día llego en un carro, vistiendo bien, y al ver a mi mamá y mi hermana solo puso cara de asco y se fue, Miguel, el padre mayor y otros dos seminaristas fueron conmigo, el padre Jorge me acuerdo fue el que oficio la misa ese día, que marcó un antes y un después en todo, al poco tiempo mi mamá cayo enferma, la niña seguía estudiando, y pues yo en el seminario, pero iba cada 8 días a la casa a ver a mi familia, tiempo después mi mamá también murió, pero ella había aceptado trabajar para mí hermano y con ello poder verlo y estar cerca de él y su familia, iba cada vez que podía a visitarme pero no era mucho el tiempo que la veía, ya me había ordenado y me habían mandado a una parroquia lejos de la cuidad, cuando mamá murió, mi hermano se hizo cargo de la niña, y de hay no volvía a saber más de ellos hasta que Mateo apareció en mi vida, el resto para mí fue soledad, silecio, hasta que llegue a un pueblo en donde conocí a la mujer más importante de mi vida, la madre de mis hijos y la luz de mis ojos.

Ella me abrazó y no nos separamos por un largo rato, hasta que sentí que necesitaba ir a dormir, ella entró a la habitación en donde había estado quedándose estos días con los bebés y yo a la mia, esperando el comienzo de un nuevo dia.

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HOLA ME EXTRAÑARON YO SE QUE NO 😔😔
PERO AUN ASÍ AQUÍ ESTOY
ESTE CAPÍTULO ES GRACIAS A QUE DONDE TRABAJO NO LLEGAN PACIENTES MUY SEGUIDO Y TENIA SUEÑO ASÍ QUE ME PUSE A ESCRIBIR Y PUES LOS MÉDICOS CON LOS QUE TRABAJO ME DIERON IDEAS Y PUES ESPERO LES GUSTE

Otra cosa tengo una fan 😅, y pues me dio una idea AlexCaedo

Erick tenemos un fan
Cállate tenemos muchos
No me puedo callar soy tu creador daaaa
Aún mejor entonces por eso soy idiota jajajajja

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