«Vamos di que sí y deja de temblar» me ordené.

-No tomo bus -dije tan rápido que llegué a arrepentirme -, pero puedo acompañarte a ti.

Con una sonrisa ladeada se encaminó a mi lado hasta que ambos empezamos a llevar el mismo ritmo. Una pequeña parte del camino estuvo sumergida en un incómodo silencio.

-Hoy no has ido a detención -sus palabras eran casi temblorosas como si estuviese nervioso de mi reacción.

-Le prometí a mamá que lo evitaría -me encogí de hombros.

-Buena decisión, no estoy diciendo que...

-Está bien -sonreí.

-¿Harás algo mañana por la tarde?

« ¿A parte de ver la tele? No» dije para mí.

-No, nada.

-¿Te gustaría ir por una malteada?

-Claro -dije más fuerte de lo que quería -. Parece buena idea - exclamé mientras estrujaba mis manos extremadamente sudadas.

«Pareces camiseta de jugador de béisbol después de un duro entrenamiento»

-Entonces, ¿puedes a las cuatro en Cono's Louis?

-Si, está bien -«A las cuatro en Cono's Louis» hice una nota mental, que quizás se borraría cuanto antes.

Nos detuvimos en la parada del bus, donde lo había acompañado ayer después de mi fallido intento de asesinato. Nos sentamos en la banqueta, ya que no había ni una mera señal del próximo bus.

-Soy la peor amiga del mundo -dije mirando mis pies -no te he preguntado ¿cómo reaccionaron en tu casa al ver tu nariz?

-Entonces, ¿Ya somos amigos? -su mirada buscó a la mía y mi corazón dio un vuelco.

-Eso supongo, ¿no? -solté con rapidez «¿Amigos? ¿Se supone que la revoltura del estómago quiere decir que lo que sientes por él es amistad?»

-Es un buen inicio, creo -sonrió -mamá casi sufrió un desmayo -soltó una carcajada -le dije que fue un accidente, el mejor que había tenido.

Ambos reímos tras su comentario, no pude evitar quedarme embobada, era perfecto y más cuando sonreía.

«Claire, te estás enamorando del chico al que golpeaste»