LII

Me habían bajado la dosis de los medicamentos, estaba pensando en frente a la ventana de mi habitación, un ruido me saco de los pensamientos.

Era el llanto de bebé, me levanté como un resorte de dónde estaba, salí al pasillo y todavía se oía, entre más me acercaba a las escaleras más potente era el ruido, iba tan metido en los pensamientos que no me di cuenta cuando me resbale al llegar al pasillo del primer piso.

Cuando me levante, vi a mi lado juguetes de un niño pequeño, carros, fichas para armar cosas, se veían en todo el pasillo, seguí caminando en la mesa central de la sala, habían colores y un cuaderno lleno de dibujos.

Cuando subí la mirada hacia la puerta del comedor, estaban parados Miguel y Francisco, estaban muy quietos y pálidos, pero también seguía el ruido, estaba bajando la intensidad, pero aún así se seguía oyendo.

No sabía que esperar detrás de esta puerta, tal vez solo era algún hijo de las personas que trabajan aquí, tal vez solo era algún sobrino de Francisco o de Miguel y no lo que estaba pensando, pero si era así, Dios de verdad existía y me estaba dando un premio depuse de tanta miseria.

—Erick es mejor que vuelvas a subir —dijo Miguel mientras se me acercaba.

—Si hombre, si tienes hambre, le decimos a alguna de las empleadas que te suban algo de comer —Francisco se paró como queriendo tapar la puerta.

Los dos estaban nervioso y se vea hasta en la forma de expresarse.

—Que hay detrás de la puerta Miguel?, Por qué no quieren que entre?, No eran ustedes al caso los que me decían que tenía que bajar a comer y dejar mi escondite?.

—No es eso, es solo que aunque te hayan bajado la dosis del medicamento, no deberías estar por ahí, tal vez el que te lo hayan quitado te haga algún daño en la parte psicomotora.

—Ah si?, Pues hasta donde se me siento bien.

Aún así el sonido no se iba, aún seguía aunque más bajito y pausado.

—Mateo es la última vez, tu mamá tiene que darle de comer a tu hermanito, por favor, haz caso y le decimos a Nicolás que te acompañe a jugar un rato.

En cuanto oí eso gire la cabeza hacia el pasillo, por este venía don Marcos con Mateo en brazos.

—Chi —contesto el niño.

—Eso está b...

Las palabras quedaron en el aire en cuanto me vio, yo solo atine a acomodarme contra una pared y deslizarme hacia el suelo, puse las rodillas contra mi pecho y metí la cabeza en medio de ellas.

Tenía miedo, de que sólo fuera un sueño, que en cuanto me levantara viera que seguía en el mismo lugar de siempre, no quería tener ilusiones, no de esta forma tan cruel, sentí que me tocaban el hombro, pero aún así no podía salir de mi estado de pánico.

En un momento sentí que me faltaba el aire, sentía la cara mojada, empecé a ver todo negro hasta que no escuché o sentí nada más.


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Bien antes que nada perdón por el retraso, y lo corto del capítulo, solo que entre a trabajar y no me da mucho tiempo así que me demore un poco, voy a tratar de subir más capitulos en estos días.

Sin más feliz día de Pentecostés y feliz Pascua.

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