Los cuñaditos planeando una guerra.

──¡Leonor!──Grito Mihrimah detrás de su pequeña hija.──¡No he terminado de arreglarte!

──¡Corre, huye!──Grito Iván alentando a su hija, mientras ganaba una mirada de odio por parte de Mihrimah.

──¡Es igualita a ti!──Mihrimah dejo el cepillo en el tocador.──Te odio.

──Leonor, Nikolái y Suleiman no opinan lo mismo.──Bromeo Iván.──Y en honor a la verdad, tu tampoco.

──Sigo sin creer que me case contigo.

──...Mihrimah, tenemos siete años de casados.

──¿Crees que duremos toda la vida?

──Duraremos hasta más allá de esta vida terrenal.

Mihrimah coloco su cabeza en el hombro de Iván, si bien a veces lo quería cuatro metros bajo tierra, otras lo quería muy cerca suyo, al final del día siempre recordaba por que seguía con este hombre.

Iván beso la mano de Mihrimah, antes de ir en donde se encontraba su cuñado, dejando en los pasillos del palacio a la Zarina, la cuál decidió investigar que tan cambiado estaba el harem.

──¿Y Sumbul?──Fue lo primero que pregunto Mihrimah cuando no lo vio.

──La Sultana Hurrem, ordeno que se fuera.

──¿Que?──Mihrimah se sorprendió, esto debía ser una broma.──¿Cuál es tu nombre?

──Suleiman Agha.

La Zarina lo miro, de algún lugar se le hacia conocido, pero no sabía de donde, estaba cien por ciento segura de que ya lo había visto, quizás en el palacio de alguna de sus tías, Sah, Hatice, Beyham o Fatma, pero ni la más remota idea se le acercaba.

──Suleiman, te estaba buscando, tengo que informarle a la Sultana Hurrem que nuestro Sultán me llevara de caza.──Emira sonreía de pies a cabeza.

──¿Qué es esta falta de respeto, mujer?──Mihrimah miro a la joven.──¿Y como es eso que el Sultán te llevara de caza?

──No tengo por que darle explicaciones.

La mano de Mihrimah golpeo la mejilla de Emira.

──No tiene ningún derecho a pegarme.

──¡Silencio Hatun!──Suleiman miro con temor a Mihrimah.──Ante ti esta la única hermana del Sultán y no solo eso, es la Emperatriz de Rusia.

──Lo lamento Sultana.──Emira trago en seco.

──¿Desde cuando las favoritas no son educadas?──Mihrimah suspiro.──Azótenle los pies, 35 veces.

──¡Mi Sultana, perdóneme!──Grito Emira asustada.

──¡Aghas!──Los hombres no tardaron en aparecer, y se la llevaron del lugar, para proceder con el castigo correspondiente.


──Hola.──Apareció Iván en el campo de vista de Mehmed.

──Zar.──Mehmed le dio un corto abrazo, al hombre que podría considerar con tranquilidad su mejor amigo.──¿Dime que es lo que necesitas?

──Francia esta pensando seriamente en declararle la guerra a Rusia, claro que no es nada que no pueda solucionar, pero tiene a Polonia de su lado.──Explico el ruso.──Quiero que me ayudes a conquistar ambos territorios.

──Lo hare si me ayudas a conquistar Italia.──Mehmed sonrió mientras miraba a Iván.──Italia y los Safavidas son mi gran piedra en el camino.

──Me es justo.──Iván miro los documentos en el escritorio de Mehmed.──Por otro lado, ¿Cómo es eso que tienes una nueva favorita?

──Ah si, Emira.

──Bien, eres él Sultán y puedes tener a cuantas mujeres quieras para asegurar la dinastía.──Mehmed miro directamente a Iván.──Pero recuerda que no hay nada más peligroso que una mujer herida, no se te ocurra quitarle el puesto de Haseki a Kosem y dárselo a la otra.

──Eso nunca ocurrirá.

──Eso espero por que si no, estarías cambiando un diamante por una roca que no tiene valor alguno.

Mehmed asintió mientras escuchaba las palabras de su cuñado y cuando el termino de hablar, quedaron en silencio por unos cinco minutos.

──Por cierto, Hay que formar relaciones con Austria.──Hablo Iván.

──¿Por que con Austria?

──Tienen poder y hasta donde se, no se llevan muy bien con los franceses.

──¿Qué crees que podamos darles?

──¿A quien te tus hijas quieres menos?

──Quiero a las dos por igual.──Iván enarco una ceja al escuchar lo que dijo Mehmed.──No hago diferencias entre ninguna de ellas.

──¿Estas seguro?

──Si.

──¿Seguro?

──Si.

──¿Muy seguro?

──Rafat.

──Lo sabía.──Iván sonrió.──Casemos a Rafat con el príncipe de esa imperio.

──Casemos mejor a Leonor.

──¿Que? No, mi pequeña es intocable, solo se casara con alguien que sea capaz de vencerme en una pelea.

──Lo mismo pasa con mis hijas, ninguna de las dos se casara con alguien que no ame, si es su decisión contraer matrimonio con un Paşa, la respetare, si es su decision casarse con un emperador, estará bien, quiero que ellas sean felices.──Mehmed sonrió de tan solo pensar en ver las bodas de Rafat y Hande, de seguro lucirían hermosas con sus vestidos blancos.──Por cierto, tengo entendido que te quedaras un tiempo en el imperio Otomano.

──Así es, espero no ser molestia y si lo soy no me importa, igual me quedare.

──En serio me pregunto como Mihrimah se caso contigo.──Mehmed se gano un codazo por parte de Iván, mientras que ambos reían.──Pero ese no es el punto, te daré el palacio de Ibrahim de Parga.

──¿¡Como se atreve?!──Grito con odio Hatice.──¡No me sacaran de mi palacio, no lo permitiré!

──Ya no es su palacio tía Hatice.──Mihrimah entro en la sala.──Ahora es mío, le pido que se retire, la Sultana Fatma la esta esperando.

──Mihrimah, ¡Serpiente!──Hatice la miro con odio.──Desde que te convertiste en Emperatriz, te has propuesto a quitarme todo.

──Sultana, no me gusta repetir, le pido que se vaya.──Mihrimah suspiro.──Y sobre su acusación, no puedo quitarle algo que nunca fue suyo.

Hatice salió del palacio enojada con su sobrina por hacerle esto, odiaba a toda la descendencia de Hurrem.


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